Estudio bíblico de Judas 1:8-9

Judas 8 y 9

Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro recorrido por la breve epístola del Apóstol Judas. Avanzaremos en nuestro estudio a partir del versículo 8. A modo de introducción, diremos que terminábamos nuestro programa anterior comentando el versículo 7, destacando que éste fue el tercer ejemplo que Judas nos dejó sobre la apostasía en el pasado. Él había mencionado al pueblo de Israel en su incredulidad, a los ángeles que no mantuvieron su estado original y se corrompieron, y finalmente a los pueblos de Sodoma y Gomorra y de las ciudades que estaban a su alrededor. Estas ciudades fueron castigadas de tal manera que probablemente están sepultadas en el fondo del Mar Muerto. Existe la creencia de que han sido localizadas en ese lugar.

No sabemos si en realidad las han localizado o no. Y no estamos seguros de que esto sea de mucha importancia para el hijo de Dios. Lo que nos interesa saber es que Dios destruyó a estas ciudades porque sus habitantes profanaron la dignidad de sus propios cuerpos u indujeron a la gente a entregarse a las formas más extremas de inmoralidad. Es interesante ver como el lenguaje y los criterios de evaluación de la gente han cambiado con respecto al vocabulario de la Biblia, que prevaleció por un extenso período de tiempo. Al adulterio y las aberraciones morales se las considera como el amor libre. A la persona que suele embriagarse se la considera como un alcohólico respetado, a los que comienzan a probar las drogas y acaban siendo controlados por ellas, se las considera como personas que ejercen su libertad de optar por nuevas formas de placer. Por otra parte, algunos consideran al asesino como una persona "temporalmente enajenada". Así que Satanás, el enemigo de Dios y de Su Palabra está haciendo una buena labor adoctrinando al mundo con un nuevo vocabulario. A pesar de ello, el pecado no ha cambiado de significado ente la mirada de Dios. Y el hecho de que en el pasado Dios haya castigado a las personas y sociedades por estos pecados de sensualidad, debería constituir una seria advertencia para nuestra generación. En el pasado Dios ha juzgado este pecado y en nuestro tiempo también castigará a cualquier civilización que se aleje demasiado en esa dirección. Y por nuestra parte nos preguntamos si nuestras sociedades no han emprendido ya ese camino, que parece no tener retorno.

Nuevamente, el apóstol mencionó el grave peligro que estaba enfrentando la iglesia del primer siglo: los maestros apostatas. En el versículo 4, Judas ya escribió sobre esa amenaza, así como también otros apóstoles habían mostrado su preocupación en sus escritos. Estos maestros apostatas eran personas falsas, hipócritas, aprovechados, y llenos de arrogancia. No era Dios quien dirigía o gobernaba sus vidas. Estos falsos maestros habían convertido la Gracia de Dios en un libertinaje contrario a todas las leyes y mandamientos divinos. El daño a la fe era grande.

Estos maestros apostatas negaban la divinidad del Señor Jesucristo, es decir, negaban Su origen, Su procedencia, negaban quien era Él y, como consecuencia, también negaban Su Obra de Salvación, de gracia, perdón y esperanza de la Vida Eterna. Y ahora, en el versículo 8 Judas mencionó otra característica que ayudaba a los creyentes a identificar a estas personas dañinas y malévolas, que se hacían llamar "maestros". Leamos el versículo 8, que encabeza un párrafo titulado "Los maestros apóstatas identificados":

"No obstante, de la misma manera también estos soñadores contaminan su cuerpo, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores."

Judas, en su deseo de dejar muy clara su advertencia, señaló en este versículo cuatro características que identificaban a estos falsos y traicioneros maestros. Como él ya había indicado en el versículo 4, estos hombres se habían introducido en la iglesia sin llamar la atención, con engaño y encubriendo sus verdaderas creencias. Pretendían ser lo que en realidad no eran. 1) En primer lugar, el apóstol los describió como "soñadores"; estos críticos vivían o viven en un mundo irreal, en un mundo inexistente. Ellos objetaban muchas de las declaraciones Bíblicas y tenían algunos puntos de vista románticos. También observamos situaciones parecidas en nuestros días, al escuchar a algunos críticos. Sobre el papel u oyéndolos hablar, lo que dicen suena bien, porque a algunos les gusta oír que uno mismo puede resolver todos sus problemas teniendo una mente positiva, aunque hay que reconocer que una mente negativa ejerce una gran influencia. Frente a estas opciones, tenemos que ser realistas, y mantener un equilibrio acorde con la situación en que se encuentra el mundo en el cual vivimos. Algunos enarbolan la bandera de la paz, con el argumento de que la guerra no arregla ningún asunto. Otros argumentan que las guerras constituyen una negación de Dios y las enseñanzas de Cristo.

Sin entrar a analizar en profundidad el tema de la legitimidad de una guerra, tenemos que reconocer que, tal como hemos comentado en relación con otros temas vivimos en un mundo controlado por la maldad, y una de las consecuencias de esta situación es que vivimos en un mundo violento, impulsado por la codicia, en el cual abunda la corrupción, la agresividad y el ansia de luchar por obtener el mayor poder e influencia posibles. Esta realidad no puede ser ignorada y cabe destacar que las personas son cada vez más conscientes de este estado o condición, que se expresa a nivel de las relaciones más elementales de la sociedad, como son las relaciones familiares, los problemas de convivencia ciudadana, las relaciones entre las fuerzas políticas de políticas internas de una nación, y en el ámbito internacional. Y oímos hablar de guerras comerciales, del estado de guerra psicológica, de guerras militares, y aún está reciente en la memoria histórica, el estado de "guerra fría" entre el bloque occidental y el bloque oriental. En estos casos, hay una nación o grupo de naciones que toman la iniciativa en un tipo de guerra, y otras naciones que se ven obligadas a defenderse en un mundo en que prácticamente todos los países acumulan la mayor cantidad de armamento posible. Pues bien, estas personas o maestros que parecían vivir en un estado de ensoñación o romanticismo permanente, se habían introducido en la iglesia para manipularla. Tenemos que recordar que cuando en el Evangelio de Lucas 11:21, el Señor Jesucristo dijo que en aquellos tiempos, si el hombre fuerte y bien armado cuidaba su hacienda, sus bienes estaban seguros, Él estaba admitiendo la legitimidad de los medios que aquel hacendado usaba estrictamente para defenderse de ataques exteriores. De la misma manera, cuando envió a los discípulos les instruyó que llevaran algo de dinero para su manutención, una bolsa y una espada, posiblemente pensando en los peligros con los que se enfrentarían en la soledad de sus viajes, y su vulnerabilidad ante los ataques de delincuentes aunque, en realidad, fueron enviados, a proclamar un mensaje de paz. Es que estamos viviendo en un mundo malo, en el cual Dios permite por un tiempo el predominio del mal, y en el que las relaciones de las personas, los grupos sociales y las naciones, no están reguladas por la voluntad de Dios. Y hemos hecho estas aclaraciones porque tanto los críticos o falsos maestros del pasado como los del presente, cuando se alejan de la Palabra de Dios, se dejan llevar por extremos tales como la agresividad, o por un simulado pacifismo. 2) Ahora, el segundo punto de identificación de los apóstatas fue que, como dice este versículo 8, ellos contaminaban su cuerpo. Es decir, que practicaban una inmoralidad baja y anormal, el mismo pecado que se practicaba en las ciudades de Sodoma y Gomorra, y referido en el versículo anterior como vicios contra la naturaleza.

Los ángeles que se alejaron de Dios, como vimos anteriormente, constituyen una advertencia, porque están reservados para un juicio futuro. Incluso Dios no permitió que Su propio pueblo, a quien liberó de la esclavitud de Egipto, entrara en la tierra prometida a causa de su incredulidad. Todos estos ejemplos históricos son un ejemplo para nosotros, y tenemos que reconocer que Dios castigará todas las formas de inmoralidad. Y no hablamos de una "nueva moralidad" ni de una nueva inmoralidad. En la inmoralidad que se practica en nuestros días, realmente, no hay nada nuevo, si la comparamos con la que imperaba en Sodoma y Gomorra y, retrocediendo aun más lejos en la historia, con la que se practicó en los tiempos del patriarca Noé.

3) Estos maestros apóstatas rechazan la autoridad. Éstos son las personas reacias a cumplir la ley, porque quieren actuar individualmente o en sociedad como a ellos les plazca. Las consecuencias son claramente visibles en el incumplimiento a las leyes, que va resquebrajando a la sociedad y a la convivencia pacífica. Cuando un ser humano no se comporta de acuerdo con esas leyes libremente redactadas por los representantes elegidos por una sociedad civilizada, actúa como un salvaje, con la complicidad de otros salvajes. Y así vemos como grupos humanos tan entrañables como la familia, base fundamental de cualquier sociedad, tiende a disgregarse al adoptar sus miembros decisiones individuales egoístas, que muchas veces conducen a notables fracasos, que producen a situaciones irreversibles o difícilmente remediables. 4) La cuarta característica incluida en este versículo 8 es que blasfeman de las potestades superiores. O sea que faltan al respeto a aquellos que son dignos de respeto. Protestan contra ciertas leyes y contra los que ejercen la autoridad. Poco a poco van perdiendo ese respeto y cuestionando todo, y llegan a hacer responsables a las diversas autoridades de todo lo negativo que tenga lugar en un país o ciudad, indiferentemente que tales autoridades sean o no responsables de ello. Debemos decir que algunos de estos cargos puede que no sean dignos de respeto a nivel personal, pero el cargo que ocupan demanda respeto, y Judas iba a presentarnos un ejemplo de esto.

Repasemos brevemente las características generales que hemos enumerado sobre los apóstatas. Como dijimos anteriormente, se introdujeron en la iglesia ocultando sus verdaderas intenciones y creencias para evitar un rechazo inicial por parte de las autoridades de la iglesia. Vivía una vida impía. Convertían la gracia de Dios en libertinaje. Negaban al Señor Jesucristo. Eran soñadores y contaminaban su cuerpo. Despreciaban el principio de autoridad y la dignidad de quienes la ejercían. Su peligrosidad, provenía que actuaban desde dentro de las congregaciones, y así se comportarían en los siglos siguientes de la iglesia cristiana, hasta llegar a nuestros días. Recordemos la historia secular, concretamente la historia de la ciudad de Troya, narrada por Homero. Los griegos habían sitiado, infructuosamente, por 10 largos años a la ciudad de Troya, que era prácticamente inexpugnable. Por ello, los griegos no pudieron conquistarla. Entonces Ulises concibió la idea de construir un gigantesco caballo de madera y colocar en su interior valerosos soldados griegos. El caballo fue dejado ante la puerta de los muros de Troya y los griegos aparentaron embarcarse en sus naves y abandonar el lugar. Intrigados por la curiosidad, y convencidos de que los griegos se alejaban dando por terminada la guerra, los troyanos salieron por la puerta e introdujeron el caballo en la ciudad a pesar de los consejos de Laoconte, sacerdote del dios Neptuno. El citado caballo constituía una verdadera novedad, y una obra digna de ser conservada. Pero por la noche, los soldados abandonaron su escondite en el interior del caballo, y abrieron las puertas de la ciudad. Mientras tanto, protegido por la oscuridad, el ejército griego regresó con su flota y penetrando en la ciudad, la arrasó por completo, matando a casi todos sus habitantes. Así que lo que todo un aguerrido ejército no pudo lograr durante 10 años de asedio, unos cuantos soldados lograron conseguirlo desde dentro. De esta misma manera se introdujeron en la iglesia los maestros falsos, los críticos de las enseñanzas de los apóstoles. En realidad, la iglesia nunca ha sido perjudicada desde fuera. La persecución exterior, la de las autoridades de aquella época, hizo que creciera muy rápidamente. Pero hoy estamos contemplando la destrucción de la iglesia desde dentro, como una tarea originada en su mismo interior. El mismo Señor Jesucristo fue traicionado por alguien que formaba parte de Su grupo, no fue alguien de afuera, sino uno de los Suyos el que le traicionó para entregarle prisionero. Su nación le traicionó y le entregó a los romanos. Y los romanos le llevaron a la cruz. Así que podemos decir que algunas iglesias, en la actualidad, están siendo traicionadas por quienes se han introducido sigilosamente en su interior. Podríamos decir, que son como "termitas espirituales". Ahora escuchemos lo que se nos dice en el versículo 9 de esta epístola universal de Judas:

"Pero cuando el arcángel Miguel luchaba con el diablo, disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda."

Para nosotros, amigo oyente, éste es uno de los versículos más peculiares de las Sagradas Escrituras. No vamos a entrar en detalle en lo que se dice aquí, pero, cuando lleguemos al libro de Apocalipsis, vamos a analizar esto un poco más minuciosamente en cuanto a la creación de Satanás, el cosmos de Satanás, el conflicto con Satanás, y la conclusión de su carrera. Satanás fue una criatura caída, un enemigo declarado de Dios y, sin embargo, el arcángel Miguel, que estaba disputándole el cuerpo de Moisés, no le expresó ninguna sentencia que impugnara la dignidad de Satanás. O sea que respetó su posición. Satanás era una criatura de Dios y, aparentemente, la criatura más elevada que Dios haya creado, y después se puso en evidencia que había mal o malicia en él. El pecado en el cual cayó consistió en poner su voluntad contra la voluntad de Dios. En realidad creyó que podía destronar a Dios y apartar de Él el control de una parte de Su universo. En lo que a este mundo concierne, Dios le ha permitido continuar actuando en su rebelión, y tiene un elevado propósito en ello. Pero esta criatura aún cree que será capaz de controlar una parte de este universo creado por Dios y de reinar sobre él, porque él verdaderamente quiere poseer esta tierra. Y continúa diciendo este versículo 9, hablando del arcángel Miguel; "no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda". O sea que Miguel no maldijo a Satanás ni expresó otras descalificaciones. Muchas personas habrían estado dispuestas a hacerlo pero Miguel no lo hizo. Siendo un arcángel, todo lo que hizo fue decirle "El Señor te reprenda". Probablemente, Satanás no quería que Moisés fuera sepultado allí, porque Moisés iba a ser levantado para entrar a la tierra prometida. Recordemos que, en el relato de los Evangelios él aparecería en el Monte de la Transfiguración, junto con Elías y el Señor. Por tal motivo se produjo una lucha, pero el arcángel no pronunció un juicio de condenación, aunque podía haberlo hecho. Como dijimos anteriormente, actuó de esa manera respetando la posición de Satanás, creado como una criatura superior. Y usted y yo, amigo oyente, necesitamos aprender esta lección, con respecto a nuestro Dios. Hay muchos creyentes que no han aprendido a tratar a Dios con la reverencia que Él se merece. Usted y yo somos Sus criaturas, las criaturas de Dios. Él es el Creador. ¿Qué derecho tiene usted, y qué derecho tengo yo de cuestionar cualquier cosa que Él haga? Ahora, no quiero que me entienda mal, amigo oyente. Si usted piensa que yo, con una actitud "supuestamente piadosa" acepto todo lo que sucede en mi vida, pues, está equivocado. Hay momentos en que quiero hablar, quiero responder para manifestarle mi disgusto, especialmente cuando Él permite que una experiencia desagradable suceda en mi vida y yo quiero preguntarle: ¿Por qué, por qué me sucedió esto o aquello precisamente a mí? Quizás usted también haga lo mismo, reaccionando de la misma manera. Pero debemos reconocer que Dios es el Creador. Y Él también es nuestro Redentor. Él también es aquel que nos ama. Nuestro Dios es un Dios santo, altísimo, y es un Dios justo y recto y nunca se equivoca. Él nunca hace nada malo. Todo lo que Él hace es correcto; por lo tanto, usted y yo podemos confiar en Él. Ahora, ¿hacemos esto? ¿Respetamos Su autoridad? ¿Respetamos Su persona?

Y, ¿qué en cuanto al Señor Jesucristo? Él nos va a preguntar en un día futuro, cuando lleguemos a Su presencia: ¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo os digo? Al observar hoy a la humanidad en general, vemos que de la mayoría de las personas podría decirse lo que dijo el profeta Isaías: "Cada cual se apartó por su camino". La realidad es que cada uno tiende a hacer las cosas según lo que es correcto y apropiado ante sus propios ojos. Y ésta es como una figura panorámica del mundo en que vivimos. ¿Qué diremos en cuanto a usted, amigo oyente? ¿Qué diremos en cuanto a mí? ¡Qué gran lección la que podemos aprender en este pasaje que tiene por protagonista al arcángel Miguel!

Bien, vamos a detenernos aquí por hoy y continuaremos con este único capítulo de la epístola de Judas en nuestro próximo programa. Contamos desde ya con su fiel participación en este estudio. Mientras tanto, le sugerimos como es nuestra costumbre, que lea el resto de esta epístola del apóstol Judas, para estar al tanto de lo que estudiaremos en nuestro próximo programa. Si tiene usted alguna pregunta o duda sobre los pasajes que estamos estudiando, no dude en ponerse en contacto con nosotros. Esperamos que este estudio que estamos llevando a cabo le resulte útil y enriquecedor en su vida diaria, así como en su relación con Dios y Su Palabra. Y deseamos mantener un contacto permanente y fluido con nuestros oyentes, para que de esta forma podamos viajar juntos en este viaje de largo recorrido, es decir, en este recorrido que hemos emprendido "a través de la Biblia".

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