Estudio bíblico de Miqueas 1:2-7

Miqueas 1:2-7

Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro recorrido por el libro de Miqueas que iniciamos en nuestro programa anterior. Hemos presentado ya la introducción a esta profecía de Miqueas, un profeta extraordinario. Su libro es lo que podríamos considerar como un mini-Isaías. Miqueas era más joven que Isaías, pero era su contemporáneo. Encontramos que aunque él vino del reino del sur, su profecía principalmente es dirigida hacia el reino del norte, especialmente los primeros capítulos. Vamos a retomar nuestro estudio volviendo nuevamente al versículo 2 de este primer capítulo del libro.

"Oíd, pueblos todos; está atenta, tierra, y cuanto hay en ti. El Señor Dios, el Señor desde su santo templo, sea testigo contra vosotros."

Así comienza la primera división, y Miqueas empezó a proclamar el futuro juicio contra Samaria. Esta orden "Oíd, pueblos todos" significa justamente eso: todos los pueblos, toda la gente, amigo oyente. Le incluye a usted, y a mí; donde quiera que nos encontremos hoy, el profeta Miqueas nos está hablando. Su mensaje es un mensaje para nosotros en el presente; tiene vigencia y es actual. Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, aunque los profetas se refirieron a cierta situación específica que ya ha desaparecido hace mucho tiempo, su mensaje es relevante para el día de hoy, porque ellos mencionaban ciertos grandes principios inalterables ante el paso del tiempo.

Miqueas, como también otros profetas, ofreció una filosofía de gobierno humano. Él reflexionó sobre el tema de lo que significaba una falsa o una verdadera autoridad en el gobierno de una nación. Éste sería un buen libro de estudio para los políticos actuales. No les haría daño conocer la filosofía de Dios en cuanto al gobierno de un pueblo. La razón por la que muchos pueblos sufren abusos de poder por parte de crueles dictaduras es el gran desconocimiento que los dirigentes y líderes políticos tienen acerca de la Biblia. No saben que en la Biblia se encuentran grandes principios que vale la pena seguir. El problema de un país, de una nación, no es realmente, si es gobernado por este, o aquel partido político. El verdadero problema, amigo oyente, es que un gobierno en manos de hombres malvados, no puede dar muy buenos resultados. Así es que existe una filosofía de gobierno presentada aquí en la Biblia.

Ahora, el carácter de la persona que gobierna es importante y en este sentido es indiferente el tipo de gobierno exista. Puede ser una monarquía, una democracia, u otra forma representativa de gobierno. Queremos aclarar abiertamente que no estamos hablando aquí de política, sino de principios éticos para gobernar. Estamos tratando de señalar aquello que la Biblia destaca como problema. En el presente estamos más preocupados por si los líderes tienen una personalidad atractiva ante la opinión pública, con una imagen televisiva y adecuada, y si tienen suficiente carisma. Estamos más interesados en el carisma, que en el carácter. Es necesario que los gobernantes sean hombres de carácter íntegro. El profeta Miqueas condenó esta falta de integridad en el capítulo 3, versículo 11, cuando dijo: "Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en el Señor, diciendo: ¿No está el Señor entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros". Como usted puede ver, se habló de falsos profetas, de una religión falsa, de líderes falsos. Ése era el gran problema, y Miqueas lo estaba denunciando. Escuchemos ahora lo que el profeta dijo aquí en el versículo 3:

"Porque el Señor sale de su lugar, desciende y camina sobre las alturas de la tierra."

El lenguaje que él utilizó aquí fue realmente hermoso, aunque al mismo tiempo terrible en muchas maneras.

Dice aquí que El Señor "camina sobre las alturas de la tierra". Recordemos que estos lugares elevados constituían la ubicación de la adoración a los ídolos. Estos ídolos habían sido construidos en bosquecillos situados en las montañas y colinas. En aquellos tiempos las ciudades también estaban situadas en lugares altos. Tanto Samaria como Jerusalén habían sido edificadas sobre montañas. El Señor Jesús dijo que una ciudad edificada sobre un monte, no se puede esconder y además, la ciudad tiene una gran influencia sobre la zona que la circunda. Y cuando la ciudad es además la sede del gobierno, tiene una tremenda influencia no sólo en el área cercana sino, con frecuencia, sobre todo el mundo. Éste fue el caso de grandes ciudades del pasado, así como ocurre en la actualidad. También han que destacar que las ciudades constituyen centros importantes para la práctica del pecado. Por tal motivo, Dios las iba a juzgar y lo haría también en el futuro. Dice aquí en este versículo que se encaminaría hacia las cumbres de la tierra. Y dice el versículo 4 de este primer capítulo de Miqueas:

"Los montes se derretirán debajo de él y los valles se hendirán como la cera delante del fuego, como las aguas que corren por una pendiente."

Este versículo nos presenta claramente una figura de volcanes en actividad y de terremotos. En la Biblia, encontramos este mismo lenguaje desde el libro de Jueces hasta el del profeta Habacuc. Por ejemplo, el Salmo 18:7-10 dice: "La tierra fue conmovida y tembló; se conmovieron los cimientos de los montes y se estremecieron, porque se indignó él. Humo subió de su nariz y de su boca fuego consumidor; carbones fueron por él encendidos. Inclinó los cielos y descendió, y había densas tinieblas debajo de sus pies. Cabalgó sobre un querubín y voló; voló sobre las alas del viento". Aunque este lenguaje es eminentemente figurativo, constituye una imagen exacta, tremenda y real de lo que tuvo lugar.

Esta descripción hace surgir la pregunta sobre qué o quién controla el estado del tiempo y las fuerzas naturales. Bueno, Dios es quien controla la naturaleza, los terremotos, los volcanes y el clima. Quizá en algunos lugares de este mundo los seres humanos están desafiando a Dios al construir edificios muy grandes en zonas donde se sabe que existe la posibilidad de terremotos. Antes, la gente no construía edificios tan altos, quizá el más alto podía ser un edificio de 12 o 13 pisos, pero ahora los construyen de 60 y más. Y estos edificios pueden caerse, a pesar de los avances registrados en la arquitectura con el objeto de construir edificios antisísmicos. Creemos que Dios juzga a las naciones y a los pueblos, y estos fenómenos constituyen advertencias. Muchas naciones no han hecho caso de tales advertencias y aún no se han podido recuperar de las guerras mundiales, de guerras locales, de recesiones económicas y de catástrofes naturales. Es que Dios está actuando en los asuntos de este mundo.

Pensamos, por ejemplo, en la zona de la actual Turquía, especialmente a lo largo de la costa occidental, y en las ruinas de grandes ciudades como Éfeso y Pérgamo, que en una época fueron el verdadero sustento vital del Imperio Romano y hoy yacen en ruinas. ¿Por qué hoy ya no queda en aquella zona una población numerosa sino sólo unos pocos pueblos? Alguien podría decir que se trata de un territorio sísmico. La mayor parte de la población del Imperio Romano se encontraba en el área que hoy ocupa Turquía y ya hemos visto lo que ha ocurrido. Los historiadores nos informan que un gran terremoto destruyó las ciudades, e hizo que la gente huyera. Aquí podemos ver una muestra del juicio de Dios, y Él dejó bien claro el tema de su juicio, como podemos ver en el versículo 5 de este primer capítulo de Miqueas, que leeremos a continuación:

"Todo esto por la rebelión de Jacob, por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No es acaso Samaria? ¿Cuál es el lugar alto de Judá? ¿No es acaso Jerusalén?"

Aquí podemos comprobar, por las frases "la rebelión de Jacob y los pecados de la casa de Israel", que estaba hablando sobre ambos reinos y de sus capitales: Samaria de Israel (o el reino del norte) y Jerusalén de Judá (o reino del sur).

En la frase "¿cuál es la rebelión de Jacob?" Sería más apropiado leer "¿Quién es responsable por la rebelión de Jacob? Y la respuesta fue "¿No es Samaria? Y "¿cuáles son los lugares altos de Judá? Y en este caso también se nos presentó la respuesta: "¿No es acaso Jerusalén?" El profeta hizo recaer la culpa sobre las ciudades capitales, Jerusalén y Samaria. Jerusalén era el lugar en el que ellos tenían que adorar a Dios. ¿Le estaban adorando allí? Bueno, es posible que sí, pero ellos acudían a los lugares altos, donde tenía lugar las más flagrantes formas de idolatría. Y Dios dijo que por tales rebeliones Él iba a juzgar a estas dos grandes ciudades, a causa de la tremenda influencia que tenían sobre las naciones de Israel y de Judá.

Creemos que este principio tiene una aplicación para algunas naciones que tienen una filosofía equivocada de gobierno. Como ya hemos visto anteriormente, no es la forma de gobierno la que está equivocada; es la gente que dirige ese gobierno la que está equivocada. Aquellos que establecieron los tres poderes con los que se gobierna una nación: ejecutivo, legislativo y judicial, debieron saber que no se podía confiar en el ser humano y por tal motivo pensaron que esas tres ramas del poder podrían vigilarse entre sí. Es que para que cualquier gobierno funcione adecuadamente se necesitan una clase apropiada de personas.

El problema en los días de Miqueas era que Samaria y Jerusalén habían llegado a ser ciudades corruptas y que Dios iba a juzgarlas. Quizá haya naciones en el presente que ya hayan pasado ese punto, a partir del cual ya no se puede retroceder. Amigo oyente, uno puede apreciar los cambios que están ocurriendo en la situación mundial. Cuando una nación tiene la oportunidad de dirigir o ser de gran influencia, por así decirlo, en la situación mundial, tiene que aprovecharla. No tiene que desperdiciarla siendo un mal ejemplo o exportando ideas que, por su falta de apoyo ético o espiritual niegue los principios básicos de su fundación como estado y que la convirtieron en una gran potencia. Ahora, no decimos esto porque estemos contra un país u otro, o porque despreciemos a ningún pueblo. Sólo que resulta triste observar la decadencia imparable de cualquier nación o naciones que, en otras épocas, hayan contribuido al desarrollo científico y a la paz a nivel internacional. Miqueas estaba exponiendo un gobierno que actuara bajo el control de Dios. Ésta era, pues, la filosofía de Dios para un gobierno.

Aquí llegamos a la primera declaración que llama la atención y es la más extensa. Se extiende hasta el final de este capítulo 1 de Miqueas y comprende los versículos 6 hasta el 16. Lo que aquí tenemos es una especie de miniatura de la gran destrucción que vendrá en los últimos días. Ya regresaremos a este tema del juicio que tendrá lugar en el futuro cuando lleguemos al capítulo 4 de esta profecía de Miqueas. Pero lo relatado aquí en el primer capítulo de Miqueas, fue un juicio local en el cual Asiria destruyó a Samaria. Aquellos turistas que hoy tengan fotografías recientes de Samaria podrán observar el gran contraste con la realidad actual. En una época fue una ciudad culta y hermosa, que ejerció gran influencia y con un futuro prometedor. Sin embargo en la actualidad, sus ruinas yacen en medio de polvo y ceniza. Continuemos leyendo ahora el versículo 6 de este primer capítulo de Miqueas:

"Haré, pues, de Samaria montones de ruinas, tierra para plantar viñas. Derramaré sus piedras por el valle y descubriré sus cimientos."

Aquí tenemos una dramática descripción del futuro que le aguardaba a Samaria; una ciudad convertida en un montón de ruinas y en un campo arado para viñedos. Y este espectáculo es el que podemos observar hoy en aquella región. Los que la visiten podrán observar algunas viñas plantadas por los árabes justamente donde se encuentran las ruinas de una parte de lo que fue la ciudad. En otros sectores puede verse un huerto plantado entre las ruinas y diferentes clases de árboles por aquí y por allá.

Ahora, escuchemos lo que dijo Miqueas: "Derramaré sus piedras por el valle". Algunos turistas han llegado hasta la Acrópolis, el lugar más alto de Samaria, y desde allí han podido observar hacia abajo, la ladera escarpada de la montaña, y ver toda clase de columnas rotas y piedras que en el pasado habían sido talladas y utilizadas en la construcción de edificios. Con el tiempo y en el proceso de destrucción, fueron arrojadas por la ladera hacia el valle. Al ver esa desolación en el paisaje, uno no puede pensar en ningún cumplimiento que haya sido más literal que éste, descrito en las palabras que acabamos de leer: "derramaré sus piedras por el valle."

Continúa diciendo el versículo 6: "y descubriré sus cimientos". Y así, uno puede contemplar los cimientos que existían en los días de los reyes Acab y Jezabel, así como también los cimientos que habían colocado allí posteriormente los romanos. Es como si Dios los hubiera expuesto en aquel lugar para que todos pudiéramos verlos. La dimensión de esos cimientos nos revela que allí se estableció una gran ciudad, que dejó de existir hace ya muchísimo tiempo.

Ahora, escuchemos lo que dice aquí el versículo 7 de este primer capítulo de la profecía de Miqueas:

"Todas sus estatuas serán despedazadas, todos sus dones serán quemados en el fuego, y asolaré todos sus ídolos, porque con salarios de prostitutas los juntó, y salario de prostitución volverán a ser."

En primer lugar se nos dice que "todas sus estatuas serán despedazadas". Si alguien buscara en medio de aquellas ruinas alguna estatua o preguntara a algún guía por imágenes señales de idolatría, o si los arqueólogos han encontrado algunas estatuas, recibiría una respuesta negativa. No se ha conservado ninguna evidencia de idolatría, aunque sabemos que en el pasado se practicaron allí cultos paganos. Recordamos lo ya dicho anteriormente sobre los lugares altos, en los cuales se habían erigido ídolos para el ejercicio de cultos y de la adoración más viles que uno pudiera imaginar. Por ejemplo, en la adoración de Moloc, el ídolo formaba una especie de horno candente en el cual eran ofrecidos niños como un sacrificio ritual. Imaginemos el horror de aquellas escenas que allí tuvieron lugar. Y las más repugnantes formas de inmoralidad se practicaron en relación con la adoración de aquellos ídolos. Además, se han descubierto ruinas del palacio en que vivía Jezabel, un palacio de marfil que fue destruido, y entre las ruinas se han encontrado vasos de marfil que sirvieron para contener perfumes y otros más grandes para servir el vino. Y eran de marfil, como el palacio. El palacio ya no existe, pero los arqueólogos sin embargo, han encontrado marfil en ese lugar y han excavado mucho en esa zona. En otras palabras, la religión y el sexo ilícito eran más o menos lo mismo y la continuidad histórica puede observarse en la actualidad en algunos de los grupos de adoración satánica y en el ocultismo.

En segundo lugar, el versículo dice: "todos sus dones serán quemados en el fuego". Esta palabra "dones" es una palabra interesante y queremos observarla por un momento, porque aquí hace referencia a algo que es de suma importancia. Estos dones se referían a vasos muy valiosos que habían sido entregados a los templos paganos. Los guías turísticos dicen que en las ruinas del palacio de Jezabel los arqueólogos han encontrado restos de vasos pequeños de marfil que evidentemente debieron ser jarras o copas para contener perfumes y algunas más grandes para guardar el vino. Es que allí han tenido lugar numerosas excavaciones arqueológicas.

Y en tercer lugar dijo el profeta en este versículo: "porque con salarios de prostitutas los juntó, y salarios de prostitución volverán a ser". El sexo estaba presente en la esencia de estos ritos idólatras. En la ciudad de Corinto, por ejemplo, hoy se sabe que en la adoración a Afrodita, sobre la Acrópolis, había 1.000 vírgenes vestales, que no eran otra cosa que prostitutas, porque el sexo era parte de la religión. Un hombre tenía que pagar cuando acudía a uno de estos lugares de adoración. Ya fuera en templos o a la intemperie, funcionaban prostíbulos. Y todo aquello se realizaba en nombre de la religión. Lo mismo sucedió con los Fenicios, los Filisteos, y hay que destacar que el pueblo de Israel también adoptó aquellas religiones paganas.

Resulta interesante comprobar que parte del pensamiento contemporáneo ha revivido algunas de aquellas ideas. Han surgido nuevas formas o conceptos sobre moralidad que, en realidad, son tan antiguas como la adoración a Moloc, a Baal, y a otras religiones paganas de la antigüedad. Es por tal motivo que insistimos en que algunos aspectos de la religión no han sido precisamente una bendición para el mundo. Hay pueblos enteros que tienen potencialmente grandes valores humanos, estéticos, artísticos, que se encuentran, sin embargo en una lamentable condición espiritual, y que viven en la miseria, al estar como encadenados por supersticiones religiosas. Por supuesto, el cristianismo no es una religión, sino que básicamente consiste en una Persona. El mismo Señor Jesucristo lo aclaró cuando dijo en el evangelio de Juan 8:36, "Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres". Amigo oyente, Él puede liberarle de las ataduras de una religión que deja fuera de sus esquemas a Cristo.

Ya hemos visto que la última parte del versículo 7 dice: "porque con salarios de prostitutas los juntó, y salarios de prostitución volverán a ser". El profeta Miqueas estaba diciendo que aquellos salarios o ganancias volverían a ser usadas otra vez para el pecado. Aparentemente, algunos de aquellos vasos que mencionamos antes, fueron usados nuevamente en los tiempos del Imperio Romano. Fue el rey Herodes quien reedificó esa ciudad, porque le gustó su situación geográfica; era un lugar agradable para vivir. Pero no pudo resistir el paso del tiempo y la ciudad fue destruida y de ella sólo quedan sus ruinas. La adoración pagana fue su pecado principal, pero Miqueas iba a mencionar también otros pecados.

Pero como, por hoy, nuestro tiempo ha llegado a su fin, debemos continuar con este tema en nuestro próximo programa. Amigo oyente, le agradecemos la atención dedicada a este programa y le invitamos cordialmente para continuar realizando con nosotros este estudio. Le sugerimos que lea por sí mismo, al menos, hasta el versículo 12 de este primer capítulo, para que pueda familiarizarse más con su contenido y así podamos seguir recorriendo juntos esta etapa que forma parte de nuestro extenso viaje "a través de la Biblia."

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