1Así ha dicho Jehová: "Guardad el derecho y practicad la justicia, porque cerca de venir está mi salvación y de manifestarse mi justicia". 2Bienaventurado el hombre que hace esto, el hijo del hombre que lo abraza: que guarda el sábado para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer lo malo. 3Que el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: "Me apartará totalmente Jehováde su pueblo", ni diga el eunuco: "He aquí, yo soy un árbol seco". 4Porque así dijo Jehová: "A los eunucos que guarden mis sábados, que escojan lo que yo quiero y abracen mi pacto, 5yo les daré lugar en mi casay dentro de mis muros, y un nombre mejorque el de hijos e hijas. Les daré un nombre permanente,que nunca será olvidado. 6Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el sábadopara no profanarlo, y abracen mi pacto, 7yo los llevaré a mi santo monte y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos". 8Dice Jehová el Señor, el que reúne a los dispersos de Israel: "Aún reuniré en él a otros, junto con los ya reunidos. 9Todas las bestias del campo, todas las fieras del bosque, venid a devorar. 10Sus guardianes son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos son perros mudos, que no pueden ladrar; soñolientos y perezosos, aman el dormir. 11Esos perros voraces son insaciables, y los pastores mismos no saben discernir: todos ellos siguen sus propios caminos, buscando cada uno su propio provecho, cada cual por su lado. 12Ellos dicen: "¡Venid, tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y el día de mañana será como este, o aun mucho más excelente!""