Estudio bíblico de Nahum 2:1-4

Nahum 2:1-4

Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro viaje por el libro del profeta Nahúm, y hoy nos corresponde el capítulo 2. En nuestro programa anterior, vimos la justicia y la bondad de Dios demostrada en su decisión de destruir a Nínive, y a la vez, llevar a ese pueblo las "buenas nuevas" del Evangelio. Dios tenía en su corazón un maravilloso futuro para su pueblo, aunque en ese tiempo ellos estaban pasando por un juicio severo.

Vamos a ver en los capítulos 2 y 3, es decir, los capítulos restantes de este breve libro de Nahúm, la justicia y la bondad de Dios demostrada en la ejecución de Su decisión de destruir a Nínive. Dios no solamente lo anunció, sino que Dios lo hizo. Y Él destruyó esa ciudad de una manera muy notoria, como veremos al proseguir en nuestro estudio de este capítulo.

El último versículo del capítulo 1 es, en realidad, parte del capítulo 2. Es decir que, en la Biblia hebrea, el capítulo 2 comienza diciendo: "He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas..". Este fue un mensaje dirigido directa e inmediatamente al reino del sur. El reino del norte sería llevado a la cautividad, pero también para ellos Dios tendría un mensaje que eran buenas noticias para ese reino del norte. Este mensaje de Nahúm tuvo una proyección sobre el reino de Asiria.

Ahora, cuando el apóstol Pablo citó el capítulo 10 de su epístola a los Romanos, es en esa sección que se aplica a Israel, y miró hacia el futuro cuando nuevamente las buenas nuevas serán llevadas a ese pueblo. Pero ése es un mensaje mundial que se puede aplicar también al día de hoy, ya que se nos dice: "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?" Ellos tienen que ser enviados. Y nosotros creemos que es Dios quien envía Sus mensajeros. "¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz!" No es porque tengan pies hermosos, sino porque han venido a traerles el mensaje. Pensemos en los mensajeros de nuestro tiempo. Puede que hayan viajado por barco o lo hayan hecho por avión. La idea es que han traído un mensaje; y también puede haber sido expuesto por radio. En una ocasión, unos oyentes dijeron que el Dr. McGee, el autor de estos estudios bíblicos, estaba enfatizando demasiado las transmisiones radiales en el extranjero, pero que no hacía mucho por su propio país. Y él respondió que no se estaba olvidando de su país, porque él creía que el evangelio debía comenzar a predicarse en su propia Jerusalén (como hicieron los primeros cristianos) y que no debía dejar de predicarlo a nadie al dirigirse a otras partes. Así es que por medio de la radio estamos tratando de continuar alcanzando a muchos con el mensaje de salvación. También queremos dirigir este mensaje hasta los confines de la tierra, porque queremos que, desde el punto de vista espiritual, nuestros pies sean hermosos para Dios, estando calzados con la disposición y prontitud para proclamar el evangelio de la paz. Es decir, que debemos estar preparados para llevar el mensaje a esta gente. Y queremos recorrer toda esta tierra, por medio de la radio, llevando este mensaje a todos. Es muy difícil poder recorrer las grandes distancias que nos separan los unos de los otros. Pero usando un medio como la radio, podemos hacerlo. Y ésa es la razón por la cual estamos implicados en este esfuerzo.

Así es que, aquí tenemos un tremendo versículo que es interpretado por el apóstol Pablo de una manera maravillosa. Y eso demuestra, amigo oyente, cómo uno puede dar una aplicación espiritual de la Escritura, en lugar de una interpretación. Estas dos Escrituras tienen una interpretación directa que tiene que ver con dos naciones distintas, pero tiene una aplicación para el mundo entero.

Cuando entremos en la interpretación de este capítulo, vamos a ver la ejecución de un juicio realmente terrible sobre Asiria, y la historia atestigua de su literal cumplimiento. Dios lo presentó de una manera muy clara cuando en el capítulo 1 Él dijo: "Allí pondré tu sepulcro, porque fuiste vil". (Nahúm 1:14). Dios dijo a Asiria: "Yo te enterraré", y amigo oyente, y eso fue lo que ocurrió. Llegamos ahora a Nínive. Y el profeta escribió el mensaje para advertirles que el juicio se iba a acercar. El versículo 1 de este capítulo 2 dice:

"Subió destruidor contra ti; guarda la fortaleza, vigila el camino, cíñete los lomos, refuerza mucho tu poder."

Aquí tenemos a las fuerzas medo-babilónicas que fueron, bajo el comando de Ciáxeres y Nabopolasar, contra Asiria y la destruyeron en 612 A.C. Es interesante notar lo que Nahúm le dijo a Asiria. Pensamos que el profeta fue un poco sarcástico, cuando escribió que debían reforzar su poder. Ellos pensaban que su capital era una fortaleza inexpugnable, y que podían soportar cualquier clase de ataque. Pero Dios dijo a esta nación aquí que iba a ser destruida. Leamos el versículo 2 de este capítulo 2 de Nahúm:

"Porque el Señor restaurará la gloria de Jacob como la gloria de Israel; porque saqueadores los saquearon, y estropearon sus sarmientos."

Esta es una profecía detallada y correcta, ya que los hechos históricos indican que tuvo lugar. Nahúm dijo que se estaba acercando el juicio contra Asiria porque Dios había completado el juicio sobre su propio pueblo, y que tenía la intención de restaurarlos. La mención de Jacob y de Israel, constituye una referencia al reino del sur (o reino de Judá), y al reino del norte (o reino de Israel). Y la mención de "sus sarmientos" es probablemente un símbolo de la nación de Israel (ver el Salmo 80:8-16). El profeta habló de la finalidad del castigo de Dios sobre la nación Asiria, una nación que nunca iba a volver a reunirse y levantarse como tal. Babilonia resurgirá, como también algunas otras naciones. Pero Asiria, que fue una de las grandes potencias mundiales en el pasado, en el mundo antiguo, no regresará. Dios así lo manifestó de una manera muy clara.

Ahora, la captura de Nínive se describió de una manera realmente aterradora. Y este pasaje nos revela lo terrible que fue. Podríamos escribir un titular sobre este capítulo, que diga: "Todo lo que el hombre siembre, eso también segará" (Gálatas 6,7). Asiria había sido una nación brutal y despiadada, una de las más brutales y terribles que el mundo haya conocido. Cuando estuvimos estudiando el libro del profeta Jonás, señalamos que una de las costumbres que tenían los asirios era enterrar vivos a sus enemigos en las ardientes arenas del desierto, dejando que solamente sobresaliera la cabeza. Luego, colocaban una correa de cuero a través de la lengua de las víctimas y la dejaban allí para que sufrieran bajo el terrible sol del desierto, para que enloquecieran primero, y después sufrieran una muerte lenta, pero segura. Se cuenta que cuando el ejército asirio atacaba algún país, en muchos lugares, llegaban a suicidarse comunidad enteras para evitar caer con vida en las manos de los asirios. Ésta nación fue muy temida en el mundo antiguo. En el libro de Nahúm podemos observar que los Asirios comenzaron a movilizarse; pero en esta ocasión, la dirección era otra, porque se estaban batiendo en retirada. Ya no eran ellos los agresores, sino que eran los Medos y los Babilonios, que se estaban levantando contra ellos.

En el comienzo del versículo 3, leemos:

"El escudo de sus valientes estará enrojecido"

Esto no significa, como piensan algunos, que sus escudos fueron enrojecidos con sangre; los asirios eran amantes del color rojo, el color escarlata; este detalle puede apreciarse especialmente en su arte, que encontramos en los descubrimientos arqueológicos. Algunos especialistas en este tema opinan que los Asirios utilizaban escudos cubiertos de láminas de cobre, y que bajo la luz del sol adquirían un color rojo. Se cree que ésta era una táctica de guerra para atemorizar a sus enemigos; en toda guerra se utiliza el factor psicológico para debilitar al enemigo emocionalmente. El temor desgasta y bloquea la mente, y eso crea una ventaja en el momento de la lucha.

En la segunda guerra mundial, los Estados Unidos de América arrojaron la bomba atómica sobre el Japón, pero antes le había hecho una advertencia al enemigo. Los japoneses pensaban que los americanos no estaban hablando en serio, que no iban a hacer lo que decían y no prestaron ninguna atención a esa advertencia; pero en esa ocasión sí cumplieron su amenaza. Con esta terrible acción bélica, se terminó la guerra. En los tiempos de Nahúm podemos ver que ocurría los mismo; el enemigo era muy brutal, y "lo que ellos sembraron, eso iban a cosechar". Probablemente esto también pudiera ser una advertencia para aquellos que arrojaron la primera bomba atómica; Dios no olvidará esa terrible acción, porque el daño fue irreparable por las horribles consecuencias de esa bomba en número de muertos. Todas las guerras son siempre terribles.

Es una estrategia nada nueva la de intentar engañar por todos los medios al enemigo. Y quizá por eso los Asirios utilizaban hasta en sus uniformes el color rojo. Ahora, veamos lo que dice aquí el versículo 3 de este capítulo 2 de Nahúm:

"El escudo de sus valientes estará enrojecido, los varones de su ejército vestidos de grana; el carro como fuego de antorchas; el día que se prepare, temblarán las hayas."

Esto describe la forma en que los carros utilizados en combates estaban construidos. No estaban construidos de madera como los carros que se puede encontrar en los museos. Por ejemplo, los egipcios utilizaban mucha madera al construir sus carros de guerra. Parece ser que los asirios fueron los que inventaron el modelo más avanzado en materia de carros, porque se les describe que eran como fuego de antorchas; el día que se prepare, temblarán las hayas.

Continuamos con el versículo 4:

"Los carros se precipitarán a las plazas, con estruendo rodarán por las calles; su aspecto será como antorchas encendidas, correrán como relámpagos."

Curiosamente este versículo ha dado lugar a unas interpretaciones erróneas, por ser extremas y sacadas fuera de contexto, como les comentaremos algo más adelante. Nahúm nos describió lo que probablemente sería una batalla en la que el enemigo usaría sus carros de guerra. Lo que ocurrió fue que cuando el enemigo marchó contra Asiria, esta nación tenía una capital que podía ser defendida extraordinariamente bien. Según la información que escribió el historiador griego llamado Deodoro Sículus, la capital, Nínive, tenía 1.500 torres, y cada una de ellas tenía más de 60 metros de altura. Por lo tanto se consideraba que Nínive era una ciudad muy bien defendida. Pero, durante el sitio, ocurrió algo extraordinario, fuera de lo común. El río Tigris aumentó su cauce y provocó una inundación que arrastró todo un sector del muro. Las aguas del caudaloso río llegaron hasta los muros de Nínive, y así el enemigo pudo acercarse y entrar por esa brecha que el agua produjo. El enemigo entró en la ciudad de Nínive, pero además, abrieron los canales de irrigación inundando la ciudad, y también el palacio real. Así fue pues, como el enemigo pudo apoderarse de la capital. La apertura en los muros de Nínive fue de tal tamaño que los carros del enemigo pudieron entrar sin mayores dificultades hasta el centro de la ciudad.

Lo que aquí se nos describió no fue otra cosa que una batalla de carros de combate, de guerra, usados en aquellos tiempos. Pero, como antes mencionábamos, hay una interpretación de esta profecía que deploramos. Hay algunos intérpretes bíblicos que opinan que esta profecía nos anticipa la existencia, nada menos que ¡del automóvil! Fue Sir Robert Anderson quien habló de las manifestaciones extravagantes de los que se creen expertos en profecías. Reconocemos que en la actualidad existe gran interés por las profecías. En la actualidad están ocurriendo muchos hechos mundiales importantes, grandes crisis de todo tipo, situaciones geo-políticas que cambian algunos esquemas, y no es difícil llegar a ser un fanático de las interpretaciones más diversas y dispares. Fue Winston Churchill quien dijo que un fanático es aquel que no puede cambiar su manera de pensar y que tampoco quiere cambiar el tema. Hay algunas personas que se dedican a hablar nada más que de temas proféticos. Pero, por supuesto, esta profecía no tiene nada que ver con el automóvil.

Ahora bien, ¿de qué nos estaba hablando aquí el profeta Nahúm? Bueno, quizá usted ha podido observar en un museo, o en alguna película, que de las ruedas que usaban los carros de combate, que del eje de cada rueda salían unas extensiones de metal, como las puntas de unas lanzas. Esas ruedas eran mortíferas, un arma muy peligrosa. La persona que estaba conduciendo ese carro se acercaba todo lo posible a su enemigo, y esas cuchillas de hierro que sobresalía del eje del carro, destrozaba las ruedas de madera del carro enemigo. Por supuesto, esta maniobra de combate ponía fuera de acción al carro del enemigo, porque su carro perdía la estabilidad y volcaba. Y a eso es a lo que se refería este versículo. Luego el versículo dice: "Su aspecto será como antorchas encendidas, correrán como relámpagos". Para aquella época la velocidad de los carros era bastante considerable, aunque para nosotros nos parecería muy lento. Los asirios habían desarrollado la lucha por medio de los carros de una manera tal que era casi imposible superarlos. Sus enemigos conocían la fama de los guerreros asirios y de sus terribles técnicas bélicas. Las batallas eran crueles, tanto si se luchaba en las ciudades o en campo abierto. Pues bien, de esto habló el profeta Nahúm.

Creemos que podemos encontrar aplicaciones morales y espirituales de la Palabra de Dios. Pero, no creemos que podamos interpretar esta profecía de manera literal, para aplicarla a nuestros días. ¿Se da cuenta, amigo oyente, de lo importante que es este libro de Nahúm? Aquí tenemos otro de los grandes principios de la interpretación de la Palabra de Dios: No podemos dejar de lado el contexto del pasaje a considerar.

Por ejemplo, cuando usted lee en Isaías: "Por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño" (Isaías 17:10), no podemos interpretar que se estaba refiriendo a los naranjos en Israel, que crecen frondosos y dan frutos tan excelentes que incluso compiten en los mercados internacionales en la actualidad. En toda esa zona, en realidad, siempre han abundado los árboles frutales, hasta en los días de Salomón. Deducimos esto, porque el rey Salomón habló en el Cantar de los Cantares, de morar, o descansar, debajo de los manzanos. Esa referencia a un "manzano" en realidad se refería a un cítrico, probablemente a los famosos naranjos de esa zona. El punto que queremos enfatizar es que no se deben tomar las Escrituras, que han tenido un significado para un pueblo diferente, en una época diferente, y tratar de interpretarlas y acomodarlas a nuestro propio tiempo, para luego concluir que una profecía era para hoy. Eso es lo que llamaríamos, "unas manifestaciones extravagantes de los que se creen especialistas de las profecías".

Vamos a detenernos aquí por hoy, amigo oyente, y continuaremos con el mismo tema, Dios mediante, en nuestro próximo programa. Le invitamos muy cordialmente a volver a sintonizarnos.

Mientras tanto, reiteramos nuestra sugerencia de que lea el final de este capítulo 2 de Nahúm, y se familiarice con su contenido. Seguramente Dios tiene todavía muchos temas que quiere que usted conozca. ¿Sabe usted, estimado oyente, que Dios está realmente interesado en su persona, en su circunstancia, en sus sueños y anhelos más profundos? Dios desea que usted le conozca, que le tenga confianza, que llegue a amarle, pero sobre todo, Dios quiere tener una relación personal con usted. Y Dios desea su bienestar, y se preocupa por las distintas circunstancias que rodean su vida. Pero para confiar en una persona, hay que conocerla, ¿verdad? Lo mismo ocurre con Dios; Él quiere que usted le conozca, para que así usted pueda entregarle, confiadamente, su presente y su futuro. ¿Ya cree saber todo acerca de Dios? Bueno, nunca podremos comprender ni entender la mente y el corazón de Dios, pero sí podemos aceptarle como nuestro Señor y Salvador.

Continúe sintonizando nuestro programa, porque sabemos que La Palabra de Dios siempre trae bendición. Hasta otro momento, y recuerde, ¡Dios está esperándole!

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