Estudio bíblico de Salmos 13-15

Salmos 13, 14 y 15

Continuamos nuestro estudio en este libro de los Salmos y vamos hoy a meditar en el Salmo 13. Esta es una sección bastante triste y lúgubre del Libro de los Salmos. Como dijimos, los Salmos 9 al 15 se refieren a los futuros días difíciles de la Gran Tribulación y a las personas que vivirán en esa época: el Anticristo, y el remanente judío fiel a Dios. Será un tiempo de mucha prueba.

David escribió este Salmo de su propia y difícil experiencia, pero tiene una interpretación contemporánea. También tiene una interpretación profética o cronológica, que se dirige hacia el mismo final de los tiempos, después que la Iglesia sea removida de esta tierra.

Al escribir este Salmo, David estaba siendo perseguido, probablemente por el rey Saúl, y escondido en la cueva de Adulam, mientras los filisteos se habían reunido para tratar de encontrarlo. Perseguido día tras día se encontraba en una situación desesperada. Y en medio del cansancio del cuerpo y el resentimiento clamó a Dios, tal como vemos en el versículo 1, que dice:

"¿Hasta cuándo, Señor? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?"

David habló aquí en un tono extremadamente pesimista. Pensó que Dios le había abandonado y que se había quedado solo. Lo que expresó en estas palabras fue, como lo describió el profesor Delitzsch, "un suspiro largo y profundo que sale finalmente de un pecho aliviado, por medio de una oración ya mucho más tierna y calmada". Veamos pues, lo que dice el versículo 2, de este Salmo 13:

"¿Hasta cuándo tendré conflictos en mi alma, con angustias en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?"

O sea, que David se estaba preguntando: ¿Hasta cuándo va a durar esta situación? En esta ocasión vemos a David como un hombre muy cansado. Entonces, se vuelve a Dios en oración. Este era su recurso, su medio para pedir ayuda. En el versículo 3, leemos:

"Mira, respóndeme, Señor, Dios mío; alumbra mis ojos, para que no duerma el sueño de la muerte"

David se encontraba en grave peligro cuando escribió estas palabras. Tenía miedo de dormirse por temor a que su enemigo le matase al encontrarle dormido. Sin embargo, necesitaba muchísimo descansar. Así que le pidió al Señor que lo protegiera y le permitiera descansar. Y en el versículo 4, dijo:

"Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarán si yo resbalo".

El enemigo se alegraría si pudiera llegar hasta él y vencerle. Y la alegría del enemigo no se expresaría solo contra David, sino también contra Dios. Así que oró para que el enemigo no llegase a tener dominio sobre él. Después de haber dejado escapar ese gran suspiro de aflicción, continuó orando y finalmente se calmó y depositó nuevamente su fe y confianza en Dios. Este es un Salmo muy hermoso. Escuchemos lo que dice aquí el versículo 5:

"Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación".

David no se consideraba lo suficientemente inteligente como para librarse de este aprieto por sus propios medios. Él tomó las precauciones necesarias, por supuesto, pero él sabía que sólo Dios lo podría librar. Porque Dios era su salvación. Y en el versículo 6, dijo:

"Cantaré al Señor porque me ha hecho bien".

Estimado oyente, en el día de hoy, dondequiera que esté, y quienquiera que usted sea, puede elevar alabanzas a Dios. Había un hombre que ignoró a Dios por mucho tiempo, y luego enfermó de cáncer. Pero después de un tiempo escuchó el programa de radio y volvió al Señor, aceptándole como su Salvador. Aunque se vio en una triste condición, alguien que le visitó nos dijo que visitar a ese hombre le había alegrado el corazón dándole una lección de humildad, al ver que en medio del sufrimiento el enfermo hablaba de lo bueno que había sido Dios con él, como le había salvado, y que maravilloso le resultaba. Realmente, cuando uno puede alabar a Dios en una situación crítica como esta, quiere decir que ha alcanzado un nivel espiritual muy elevado.

Y así, en este Salmo hemos visto la situación difícil de David, que refleja la situación difícil del pueblo de Dios en la Gran Tribulación. Llegamos ahora al

Salmo 14

El tema de este Salmo es la depravación del hombre en los últimos tiempos, expresada en su ateísmo, su impureza y su rebelión. El Salmo 14, está unido a otros Salmos, y de una manera especial al Salmo 12. En aquel Salmo, usted recordará que vimos la corrupción de los últimos días. El hombre piadoso había pasado a un segundo plano y parecía que el hombre sin Dios estaba en control de la situación. La corrupción, la maldad, y la anarquía estaban a la orden del día. Y usted puede pensar que es una imagen del presente, pero en los últimos tiempos será mucho peor. Y esperemos que usted no viva esa situación, porque los que pertenecen a Dios, es decir aquellos que pertenecen al cuerpo de los creyentes que es la Iglesia de Dios, no pasarán por esa gran tribulación. En el libro de Apocalipsis 3:10, el Señor dijo a la iglesia Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra. La iglesia, es decir, los verdaderos creyentes, se irán antes de esos días. Y este Salmo ciertamente nos muestra la corrupción y la maldad de los últimos días, de los últimos tiempos.

Observemos la maravillosa disposición de este Salmo hecha por el obispo Horne. Él dividió el Salmo en tres partes: la corrupción del mundo, la enemistad contra el pueblo de Dios, y el deseo y oración por la salvación. Este es la imagen del Salmo 14, un Salmo breve, pero muy importante.

Leamos entonces el versículo 1 de este Salmo, para entrar en la primera parte titulada:

La corrupción del mundo

"Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras despreciables, no hay quien haga lo bueno".

La palabra en hebreo para "necio" es "nabal". Esto quizá le trae a la memoria a un hombre que fue llamado Nabal; él tenía como esposa a una mujer hermosa que se llamaba Abigail. La historia está narrada en 1 Samuel 25. El nombre del marido verdaderamente lo describía, porque actuó como un necio. Actuaba como tal, porque quería luchar contra David, lo cual habría sido una gran equivocación. Y después que Nabal murió, Abigail llegó a ser la esposa de David, y pensamos que ella fue la mejor esposa que él tuvo. Ahora, esta palabra se puede traducir a varias palabras en nuestro idioma tales como: simple, simplón, necio, tonto o loco.

Sabiendo lo que sabemos hoy sobre el universo, solo una persona insensata diría que Dios no existe. El ser humano ha comprobado que el universo funciona con mayor exactitud que cualquier reloj que se haya construido. Y no hay ningún reloj funcionando en el mundo del cual pueda decirse que simplemente surgió o comenzó a existir. Porque un relojero tiene que haberlo fabricado. Y ese universo que está sincronizado mejor que un reloj nos dice que hay un creador que lo ha diseñado. Aquí en este Salmo, el necio que dice que no hay Dios, aparece en la escena. Ya hemos tenido un anticipo en el Salmo 10:4, donde decía que no hay Dios en ninguno de sus pensamientos. Ese personaje del Salmo 10 exhibía lo más profundo de la depravación humana. Ahora, una persona puede tener una mentalidad brillante desde un punto de vista humano, así como una preparación académica notable. Pero ello no significa necesariamente que al ver la maravilla del universo, puede percibir detrás de todas las cosas creadas la mano de un Creador inteligente. La preparación intelectual no necesariamente indica una percepción espiritual con respecto a Dios y a Su Palabra.

Bien, veamos ahora lo que nos dice el versículo 2 de este Salmo 14:

"El Señor miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios".

Y, ¿qué fue lo que encontró? Bueno, leamos el versículo 3:

"Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno".

El apóstol Pablo citó este versículo en Romanos 3:12. Él no sólo estaba hablando de los que no creen en Dios, sino de todos en general. Y ésa es la imagen mía y suya, estimado oyente. Porque todos somos pecadores. No hacemos el bien. La condición natural del ser humano es corrupta, y en los tres primeros versículos el salmista nos ha dicho cuales son las profundidades a las que el hombre puede llegar.

Leamos ahora los versículos 4 al 6, que constituyen la segunda parte de este Salmo y nos hablan sobre

La enemistad contra el pueblo de Dios

"¿No tienen discernimiento todos los que cometen maldad, que devoran a mi pueblo como si comieran pan y no invocan al Señor? Ellos temblarán de espanto, porque Dios está con la generación de los justos. De los planes del pobre se han burlado, pero el Señor es su esperanza".

Hay mucho fingimiento, mucha simulación por parte de muchos poderosos de este mundo que explotan a sus semejantes. Por un lado parecen tener una mentalidad abierta, comprensiva, pero por otra parte, muestran un desconocimiento total sobre la situación y necesidades de los seres humanos menos favorecidos y con pocos recursos. Son como aquel rico del cual se nos cuenta en Lucas 18:20 y 21, que dejaba caer algunas migajas de su mesa bien provista, para que el pobre que allí se encontraba pudiera saciar momentáneamente su hambre. No es muy común encontrar personas adineradas en la actualidad que se preocupen por ayudar a los pobres. Debiéramos considerar que de todo lo que acumulamos en esta vida tendremos que pagar impuestos hasta el fin de nuestra vida. Sin embargo, muchos que tienen los más abundantes recursos evaden el pago de impuestos. Dios conoce verdaderamente la naturaleza humana y en estos versículos encontramos una descripción de la insensibilidad humana, del egoísmo y de la explotación despiadada de las personas con menores oportunidades de trabajo y recursos. Aquí encontramos pues una descripción breve, pero dura de esa situación de injusticia social que se ha manifestado, de diversas maneras y en diferentes contextos socioeconómicos, pero de forma permanente en todas las etapas de la historia. Ahora, en el versículo 7, tenemos una nota de triunfo y vemos la tercera y última parte de este Salmo, titulada

El deseo y la oración por la salvación

"¡Ah, si de Sion viniera la salvación de Israel! Cuando el Señor haga volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, se alegrará Israel".

Este versículo mira hacia el futuro, como una anticipación a ese glorioso día cuando de Sion vendrá la salvación de Dios para Israel. En aquel día, se alegrarán los descendientes de Jacob, todo el pueblo de Israel. Este versículo debe interpretarse de forma literal, natural, sin pretenderle asignarle otro significado ajeno al contexto histórico y a las referencias históricas que se encuentran por todo el libro de los Salmos. Es evidente que no se puede decir que Dios no tiene un propósito futuro para Israel. No se pueden ignorar tampoco lo que ha sido afirmado con claridad en otros pasajes de la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. No se puede ignorar que el clamor gozoso del corazón del salmista expresaba la esperanza en un futuro en el cual Dios establecería un reino sobre la tierra.

Llegamos ahora, al

Salmo 15

Este Salmo nos da la descripción de aquellos que van a estar en la presencia del Señor. Y este es otro Salmo bastante breve, que concluye la sección de Salmos que comenzó con el Salmo 9. Si usted repasa esos Salmos comprobará que al avanzar en la lectura de los mismos, existe un indudable desarrollo. Los Salmos 9 y 10 describían al hombre inspirado e impulsado por Satanás, que se caracterizará por el orgullo, la jactancia y la autosuficiencia. El Salmo 11 trataba el tema de las pruebas por las que tendrán que pasar los justos, En el Salmo 12 vimos a las personas fieles a Dios en medio de la impiedad y maldad que predominarán en la Gran Tribulación. El Salmo 13 refleja los aprietos por los que pasará el pueblo de Dios en la Gran Tribulación. El Salmo 14 nos muestra la depravación del ser humano en los últimos tiempos, que resultará evidente en su actitud de negar la existencia de Dios, en su conducta de impureza moral y espiritual y en su actitud de rebelión. Y ahora, el Salmo 15 nos habla de aquellos que entrarán al reino. Nos describe a los que van a estar en la presencia del Señor. Veamos cómo comienza este Salmo, leamos el primer versículo:

"Señor, ¿quién habitará en tu Tabernáculo?, ¿quién morará en tu monte santo?"

Hay sólo un monte santo; la Biblia lo llama Sion, y según se nos dice, está situado en la tierra de Israel. El salmista está hablando de aquellos que entrarán en el reino, el reino que Cristo establecerá sobre la tierra. Continuemos ahora leyendo los versículos 2 hasta el 4, de este Salmo 15:

"El que anda en integridad y hace justicia; el que habla verdad en su corazón; el que no calumnia con su lengua ni hace mal a su prójimo ni admite reproche alguno contra su vecino; aquel a cuyos ojos el indigno es menospreciado, pero honra a los que temen al Señor; el que aun jurando en perjuicio propio, no por eso cambia"

En el versículo 4 se habla de aquel a cuyos ojos el indigno es menospreciado, o sea que está hablando de aquel que desprecia al indigno, al perverso, quien Dios reprueba. En nuestra cultura contemporánea, con frecuencia, se cumple lo opuesto, es decir, que la persona vil es honrada y la persona recta y fiel a Dios es despreciada.

En el mismo versículo 14, vemos también que la frase, el que aun jurando en perjuicio propio, no por eso cambia significa que declarará públicamente la verdad y no cambiará su versión para protegerse a sí mismo, aunque resulte perjudicado por ello.

Leamos ahora el último versículo de este Salmo 15, el versículo 5:

"Quien su dinero no dio a usura ni contra el inocente admitió soborno. El que hace estas cosas, no resbalará jamás".

En realidad lo que David estaba diciendo aquí era exactamente lo que dijo el apóstol Santiago en su epístola, capítulo 2, versículo 18: Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Juan Calvino lo expresó de esta manera: "La fe sola salva, pero la fe que salva, no está sola". La gran pregunta formulada al principio del Salmo era: ¿Quién va a estar ante la presencia de Dios? Y la respuesta es: aquellos que han tenido una fe en Dios que ha producido una vida de justicia. Hay cristianos que hablan mucho sobre la venida del Señor. Sin embargo no apreciamos muchos cambios en las vidas de las personas que dicen estar esperando al Señor. Estimado oyente: si usted realmente cree que Jesús va a venir pronto, o incluso si usted cree que estará algún día ante la presencia del Señor para dar cuenta de su vida, tendrá que asegurarse de vivir su vida de tal manera que ésta tenga valor para Dios. Esta será la verdadera prueba que demostrará si usted le ama y espera el regreso del Señor Jesucristo.

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