Estudio bíblico de Oseas 10:2-11:1

Oseas 10:2-11:1

Continuamos hoy, nuestro viaje por el capítulo 10, de la profecía de Oseas, y nos estamos acercando ya al final de este breve libro. Aún nos encontramos en una sección en la cual Dios pronunció Su juicio sobre Israel. Dijimos que en este capítulo descubriríamos algo más que Israel estaba haciendo y que traería el juicio de Dios sobre ese pueblo. Comentando el versículo 1, dijimos lo siguiente: Él no estaba diciendo aquí que Israel era una viña que no producía fruto, porque durante este período Israel era un pueblo muy próspero. Dios estaba aún siendo bueno con ellos, aunque les estaba advirtiendo del inminente juicio. La frase que da de sí abundante fruto significa que Israel era una viña que se estaba vaciando a sí misma de su fruto, simplemente arrojando fruto sobre el pueblo. Es que, aunque Dios había hecho a Israel un pueblo próspero, Él no estaba recibiendo el mérito por ello. Sus zonas urbanas estaban creciendo, estaban edificando viviendas de varios tipos y, como resultado, pensaron que todo iba bien. Su prosperidad los estaba atando a su verdadera condición. Y decía también este versículo: Cuando más abundante era su fruto, más se multiplicaban los altares. A medida que la población aumentaba, también aumentaban las imágenes. En otras palabras, su pecado se incrementó junto con el crecimiento de la población. Y a través de la historia podemos comprobar que la prosperidad y el poder han enceguecido a muchas naciones que brillaron intensamente en la escena mundial, pero de las que hoy solo quedan escombros y ruinas, lo cual revela que el juicio de Dios cayó sobre ellas.

La figura de la viña nos recuerda lo que el Señor Jesús dijo en el Evangelio de Juan, capítulo 15, a sus discípulos judíos en el aposento alto de una casa: Jesús les dijo, "Yo soy la vid verdadera". Él estaba diciendo que hasta ese momento, habían pensado que la identificación de ellos con la nación les daba acceso a Dios y una relación con Él. Ahora, esto ya no era cierto. El Señor Jesús estaba comenzando a llamar a un pueblo que se reuniera alrededor de Su nombre. Él sería la cabeza, y la Iglesia que estaría formando, sería su Cuerpo. Cuando dijo Yo soy la vid verdadera quiso decir que Su pueblo ya no adoraría por medio del templo, sino que vendría por medio de El al Dios vivo. Ahora, en el versículo 2, del capítulo 10, leemos:

"Su corazón está dividido. Ahora serán hallados culpables. Jehová demolerá sus altares y destruirá sus ídolos."

Dice aquí que el corazón de ellos estaba dividido. En realidad, adoraban a Dios, no dice que no lo hacían. Muchas personas iban a Jerusalén en los días de fiesta, como habían hecho en años anteriores, y se unían en la adoración a Dios. Sin embargo, ellos regresaban e iban a adorar a los becerros de oro que se habían instalado, y adorarían también a Baal. El corazón de ellos estaba dividido, un día adoraban a Dios y al día siguiente adoraban a Baal.

Y esa fue la condición que mencionó el apóstol Santiago en su epístola, en el capítulo 1, versículo 8, al afirmar que el hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. Creemos que esta es la razón por la cual podemos encontrar tanta incoherencia en la vida de algunos hombres que desempeñan una función pública. Hablan de algo, y luego dicen otra opuesta. Se sabe que mucho, en privado usan un lenguaje puede llegar ser el más soez y ordinario, que no usarían en público. Después, las mismas personas pueden aparecer por televisión utilizando un lenguaje agradable, persuasivo y, en algunos casos, hasta piadoso. Estas actitudes opuestas constituyen la evidencia de un corazón dividido.

Es como si uno fuera a la iglesia el domingo y cantara alabanzas a Dios exaltando Sus bendiciones y al día siguiente, al regresara a su vida profesional, tomara el nombre de Dios en vano al perder el control de su carácter, impulsado por un mal genio, y maldijera todo lo que le saliera mal o lo irritara. Esa clase de vida dividida fue exactamente la misma clase de corazón dividido que acarreó el juicio sobre el pueblo de Israel. Ahora, el versículo 3 de este capítulo 10 de Oseas dice:

"Seguramente dirán ahora: No tenemos rey porque no temimos al Señor. Pero, ¿qué haría el rey por nosotros?."

O sea, que dirigían sus moradas al reino de Judá (o del sur) y consideraban que su rey no los estaba ayudando mucho. Su problema básico fue que tenían reyes impíos (en el reino del norte nunca tuvieron un buen rey), pero sus propios corazones no estaban en buena relación con Dios. Estimado oyente, para usted y para mí es fácil decir echar a las autoridades que nos gobiernan de todos nuestros problemas actuales, cuando el problema fundamental se encuentra en nuestros propios corazones, en nuestra vida interior, en la suya y en la mía. Ahora veamos lo que dice el versículo 4, que habló con mayor severidad:

"Ellos pronuncian palabras, juran en vano al hacer un pacto; por tanto, el juicio florecerá como hierbas venenosas en los surcos del campo."

Los últimos días del reino del norte deben haber estado caracterizados por un gran paralelismo con nuestro tiempo. Dice aquí Ellos pronuncian palabras. Ahora, ellos eran muy locuaces, grandes conversadores. Creemos que es evidente que los medios de difusión como radio, televisión y la prensa, han convertido a las personas de nuestra generación en las más locuaces. El ser humano es un ser vivo muy hablador. Harían faltan incontables resmas de papel impreso para registrar todo lo que se dice y, en realidad, una parte considerable no merecería la pena ser escuchada o tomada en serio. Hubiera sido mejor que mucho de lo dicho jamás se hubiera pronunciado, por ser intrascendente o por el daño que haya podido causar. Sin embargo, los que tanto han hablado han cobrado verdaderas fortunas por lo dicho y escrito. Y, por supuesto, muy poco o nada de lo dicho tuvo que ver con traer a las personas de regreso a su creencia en Dios, con un retorno a Dios y a Su Palabra y con invitar a las personas a dirigirse al Señor Jesucristo como su Salvador.

Dice este versículo 4, Ellos pronuncias palabras, juran en vano al hacer un pacto, o sea, que hablaban mucho y casi nada de lo que decían se podía creer. En nuestro tiempo, y en algunos países, en actos oficiales, frecuentemente se ha utilizado la Biblia cuando alguien pronuncia un juramento solemne para decir "toda" la verdad. Si una persona, de cualquier manera va a mentir, todo juramento pronunciado sobre una Biblia sería una blasfemia para el libro de Dios. Si la Biblia no significa nada para las personas, ¿por qué debería usarse para convalidar ciertos actos? Francamente, nos molesta ver a alguien colocar su mano sobre una Biblia, oírle jurar que va a decir la verdad y nada más que la verdad, y después oírle decir una mentira.

¿Cuántos cristianos habrá que han pronunciado ciertas palabras para establecer un pacto falso? ¿Cuántas personas han pasado al frente de una congregación cristiana para dedicar sus vidas a Dios, incluso haciéndolo en repetidas ocasiones, y sin embargo, en sus vidas no ha cambiado nada? ¿Con cuánta frecuencia hemos pronunciado palabras pero no hemos verdaderamente hablado en serio con Dios?

Y en la segunda parte de este versículo 4 dice por tanto, el juicio florecerá como hierbas venenosas en los surcos del campo. En otras palabras, descendiendo al nivel de la mayoría de nosotros, el juicio surgirá como hierbas malas en nuestros adornados jardines. Continuemos leyendo el versículo 5 de este capítulo 10 de Oseas:

"Por las becerras de Bet-avén serán atemorizados los moradores de Samaria. Sí, su pueblo se lamentará a causa del becerro, lo mismo que los sacerdotes que se regocijaban de su gloria, la cual será disipada."

Bet-avén fue una expresión de ridículo para Betel. Ya que uno de los dos becerros de oro estaba situado en Betel y el otro en Samaria, los pueblos de esas dos ciudades estaban celosos el uno del otro acerca de quién tenía el becerro más grande, o sobre cuál de ellos tenía más oro que el otro.

Y se añadió aquí Si, su pueblo se lamentará a causa del becerro. Una de las ideas que subyace tras este lamento a causa de estos becerros es realmente la idea de que los pueblos que adoraban a estos becerros trataban de superarse entre sí. Y nosotros a veces nos jactamos de nuestras posesiones materiales y cuando algún conocido compra algo que puede verse notoriamente, en público, como por ejemplo, un coche, una casa o cualquier otro elemento, surge en nosotros el deseo de superarlo. Comparemos nuestra actitud con la de aquellos antiguos israelitas, tratando de superarse entre sí en su adoración a sus respectivos becerros de oro.

Y termina diciendo este versículo lo mismo que los sacerdotes que se regocijaban de su gloria, la cual será disipada. Dios estaba diciendo: "Toda la gloria de vuestra religión de la que vuestros sacerdotes han presumido, un día desaparecerá". La palabra Icabod que significaba "la gloria ha partido" sería escrita sobre la puerta. ¿Y qué le sucedería al becerro? Y el versículo 6 de este capítulo 10 dice:

"El propio becerro será llevado a Asiria como presente al gran rey. Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de su consejo."

Los becerros de oro iban a ser llevados a Asiria como un regalo para el rey de aquel imperio. Y sería un regalo muy especial para aquel rey, después de todo, había mucho oro en aquellos becerros.

Dice también aquí: Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de su consejo. Su consejo resultaría en un completo fracaso. Dice el versículo 7:

"De Samaria fue cortado su rey como espuma sobre la superficie de las aguas."

Dios dejó bien en claro que Él iba a interrumpir el reinado del rey del norte. Sería removido como la espuma -otras versiones traducen "como una astilla"-sobre la superficie de las aguas. Ese linaje real, así como el otro linaje del reino del sur, quedarían reducidos a la nada. Y continuamos leyendo el versículo 8:

"Los lugares altos de Avén, el pecado de Israel, serán destruidos; sobre sus altares crecerá espino y cardo. Y dirán a los montes: ¡Cubridnos!; y a los collados: ¡Caed sobre nosotros!."

Dice aquí Los lugares altos de Avén....serán destruidos. Como hemos destacado en un programa anterior, ellos adoraban a sus ídolos en arboledas situadas en las montañas.

Y continuó diciendo Y dirán a los montes: "¡Cubridnos!"; y a los collados: "¡Caed sobre nosotros!". Esto significa que querrían esconderse del juicio que vendría sobre ellos. Estas mismas palabras serán también pronunciadas en la Gran Tribulación (como veremos en Apocalipsis 6:15-17). Continuemos leyendo el versículo 9 de este capítulo 10 de Oseas:

"Desde los días de Gabaa, tú has pecado, Israel. ¡Allí se han quedado! ¿No tomará la guerra en Gabaa a estos malvados?"

Estas palabras se refieren probablemente a los hechos terribles registrados en Jueces capítulos 19 y 20. Incluso después de la guerra civil y de que los hombres de Gabaa fueron aniquilados, el pecado permaneció, y Gabaa pasó a ser el emblema de una sensualidad burda y cruel. Junto con las prácticas idólatras de Israel también se cometían aberrantes pecados sensuales. Y dicen los versículos 10 y 11 de este capítulo 10 de Oseas:

"Los castigaré cuando lo desee; los pueblos se juntarán contra ellos cuando sean castigados por su doble crimen. Efraín es como una novilla domada a la que le gusta trillar. Mas yo pasaré el yugo sobre su lozana cerviz; yo unciré a Efraín, Judá tendrá que arar y Jacob quebrará sus terrones."

Aquí destacamos la frase Efraín es como una novilla domada a la que le gusta trillar. O sea, que era como una novilla a la cual le gustaba trillar el trigo (o separar el grano de la paja). Ellos disfrutaban de las hermosas y abundantes cosechas que obtenían, pero seguramente no les gustaba la idea de salir a arar la tierra para quebrar los terrones. Dios estaba diciendo que El obligaría a Efraín a volver a hacer precisamente aquello que no querían hacer. Y el versículo 12 continúa diciendo:

"Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; poneos a labrar el barbecho, porque es el tiempo de buscar al Señor, hasta que venga y os enseñe justicia."

Este es un principio que recorre toda la Biblia. Es exactamente lo que el apóstol Pablo escribió a los creyentes de Galacia, en el capítulo 6 de su carta, versículos 7 y 8: 7No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará, 8porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. El profeta Oseas estaba diciendo que si ellos sembraran con justicia, segarían misericordia. ¡Siempre ha sido cierto que no podemos vivir según las normas o esquemas del diablo y después esperar cosechar una recompensa de Dios! Y en este sentido continuó diciendo el versículo 13 de este capítulo 10 de Oseas:

"Habéis arado impiedad y segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira. Porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes"

Israel no había aprendido su lección. Había arado con maldad, que, como consecuencia, cosecharía maldad. Habían comido el fruto de la mentira. Confiaron en hombres poderosos, en sus dirigentes, quienes les mintieron. Y creyeron a aquellos hombres en vez de creer en Dios. Así que consiguieron exactamente lo que les estaba llegando -el fruto de las mentiras.

En el libro de Daniel, capítulo 4, versículo 17, leemos que Dios colocó sobre la nación a los más bajos o humildes de los hombres. En nuestro tiempo, indiferentemente de la tendencia política de que se hable, y hablando en general, desde una perspectiva global, es evidente que un pueblo pecador no puede elegir a un líder justo. No podemos ganarle a Dios en este asunto. Como dice un proverbio griego: "los dados de los dioses están cargados". Usted no puede jugar con Dios sin perder. Si usted cree que puede ser un mentiroso, un adúltero, o un ladrón, y salirse con la suya evitando las consecuencias, tenemos noticias para usted. Cuando usted eche los dados de la vida, pensará que caerán de tal manera que usted resulte el ganador. Bueno, Dios ya sabe cómo van a caer, porque Él los ha cargado. Cuando usted siembre pecado, cosechará pecado. Esto es inevitable. Si usted cree que puede escapar a los resultados del pecado, es como si estuviera haciendo a Dios mentiroso y convirtiendo a la Biblia en una falsedad. Es cierto que algunos han pensado que ya se las apañarán con su pecado, pero nadie lo ha conseguido. Si pudiéramos traer desde el pasado al rey Acab y a Jezabel, o a Judas, y a muchos otros que han muerto a través de la historia para que testificaran, ellos le dirían a usted que ellos no pudieron evitar las consecuencias de sus pecados. Continuemos leyendo el versículo 14 de este capítulo 10 de Oseas:

"En medio de tus pueblos se levantará un alboroto; todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla, cuando fue destrozada la madre con sus hijos."

El nombre Salman era una forma abreviada de Salmaneser, el rey de Asiria. El nombre Bet-arbel aparentemente se refería a un lugar que los griegos llamaban Arbela. Se encuentra en la parte norte del país en la región de Galilea. Parece que allí tuvo lugar una batalla, aunque es difícil identificar en la historia secular exactamente a qué incidente se refiere este versículo,

Dice aquí cuando fue destrozada la madre con sus hijos. Este fue un método usado no solo por los Asirios, sino también, posteriormente, por los Babilonios. Este fue mencionado por los israelitas cuando lloraban cautivos en Babilonia, y lo encontramos registrado en el Salmo 137, versículos 8 y 9, que dicen: Hija de Babilonia, la desolada, bienaventurado el que te de el pago de lo que tú nos hiciste. ¡Dichoso el que tome tus niños y los estrella contra la peña!

En las guerras, aquellos pueblos usaban métodos de destrucción terribles, brutales e incivilizados. Pero, hablando francamente, ¿eran tan incivilizados? ¿Somos mejores en la actualidad? ¿Ha leído usted acerca de las prácticas que se llevan a cabo en la cultura de las drogas, de las inmoralidades más aberrantes que hoy incluyen a los niños, de los adoradores de Satanás y de los modernos antropófagos? ¿Era el estrellar a los niños contra las rocas peor que los pecados que se cometen en nuestro tiempo? Y además, debemos destacar que los paganos crueles de nuestra generación, en general, no suelen ser condenados por nuestra sociedad. En cambio, en varios casos son aceptados e incluso, aprobados. Y dice el versículo 15:

"Así hará con vosotros Bet-el, por causa de vuestra gran maldad: al despuntar el día desaparecerá para siempre el rey de Israel."

Esto sucedió cuando vinieron los Asirios, y de la noche a la mañana lo israelitas fueron llevados a Asiria para vivir una vida de esclavitud. Y así llegamos a los capítulos 11 y 12, que llevarían por título

Oseas 11 - Israel debía ser juzgado, pero Dios no los abandonaría

Este capítulo se inicia con una nueva nota. Hasta este punto el énfasis había recaído en la desobediencia del pueblo de Dios, pero a partir de aquí, resonó una nueva nota. Este nuevo elemento era el amor de Dios. Leamos el versículo 1 de este capítulo 11 de Oseas:

"Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo."

Este versículo nos habla principalmente de la nación de Israel -de eso no hay ninguna duda. Revelaba la relación cercana entre Dios y la nación. En efecto, Dios estaba diciendo: "Israel como nación era mi hijo, y yo le saqué de Egipto. No lo saqué de Egipto porque era un pueblo extraordinario que me estaba sirviendo. No lo estaban haciendo, sino que, incluso entonces, eran personas dominadas por la idolatría. Así que no fue por su capacidad, su superioridad, virtudes que no tenían. Los saqué de Egipto porque los amaba". Y estimado oyente, esa fue la razón por la cual Él nos salvó a usted y a mí. El amor no es la base de la salvación, pero es el motivo de la salvación. Detrás de la redención que tenemos en Cristo, existe el hecho de que Él murió porque de tal manera amó Dios al mundo. Y aquí dice: Cuando Israel era niño, yo lo amé. Así que Dios dejó bien claro que los liberó de la esclavitud no porque se lo merecieran, ni porque hubieran realizado obras buenas, sino porque los amaba.

Mateo, en su Evangelio, capítulo 2, versículo 15, aplicó este versículo al Señor Jesucristo. Este fue un ejemplo de que como declaraciones del Antiguo Testamento pueden también tener una aplicación para el futuro. El niño que nació en Belén fue identificado con aquel pueblo ---Él era un israelita. La mujer de Samaria así lo identificó cuando llegó a buscar agua al pozo. En aquella ocasión (como vemos en Juan 4:9) le dijo. ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?-porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Dios le envió a Él a este mundo a morir, y el Señor Jesús vino y se identificó con Su pueblo. Como un niño fue trasladado a la seguridad de Egipto. Pero llegó el momento en que Dios lo llamó en aquel lugar seguro para que regresara al lugar del peligro dentro de la tierra. Se introdujo en la arena de la vida donde iba a demostrar el amor de Dios muriendo sobre la cruz ---para proveernos una redención y que el ser humano tuviera una base de justicia para que sus pecados pudieran ser perdonados. Se identificó con Su pueblo; Él se identificó con la humanidad; Se identificó con usted y conmigo. Como dijo el Evangelista Juan en su capítulo 3, versículo 16; 16»De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Y así concluimos nuestro estudio de hoy, esperando contar con su compañía en nuestro próximo programa.

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