Estudio bíblico de Proverbios 18:1-24

Proverbios 18:1-24

Continuamos hoy, estimado oyente viajando por este Libro de Proverbios, y llegamos al capítulo 18. Pensamos que este joven que ha entrado a la escuela de la sabiduría está progresando adecuadamente. Y sería deseable que nosotros también estemos acompañándole en el aprendizaje de muchas verdades espirituales que se encuentran en estos Proverbios. Ahora, en el versículo 1 del capítulo 18 que vamos a considerar hoy, dice:

"Su propio deseo busca el que se aparta y se entremete en todo negocio."

Permítanos expresar este versículo de otra manera y creemos que será de ayuda. "El hombre que se ha aislado para su propio placer, se enfurece contra toda sana sabiduría". Y otra versión lo traduce así: "El egoísta busca su propio bien; contra todo sano juicio se rebela". Lo importante aquí es el tema de la separación. Esta es la clase equivocada, digamos, de separación. La gran división de la familia humana es entre las personas salvas y las perdidas. Estas son las divisiones que Dios ve. El no hace divisiones como nosotros las hacemos, en categorías, por ejemplo, raciales. Ahora, hay que reconocer que la Biblia enseña una separación de la gente que se salva y de la que se pierde. En 2 Corintios 6:17, leemos: Por lo cual, "Salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo impuro; y yo os recibiré" Dios ha dejado bien en claro que Su pueblo ha de separarse de todo aquello que sea impuro. El se estaba refiriendo particularmente a la idolatría, la inmoralidad, y a las conversaciones obscenas de los no creyentes. Debe haber, pues, una separación de estas acciones. Por cierto, tiene que haber una verdadera separación, una separación del mal. Y esto es importante. Hay muchas personas salvas que enfatizan la separación y forman sus propios grupos que practican una forma errónea de separación. Ellos establecen sus propios pequeños mandamientos, que no se encuentran realmente en la Biblia. Pero estos creyentes los siguen y creen que deberían separarse de otros creyentes, pensando que esta actitud les convierte en un pueblo especial ante la mirada del Señor. Se creen superiores. Pero generalmente no lo son. Más bien, manifiestan muchas evidencias de la vieja naturaleza humana carnal actuando en sus vidas. Esta es una clase equivocada de separación.

Ahora, existe otro grupo que enfatiza fuertemente la separación, y sus componentes se encuentran entre los que no son salvos. Encontramos que de eso es de lo que se habla aquí en este proverbio. Aquí se trata de un hombre que se ha apartado a sí mismo para su propio placer. No está dispuesto a escuchar nada que sea sabio. El apóstol Judas habló de esta gente como apóstatas y dijo en el versículo 19 de su carta: "Estos son los que causan divisiones; viven sensualmente y no tienen al Espíritu". Lo que ellos hacen es apartarse de cualquier grupo de personas, o de algún individuo que los pueda reprender, y comienzan su propio grupo pequeño y adoptan actitudes que les conviertan en personas muy detestables. Y por lo general son apóstatas: se apartan a sí mismos de la verdad. Por cierto que esta clase de personas causa mucho dolor en los círculos en que actúan. Ahora, en el versículo 2 de este capítulo 18, podemos leer lo siguiente:

"No se complace el necio en la inteligencia, sino en manifestar su propia opinión."

Esto es algo que ya hemos visto antes. Pero, este profesor del cual ya hemos hecho mención, y quien nos ha enviado una colección de Proverbios contemporáneos que son muy interesantes, nos menciona entre otros el siguiente: "Si me detengo a pensar antes de hablar, no tendré que preocuparme después de lo que he dicho antes". Y esto, estimado oyente, es cierto. Ahora, en el versículo 3 de este capítulo 18 de Proverbios, continuamos leyendo:

"Con el malvado viene también el menosprecio, y con el que deshonra, la afrenta."

Esta clase de gente en el día de hoy trae mucho pesar al mundo. En realidad, todo lo que aquí se menciona es así. Nuevamente queremos mencionar otro de los Proverbios que nos envió este profesor, que hemos mencionado antes, que dice: "Hay personas que causan felicidad donde quiera que vayan; otros, cuando se van". Y creemos que ese es un Proverbio muy actual. Luego, en el versículo 4, tenemos lo siguiente:

"Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; y arroyo que rebosa es la fuente de la sabiduría."

Cada verdadero creyente tiene en sí mismo morando al Espíritu Santo. Recordemos que el Señor Jesucristo se puso en pie en el templo, cuando el agua estaba siendo derramada en la fiesta de los tabernáculos y dijo: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba". (Juan 7:37) Y luego continuó diciendo: "El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva". (Juan 7:38) Luego, Juan interpretó estas palabras para nosotros y dijo: "Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él, pues aun no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aun glorificado". (Juan 7:39) El hijo de Dios tendría que aprender a hablar en el poder del Espíritu Santo. Esto es muy importante al presentar la Palabra de Dios y al hablar a los demás acerca de las cosas de Dios. Luego, el versículo 5 de este capítulo 18, dice:

"Tener respeto a la persona del malvado para pervertir el derecho del justo, no es bueno."

No trate de llegar a un arreglo con una persona mala o que no tiene principios para perjudicar o dejar de lado los derechos de una persona justa. Esto se puede aplicar a cada uno individualmente, así como también a cada país como nación. Estos son grandes Proverbios, que son muy prácticos, y que pueden ser aplicados de forma directa a nuestras actividades diarias. Se nos dice en los versículos 6 al 8, de este capítulo 18:

"Los labios del necio provocan contienda; su boca, a los azotes llama. La boca del necio le acarrea quebranto; sus labios son trampas para su propia vida. Las palabras del chismoso son como bocados suaves que penetran hasta las entrañas."

Aquí se reconoce que las palabras del chismoso, del que susurra comentarios en los oídos de los demás, son como bocados delicados que penetran en lo profundo del alma. Recordemos que el Señor Jesús nos ha dicho que no debíamos llamar a nadie "necio" ni insultar a nadie. Sin embargo Dios llama necias a ciertas personas porque las conoce.

Aquí también encontramos otra vez el reconocimiento de que el necio o insensato es una fuente de problemas. Es la persona que siempre está provocando conflictos, pronunciando quejas y encontrando fallos en los demás.

Permítanos ahora presentar otro de esos Proverbios contemporáneos que nos envió un profesor. Creemos que este es apropiado para los proverbios que acabamos de leer. "Sea considerado con los demás. La mayoría de la gente sabe cómo expresar una queja, pero pocos son los que pueden dirigir una frase de cortesía, felicitación o estímulo. Muy pocas veces se le agradece a la abeja por hacer la miel; pero se la critica mucho por su picadura". Esto es cierto.

Y quisiéramos ahora seguir adelante con el versículo 10 de este capítulo 18 de Proverbios, que dice lo siguiente:

"Fuerte torre es el nombre de Jehová; a ella corre el justo y se siente seguro."

Ahora, el nombre de Jehová es también el nombre del Señor Jesucristo, EL fue llamado Jesús porque Él ha salva a Su pueblo de sus pecados. y Él es llamado Cristo porque Él es el Ungido. Él es el Señor de nuestra vida y nuestra salvación. El Señor Jesucristo es Torre Fuerte, inexpugnable. A Él puede dirigirse usted y entonces se encontrará completamente seguro. Este es un proverbio que muchos han usado al hablar a los niños, y muchos de nosotros lo hemos aplicado lo hemos aplicado a nuestra experiencia personal y lo hemos encontrado muy efectivo. Es que nos habla sobre seguridad y nos recuerda que nadie puede arrebatarnos de las manos del Señor. Este versículo, pues, nos ofrece una imagen consoladora. Luego, en el versículo 11, podemos leer:

"Las riquezas del rico son su ciudad fortificada; como un muro defensivo se las imagina."

Hay diferencias básicas entre Israel y la iglesia, que tendríamos que reconocer. La riqueza material fue una de las promesas de Dios a Su pueblo Israel, pero El no nos prometió a nosotros esas riquezas. Dios les prometió a ellos abundancia y cumplió Su Palabra. Y también les dijo que les retiraría su riqueza como un acto de juicio. La iglesia no es una continuación de Israel, no es el grado siguiente por encima del judaísmo. Uno puede hacer una comparación, por supuesto, y encontrará muchas semejanzas. Los contrastes, sin embargo, son mayores. A la iglesia no se le han prometido bendiciones materiales. A los creyentes, Dios nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo (Efesios 1:3). Ahora el hijo de Dios necesita ser fortificado. Necesita introducirse en esa torre fortificada. Necesita estar en la ciudad fortificada, protegida por una alta muralla alrededor. ¿Y cuál es ese muro? Bien, es la Palabra de Dios, el conocimiento de la Palabra de Dios. Lo que nosotros debemos reconocer es que estamos hoy viviendo en una época difícil y estamos siendo probados. ¡Cuán importante es el conocimiento de la Palabra de Dios! No se trata de sustituirla por cursillos que enseñen sobre como testificar de la fe, o de cómo tener un hogar feliz. Estos cursillos tienen su valor, pero al dirigirse con la necesaria brevedad a temas puntuales, solo abarcan la parte superficial de los temas, En realidad, no existe nada que pueda sustituir la acción de profundizar en la Biblia, como los excavadores que penetran en las profundidades de la tierra para encontrar los minerales `preciosos. Es necesario aprender a leer la Palabra de Dios. Si en una primera lectura usted no entiende algo, léalo otra vez. Y si en una tercera lectura aun hay cosas que no comprende, entonces algo anda mal y usted puede dirigirse al Señor en oración para exponerle sus dudas. Pídale que EL le ayude. El espíritu de Dios es nuestro maestro. Podemos decirle esto con convicción porque El nunca nos ha defraudado en este asunto de entender Su Palabra. Siguiendo ahora, con este capítulo 18 de Proverbios, leemos el versículo 13, que dice:

"Al que responde sin haber escuchado, la palabra le es fatuidad y vergüenza."

Hay muchas personas que, con frecuencia, tratan hoy de juzgar a ciertas otras personas aún cuando ellos no conocen a la persona, al problema o la situación en la que esa persona se encuentra. ¡Cuán importante es conocer todos los factores antes de expresar una opinión! Ahora, el versículo 14 dice:

"El ánimo del hombre le sostendrá en su enfermedad, pero ¿quién sostendrá a un ánimo angustiado"

Estimado oyente, usted puede fracturarse una pierna y recuperarse de ello, superando esa circunstancia. Pero si su espíritu está quebrantado, entonces usted mismo está completamente quebrantado. Y sólo Dios puede animarle a usted a recuperarse de esa situación. Recordemos que en el tiempo en que Nehemías era el gobernador del pueblo de Israel, e incluso después de haber reedificado las murallas, los israelitas aun no habían escuchado la voz de Dios. Cuando la Palabra de Dios les fue leída, fueron conscientes de cuanto se habían alejado de Dios y entonces comenzaron entonces a llorar. Y Nehemías les dijo, como podemos ver en Nehemías 8:10, No os entristezcáis, porque el gozo del Señor es vuestra fuerza. ¡Cuán importante es que sepamos que la alegría del Señor es la fuente de nuestra fortaleza! Recordamos haber visto en el despacho de un pastor de una iglesia, el siguiente lema colocado en la pared: "La alegría es la bandera que ondea en el corazón cuando el Maestro está residiendo en él". Cuando el Señor Jesucristo llega a ser la primera elección de su vida, cuando se convierte en la principal prioridad, entonces, estimado oyente, usted no va a tener el espíritu quebrantado del cual se escucha hablar tanto en el día de hoy. Dele a Dios la preferencia". Dele de su tiempo, de su esfuerzo, de sus pensamientos, de su compañerismo y de su dinero, y luego verá lo que ocurre. ¿Ha probado usted eso alguna vez? Leamos ahora el versículo 16 de este capítulo 18 de Proverbios:

"Los regalos de un hombre le abren el camino que lleva a la presencia de los grandes."

Esperamos que usted estimado oyente, tenga a este Proverbio bien en cuenta. Algunos críticos han comparado este versículo con Proverbios 25:14, y lo han destacado como una aparente contradicción en la Biblia; sin embargo, cuando lleguemos a ese capítulo, veremos que se trata de u contraste y que de ninguna manera es una contradicción.

Este versículo habla de dones y, como hemos mencionado en estudios anteriores, creemos que cada creyente en Cristo tiene un don. Bien, leamos ahora el versículo 21 de este capítulo 18 de Proverbios:

"La muerte y la vida están en poder de la lengua; el que la ama, comerá de sus frutos."

Pensemos en esto. La muerte y la vida están en poder de la lengua. Su lengua puede ser usada para proclamar el Evangelio, ý esta acción traerá vida. También la lengua puede ser usada para decir cosas que aparten a la gente de Dios; y eso la convierte en un instrumento de muerte. Este pequeño órgano del cuerpo es el arma más potente y peligrosa del mundo, La Biblia tiene mucho que decir sobre la lengua, y encontramos este tema muy desarrollado en el libro de Proverbios. Pero leamos ahora el siguiente versículo, el versículo 22 de Proverbios, capítulo 18:

"El que encuentra esposa encuentra el bien y alcanza la benevolencia del Señor."

Muchas veces no he podido evitar el sonreír ante el hecho de que estos 2 versículos estén uno al lado del otro en la Biblia. El Espíritu Santo los ha colocado juntos. La lengua se usa cuando un hombre propone matrimonio a una mujer, y esa es la manera adecuada de hacerlo. Y recordemos aquí que la muerte y la vida están en poder de la lengua. Quizá después de un tiempo algunos habrán deseado haberse mordido la lengua antes de formular esta pregunta, que quizás les habrá resultado fatal. Pero otros, seguramente, conservarán un grato recuerdo del momento en el que hicieron la pregunta que cambiaría para bien el curso de sus vidas, vidas que previamente habían encomendado al cuidado y protección del Señor. Porque el proverbio del versículo 18 nos recuerda que el que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia del Señor. Y esa ha sido la experiencia de muchos hogares, que Dios ha bendecido con Su presencia, Y en el versículo 24, que es el último versículo de este capítulo 18, leemos:

"El hombre que tiene amigos debe ser amistoso, y amigos hay más unidos que un hermano."

Bueno, usted seguramente ya sabe que si tiene amigos, tendrá que honrar esa amistad mostrándose amistoso, correspondiendo a ese sentimiento de cariño. Por cierto, no estaría demás plantear una pregunta: ¿es usted amigo de sus amigos? Porque a veces damos por sentado que los demás tienen que ser amigos nuestros, independientemente de nuestra actitud hacia ellos.

Dice aquí y amigos hay más unidos que un hermano. Y, ¿sabe usted quien es él? Bueno, Él es el está más unido a usted de lo que puede estar un hermano. Él es Jesús, y El dijo "Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando". (Juan 15:14) A veces cantamos verdades Bíblicas que no vivimos como, por ejemplo, canciones en cuya letra al cantar decimos que Jesús es nuestro amigo. Pero en esos casos cada uno de nosotros debería preguntarse: "¿estoy obedeciendo Sus mandamientos?" Porque Jesús puso esa condición a nuestra amistad con Él cuando dijo, vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Si usted o yo no le estamos obedeciendo, entonces tendremos que examinarnos en qué le hemos fallado, porque lo que estamos cantando no refleja nuestra realidad personal y tal amistad con Jesús, entonces, no existe, y si existía, se ha distanciado.

Pero Jesús es un amigo más cercano y más fiel que un hermano. Él es nuestro Salvador. Él nos amó hasta tal punto que se entregó para morir por nosotros, Y El es el que nos dijo en Mateo 28:20, Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Y también nos dijo en Hebreos 13:5: No te desampararé ni te dejaré. Y además, nos ha dado la siguiente promesa, en Juan 14:3: 3Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez para llevaros conmigo, para que donde yo esté, vosotros también estéis. Estimado oyente, no hay nada que usted pueda hacer para mejorar esa clase de arreglo. Si usted ha confiado en el Señor Jesucristo como su Salvador, usted tiene, como yo, un amigo más cercano y más fiel que un hermano.

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