Estudio bíblico de Nahum 1:11-15

Nahum 1:11-15

Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro viaje por el libro del profeta Nahúm. Nos encontramos en una sección de este libro donde podemos apreciar que la justicia y la bondad de Dios fueron demostradas en su decisión de destruir a Nínive y de presentar el evangelio. Esa sección incluye todo lo que nos queda aún por considerar en este primer capítulo de Nahúm. Hasta ahora, hemos visto la justicia y la bondad de Dios de una manera general. Ahora, lo que Nahúm iba a destacar como su contribución, junto con la de los llamados profetas menores, sería la filosofía de gobierno de Dios y Su manera de tratar con las personas, con las naciones. Y nuestra actitud debería ser la siguiente: ya sea que usted crea o no crea, ya sea que usted comprenda o no comprenda un determinado pasaje Bíblico, (y esto lo aplicamos a nosotros mismos también), Dios es justo y Dios es bueno cuando Él juzga a una nación o a un individuo. Dios continúa siendo un Dios de amor. Y Dios ama a los perdidos. Y como Juan nos dijo en su primera epístola, capítulo 2, versículo 2, que Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo.

Los seres humanos están perdidos porque son pecadores. Y son salvos cuando han aceptado esa oferta de salvación que Dios les extiende. Y Dios presenta esa invitación a cualquier persona sobre la faz de la tierra que le quiera aceptar. Y nosotros hemos llegado a creer que podemos ver a muchos volviéndose a Dios, aunque ignoramos si ello ocurre en multitudes, en grandes o pequeñas cantidades de personas, pero creemos que habrá algunos que se volverán a Dios en cada lugar de esta tierra. Y nos parece a nosotros que esto puede suceder utilizando la radio como medio de difusión del mensaje de la Palabra de Dios y el mensaje del evangelio. Así es que, nos encontramos en una sección donde podemos apreciar la forma extrema en la que el profeta se iba a expresar al transmitir el mensaje de que Dios iba a juzgar a Nínive. Y Él fue justo en hacerlo así: porque muchísimos años antes había enviado a otro profeta, como Jonás, con el mensaje de Su amor y compasión, dispuesto a perdonar. Y eso hizo cuando en los tiempos de Jonás, todos los habitantes de Nínive se arrepintieron y cambiaron su estilo de vida. Pero con el transcurso del tiempo, las nuevas generaciones fueron abandonando a Dios, hasta el punto de que aquella nación se convirtió en el epítome de la idolatría, la maldad y la crueldad, y se colocó ella misma bajo el castigo de Dios. Para nosotros, humanamente hablando, es difícil asimilar que Su mensaje de amor, sea compatible con Su justicia.

Continuando con nuestro relato llegamos al punto en que se mencionó al enemigo que vendría contra Israel. Y ese enemigo era Asiria y salía de Nínive, su ciudad capital. En el versículo 11 de este capítulo 1 de Nahúm, se nos identifica al enemigo. Leamos entonces el versículo 11 de este primer capítulo:

"De ti salió el que tramó el mal contra el Señor, un consejero perverso."

El profeta Nahúm dijo que había avanzado contra el reino de Judá (o reino del sur) cierto enemigo, enemigo que era Asiria, cuya capital era la gran ciudad de Nínive. Creemos que hay acuerdo entre todos los teólogos conservadores en el sentido de que el consejero perverso citado en este pasaje era Senaquerib, rey de Asiria. La invasión realizada por Senaquerib quedó registrada tres veces en las Sagradas Escrituras; en 2 Reyes 18 y 19, 2 Crónicas 32, y también en Isaías 36 y 37. Cuando Dios ha dicho algo tres veces deberíamos detener nuestros pensamientos y escuchar con atención. Con que lo haya dicho una vez, debiera ser suficiente. Cuando lo dijo dos veces, como expresó en ciertas ocasiones, "De cierto, de cierto os digo" es que se trata de un asunto algo más que importante. Ahora, cuando repitió algo tres veces, podemos considerarlo un asunto sumamente importante.

Nahúm se estaba refiriendo aquí a aquel malvado consejero que había venido contra Jerusalén. En los relatos históricos leemos que el rey Senaquerib envió a Rabsaces contra Jerusalén con un gran ejército Asirio. Rabsaces amenazó a Ezequías, rey de Judá, y Ezequías estaba completamente aterrorizado por toda esa situación. Suponemos que este hombre ni siquiera habrá podido dormir por la noche durante el período de tensión en el que estaba siendo amenazado. Sin embargo, él fue al templo, y allí clamó a Dios, y entonces el profeta Isaías le comunicó el mensaje de que ese ejército ni siquiera iba a disparar una sola flecha contra la ciudad de Jerusalén. En cambio, Rabsaces tuvo que retirarse porque en la campaña contra Egipto, el rey Senaquerib necesitaba refuerzos. Y entonces, Dios mismo destruyó al ejército de los Asirios. El pueblo de Judá sentía un gran temor del ejército de Asiria porque durante ese período, los Asirios habían conducido al reino de Israel (el reino del norte) al cautiverio y los habían tratado de una forma brutal. Ahora el versículo 12 del capítulo 1 de Nahúm, dice:

"Así ha dicho el Señor: Aunque reposo tengan, y sean tantos, aun así serán talados, y él pasará. Bastante te he afligido; no te afligiré ya más."

Este es un versículo importante y no quisiéramos dejar a un lado la lección que aquí se nos ha comunicado. Tenemos que aclarar lo que Dios estaba diciendo aquí, porque la expresión que se utilizó aquí en este versículo 12,  "Aunque reposo tengan, y sean tantos", a primera vista, expresa algo que para muchos no tiene sentido. ¿Qué estaba Dios diciendo realmente aquí?

Conocemos a personas que han colaborado como editores en algunas versiones de la Biblia que llamamos "Biblias de Estudio", que incluyen notas aclaratorias sobre el contexto histórico, geográfico, cultural, y que aclaran el significado de algunos términos del idioma original y relacionan un pasaje con otros similares. Los editores, como seres humanos que son, son vulnerables, saben que pueden cometer errores y no se consideran inspirados directamente por Dios, como se sintieron los escritores originales del texto sagrado. Sin embargo, en algunas ocasiones han añadido notas útiles que han ayudado a ampliar los conocimientos del contexto de algunos datos. Sus comentarios sobre este versículo constituyen un ejemplo de cómo la arqueología ha confirmado muchos detalles de la Biblia, que de otra manera no habríamos podido conocer. Dichos detalles, nos han confirmado la exactitud de la Palabra de Dios. Una de esas notas aclaratorias sobre el versículo 12 dice: "En este contexto, la expresión "aunque reposo tengan y sean tantos", aunque la frase es una traducción literal del idioma hebreo, no parece tener mucho sentido. En realidad, en el idioma hebreo representa una transliteración, es decir una traducción literal de una antigua y olvidada fórmula legal. En las excavaciones llevadas a cabo en las ruinas de la antigua ciudad de Nínive, que había estado sepultada desde el año 612 A.C., se han descubierto miles de antiguas tabletas asirias, muchas de las cuales contenían esa fórmula legal". Y continúa diciendo la nota: "La investigación indica una responsabilidad unida para cumplir con una obligación. Nahúm citó al Señor usando esa fórmula asiria al hablar a los asirios, queriendo decir, en realidad: "Aunque toda la nación completa se una como si fuera una persona para resistirme, aun así, Yo los venceré". Como detalle adicional, quisiéramos destacar que la expresión del versículo 12 debió resultar igualmente incomprensible para posteriores copistas del texto original. Sin embargo, que ellos la hayan retenido en los términos originales, es una notable evidencia del respeto y cuidado con que actuaron los escribas al copiar exactamente lo que encontraron en los manuscritos, y da testimonio de la preservación providencial que Dios llevó a cabo en la conservación del texto Bíblico". Hasta aquí la cita de los editores de la Biblia de Estudio.

Por lo tanto, podemos comprobar como Dios usó una antigua fórmula legal Asiria para comunicar lo que Él quería decir. Él estaba hablando del Imperio Asirio, y quiso que Su pueblo comprendiera lo que estaba diciendo. Cuando leemos este versículo a la luz de lo que la arqueología ha descubierto, vemos que Dios estaba expresando algo que tendría sentido para los Asirios, aunque no tenga sentido para nosotros en la actualidad. Cuando los eruditos hebreos surgieron posteriormente, tampoco desentrañaron el significado de esta frase, pero la transcribieron literalmente a las diversas traducciones de la Biblia, porque creían en la inspiración verbal y plena de las Sagradas Escrituras, y le podemos dar gracias a Dios por ello.

En este sentido, una versión actualizada de la Biblia traduce: "Aunque los Asirios sean fuertes y numerosos, serán arrancados y morirán". Y otra, anterior en el tiempo, dice: "Aunque estén con todo su vigor y por más que sean muchos, aun así serán cortados y desaparecerán."

Este pasaje del libro de Nahúm nos revela que, aunque a veces no podamos entender algo del texto de la Biblia, sabemos que debemos recibirla tal como esta Palabra ha llegado hasta nosotros, sabiendo que algún día conoceremos su significado, es decir, si estudiamos a fondo esa parte del texto que no entendemos. Y no olvidemos que contamos con la ayuda del Espíritu Santo, que está dispuesto a explicarnos lo que Dios quiera que comprendamos sobre Su Palabra. El problema hoy, amigo oyente, es que algunos tratan de presentar la Palabra de Dios de una manera demasiado fácil, como si fuera un alimento para niños, o para personas perezosas que no desean dedicar demasiado tiempo a profundizar en el estudio de la Biblia. Debemos señalar también que creemos que, dentro de la sencillez, debemos mostrar una verdadera reverencia hacia el texto de la Biblia. No somos, en absoluto, adoradores de la Biblia ni bibliófilos, pero creemos que debemos sentir un respeto por el texto de las Sagradas Escrituras.

Bueno, amigo oyente, hemos dedicado algo de tiempo a este versículo, porque aquí se nos presentó una expresión que hoy se comprende totalmente gracias a los descubrimientos arqueológicos. La arqueología ha realizado una gran tarea, allá en el lugar que ocupó la ciudad antigua de Nínive. Las ruinas de esta ciudad, al otro lado del río Tigris, desde la ciudad moderna de Mosul, fueron excavadas por primera vez en el siglo pasado. Y aquí podemos ver lo que dijo el profeta de parte de Dios en el versículo 13 de este capítulo 1 de Nahúm:

"Porque ahora quebraré el yugo que pesa sobre ti, y romperé tus cadenas."

Esto parecía algo imposible de convertirse en realidad en el día en que Nahúm estaba escribiendo estas palabras, porque la nación de Asiria aún iba a continuar existiendo por un prolongado período de tiempo. Pero Dios en esta ocasión Dios dijo que iba a quebrar el yugo que oprimía a su pueblo. Pero además dijo, lo que leemos a continuación en el versículo 14:

"Mas acerca de ti mandará el Señor que no quede ni memoria de tu nombre; De la casa de tu dios destruiré escultura y estatua de fundición; allí pondré tu sepulcro, porque fuiste vil."

Lo que Dios estaba diciéndole a Nínive era algo bastante severo y muy grave. Dios dijo que la iba a sepultar. Hace ya muchos años, en el siglo pasado, y en la época de la llamada guerra fría, un conocido dirigente político internacional utilizó esta expresión, por supuesto, hablando de otras naciones, y causó una gran impresión. Dicho dirigente, aunque él no lo sabía, estaba usando una expresión Bíblica. Dios le había dicho a Nínive que la iba a sepultar y que ya no existiría más como nación. Otra versión lo expresó de esta manera: "Te voy a preparar una tumba, porque eres una infame". Y amigo oyente, ¿cuándo fue la última vez que usted vio a algún asirio por alguna parte? No hay muchos en la actualidad y no tienen una nación. Dios realmente convirtió Sus palabras en realidad.

Y Él también les dijo a los Asirios que destruiría sus imágenes talladas y los ídolos fundidos. Fueron los Medos y los Babilonios los que, con el tiempo, vinieron y destruyeron la ciudad de Nínive en el año 612 A.C. La idolatría Asiria fue destruida por los Medos, que eran un pueblo monoteísta y que no adoraban a los ídolos. Eran, en realidad, iconoclastas, (que no respetaban los valores tradicionales) y acabaron con la idolatría de los Asirios, cuando destruyeron su ciudad capital. Ahora, el último versículo de este capítulo 1 de Nahúm, el versículo 15, constituyó un anuncio sorprendente, porque dice:

"He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo."

Dios estaba diciendo aquí a través de Nahúm a ese pueblo, que no lo abandonara, que no se alejara de la ley de Moisés, porque Él tenía la intención de destruir al enemigo, y de enviarle a un Mesías, que les traería noticias que les producirían mucha alegría.

Nahúm citó estas palabras con referencia a Asiria, y podemos comprobar que el profeta Isaías también utilizó la misma expresión en el capítulo 52 de su libro, versículo 7. Allí dice: "¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!" Isaías expresó estas palabras en referencia a la destrucción de Babilonia, al escribirle al reino de Judá o reino del sur. Ahora, Nahúm, escribiendo al reino del norte, dijo lo mismo refiriéndose a Asiria. Después, tengamos en cuenta que el apóstol Pablo citó este pasaje en la epístola a los Romanos 10:13-15, con estas palabras: "13porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. 14¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!"

Creemos que Nahúm fue el primero en expresar estas palabras, y después lo hizo el profeta Isaías. Finalmente, el apóstol Pablo citó a Isaías e hizo una aplicación diferente de este pasaje Bíblico en la sección de su epístola que se refiere a Israel. El apóstol Pablo estaba argumentando allí que Dios no había finalizado sus tratos con Israel, y que en el futuro a ese pueblo le llegarán otra vez noticias buenas, que le causarán una gran alegría. Pero éste es también un mensaje mundial aplicable a nosotros. Este mensaje de Pablo, vigente en todos los tiempos, fue el siguiente: "todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo".

Pero, ¿cómo escuchará la gente el mensaje si alguien no se lo comunica? Los mensajeros tienen que ser enviados y creemos que Dios se encarga de hacerlo. Isaías escribió: "¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!" Por supuesto, el énfasis de esta afirmación no recaía en unos pies hermosos, sino en el hecho de que los mensajeros llegarían para comunicar el mensaje del evangelio. A través de los tiempos, viajarían por los más diversos medios. Así, los mensajeros se trasladarían por barco, por avión, o transmitirían su mensaje por radio, porque su responsabilidad sería difundirlo de cualquier manera. En lo que a nosotros concierne, en nuestro ministerio cristiano por la radio, creemos que nuestra tarea debe comenzar, figurativamente hablando, por nuestra propia "Jerusalén" (tal como hicieron los discípulos de la primera iglesia cristiana). Por ello estamos intentando difundir la Palabra de Dios en nuestro propio país de la manera más efectiva que sea posible. Pero también queremos llegar, por medio de la radio, hasta los confines de la tierra. Espiritualmente hablando, como dijo el apóstol Pablo en Efesios 6:15, queremos que nuestros pies sean hermosos ante Dios, a fin de que estén calzados con la disposición y presteza de proclamar el Evangelio de la paz. Así que en el día de hoy, como todos los días, queremos transitar por todos los senderos del mundo a través del vehículo de la radio, para alcanzar al mayor número de personas que podamos, con el mensaje de las buenas noticias.

Esta es la forma extraordinaria en la que el Espíritu utiliza las Sagradas Escrituras. Usted en realidad, cuando lee el libro del profeta Nahúm, tiene acceso a un buen curso de hermenéutica, es decir, a un buen estudio de los métodos de interpretación de la Biblia, Nahúm nos enseña cómo interpretar la Palabra de Dios. Él ya nos ha mostrado que hemos de interpretarla literalmente, ya sea que la entendamos o no. Siempre hay una explicación y el problema no reside en la Palabra de Dios misma, sino en nosotros, cuando no la comprendemos. Después también hemos visto que Dios hizo una interpretación directa de este pasaje de la Biblia para una nación en un período concreto, y para otra nación en otro tiempo, y que en la actualidad, Su mensaje tiene una aplicación universal.

Amigo oyente, por hoy, nuestro tiempo ha concluido. Le agradecemos su participación y, como esperamos que continúe acompañándonos en este estudio del libro del profeta Nahúm, le recomendamos que lea el segundo capítulo de esta corta profecía de Nahúm. De esta forma estará al tanto del tema que trataremos en nuestro próximo estudio. Y si surgen dudas o preguntas, como siempre nos ponemos a su entera disposición para aclararlas, para lo cual puede ponerse en contacto con nosotros y, por nuestra parte, trataremos de contestarle lo antes posible. Será entonces, ¡hasta nuestro próximo programa!

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