1¡Dios, Dios mío eres tú! ¡De madrugada te buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas, 2para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario. 3Porque mejor es tu misericordiaque la vida, mis labios te alabarán. 4Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos. 5Como de médula y de grosuraserá saciada mi alma, y con labios de júbilote alabará mi boca, 6cuando me acuerde de ti en mi lecho, cuando medite en tien las vigilias de la noche, 7porque has sido mi socorro y así en la sombra de tus alas me regocijaré. 8Está mi alma apegada a ti; tu diestra me ha sostenido. 9Pero los que para destrucciónbuscaron mi alma caerán en los sitios bajos de la tierra. 10Los destruirán a filo de espada; serán presa de los chacales. 11Pero el rey se alegrará en Dios; será alabado cualquiera que jura por él, porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.