Estudio bíblico de Zacarías 10:1-2

Zacarías 10:1 - 2

Continuamos hoy, amigo oyente nuestro estudio del libro del Profeta Zacarías, retomando nuestra lectura a partir del capítulo 10.

En el capítulo anterior, el profeta Zacarías describió la liberación futura de los reinos del norte y el sur (recordemos brevemente que Israel había quedado separada en dos reinos debido a luchas internas de poder) y cómo Dios va a utilizarlos en el futuro. En la última parte del capítulo 9, Zacarías habló de la segunda venida de Cristo y el establecimiento de su reino universal de mil años, cuya capital será Jerusalén. Pero a diferencia de los demás reinos de la tierra, el de Cristo no se caracterizará por el derramamiento de sangre sino que será un reino de paz en el cual las armas de guerra serán destruidas por completo o convertidas en instrumentos pacíficos y constructivos. Y esta paz milenaria se propagará desde el río Éufrates (las fronteras de la civilización) hasta los confines del mundo.

Hemos querido titular al capítulo 10 de la siguiente manera: "Judá e Israel serán nuevamente esparcidos para ser finalmente reunidos de nuevo". Y el versículo 1, dice así:

"Pedid a El Señor lluvia en la estación tardía. El Señor hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno."

En vistas de las bendiciones prometidas en el último versículo del capítulo anterior, "El trigo alegrará a los jóvenes y el vino a las doncellas", el profeta alienta al pueblo a que solicite estas bendiciones al Señor, con plena confianza. Y aquí, cuando menciona: "Pedir al Señor la lluvia", el profeta alude a que será literal la lluvia y la lluvia tardía (entre abril y mayo) en el reino, lo cual hará florecer la tierra, pero la promesa se extiende aquí para deferirse a las promesas espirituales. La "lluvia de gracia" y el beneficio espiritual "en la estación tardía" vendrá de Dios sin fallo alguno y será un refrigerio perfecto para el alma de los israelitas.

Por eso, debemos insistir en que cuando aquí dice "lluvias", debemos interpretarlo en sentido estrictamente literal. Dios le ha prometido a Israel, a Su pueblo terrenal, bendiciones terrenales. Él ha prometido a los judíos algo que no ha prometido a la iglesia como tal, es decir, a la familia de creyentes independiente de su raza, color, nacionalidad, sexo y estatus socio económico.

A nosotros, los que no siendo israelitas formamos parte de esta Su iglesia, la iglesia universal de Cristo que no conoce fronteras ni nacionalidad, se nos ha prometido que seremos bendecidos con bendiciones espirituales. Pero ellos van a ser bendecidos con bendiciones físicas, materiales, que son temporales. Esta promesa se materializará por medio de las lluvias que caerán sobre la nación de Israel, y que producirían buenas cosechas. Y aunque hasta la fecha este suceso no ha tenido lugar en Israel, Dios promete que algún día, en un futuro, enviará una lluvia tardía que será de enorme bendición.

De la misma manera sucede en este versículo cuando se menciona la "lluvia tardía", cuya interpretación es también literal, algo que a los judíos de aquella época nos imaginamos les habrá resultado reconfortante, debido a la intensa sequía crónica a la que la zona de palestina está sometida.

Ahora bien, la mencionada "lluvia tardía", o como se le ha denominado "lluvia de primavera", hacía su aparición durante los meses de marzo y abril. Y lo que Dios dice que Él va a enviar lluvia en la estación tardía, y que será una lluvia abundante, y que dará lugar a verdes pastizales en el campo para los animales. Habrá abundante lluvia para los árboles y para los sembrados, para las plantas y para las frutas que a ellos les gustaría plantar.

De manera adicional, creemos encontrarnos aquí con una representación física de una promesa espiritual: la promesa de un anhelado refrigerio espiritual. Así es como se utiliza en la profecía del profeta Joel, por ejemplo, en el capítulo 2, versículo 28, que ya hemos considerado anteriormente: Lo que la lluvia física hace por la tierra, así hace Dios mediante la lluvia o el refrigerio espiritual, mediante el Espíritu de Dios actuando sobre esta gente. Y tanto las profecías de Zacarías como las de Joel, si bien tienen una aplicación práctica inmediata, ofrecen también una referencia muy clara en cuanto al milenio, a ese período futuro del cual no conocemos la fecha pero que tenemos la plena certeza que tendrá lugar. Y entonces, habrá un derramamiento del Espíritu de Dios en aquel día, tal y como profetizó Joel.

Al llegar al versículo 2, vemos una alusión a que debe haber un juicio de aquello que estaba malo o equivocado, en los reinos del norte y del sur. Y Dios les va a fortalecer para los días postreros, y Él les va a llevar al milenio; pero hay ciertas cosas que están completamente equivocadas en su medio, y esto es destacado aquí para nosotros en los versículos 2 y 3 de este capítulo 10 de Zacarías, donde leemos:

"Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor. Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes; pero El Señor de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la guerra."

A diferencia de Dios, quien provee en abundancia, los ídolos o dioses domésticos y los adivinadores demoníacos dejaron a Israel como ovejas sin pastor. Dios juzgará a todos por este liderazgo falso. Y encontramos en estas palabras un paralelismo entre esta época (recordemos que estamos en el siglo VI a.C.) y el engaño similar, ocurrido al final de los tiempos, tal y como podremos leer en varios pasajes del Nuevo Testamento de la Biblia.

En estos versículos se presenta ante nosotros aquello que estaba causando problemas en la nación: Los "terafines" o ídolos. "Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han hablando sueños vanos, y vano es su consuelo".

Efectivamente, uno de los grandes pecados de Israel era esa dependencia de los ídolos y de los adivinos. Y la Palabra de Dios ha sido siempre muy clara respecto a esto. Dios, por medio de Zacarías, está aquí hablando de estos ídolos, terafines, pequeñas divinidades caseras. De ellas se habla en otros lugares en las Escrituras, por ejemplo, en el capítulo 21 de Ezequiel, versículo 21, dice: "Porque el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada, al principio de los dos caminos, para usar de adivinación; ha sacudido las saetas, consultó a sus ídolos, miró el hígado".

Muy bien, como podemos ver, esta cita resulta muy elocuente para nuestro estudio. El Dr. Merrill Unger, recocido erudito del idioma hebreo, experto en demonología, que es el estudio de las cualidades y naturaleza de todos los demonios, comenta la existencia de un lugar cerca de la antigua ciudad de Nínive, llamado Noozoo, en las proximidades de un lugar llamado Kircah. En unas excavaciones arqueológicas realizadas entre los años 1.925 y 1.941, se encontraron tablillas de barro que ilustraban las costumbres de los patriarcas bíblicos.

Por ejemplo, recordemos que en la historia de Israel, cuando Jacob tomó a sus dos esposas, llamadas Lea y Raquel y dejó a su tío Labán, debido a serios problemas familiares, la Biblia nos menciona que Raquel se llevó el terafín - eso se menciona en el libro de Génesis, capítulo 31, versículo 34.

El hallazgo de las tablillas de barro prueba la idea de que la posesión de estos dioses caseros implicaba el liderazgo de la familia. Y recordemos que la historia bíblica nos cuenta cómo Raquel sustrajo esa representación de un dios y se sentó sobre él para evitar que alguien pudiera descubrir su robo.

Ahora, el hecho de que Raquel robara este objeto que representaba a un dios era un asunto muy serio, y era la razón por la cual Labán estaba muy enojado dado que su posesión era símbolo de derecho a posesión de todos los bienes materiales y, como es lógico, no deseaba que Jacob heredara todo cuanto él poseía.

Por otro lado, estimado oyente, el terafín era frecuentemente utilizado por los adivinadores, y se nos dice aquí que los adivinadores habían predicho falsos hechos, y dicho muchas mentiras acerca de Israel y su futuro.

La adivinación es una imitación pagana de la profecía bíblica. El diablo siempre ha intentado emular a Dios, ser como Él, imitarle lo posible e intentado engañar a los hombres simulando ser "un ángel de luz". Satanás es, según la Biblia, el maestro de la mentira y del engaño. Él conoce perfectamente las Escrituras y ha intentado imitar a Dios hasta en las profecías. ¿Cómo? Por medio de los adivinadores paganos y de de sus falsas profecías.

En el texto original, la palabra que se utiliza para adivinación indica el hecho de cortar o dividir y tiene que ver con el tomar un sacrificio, cortarlo, abrirlo y mirar en las entrañas. Es decir, mirar al hígado, su forma, posibles señales o malformaciones, etc. Esto se llamaba hepatoscopía y era una forma de predicción que se utilizó en la Antigüedad para hacer pronósticos vitales. Se realizaba, como hemos mencionado, examinando el hígado de los animales, una vez eran éstos sacrificados.

Y estos adivinos que menciona Zacarías trataban de interpretar el futuro de esa manera. Y al observar el hígado, la forma de éste, pretendían adivinar los sucesos que habrían de venir. De hecho, ellos consideraban al hígado como la raíz misma de la vida, de ahí su importancia.

Por ello vemos que, retomando nuestra historia del robo del ídolo de Balaam por Raquel, éste era uno de estos adivinos. Y fuesen estos babilónicos o filisteos, sus métodos eran ampliamente copiados y utilizados por los falsos profetas de Israel.

De esta manera, Zacarías traslada a su pueblo el enorme desagrado de Dios respecto a este asunto: muchos judíos han preferido prestar sus oídos a engañadores y adivinos en lugar de escuchar y obedecer su voluntad, anunciada tantas veces por sus profetas. En otras palabras, el pueblo prestó atención a falsos profetas inspirados por demonios y no por el Espíritu Santo. Por ello, Dios estableció una ley en cuanto a eso, como bien sabemos por las Escrituras, de, que ellos, su pueblo, no debían tener nada que ver con magos, adivinos e ídolos.

No entraremos ahora en mucho detalle a este respecto, al cual aludiremos más extensamente en nuestro próximo estudio de Apocalipsis. El autor de estos estudios bíblicos en los que se basa este Programa, el Dr. J. Vernon McGee, contó cómo con ocasión de un Estudio Bíblico sobre los demonios, el aforo de su iglesia fue ampliamente sobrepasado por una multitud de más de 3.000 personas que, cada domingo, acudía presta a escucharle con la mayor atención que él podía recordar en mucho tiempo. Algunos amigos le tomaban el pelo diciéndole que él usaba cualquier método con tal de conseguir que la gente acudiese a escucharle. Pero él insistía en hablar de un tema que creía importante pero que, paradójicamente había sido ignorado en la iglesia hasta ese momento.

Estimados oyentes, parafraseando al célebre escritor británico C.S. Lewis, "los demonios se alegran grandemente tanto cuando se habla demasiado de ellos como cuando se les ignora por completo". ¿Por qué afirmaba esto C.S. Lewis? En nuestra opinión, porque había comprendido que Satanás y los demonios eran una realidad (tal y como vemos a lo largo de toda la Biblia), pero que su estrategia era pasar o bien absolutamente inadvertidos, con lo cual podrían campar completamente a su antojo, o bien, ser sobrevalorados, generando así un respeto y un temor absolutamente inmerecido. Con Satanás, estimado oyente, no podemos caer en una sobrevaloración, porque Jesús ya lo venció en la Cruz, cosa que él sabe perfectamente, ni en minusvalorarle, porque hasta que sea "arrojado al lago de fuego" (al final de los tiempos, tal y como se narra en Apocalipsis) sigue siendo el príncipe de este mundo, con amplios poderes para matar, robar y engañar.

De hecho, él está operando en estos mismos momentos en las vidas de muchas personas y especialmente en aquellos lugares donde se está predicando la Palabra de Dios. El mismo Dr. McGee decía que muchos de los problemas físicos que él experimentaba eran a causa de esto. Él pensaba que Satanás deseaba detener estos estudios y programas que pretenden transmitir la Palabra de Dios.

Y ésa es la razón por la cual necesitamos la protección de Dios, y hoy necesitamos la protección de Dios como nunca antes. La carta del apóstol Pablo a los Romanos, en el Nuevo Testamento de la Biblia, nos asegura que tenemos a nuestra disposición una "armadura" de Dios capaz de parar los dardos y los ataques de Satanás y sus demonios.

Por ello, como cristianos, necesitamos mantener nuestros ojos, nuestra mirada puesta en el Señor Jesucristo. Esa es la razón por la cual debemos mantener nuestra atención fija en Él, porque si uno se mantiene cerca de Él, usted va a estar bajo su protección y cuidado. Y esta es la buena noticia: ¡Que Jesús ya luchó y venció en la Cruz por usted, y pagando con su propia vida, compró el derecho de que usted fuera salvo para siempre! Si querido amigo: para siempre. Es lo que los cristianos llamamos "Vida Eterna". ¿Y qué es lo opuesto a la vida eterna? La eternidad en el infierno.

Usted recordará una parábola que contó el Señor Jesucristo en cuanto a un hombre que había sido poseído por un demonio. Y ese demonio salió del hombre, ante lo cual "el hombre barrió y adornó bien la casa de donde había salido el demonio". Pero él no tenía nada con qué llenar ese lugar vacío. Así es que, ese demonio que había salido de él, cansado de vagar sin un destino más atractivo, se acordó del hombre del cual había salido y regresó. Pero, este demonio decidió traerse consigo algunos amigos, otros demonios y la condición de ese hombre, dijo Jesús, fue mucho peor de lo que había sido anteriormente.

Así que, como podrá ver, querido amigo, es mejor no jugar con fuego, tal y como hicieron los antiguos israelitas, y no consultar supuestos adivinos, brujas, magos, hechiceros, y un larguísimo etc., porque, sin saberlo, nos estamos adentrando en un terreno tan peligroso como resbaladizo, tanto que el propio Dios prohibió a sus hijos acercarse a este tipo de engañadores. Porque cada vez que usted lo hace, usted está cediendo terreno al enemigo y otorgándole poder sobre su vida y la de su casa.

De modo que, tenemos aquí una profecía muy destacada. Porque los terafines han dado vanos oráculos: Los adivinos han mentido. Siempre lo han hecho. Y los adivinos han visto mentir: Ellos son los que han contado falsos sueños, visiones que nunca han tenido. Vano es su consuelo, por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor: Y, por aquel entonces, no había un verdadero pastor que guiara al pueblo. O mejor dicho, el propio pueblo dejó de lado su pastor, dándole la espalda a Dios, desobedeciendo su voluntad y haciendo caso omiso de los Profetas.

Y en el día de hoy, amigo oyente, la gran necesidad de la iglesia no es la de más actividad, sino que las ovejas sean bien alimentadas con la Palabra de Dios.

Bien, amigo oyente, vamos a detenernos aquí por hoy. Dios mediante, continuaremos en nuestro próximo programa, esperando que usted nos sintonice de nuevo. Hasta entonces, le sugerimos leer los siguientes versículos de este capítulo 10 de Zacarías, cuyo estudio hemos iniciado hoy.

H

asta entonces, ¡que Dios le bendiga en manera muy especial!
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