Estudio bíblico de Salmos 2

Salmo 2:1?12

Una de las características notables de los Salmos es que están ordenados sistemáticamente. En el primer Salmo tenemos en realidad al hombre perfecto, el hombre feliz. Y creemos que representa al Señor Jesucristo como el último Adán. Ahora, en contraste con el hombre perfecto, el hombre dichoso del Salmo 1, vemos al hombre rebelde en el Salmo 2. Llamamos a ésta sección, la sección correspondiente al Génesis en el libro de los Salmos y el paralelismo es sorprendente. Génesis comienza con el hombre perfecto, el hombre feliz, en el jardín del Edén. Pero él se convirtió en el hombre rebelde que se apartó de Dios, y ya no buscaba su compañía, y no tenía una capacidad para relacionarse con Él. Aquí en el Salmo 2, encontramos a los descendientes de Adán, es decir, a la humanidad.

El Salmo 2 ha sido llamado el drama de los siglos. Contiene una declaración decisiva en cuanto al desenlace de los eventos y las fuerzas que operan actualmente en el mundo. Este Salmo está dividido más como un programa de televisión que como una obra de teatro. Está presentado como si hubiera una cámara en la tierra y otra en el cielo. En nuestros días hemos experimentado algo parecido cuando se nos han ofrecido reportajes de exploraciones espaciales con una cámara instalada en algún planeta. Es un espectáculo emocionante y dramático.

Aquí en el Salmo 2 tenemos entonces un programa realizado por el Espíritu Santo en el cual Él usa dos cámaras de una manera dramática que supera la imaginación humana. En primer lugar, comienza a funcionar la cámara que opera en la tierra y entonces escuchamos la voz de las multitudes. Tenemos a este hombre insignificante desempeñando su pequeña parte, desempeñando su papel, como dijo Shakespeare: "Un actor deficiente que se pavonea y apura su actuación en el escenario de la vida". Una vez que el hombre realiza su pequeña representación, la cámara de televisión en la tierra se desconecta y se pone en funcionamiento y escuchamos hablar a Dios el Padre. Después de su intervención la cámara se dirige hacia su lado derecho y Dios el Hijo tiene algo que decir. Luego, la cámara del cielo se apaga y la cámara de la tierra comienza a funcionar nuevamente y Dios el Espíritu Santo tiene la última palabra. En primer lugar tenemos entonces

La cámara enfocada en la humanidad

Y dispongámonos a presenciar este programa de televisión que comienza con la cámara situada en la tierra enfocando a los seres humanos. La presentación comienza con una pregunta que vemos en el versículo 1, y es la siguiente:

"¿Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan cosas vanas?"

Las naciones aparecen alborotadas, sublevadas, y los pueblos conspirando y haciendo planes sin sentido. La palabra "vanas" significa "vacías". Significa que aquello que ha enfurecido a las naciones paganas y las ha reunido en un gran movimiento de masas, un movimiento de protesta, nunca se cumplirá, no logrará sus objetivos. Así que se han reunido para un plan de inútil realización. Ahora, ¿cuál es ese plan? Leamos el versículo 2 de este segundo Salmo:

"Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes conspirarán contra el Señor y contra su ungido, diciendo"

Aquí vemos a un grupo variado que incluye a los gobernantes y a los líderes religiosos. No solo vemos a las multitudes implicadas en este movimiento de protesta sino también a la clase dirigente que se ha unido a la rebelión. Así que los que detentan el poder político y religioso se han unido en esta empresa.

Ahora, ¿Por qué están protestando? ¿Contra quién se han puesto? La respuesta es: contra el Señor y contra su ungido. La palabra "ungido" aquí en hebreo corresponde a "Mesías". Esta palabra llevada al Nuevo Testamento corresponde a "Cristo". O sea que aquí vemos un gran movimiento mundial contra Dios y contra Cristo.

¿Cuándo comenzó este movimiento? Las Sagradas Escrituras nos informan al respecto. En el libro de los Hechos, en el capítulo 4, cuando estalló la persecución contra la iglesia, se nos dice que los apóstoles Pedro y Juan, después de haber sido amenazados, regresaron a la iglesia para informar sobre la situación. En el versículo 4:24 vemos la reacción de los cristianos: 24Ellos, al oírlo, alzaron unánimes la voz a Dios y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios...

Aquí debemos hacer una pausa porque ésta es una de las cosas de las cuales la iglesia aun no está segura en la actualidad, y nos referimos a la frase: Señor, tu eres el Dios. Muchos no están seguros de que Él sea Dios. Se lo están pensando. Pero la iglesia primitiva no tenía dudas ni preguntas al respecto.

Y luego aquellos antiguos cristianos continuaron diciendo: que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste: "¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor y contra su Cristo". (Hechos 4:24-26). Ahora, en el versículo 27 tenemos la interpretación del Espíritu Santo: Y verdaderamente se unieron en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato, con los no judíos y el pueblo de Israel, contra tu santo hijo Jesús, a quién ungiste. Aquí el Espíritu Santo nos dice que este movimiento estaba comenzando allá cuando Pilato se unió con los dirigentes religiosos y Herodes para dar muerte a Jesús. Esta fue un movimiento contra Dios, y contra Cristo, que fue aumentando progresivamente a través de los siglos, y que culminará en una revolución mundial contra Dios y contra Cristo.

Ahora, esto puede parecer increíble y alguien quizá diga: "Yo no creo realmente que el mundo se esté moviendo en esa dirección, ¿no le parece?" Bueno, debo decirle que así lo creo. ¿Podemos decir que el mundo está mejorando? Creo que así es. ¿Y no es cierto que se puede afirmar que está empeorando? Sí, es evidente que sí. Entonces, dirán algunos, ¿en qué quedamos? ¿Es que estamos tratando de quedar bien con dos opciones opuestas? Pues no, el caso es que ambas son ciertas. Es lo mismo que el Señor Jesús dijo en la parábola de la cizaña (Mateo 13:24-39). El Señor dijo que Él mismo era el sembrador y que Él estaba sembrando la semilla en el mundo. Y también dijo que vino un enemigo a sembrar cizaña entre el trigo. Los siervos quisieron ir a arrancar la cizaña. También en nuestra época algunos han considerado que debían dedicarse a la tarea de arrancar la cizaña. Un conocido maestro Bíblico nos contó que cuando comenzó su ministerio cristiano pensó que esa debía ser su tarea primordial y comenzó a hacerlo con verdadera dedicación. Pero pronto descubrió que no había sido llamado al ministerio cristiano para enderezar o corregir a nadie, ni a resolver ninguna situación ambigua. Dijo tener suficiente trabajo con corregirse a sí mismo, como para preocuparse de los demás. Es que el Señor mismo se encargará de clarificar la situación. En la parábola dijo que el trigo, es decir la buena semilla, que representaba a los hijos del reino, estaba creciendo, y que la cizaña, es decir, la mala semilla, que representaba a los hijos del malo, también estaba creciendo. Así que ambas semillas estaban creciendo juntas. Pero el Señor se ocupará de ello y a su tiempo, procederá a separarlas.

En la actualidad existe un crecimiento del bien. ¿Sabía usted que hay más enseñanza Bíblica hoy que en cualquier período de la historia del mundo? Por todo el mundo hay emisoras que están difundiendo por las ondas la Palabra de Dios. Los avances de la tecnología de los satélites permiten enviar la señal a las regiones más remotas de la tierra. Así que las Sagradas Escrituras se propagan hoy por una gran variedad de medios de difusión que eran inimaginables en otras épocas. Por ello decimos que el trigo, la buena semilla está creciendo. Pero debemos destacar igualmente que la mala semilla, la cizaña, también está creciendo y difundiéndose como nunca antes. El mal está aumentando rápidamente. Hay tanta oposición contra Dios y la persona de Cristo, que resulta increíble a los extremos que puede llegar. Todos nos hemos encontrado con diversas formas de oposición al mensaje de Cristo; hay formas más violentas, y otras más sutiles, que pasan casi desapercibidas.

En el siglo pasado hemos visto surgir naciones cuya filosofía y desarrollo político estaba basado en el ateísmo. Y esa situación no se había registrado en el pasado. En ese entonces, iban en la dirección opuesta. Ninguna nación en el mundo antiguo, el gran mundo pagano del pasado, era atea. Eran politeístas, es decir, que había naciones que creían en la existencia de muchos dioses y el culto de esa adoración impregnaba todos los aspectos de su vida política y social. Claro que aquella gente estaba demasiado cerca del origen de la revelación divina. El patriarca Noé conoció a alguien que había conocido a Adán. Cuando uno está cerca de la revelación de un Dios, no puede negar su existencia. En la época de Noé el mundo estaba lleno de violencia, pero el ateísmo no existía. No había ateos. Cuando Dios entregó los Diez Mandamientos, ninguno de ellos se dirigió contra el ateísmo, aunque sí se incluyeron dos contra el politeísmo, como vimos en Éxodo 20:3-4, que dice: 3»No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4»No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. Ahora con el paso de los siglos llegamos a la época del rey David, en la que al parecer debió haber muchos ateos. David se refirió a ellos en el Salmo 14:1, cuando escribió; Dijo el necio en su corazón; "no hay Dios". Aunque los ateos puedan tener una gran preparación intelectual y títulos académicos, ya vemos que la Biblia les califica de otra manera.

¿Y qué diremos de la oposición a Jesucristo? Al parecer, mucha gente habla de Jesús y le admira. Entonces, ¿hay oposición o no? Lo que sucede es que se trata de una imagen de Jesús adaptada a las preferencias del ser humano actual. Es un Jesús que nunca existió. Es un hombre desconocido para las páginas de la Biblia. Por ejemplo, muchos no aceptan el nacimiento virginal de Jesús y creemos que deberían decirlo sin rodeos; porque muchas veces, para no causar una mala impresión, evitan referirse a su nacimiento. De la misma manera, niegan sus milagros y su muerte en la cruz por los pecados del mundo. La Biblia nos presenta a un Jesús que murió una muerte sustitutiva, vicaria por el pecado del hombre. Y se niega también Su resurrección corporal, física. Evidentemente, este Jesús que muchos aceptarían hoy no tiene nada que ver con el Jesús de las Sagradas Escrituras. Sin embargo, el Jesús que nosotros predicamos, estimado oyente, tiene un sólido apoyo documental en las Sagradas Escrituras. Por lo tanto, el que acepta y cree en la descripción Bíblica de Jesús no tiene por qué ser calificado despectivamente como retrógrado, o fundamentalista. Porque, sinceramente hablando, ¿quiénes serían los retrógrados?

Pero es hacia este Jesús que describe e identifica la Biblia, hacia quien existe una creciente oposición que seguirá aumentando hasta una culminación futura.

Ahora, ¿cómo se manifiesta esa oposición, cómo se expresa? Pues exactamente como el Señor dijo que ocurriría. Regresemos al Salmo 2 y escuchemos el clamor de esa oposición leyendo el versículo 3:

"Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas"

¿Cuáles son las ataduras que Dios ha colocado sobre la familia humana? El matrimonio es una de ellas. Dios lo ha establecido para el bienestar de la humanidad, más allá de que implique a personas cristianas o no. Pero en la actualidad las personas no solo quieren liberarse de esa ligadura sino que lo están haciendo. Así que Dios es el responsable de la existencia de esa institución y quien proveyó esa hermosa relación de amor a este mundo. Pero en la actualidad, los hombres quieren evadir el carácter permanente de dicha relación, y sobre todo de las responsabilidades que ella implica.

Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas, dicen. Y esto nos recuerda a los Diez Mandamientos. No nos salvamos por cumplirlos, porque de todas formas, no podríamos hacerlo por nuestras propias fuerzas. Pero ahí están, para proteger la vida humana a nivel individual y la convivencia en sociedad. Pero entre los seres humanos prevalece la filosofía de liberarse de esta atadura, para poder ser supuestamente libres y que cada uno actúa como desee. Dios ha dicho que de esa manera, no funciona la vida personal, ni familiar, ni social. Porque tenemos una naturaleza física controlada por la maldad y las pasiones, y esa naturaleza necesita estar controlada. Pero la humanidad tiende a desatarse de toda restricción y control.

Y así resulta inquietante ver la situación en que se encuentra nuestro mundo. En el ambiente político vemos confusión y corrupción. En la esfera espiritual, vemos transigencia e indiferencia. Y en el ámbito social, un consumismo insaciable que conduce a un endeudamiento creciente, una lucha intensa por sobrevivir y una tendencia a la comodidad. La sociedad de la abundancia quiere tener las cosas disfrutando cada vez más de facilidades e invirtiendo el menos esfuerzo posible. Y si fuera posible, sin ningún esfuerzo. Realmente, es como para preocuparse. Pero prosigamos observando los escenarios del Salmo 2 y veamos en el versículo 4:

La cámara enfocando a Dios el Padre

Y surge la pregunta: ¿Cómo se siente Dios el Padre ante esta situación?

"Él que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos".

Esa risa de Dios no es una risa de humor. La situación no tiene nada de divertida. ¿Entonces qué clase de risa es? Bien, mirémoslo desde el punto de vista de Dios, y vemos al hombre en su pequeñez, como una miniatura, presentándose amenazadoramente delante de Él, agitando su puño y desafiándole. Imaginemos a Dios contemplando esta escena ridícula. ¡Cómo no reír ante esta patética demostración! Esa escena no durará mucho tiempo. ¡Cuantos tiranos han desafiado a Dios, como quien desempeña un brevísimo papel en el escenario de la vida y en un momento, su actuación llegó a su fin, y la historia los ha arrinconado en el olvido. Leamos el versículo 5:

"Luego les hablará en su furor, y los turbará con su ira"

Aquí el salmista se refiere al juicio que vendrá sobre la tierra. ¿Qué efecto tendrá la oposición del hombre sobre el programa de Dios? Dios se está moviendo hacia el cumplimiento de Su propósito. Lo que el hombre en su insignificancia haga no le disuadirá de diferir el proceso. Él tiene un propósito doble en el mundo: tiene un propósito celestial y un propósito terrenal. Ahora mismo está llevando a cabo su propósito celestial: el escritor a los Hebreos lo expresó así en el versículo 2:10: llevar muchos hijos a la gloria. Dios está llamando de este mundo a un pueblo que invoque Su nombre, Este es su propósito actual. Sin embargo tiene el segundo propósito, que está definido en el versículo 6, que dice:

"Yo he puesto mi rey sobre Sión, mi santo monte".

Dios se está moviendo y avanzando directa y constantemente, sin vacilar e inflexiblemente hacia el establecimiento del trono en que Jesucristo se sentará en esta tierra. Él no está demorando Su venida y vendrá según el calendario que Él ha previsto y no según las previsiones humanas. Porque desconocemos el tiempo de Su venida. Y ahora veremos

La cámara enfocando a Dios el Hijo

Aquellos que me están escuchando en este momento, y que están familiarizados con la teología, saben que el Señor Jesucristo es quien ejecuta todos los decretos de Dios. Y entonces el Hijo habla, diciendo lo que leemos en el versículo 7:

"Yo publicaré el decreto; El Señor me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy".

Este versículo no se refiere al nacimiento del Señor Jesucristo. Y podemos ver fácilmente como lo interpreta el Espíritu de Dios en el Nuevo Testamento. Fue citado por el apóstol Pablo cuando predicó en Antioquia de Pisidia, Este fue uno de sus sermones más importantes: estaba hablando de la resurrección de Cristo y dijo, en Hechos 13:33, 33la cual Dios nos ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: "Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy". La referencia al Salmo 2 no se refería al nacimiento de Jesús. EL nunca fue engendrado en el sentido de tener un principio. Esta fue más bien una referencia a Su resurrección. Cristo fue engendrado al salir de la tumba. Porque Él es el hijo eterno de Dios y Dios es el Padre eterno. Uno no puede tener un Padre eterno sin tener un Hijo eterno. Y ellos estuvieron en esa relación por toda la eternidad. Es su posición en la Trinidad. No tiene nada que ver con alguien naciendo, sino con alguien siendo engendrado de entre los muertos, o sea, con la resurrección. Y volviendo ahora al Salmo 2, leemos en el versículo 8, que el Padre continuó hablando:

"Pídeme, y te daré por herencia las naciones y como posesión tuya los confines de la tierra".

El cetro de este universo será sostenido por un Hombre con manos que tienen la señal de los clavos. Él es el que aun ha de reinar. Esto no se refiere al programa misionero. ¿Cómo tomará Él posesión de las naciones del mundo? ¿Predicando el evangelio? No. Escuchemos lo que dice aquí el versículo 9:

"Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás".

Este pasaje no se refiere a la primera venida de Cristo a la tierra, sino a Su segunda venida, cuando regrese para juzgar a la tierra, para aplastar la rebelión. Quizás a muchos no les agrade esta perspectiva pero usted puede leerla en Apocalipsis 19. Leamos ahora los versículos 10 y 11, porque

La cámara enfoca al Espíritu Santo

"Ahora, pues, reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid al Señor con temor y alegraos con temblor".

Dios, en la historia del mundo, siempre y sin excepción ha dirigido Sus mensajes a los gobernantes de este mundo. Al comienzo, con Faraón en Egipto; cuando José era su Primer Ministro; Daniel fue el Primer Ministro de Nabucodonosor en Babilonia, y más tarde lo fue de Ciro, rey de Persia. Dios presentó Sus mensajes a través de ellos a estos gobernantes. En el versículo 12 podemos leer lo siguiente:

"Honrad al Hijo, para que no se enoje y perezcáis en el camino, pues se inflama de pronto su ira. ¡Bienaventurados todos los que en él confían!"

Un profesor de un Seminario teológico, el Dr. George Gill, acostumbraba a decir que ésta era la forma del Antiguo Testamento de decir: Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, y eso es lo que el Espíritu de Dios está diciendo al hombre en la actualidad. Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo. Recordemos, en Mateo 26:50, lo que el Señor Jesús le dijo a Judas después que éste, al traicionarle, le besó: "Amigo, ¿a qué vienes?". ¿Por qué le dijo eso? ¿No sabía por qué Judas le había besado? Por supuesto que sí? ¿Entonces por qué le llamó amigo? ¿Qué le quiso decir? Sugiero lo siguiente: "Me acabas de besar, lo cual ha cumplido la profecía. Ahora eres libre para volverte a mí, y para transformar ese beso de traición en uno de aceptación. Eres un agente moral libre". En el Salmo 2 el Espíritu Santo dijo: Honrad al Hijo, es decir, creed en el Señor Jesucristo y seréis salvos. Creed en el Señor Jesucristo, antes de que sea demasiado tarde. Y este es el mismo mensaje que el Espíritu Santo está comunicando hoy a la humanidad. Algún día el vendrá a establecer su reino sobre la tierra. Aplastará toda rebelión y reinará trayendo paz y armonía a esta tierra.

El mundo se parece hoy a la escena que observamos en los momentos previos al comienzo de un concierto, La orquesta se encuentra en el escenario y cada uno de los intérpretes se encuentra afinando su instrumento, concentrándose en sí mismo y olvidando a los demás. El sonido que se oye no puede expresar una mayor confusión. Pero llega el momento en que entra el director, y después de unos aplausos de bienvenida se hace produce un silencio total. Entonces levanta la batuta, y a su señal, todos los instrumentos comienzan a tocar en orden, en armonía, y la suma de todos interpretando su parte y todos juntos bajo la guía del director, producen un sonido hermoso, perfecto. Cuando el Señor Jesucristo venga y entre en la escena, todo aquel que no esté afinado con Él, será removido. Y entonces Él alzará su cetro, y todo el universo resonará en una armonía universal. Pero mientras ese día no llega, para mí como cristiano, es un privilegio inclinarme ante Él, llevando el pequeño instrumento de mi cuerpo y mi vida, afinado con Él, reconociéndole como mi Salvador y Señor. Estimado oyente, le invito cordialmente a hacer lo mismo.

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