Estudio bíblico de Proverbios 4:10-5:14

Proverbios 4:10-5:14

Hemos destacado que los pasos del joven en el camino de la vida son pasos que muestran una nueva responsabilidad. Él ha salido de su hogar, disponiéndose a enfrentar la vida, en la que se está poniendo en un contacto directo con la realidad. Se le da el consejo de que sus pasos sean ordenados según lo que dice la Palabra de Dios. Cuán importante es esto en el día de hoy. Es un buen consejo, un consejo muy provechoso para todos, el que se puede encontrar aquí. Aunque en este relato el niño es ahora un joven que se ha introducido en la locura del sistema del mundo, aun está recibiendo consejos para que recuerde la enseñanza de su padre.

Leamos el versículo 10 de Proverbios 4:

"Escucha, hijo mío, recibe mis razones y se te multiplicarán los años de tu vida"

Vemos que en el versículo 10, comienza diciendo: "Oye hijo mío". Parecería como si Betsabé estuviera hablando a Salomón. Leamos pues, los versículos 11 al 13, de este capítulo 4, de Proverbios:

"Por el camino de la sabiduría te he encaminado, por sendas derechas te he hecho andar. Cuando andes, no se acortarán tus pasos; si corres, no tropezarás. Aférrate a la instrucción, no la dejes; guárdala, porque ella es tu vida."

Este es un hermoso llamado para que este joven busque la sabiduría. Aquí dice Aférrate a la instrucción implica que se trato de algo que debería tener la máxima prioridad. Es como decir, "estudia todo lo que puedas". Continuemos leyendo los versículos 14 y 15:

"No entres en la senda de los impíos ni vayas por el camino de los malos. Déjala, no pases por ella; apártate de ella, pasa de largo."

Ya hemos destacado anteriormente que la advertencia de este libro se dirige hacia el hombre malvado y la mujer extraña. La mujer, por supuesto, se dedica a la prostitución. Y creemos ver aquí también una aplicación espiritual. Luego, se nos dice en los versículos 16 y 17, de este capítulo 4, de Proverbios:

"Pues ellos no duermen si no hacen el mal; pierden el sueño si no hacen caer a alguno. Porque su comida es pan de maldad, y su bebida, vino de violencia."

Estas palabras nos describen como viven el hombre malvado y la mujer extraña. Ni siquiera pueden dormir si no han hecho algo malo. A veces al escuchar las noticias sobre crímenes decimos: "Yo no sé cómo este hombre puede hacer algo así". "Yo no sé cómo esa mujer puede vivir esa clase de vida. ¿Cómo pueden soportarse a sí mismos?" Estimado oyente, estas personas no podrían estar tranquilas si no estuvieran haciendo esas cosas. Y usted y yo no sabemos la desesperación y la profundidad a la que puede llegar el corazón humano cuando se hunde en el pecado. No hay ningún extremo de maldad que el corazón y la mente humana no puedan concebir. Tenemos que ser conscientes de que en este mundo nos estamos codeando con muchas personas que no siempre se comportan bien. Por supuesto que nos cruzaremos con muy buenas personas, pero tenemos que ser cuidadosos porque muchas veces no sabemos realmente con quién nos estamos relacionando.

Creemos que una de las cosas más importantes que nosotros podemos hacer es comenzar nuestro día con una oración. Podemos decirle al Señor: "Señor, hoy me voy a encontrar con personas que no conozco. A algunas de esas personas las podré ayudar. Otras, tratarán de perjudicarme. Ayúdame Señor a distinguir la diferencia, para que puede poner mi brazo alrededor de quien necesite mi ayuda, y para que puede evitar la compañía de quien pudiera herirme por la espalda". Es importante que nos demos cuenta de la naturaleza del mundo en que vivimos.

Hemos aprendido que algunas de las personas que tratamos pueden llegar a convertirse en amigos íntimos. Y damos gracias a Dios por ellos. Muchos de ellos son hoy eficaces colaboradores en la obra de difundir la Biblia por medio de la radio. Sin embargo otros, aunque profesaban ser cristianos, han tratado de perjudicarnos. Resulta difícil entender la forma de ser de algunas personas. Verdaderamente, no se puede confiar en el corazón humano. Debemos tener mucho cuidado; necesitamos tener discernimiento, es decir, la capacidad de distinguir la diferencia entre las personas con quienes nos encontramos en nuestra vida diaria.

Continuemos leyendo el versículo 18:

"La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto"

Seguramente algunas veces nos encontraremos con personas como éstas. Pero ahora, veamos el contraste, al leer el versículo 19:

"Pero el camino de los malvados es como la oscuridad, y no saben en qué tropiezan."

Se nos presentan aquí en contraste, dos caminos. Uno de estos caminos es el recorrido por los justos. Es descrito como la luz de un nuevo día, que va en aumento hasta brillar en todo su esplendor, cuando el día alcanza su plenitud. Y luego existe otro camino ? el de los malvados. En este camino hay una densa oscuridad. A algunos quizás les recuerde el camino ancho del cual habló el Señor Jesucristo. Este asunto quizás se haya entendido mal.

Aún recuerdo que en otros tiempos se hablaba mucho acerca del camino ancho y del camino angosto. Y si a algunos se les hubiera preguntado por cual camino quería ir, quizás hubieran elegido el camino ancho, por considerarlo más entretenido, más divertido, donde uno lo puede pasar verdaderamente bien. Desgraciadamente, esa es la impresión que a veces se ha dado. Sin embargo esa imagen es errónea y la realidad es totalmente diferente.

El camino ancho es un camino bastante amplio en el día de hoy. Ahí es donde se encuentra la multitud; allí es donde encontramos gran cantidad de gente. A lo largo de ese camino las multitudes disfrutan de lo que podríamos llamar "una feria de vanidades", que se parece bastante a la celebración de un carnaval. (De paso, la palabra carnaval proviene de la palabra carnal, que tiene que ver con nuestra naturaleza física). En ese camino la gente satisface a su naturaleza física, y por tal motivo se le considera una forma de vivir en libertad. Hoy se enfatiza precisamente este aspecto. Que cada uno puede vivir como le plazca. Y podemos decir que realmente se trata de un camino amplio, pero ancho en su entrada. Pero observemos que, al avanzar, el camino ancho se va haciendo cada vez más estrecho, porque el camino de los malvados es una senda oscura, envuelta en la oscuridad. Es cierto que en la entrada al camino hay luces brillantes, pero adentrándose en la senda ya no brillan las luces. Las personas ni siquiera se dan cuenta de con qué están tropezando. Este es el camino ancho que el Señor Jesús describió. Se parece a un embudo. La senda se estrecha más y más, hasta que acaba en la destrucción.

Ahora, en contraste, el camino angosto comienza de otra forma. Es muy angosto en la entrada. En Juan 14:6 vimos que el Señor Jesucristo dijo: "Yo soy El Camino". El camino es tan estrecho que está limitado a una persona, que es Cristo. Nadie puede ir a Dios el Padre, si no es por medio de Cristo. Nadie podría encontrar un camino más angosto que éste. El apóstol Pedro dijo, según Hechos 4:12: 12Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Y en Juan 10:9, el mismo Jesucristo dijo: 9Yo soy la puerta: el que por mí entre será salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos. Así que la entrada es angosta, pero después, al avanzar, el camino se va haciendo cada vez más ancho, conduciendo a una vida abundante y a la luz misma del cielo. Estimado oyente, necesitamos entrar por el extremo angosto de una especie de embudo, y ese extremo está identificado como el Señor Jesucristo.

Esta es exactamente la figura que encontramos en estos versículos de Proverbios. Hay dos caminos. Está la senda de los justos, y la senda de los malvados. Más adelante ya oiremos hablar nuevamente de este asunto. El camino amplio está descrito en el capítulo 16:25, que dice: "Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte". Continuemos leyendo los versículos 20 al 22:

"Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. Que no se aparten de tus ojos; guárdalas en lo profundo de tu corazón, porque son vida para los que las hallan y medicina para todo su cuerpo."

Aquí cabe recordar que en el Salmo 119:11, el salmista dijo sobre la Palabra: "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti;" Las palabras de Dios son Palabras de vida. De los escritos de un gran hombre del pasado se ha dicho que si sus palabras se cortaran, sangrarían. Esto puede decirse verdaderamente de las palabras de Dios. Son palabras vivas, si se cortaran, sangrarían. En el versículo 22 dice son vida para los que las hayan. Le traerán a usted vida y luz. Traerán instrucción, guía, dirección y alegría. Todo esto proviene de la Palabra de Dios.

Ahora vamos a leer uno de los grandes versículos del libro de los Proverbios. Leamos el versículo 23:

"Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón, porque de él mana la vida."

Otra versión lo traduce de la siguiente manera: "Por encima de todas las cosas cuida tu corazón". Y otra lo expresa así: "Cuida tu mente más que nada en el mundo". Es lo más importante que podemos cuidar, porque es fuente de vida. La vida de la parte física está en la sangre, y es el corazón el que bombea la sangre. William Harvey, en el siglo XVIII, descubrió la circulación de la sangre, lo cual revolucionó a la ciencia médica. Y aquí, en el libro de Proverbios, que fue escrito unos 2.700 años antes, hay un reconocimiento de la importancia del corazón para la conservación de la vida. Y el corazón simboliza el centro del ser más interior, más íntimo. En Mateo 15:19, el Señor Jesús dijo: Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias. Algunas de las cosas más malvadas y perversas del mundo surgen del corazón humano. El corazón es el asiento de la personalidad total. Si usted quiere comprobar cuán importante es el corazón, mire en una Concordancia Bíblica a todas las referencias al corazón que se encuentran en la Biblia. Debemos cuidar nuestro corazón con toda diligencia. Lo que escuchemos, es muy importante, Lo que estudiamos también es importante, Y lo que vemos, tiene importancia. Tendríamos que reconocer que del corazón surgirán las cosas más importantes de nuestra vida.

No perdamos de vista el hecho de que el libro de Proverbios, escrito muchísimo antes de que Harvey descubriera la circulación de la sangre, presentó una declaración sobre el corazón que, siglos más tarde, la ciencia la confirmó como ciertas. Así que podemos reiterar que en el libro de los Proverbios, y esto puede decirse de toda la Biblia, no encontrará usted una observación inexacta o que vaya en contra de la ciencia.

Leamos ahora el versículo 24 de Proverbios 6,

"Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad de los labios."

Aquí se reafirma que las cosas a la vida provienen del corazón, pero es la boca y los labios los que las transforman en palabras. Alguien ha dicho que lo que hay en el pozo del corazón saldrá al exterior por el cubo de la boca. Cuan cierto es esto, de que tarde o temprano la boca revelará lo que hay en el corazón.

Nuestra boca nos delata. Recordemos cuando Pedro estaba sentado en el patio, contemplando el juicio de Jesús; y alguien se acercó y le dijo: "Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre". O sea, estimado oyente, que la boca descubre nuestro corazón ante los demás. De modo que tenemos que el cuidado debe comenzar con el corazón. Luego el continuó diciendo algo que se refiere a los ojos. Leamos los versículos 25 al 27, de este capítulo 4, de Proverbios:

"Que tus ojos miren lo recto y que tus párpados se abran a lo que tienes delante. Examina la senda que siguen tus pies y sean rectos todos tus caminos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal."

Aquí se destaca lo cuidadoso que debe ser un joven. Otra versión traduce así el versículo 25: Pon la mirada en lo que tienes delante, fija la vista en lo que está frente a ti. Muchos adultos hoy recuerdan con tristeza que han arruinado su vida por una mala decisión tomada en su juventud, y muchas de las consecuencias se han presentado al pasar los años una y otra vez. En algunos casos, una adicción adquirida en la juventud, ya sea al alcohol o a las drogas, ha marcado toda una vida y a toda una familia. ¡Cuántos están hoy destrozando sus vidas por no haber examinado, como dice el versículo 26, la senda que seguían sus pies!

Y ahora llegamos a

Proverbios 5

Al leer este capítulo cuidadosamente, usted encontrará que se le aconseja al joven que viva una vida pura por el bien de su familia. Esta es la clase de educación sexual que Dios da. Y nos agrada más esta instrucción de Dios que la que solemos escuchar en la actualidad, incluso en algunos círculos cristianos. Dios estaba diciendo que había que vivir una vida pura para el bien del hogar más adelante. Muchos de los problemas de los hogares hoy no han comenzado con el establecimiento oficial de la familia, sino en la vida sexual prematrimonial del individuo. Leamos entonces los versículos 1 y 2, que comienzan a presentarnos

La educación sexual de Dios

"Hijo mío, está atento a mi sabiduría e inclina tu oído a mi inteligencia, para que guardes discreción y tus labios conserven la ciencia."

Las palabras Hijo mío nos indican que el escritor se dirige nuevamente al joven. Esta es la sabiduría que le ofrece al joven venir a su escuela para aprender de ella. En el capítulo anterior la advertencia se dirigía contra el hombre malvado. En este capítulo, la advertencia va hacia la "mujer extraña", literalmente, "la mujer extranjera", porque esa mujer procedía de fuera de Israel. Generalmente pertenecía a otro pueblo y se dedicaba a la prostitución. Ninguna mujer israelita se convertiría en una prostituta, porque, de acuerdo con la ley, debía ser apedreada, Sin embargo, cuando Israel se alejó de Dios, los israelitas cayeron, se hundieron cada vez más en la inmoralidad. Y así se dio el caso de que algunas israelitas se dedicaron a ejercer la prostitución, como se indica en Proverbios 2:17, cuando se habla de la que abandona al compañero de su juventud y se olvida del pacto de su Dios. Pero aun en ese caso, la mujer era considerada una extraña, una extranjera, porque era una extraña en lo referente a su relación con Dios.

Leamos ahora los versículos 3 al 6:

"Los labios de la mujer extraña destilan miel y su paladar es más suave que el aceite, pero su final es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte, sus pasos se dirigen al sepulcro. Sus caminos no son firmes: no los conoce, ni considera el camino de la vida."

En una cárcel estaba recluido un famoso criminal. Uno de los guardas de ese lugar, nos contó la historia. Y ese hombre había contraído la sífilis, la cual no se curó a tiempo y atacó al cerebro y causando una parálisis leve que consiste en una debilidad de las contracciones musculares. Al final puede incluso llegar a causar la locura. Y este guarda contaba que antes de morir ese criminal, se había convertido en simplemente una persona trastornada mentalmente. Luego, el guarda hizo este comentario: "Ese criminal fue responsable de la ruina de muchas chicas. Pero, ¿sabe una cosa? ? es interesante; esta gente nunca puede escapar a las consecuencias. Y alguna muchacha le contagió a él esa enfermedad". Y aquí la Palabra de Dios advierte contra éste y otros peligros que han malogrado la vida de tantos jóvenes.

Luego los versículos 7 al 11 de este capítulo 5 de Proverbios dicen:

"Ahora pues, hijos, escuchadme y no os apartéis de las razones de mi boca. Aleja de ella tu camino y no te acerques a la puerta de su casa, no sea que des tu honor a extraños, y tus años a alguien cruel; o no sea que los extraños se sacien de tu fuerza, que tus trabajos queden en casa ajena y que gimas al final, cuando se consuma tu carne y todo tu cuerpo"

Aquí vemos una solemne y elocuente advertencia al joven. Y se nos describe la verdadera imagen de una enfermedad venérea. Al final el escritor describe un lamento, cuando las partes del cuerpo se consumen. En algunas regiones de la tierra estas enfermedades y el sida adquieren proporciones epidémicas. Y leamos ahora los versículos 12 al 14, que nos describen la reacción de alguien que se arrepiente por no haber escuchado un consejo:

"Y digas: "¿Cómo pude aborrecer el consejo? ¿Cómo pudo mi corazón menospreciar la reprensión? ¡No escuché la voz de los que me instruían, ni a los que me enseñaban incliné mi oído! Casi en el colmo del mal he estado, en medio de la sociedad y de la congregación."

Recordemos, estimado oyente, que Dios no puede ser burlado. Lo que usted siembra, eso es precisamente lo que cosechará. Y Dios describe en este pasaje cómo será el final de una vida malograda. Creemos que nuestra sociedad actual está cosechando lo que ha estado sembrando. La burda inmoralidad es el resultado de la falta de enseñanza de la Palabra de Dios.

Este pasaje presenta el lamento que no tiene respuesta, el remordimiento por no haber sabido dar importancia a los consejos, por haberlos despreciado, por haber sido rebelde. Estimado oyente, eso nos recuerda nuestro estudio de los libros históricos del Antiguo Testamento, donde vimos las reiteradas advertencias de los profetas, en cuanto a la dureza del corazón de los israelitas, y los anuncios del castigo que se avecinaba. Al fin, ellos también tuvieron que soportar las consecuencias trágicas de su rebelión. Por ello vienen bien aquella solemne advertencia del salmista en el Salmo 95:7 y 8: Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón.

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