Estudio bíblico de Salmos 5-7

Salmos 5, 6 y 7

Llegamos hoy, estimado oyente, al Salmo 5, que se encuentra en esta sección que forma una especie de escalera entre el primer Salmo Mesiánico, el Salmo 2, y el segundo Salmo Mesiánico que es el Salmo 8. En realidad, estos Salmos 3 al 7 nos cuentan una historia. En primer lugar, estos representan la experiencia personal del rey David. En segundo lugar, revelan proféticamente el cuadro de la nación de Israel durante el período de la gran tribulación. También tienen una aplicación muy real para nosotros en la actualidad, por los grandes principios que son mencionados aquí. Tienen un mensaje para el pueblo de Dios de todas las edades y todos los tiempos.

Ahora, al llegar al Salmo 5, nosotros lo titulamos como "El hombre perfecto en medio de sus enemigos". Este es un Salmo que fue escrito por David, y tiene la siguiente inscripción: "Al director musical; sobre Nehilot". El Salmo 4, que vimos en nuestro programa anterior, decía Neginot, que se refería a un instrumento de cuerdas. En este Salmo 5, "Nehilot" se cree generalmente que se refiere a un instrumento de viento, concretamente flautas. Como usted ya sabe, David, era el dulce salmista de Israel, preparó la mayoría de estos Salmos para la música. Este Salmo probablemente fue cantado por un coro, y acompañado por flautas. Tratando de definir el tono y el carácter de este Salmo, Pridham, un estudioso de la Biblia dijo: "Es una oración de fe, que surge de un corazón en el cual el discernimiento de Dios como un escudo y galardonador de aquellos que le buscan, aparece expresado junto con un profundo sentido de la maldad y perversidad que se presenta diariamente ante la contemplación de los fieles. El disgusto del alma a causa de la abundancia de la iniquidad, es una característica importante en su expresión general". Pridham también pronunció esta interesante declaración: "Por lo tanto, la paciencia se ha forjado en la tribulación, y la alegría abunda en la esperanza segura de libertad, que es solamente diferida por los consejos de un amor infalible". Creemos que estas palabras resumen adecuadamente el contenido de este magnífico Salmo. Se le ha llamado "Salmo de la mañana" y observemos como comienza leyendo los primeros tres versículos:

"Escucha, Señor, mis palabras; considera mi gemir. Atiende a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré. Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti y esperaré".

Es una oración matutina, en la cual el salmista eleva su voz a Dios al despertar. La mañana es un momento muy apropiado para que el corazón se dirija a Dios en oración.

Observemos ahora lo que dice este Salmo, en los versículos 4 hasta el 7:

"Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad, el malo no habitará junto a ti. Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad. Destruirás a los que hablan mentira; al hombre sanguinario y engañador abominará el Señor. Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu Casa; adoraré con reverencia hacia tu santo Templo".

Este es el consuelo que puede disfrutar las personas piadosas. Y cuando usted observa alrededor suyo hoy, puede sentirse como nosotros abatido al ver como predomina el mal. Es algo que hace sentir una profunda tristeza interior. Pues bien, ¿cuál es el consuelo de las personas fieles a Dios en días como estos? Bueno, el salmista nos lo dirá. El odio que él siente en su propio corazón hacia el mal revela que él está de parte de Dios. Dios también detesta ese mal al mirar a este mundo controlado por la maldad. Esa maldad que no agrada a Dios ni a aquellos que conocen a Dios. El mal no tiene cabida en él. Como dijo Juan en su primera carta, en el capítulo 1, versículo 5: "Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él". Por su parte el profeta Habacuc, cuando Dios le dijo que los caldeos iban a invadir la tierra de Dios, lo expresó de manera parecida y dijo en el capítulo 1, versículo 13: "Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio". La maldad puede prosperar por un tiempo, pero se acerca implacablemente el día que traerá destrucción y vergüenza eternas a aquellos que practican las mentiras y la iniquidad. Dios ha expuesto eso con mucha, pero con mucha claridad; que se acerca un día de juicio y que el mal de hoy no prevalecerá. Dios lo ha comunicado en el libro de Apocalipsis, capítulo 21, versículo 8, que dice así: "Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda". No somos nosotros sino la misma Biblia la que anuncia que el juicio de Dios vendrá sobre la tierra.

Ahora, en los versículos 8 y 9, de este Salmo 5, leemos lo siguiente:

"Guíame, Señor, en tu justicia, a causa de mis enemigos; endereza delante de mí tu camino. En la boca de ellos no hay sinceridad; su interior está lleno de maldad, sepulcro abierto es su garganta, su lengua es mentirosa".

Lo que él estaba diciendo aquí era que los enemigos lo estaban observando. Ellos querían que él tropezara y cayera, pero él quería glorificar y honrar a Dios. Por tanto él estaba orando a Dios que no le dejara tropezar y caer, que lo guiara y oró con estas palabras: "Endereza delante de mí tu camino, en la boca de ellos no hay sinceridad; su interior está lleno de maldad, sepulcro abierto es su garganta". Por cierto, estas palabras fueron citadas en Romanos 3:13 por el apóstol Pablo de la siguiente manera: "Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan". No son sinceros, no parecen conocer cuál es la verdad porque no la dicen.

Ahora, los versículos 10 al 12, dicen:

"¡Castígalos, Dios! ¡Caigan por sus mismas intrigas! Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, porque se rebelaron contra ti. Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre. Tú, Señor, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor".

La oración es el recurso del ser humano cuando ve la maldad que le rodea. Ora pidiendo aquella guía que le capacitará para vivir de una manera tal que no traiga descrédito o desprestigio al nombre de Dios.

En el versículo 10 el Salmista le pidió al Señor que destruyese al enemigo. Esta es la primera oración imprecatoria registrada en los Salmos, es decir, una oración en la que se expresa un vivo deseo de que alguien sufra un mal. Más adelante tendremos oportunidad de desarrollar este tema. Hay ciertas oraciones que David pronunció en las que pidió a Dios justicia; le pidió que interviniera y que trajese juicio. Algunas de ellas fueron muy duras. El profeta Isaías oró de la misma manera en 64:1-2, diciendo: ¡Si rasgaras los cielos y descendieras y ante tu presencia se derritieran los montes,

"Como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas! Así harías notorio tu nombre a tus enemigos y las naciones temblarían ante tu presencia. Es que la justicia tiene que caer algún día sobre los transgresores. Las Sagradas Escrituras dejan bien en claro que Dios tomará venganza sobre los que practican el mal".

Recordemos que el Señor Jesucristo, en Lucas 18:3-8, mencionó una parábola sobre una mujer que presentó su caso ante un juez, rogándole: que oraba diciendo: "Hazme justicia de mi adversario". 4Él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: "Aunque ni temo a Dios ni tengo respeto a hombre, 5sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo me agote la paciencia"». 6Y dijo el Señor: «Oíd lo que dijo el juez injusto. 7¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8Os digo que pronto les hará justicia. Y así fue que David, en su día, oró por venganza.

Debemos decir que si un creyente hace una oración de esta clase en esta época, está cometiendo un pecado. Aquí es donde creemos que una interpretación adecuada de las Escrituras es esencial. Hay muchas personas que quisieran quitar esta porción de la palabra de Dios. Hay incluso gente que dice que no es una parte de la Biblia porque esta no es una expresión propia de un cristiano. En realidad, nadie dijo que lo fuera. Esta clase de oración será para el pueblo de Dios en la gran tribulación. En aquel día la gente que se encuentre bajo la ley pronunciará este tipo de oración, tal como lo hicieron en el pasado cuando estaban bajo la ley. Y Dios tiene toda la intención de oírlos y de traer venganza sobre sus enemigos. Pero en nuestra época, nosotros tenemos que actuar de forma diferente. Para nosotros la regla se encuentra en Mateo 5:44, donde Jesús dijo: 44Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os odian y orad por los que os ultrajan y os persiguen. Y esto es algo difícil de hacer, pero eso mismo es lo que el Señor nos pidió que hiciéramos. Y San Pablo en Romanos 12:19 escribió: 19No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor». Dios estaba diciendo que Él se haría cargo de las represalias. Cuando alguien nos da un golpe, nuestra naturaleza humana nos impulsa a devolver el golpe. Pero cuando tomamos el asunto en nuestras propias manos, no estamos viviendo cerca de Él y por la fe. Dios quiere que confiemos en que Él se hará cargo de nuestros enemigos.

Recordemos que cuando Él estuvo en este mundo, fue tratado de una forma brutal, pero Él no devolvió los golpes recibidos. Y Él quiere que aquellos que son suyos y que forman parte de la iglesia en la actualidad, adopten la misma actitud. No debemos olvidar aquella declaración en la que Dios dijo: "Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor". Dios tiene la intención de hacerse cargo de esa situación en un día futuro.

Este es también un hermoso Salmo, que será de gran consuelo al pueblo de Dios en tiempos de severa persecución.

Y así llegamos al

Salmo 6

Ahora, el Salmo 6 lo hemos titulado: "El hombre perfecto en medio de la disciplina". Algunos lo han descrito como un clamor por misericordia. Bien, la razón es que este hombre ha mirado a su alrededor y ha visto toda la maldad que lo rodea. También ha mirado a su propio corazón y reconocido que de ninguna manera es perfecto ante Dios. Si los Salmos anteriores han tenido que ver con la mañana y el atardecer, este Salmo tiene que ver con la noche más oscura. Este Salmo está dirigido al director musical, en Neginot, sobre Seminit. Se nos presenta aquí un término nuevo, Seminit, que quiere decir "sobre la octava". Algunos creen que debía ser cantado por voces masculinas y otros, que debía ser acompañado con instrumentos de ocho cuerdas. El Salmo 5, como dijimos, era un Salmo imprecatorio y el Salmo 6, es un Salmo penitencial, un clamor de arrepentimiento, un pedido de clemencia, de gracia. Escuchemos lo que dicen los cuatro primeros versículos:

"Señor, no me reprendas en tu enojo ni me castigues con tu ira. Ten misericordia de mí, Señor, porque estoy enfermo; sáname, Señor, porque mis huesos se estremecen. Mi alma también está muy turbada; y tú, Señor, ¿hasta cuándo? Vuélvete, Señor, libra mi alma. ¡Sálvame por tu misericordia!"

Usted puede ver aquí que el autor fue consciente de su propia necesidad. Y al hacerlo, surge un gran clamor de arrepentimiento. Y a continuación, tenemos su confesión, que podemos leer ahora en los versículos 5 al 7 de este Salmo 6:

"Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el sepulcro, ¿quién te alabará? Me he consumido a fuerza de gemir; todas las noches inundo de llanto mi lecho, riego mi cama con mis lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir; se han envejecido a causa de todos mis angustiadores".

Creemos que tenemos aquí un cuadro de David, y un cuadro del Señor Jesucristo. Tenemos también un cuadro de Israel en los últimos días, y un cuadro de los cristianos de esta misma época en la que vivimos usted y yo. Es un Salmo hermoso. Es un clamor por misericordia que surge de las profundidades de la desesperación. Y sólo la misericordia nos puede salvar. En el Nuevo Testamento se nos dice una y otra vez que Dios es rico en misericordia, en compasión. Él tuvo la compasión para usted y para mí, estimado oyente. Él tiene mucha compasión y ciertamente la necesitamos, En Isaías 52:14 el profeta dijo del Señor Jesús: "Como se asombraron de ti muchos (pues de tal manera estaba desfigurada su apariencia, que su aspecto no parecía el de un ser humano". En el Salmo 69, versículo 3 el Señor dijo: "Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios". Y nuevamente, en el Salmo 42, versículo 3 dijo también el Señor: "Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días; ¿dónde está tu Dios?" Y luego el Salmo 38, versículo 10 dijo: "Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor, y aun la luz de mis ojos me falta ya". Y por último, en el Salmo 88, versículo 9 dijo el Señor: "Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; te he llamado, Señor, cada día; he extendido a ti mis manos.

En todas estas expresiones, y sólo hemos mencionados algunas, el Espíritu de Cristo habla proféticamente de Su propio sufrimiento, por el cual Él pasaría en los días de Su humillación.

Y su pueblo, la nación de Israel, ese remanente en la Gran Tribulación, también tendrá que pasar por el sufrimiento. En la actualidad, muchos de los creyentes en Cristo están soportando sufrimientos. Pero el consuelo es saber que Él ya ha pasado por el sufrimiento. Y lo ha soportado. No importa lo que usted esté pasando hoy; Cristo mismo ya lo ha soportado y Él puede consolarle. ¡Qué maravilloso es tener un Salvador como el Señor Jesucristo! El salmista dijo entonces en el versículo 8, de este Salmo 6:

"¡Apartaos de mí, todos los hacedores de maldad, porque el Señor ha oído la voz de mi lloro!"

Y aquí tenemos la respuesta a la oración; Como dice el versículo 9:

"El Señor ha oído mi ruego; ha recibido el Señor mi oración".

Y en cuanto al Señor Jesucristo, se nos dice en la epístola a los Hebreos, capítulo 5, versículo 7: "Y Cristo, en los días de su vida terrena, ofreció ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, y fue oído a causa de su temor reverente". Y esa es nuestra confianza hoy. Dios oirá y contestará la oración cuando estemos en medio de grandes problemas. ¿No es acaso un consuelo para usted, estimado oyente? Puede que usted se encuentre en este mismo momento en una situación muy difícil. Si así es, este Salmo es para usted.

Llegamos ahora al

Salmo 7

Alguien ha dicho que sobre este Salmo debería haberse escrito lo siguiente: "El juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?"

Antes del Salmo figura la inscripción: "Sigaión de David, que cantó al Señor acerca de las palabras de Cus hijo de Benjamín". Aunque no podemos ser dogmáticos sobre el significado de "Sigaion", se ha pensado que podría significar "gritar". Aquí tenemos entonces a David clamando en una canción. ¡Quién hubiera podido escucharle! Este Salmo es un lamento en voz alta. Creemos que revela proféticamente la persecución y sufrimientos finales del remanente de Israel que temerá a Dios durante el período de la gran tribulación. Es un clamor contra quién la Biblia llama "el hombre de maldad", tema que continúa en el Salmo siguiente. Observemos la confianza de David en la oración. Leamos los versículos 1 y 2 de este Salmo 7:

"Señor, Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame, no sea que desgarren mi alma cual león y me destrocen sin que haya quien me libre".

¿Quién es ese león? Es Satanás, de quién San Pedro dijo que estaba merodeando. Por ello dijo en su primera carta, 5:8, "Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar".

Luego el salmista habló de una persecución injusta; leamos los versículos 3 y 4:

"Señor, Dios mío, si de algo soy culpable, si hay en mis manos injusticia, si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo o he despojado al que sin causa era mi adversario"

El sufrimiento injusto del inocente en este mundo es algo que no comprendo. Y no propongo entenderlo pero quisiera decirle lo siguiente, estimado oyente. Yo sé que hay Alguien que sí lo comprende, y que Él nos lo explicará algún día. Hay cosas en mi vida, y estoy seguro que hay cosas en su vida también que ni usted ni yo comprendemos. Yo no puedo explicar su problema, porque yo ni siquiera saber por qué he tenido que pasar por ciertas cosas. Pero el Señor nos las va a explicar algún día.

Ahora llegamos a una hermosa parte. Esta no es la oscuridad de la noche que vimos en el Salmo 6, sino que es la luz de la mañana. Leamos el versículo 6:

"¡Levántate, Señor, en tu ira! ¡Álzate en contra de la furia de mis angustiadores y despierta en favor mío el juicio que mandaste!"

Aquí el autor pidió que Dios le vengase. Y continuó diciendo en el versículo 11:

"Dios es juez justo; y Dios está airado contra el impío todos los días".

Por más que nosotros podamos ver la inmoralidad en estos días, y que la gente la considere normal, Dios no la aprueba. Él no está cambiando sus normas para acomodarlas al pensamiento contemporáneo. Por todo ello podemos cantar junto con David, las siguientes palabras del versículo 17 de este Salmo 7

"Alabaré al Señor conforme a su justicia y cantaré al nombre del Señor, el Altísimo".

Si, es cierto Él fue llamado el Altísimo. Como dijo el profeta Isaías, Él vive en el lugar alto y sagrado, pero también está con el humilde y el afligido para darle ánimo y aliento. Estimado oyente, usted puede dirigirse a Él con sus propias palabras y Él se acercará para darle el consuelo y la paz que le dio al autor de este Salmo.

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