Estudio bíblico de Eclesiastés 1:1-5

Eclesiastés 1:1-5

Usted recordará, estimado oyente, que cuando estuvimos en la última oportunidad estudiando los libros del Antiguo Testamento, examinamos el libro de Proverbios. Dijimos entonces que Salomón había sido el escritor de ese libro de Proverbios, y también del libro de Eclesiastés y del de Cantar de los Cantares. Aquí en este libro en particular encontramos algo diferente de lo que decía el libro de Proverbios. En el libro de Proverbios pudimos observar la sabiduría de Salomón y aquí podemos ver la insensatez de aquel hombre. Eclesiastés es la dramática autobiografía de su vida cuando él se encontraba lejos de Dios.

La palabra Eclesiastés quiere decir "el hombre de la asamblea (o el orador, predicador, el maestro de sabiduría o filósofo". Nos gusta más utilizar el término filósofo que el de predicador porque puede ser malentendido.

Para comprender correctamente cualquier libro de la Biblia, es importante saber el propósito con el cual fue escrito. Usted probablemente se ha dado cuenta que nosotros presentamos una introducción a cada libro de la Biblia que nos toca estudiar. Es necesario quizá retroceder, alejarnos un poco de él para poder tener una perspectiva del mismo. Es necesario que enfoquemos la Biblia con un telescopio, por así decirlo, antes de analizarla con el microscopio. En el caso de este libro, la necesidad de esa perspectiva es más evidente que en muchos otros libros de la Biblia.

En este libro, podemos ver la filosofía humana aparte de Dios, que siempre debe alcanzar las conclusiones que alcanza este libro. Tenemos que entender esta realidad del Eclesiastés porque en él se encuentran afirmaciones que contradicen a otras declaraciones de las Sagradas Escrituras.

En realidad, casi nos impresiona saber que este libro ha sido el favorito de muchos ateos, que lo han citado con frecuencia. Un ejemplo de esto lo vemos en los escritos de Voltaire. En la actualidad encontramos que los cínicos y los críticos tienden a citar este libro. Y también es interesante notar el número de sectas que utilizan pasajes de este libro y los citan fuera de su contexto, dándoles un significado completamente erróneo.

El hombre ha tratado de muchas maneras de ser feliz sin Dios y hay millones de personas que están intentando lograrlo todos los días. Y este libro nos muestra lo absurdo de tales intentos. Salomón fue el hombre más sabio que existió y él tenía una sabiduría que le había sido dada por Dios mismo. El probó todas las áreas y medios del placer y la felicidad conocidos por el ser humano, y su conclusión fue que todos podían ser calificados de vanidad. La palabra vanidad nos habla de algo vacío, sin propósito. La satisfacción de la vida nunca puede ser obtenida de esta manera.

Dios le demostró a Job, un hombre justo, que él era un pecador ante los ojos de Dios. Y aquí en Eclesiastés, Dios le demostró a Salomón, el hombre más sabio, que él es un insensato ante la mirada de Dios. Éste es un libro del cual personas de todos los niveles culturales pueden aprender grandes lecciones. A pesar de su sabiduría y de todos los intentos por afrontar la vida desde un punto de vista intelectual, las personas no regeneradas espiritualmente, son consideradas por Dios como insensatas. Y esta verdad, estimado oyente, es difícil de aceptar por parte de aquellos que ponen demasiado énfasis en la inteligencia y en la cantidad de conocimiento e información que han podido acumular.

En este libro de Eclesiastés aprendemos que sin Cristo nosotros no podemos tener la verdadera satisfacción; incluso, aunque llegáramos a poseer todo el mundo y las cosas que los seres humanos consideran hoy necesarias para traer la felicidad a sus corazones. Pero hoy, el mundo no puede satisfacer el corazón porque el corazón es demasiado grande para ese objeto. Y cuando estudiemos el próximo libro escrito por Salomón, el Cantar de los Cantares, aprenderemos que si nos apartamos de los valores de este mundo y depositamos nuestro afecto en el Señor Jesucristo, disfrutaremos de la infinita hermosura de Su amor, aunque no podamos profundizar en su grandeza. En este caso, el objeto es demasiado grande para el corazón humano.

Nuevamente queremos decir que la palabra "vanidad" es la palabra clave de este libro, que se repite 37 veces. La frase clave es "debajo del sol", que se menciona 29 veces. Y también debemos mencionar que existe otra expresión que también se repite varias veces y es, "Dije yo en mi corazón". Es decir, que este libro contiene las reflexiones del corazón del hombre. Éstas son las conclusiones a las que el hombre llega a través de su propia inteligencia, a través de sus propios experimentos. Aunque las conclusiones de Salomón no son inspiradas, la Sagrada Escritura que nos las presenta, es inspirada.

Nos gustaría en este instante presentar un bosquejo de este libro, ya que algunos lo conciben como una colección de temas editados de forma aleatoria. En primer lugar, el problema se resume en la siguiente declaración: "Todo es vanidad". La exposición de esta afirmación se encuentra en el capítulo 1, versículos 1 al 3.

En segundo lugar, el experimento, lo vemos realizado desde el capítulo1 versículo 4, hasta el capítulo 12:12. Por experimento, queremos decir la búsqueda de la satisfacción en las siguientes áreas: la ciencia (1:4-11), la sabiduría y la filosofía (1:12-18), el placer (2:1-11), el materialismo o el vivir sólo para el presente (2:12-26), el fatalismo (3:1-15), el egoísmo (3:16 - 4:16), la religión (5:1-8), las riquezas (5:9 - 6:12) y la moralidad (7:1-12:12). Ésas fueron las cosas que Salomón probó, y en estas páginas nos expuso su búsqueda.

Y luego tendremos el resultado de ese experimento, está expuesto en el capítulo 12 versículos 13 y 14.

Vamos ahora comenzar nuestras reflexiones en el

Capítulo 1

Eclesiastés no es un libro de fragmentos arreglados sin ton ni son, o un grupo de versículos agrupados de forma aleatoria. Como hemos visto en nuestro bosquejo general, comienza con una declaración especificando el problema: Todo es vanidad en este mundo. Luego encontramos la realización de diversos experimentos por medio de los cuales Salomón buscó la satisfacción en diferentes áreas de la experiencia humana, como la ciencia, las leyes de la naturaleza, la sabiduría y filosofía, el placer y el materialismo, es decir, el vivir para el ahora, para el tiempo presente. También exploró el fatalismo, el egoísmo, la religión, las riquezas y la moralidad. Después, en los versículos finales del libro, nos presentó el resultado de sus experimentos.

Tengamos en cuenta que las conclusiones de cada experimento, son conclusiones humanas. Estas conclusiones no forman parte de la verdad de Dios. Son los razonamientos del ser humano que vive debajo del sol.

Antes adelantamos que las conclusiones de Salomón no fueron inspiradas, pero que la Escritura Sagrada que las presenta, sí es inspirada. Y tenemos que entender qué queremos decir por "inspiración", cuando decimos que la Biblia fue inspirada por Dios. La inspiración garantiza la exactitud y las palabras de las Sagradas Escrituras, pero no siempre el pensamiento que se expresa. En este sentido, en todos los casos hay que considerar el contexto, prestando especial atención a la persona que haya pronunciado una declaración, y hay que examinar bajo qué circunstancias esa declaración se ha efectuado. Por ejemplo, en la traición de Cristo por parte de Judas, el relato de ese evento fue inspirado, pero la acción de Judas no fue inspirada por Dios. Lo mismo puede decirse de palabras y acciones de otros personajes mencionados en la Biblia, que cometieron hechos contrarios a la voluntad de Dios. Así, lo que esos personajes dijeron o hicieron quedó relatada con exactitud por los escritores de la Biblia, que fueron guiados en su tarea de escribir el texto por el Espíritu Santo. En nuestro caso concreto de Eclesiastés, las declaraciones hechas por Salomón cuando estaba buscando satisfacción aparte de Dios, no estuvieron siempre de acuerdo con los pensamientos de Dios. En consecuencia, la inspiración garantiza que lo que Salomón dijo ha sido fiel y exactamente registrado en la Biblia.

Después de este bosquejo general, que nos presenta la estructura general del libro y de estas palabras de introducción vamos a comenzar nuestra lectura con el versículo 1, que encabeza un párrafo que presenta

El problema expuesto

"Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén."

No conocemos a ningún otro personaje de la Biblia que pueda ser identificado con estas palabras con excepción de Salomón. David tuvo otros hijos, pero Salomón fue el único que fue rey en Jerusalén. Él fue el filósofo que tenemos ante nosotros. Y sabemos que él recibió sabiduría. Creemos que la sabiduría que Dios le dio a Salomón fue un poco diferente a la que nosotros imaginamos. Generalmente pensamos que él recibió una percepción espiritual, pero la Biblia no nos informa de que él siquiera la pidiera. Salomón había orado a Dios de la siguiente manera, registrada en primera de Reyes 3:9, que dice lo siguiente: "9Concede, pues, a tu siervo un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo y discernir entre lo bueno y lo malo, pues ¿quién podrá gobernar a este pueblo tuyo tan grande?" Aparentemente, Dios le dio lo que él había pedido, es decir, sabiduría para gobernar. Él demostró sabiduría en economía política y probablemente ejerció una buena tarea de gobierno en al nación. Introdujo en el reino una época de paz. Otras naciones del mundo acudieron a su reino para estudiar y ver la sabiduría de Salomón. Él dio un testimonio público de Dios a través del templo, con el altar, donde se ofrecía un sacrificio a favor de los pecadores. Éstas fueran algunas de las cosas que la reina de Saba aprendió cuando vino desde los confines de la tierra. Pero en el área del discernimiento o percepción espiritual, Salomón era probablemente nulo.

Ahora, en este pasaje, encontramos a Salomón, lanzado con sus experimentos "debajo del sol". Y un hombre que vive "debajo del sol" es muy diferente a un hijo de Dios, que ha sido bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo (Efesios 1:3).

Continuemos leyendo el versículo 2 de este primer capítulo de Eclesiastés:

"Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad."

La vanidad nos habla de una vaciedad. Es desperdiciar una vida, una vida vivida sin ningún propósito o meta. Significa vivir simplemente como vive un animal o un ave. Hay mucha gente que hoy vive de esa manera.

En una ocasión algunos de nosotros hemos coincidido en algún hotel con personas que llevan un elevado nivel de vida debido a sus recursos financieros. Se trata de personas que pueden satisfacer todos sus deseos, vivir en aquella parte del mundo que más les agrade, y dedicarse a las más variadas actividades de ocio. Pero algo que sorprende es comprobar, por sus conversaciones, la falta de satisfacción y descontento que revelan, así como su grado de aburrimiento. Parecen vidas sin propósito, que han perdido la ilusión y la motivación por nuevas experiencias.

En el libro de Proverbios Salomón nos presentó joyas de sabiduría. Y en este libro de Eclesiastés nos ofreció glóbulos, no de sabiduría sino de insensatez. Después, en el Cantar de los Cantares, el tema fue el amor. La sabiduría, la insensatez y el amor fueron entonces sus temas. Es que Salomón era un experto en estos tres temas. El sabía como desempeñar el papel de insensato, era sabio en su forma de gobernar y su vida amorosa fue una historia intensa. Así que Salomón fue el hombre más sabio, pero jamás nadie llegó a comportarse con tanta falta de sensatez como él. Él es el enigma de la revelación. Es la paradoja de las Escrituras. El hombre más sabio fue, también, el más insensato. Y este libro de Eclesiastés nos va a revelar precisamente este aspecto de su personalidad.

Vemos que en el versículo que hemos leído dice: "Vanidad de vanidades, todo es vanidad". Esta afirmación se refiere a la vida sin Dios. Es la vida del hombre que vive "debajo del sol", tratando de obtener algo de la vida misma.

Así les sucede a todos los que buscan esa satisfacción y saciedad donde no la hay. Han intentado de todo para obtenerlas, pero sólo van acumulando amarguras y desilusiones,

Así que en estas consideraciones del libro veremos al ser humano probando, experimentando. Va a exprimir el jugo que se le puede extraer a la vida, de las piedras secas de esta existencia mundana. Y en el versículo 3, dijo el escritor:

"¿Qué provecho obtiene el hombre de todo el trabajo con que se afana debajo del sol?"

Ahora, recordemos que esta pregunta se la formula el que vive debajo del sol. Éste es el punto de vista del hombre. Dios no estaba dando aquí Su punto de vista.

Ahora entramos en una nueva sección que hemos titulado

El experimento es realizado

Este experimento abarca la parte principal del libro, extendiéndose desde el versículo 4 hasta el capítulo 12, versículo 12.

Ahora lo primero que Salomón probó se encontraba en el área de la ciencia y realizó un estudio de las leyes de la naturaleza. Resulta interesante que Salomón haya intentado esta opción. Los hombres aún penetran en los campos del estudio científico y dedican años, en realidad, pasan toda la vida estudiando estas leyes de la naturaleza. Este libro es notable al exponer estas leyes de la naturaleza. Leamos entonces el versículo 4, que comienza a comentar estas leyes de

La ciencia

"Generación va y generación viene; pero la tierra siempre permanece."

Aquí afirma que la tierra siempre es la misma. Tiene una estabilidad que el hombre no tiene, porque el hombre es temporal. El hombre contemporáneo es un poco diferente al hombre del pasado y probablemente será muy diferente del hombre del futuro, pero es un ser temporal. Y la continuidad de la humanidad se mantiene a través de los nacimientos. Es decir, estimado oyente, que ni usted ni yo estuvimos aquí hace cien años, ni vamos a estar aquí dentro de cien años. En realidad, es posible que muchos de nosotros no vayamos a estar aquí por mucho más tiempo. Pero, la humanidad continuará por generaciones sucesivas. Salomón declaró: Generación va, generación viene. El ser humano es una criatura transitoria. Y si consideramos esta vida solamente desde el punto de vista de la vida misma, debemos decir que el hombre es el fracaso más grande en el universo de Dios. Ha estado en esta escena solamente por muy pocos años. En algunas partes de esta tierra hay árboles plantados que ya estaban ocupando su lugar cuando Cristo estuvo en esta tierra pero, después de todo, no son nada más que recién llegados, comparados con rocas que han estado aquí por millones de años, quizá billones de años, no sabemos cuanto tiempo. Aunque nadie sabe por cuanto tiempo la tierra ha permanecido en su lugar, ya se encontraba donde está cuando el hombre llegó aquí, y en esta lugar permanecerá después que la mayoría de nosotros se vaya. Ahora, esto agrega una nueva dimensión a la vida, que es un poco desalentadora; el hombre no es lo que piensa ser.

Así es que vemos aquí algunas afirmaciones notables que nos revelan que Salomón realizó un estudio de las leyes de la naturaleza y tuvo un gran conocimiento sobre ellas. Resulta interesante que estas leyes son básicas en nuestra época por lo que se refiere a la ciencia. Observemos algo más leyendo el versículo 5:

"Sale el sol y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta."

Con todos los recursos que Salomón tenía a su alcance, encontró que la vida era monótona. Para el había una cierta similitud, cierta uniformidad o falta de variedad en todo lo que observaba. Estas páginas revelan que él trataba de huir de esa monotonía. Y la gente en la actualidad está haciendo de todo para añadir novedad, ilusión, expectativa a este proceso. Las personas están hoy en un constante movimiento de búsqueda de nuevas formas de placer, de satisfacción, intentando apartarse de esa falta de variedad que imponen las leyes naturales. Estimado oyente, si usted simplemente mira al ser humano tal cual es en el día de hoy, separado de Dios, encuentra que no presenta una imagen muy atractiva. Y eso es lo que este libro de Eclesiastés nos presentará a lo largo de este estudio. Pero frente a este panorama, queremos finalizar hoy con otra realidad, con otra imagen. La de la persona que establece una relación con Dios por medio del Señor Jesucristo y, de esa manera, aunque se encuentre en esta tierra con la ley inexorable de la muerte, pasará a disfrutar de la vida eterna. Y en esa nueva dimensión, los hijos de Dios permanecerán para siempre. Como bien dijo el apóstol Juan en su primera carta capítulo 2 versículo 17: "17Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre."

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