Estudio bíblico de Colosenses 1:15-18

Colosenses 1:15-18

En el día de hoy, amigo oyente, regresamos al primer capítulo de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses, y vamos a comenzar en nuestro estudio con el versículo 15. Entramos así a la sección centrada en

La persona de Cristo

Hablamos de la persona de Cristo en nuestro estudio del Cantar de los Cantares. En Colosenses nos acercamos al tema y aprendemos la teología del mismo. Esta es una parte muy elevada, una gran sección de esta epístola. No podemos decir demasiado acerca de Él, y nunca seremos capaces de hacerlo, por lo menos en esta vida, al tratar de comprenderle a Él en toda Su maravilla y en toda Su gloria.

Esta sección presenta una respuesta para aquellos que hoy niegan la deidad del Señor Jesucristo. Comprender estos versículos es darnos cuenta de lo maravilloso que Él es en realidad. Pablo estaba específicamente tratando de dar respuesta aquí al gnosticismo, que era una de las herejías más antiguas de la Iglesia. Ahora, otra de las herejías que se presentó entonces, era el arrianismo. Arrio, sacerdote de Alejandría, dijo que el Señor Jesucristo era una criatura, un ser creado. El Concilio de Nicea respondió a esta herejía en el año 325 D. C., cuando hizo la siguiente declaración: "El Hijo es tan hombre como el mismo hombre, y tan Dios como el mismo Dios". Y más adelante en la historia de la Iglesia, Socino propagó la herejía de que Jesucristo no era Dios y que la humanidad no necesitaba un salvador del pecado. Enseñó que nosotros no estábamos totalmente depravados. Hoy estas ideas constituyen la base del Unitarianismo y de algunos otros cultos.

Pues bien, en los próximos versículos se nos dan nueve marcas de identificación de Cristo que lo hacen a Él diferente de cualquier otra persona que haya vivido y también, superior a todas ellas.

Leamos entonces el versículo 15 de este primer capítulo de Colosenses:

"Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación"

Tenemos dos de estas declaraciones aquí en este versículo que estamos leyendo.

(1) En primer lugar, se nos dice que Él es la imagen del Dios invisible. Bien, esta palabra "imagen" corresponde al griego "eikon". ¿Cómo puede ser Él la imagen de un Dios invisible? Porque uno no puede sacar una foto, u obtener una imagen de aquello que es invisible, ¿cómo puede ser esto? Bueno, Juan nos lo aclaró en el prólogo de su evangelio donde dijo: En el principio era el verbo. Y ese fue el principio que no tuvo principio, porque Cristo no tuvo principio. Y el capítulo 1, versículo 1, del evangelio según San Juan, declaró: En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Y luego más adelante en el versículo 14 del mismo capítulo 1, de San Juan, dijo: Y el Verbo se hizo carne. Si usted busca la historia de la Navidad en el evangelio de Juan, aquí la tiene. Podríamos decir, "nació carne". Y esa fue la forma en que Él se convirtió en la imagen del Dios invisible. ¿Y cómo pudo ser? Porque Él es Dios. Si Él no fuera Dios, entonces, no podría haber sido la imagen del Dios invisible.

(2) Bien, la segunda declaración que tenemos aquí nos dice que Él es el primogénito de toda creación. Aquí se nos revela su relación con el Padre, y Su posición en la Trinidad. Dios es el eterno Padre; el Hijo, es el eterno Hijo. Su posición en la Trinidad es la de Hijo.

Primogénito indica Su prioridad ante toda la creación. Su jefatura o liderazgo sobre toda la creación no significa que El nació primero. Tenemos que entender lo que la Biblia quiere decir por primogénito.

En ninguna parte de las Escrituras se nos enseña que Él tuvo Su comienzo en Belén. Se nos dice que la profecía dijo que vendría de Belén. En la gran profecía de Miqueas 5:2 se nos anunció que El nacería en Belén, pero que sus orígenes se remontaban al principio de los tiempos, a los días de la eternidad. E Isaías 9:6 dijo: Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha sido dado. Un niño ha nacido pero el Hijo, ha sido dado. Él vino de la eternidad y asumió nuestra humanidad.

El Apóstol Pablo estaba tratando con una de las filosofías de aquellos días, una de esas religiones que trataban sobre los misterios. Se trataba del demiurgo, y sostenía que Dios creó a una criatura inferior a Él, subordinada a Él. Entonces esta criatura a su vez, creó otra criatura subordinada a ella, y entonces esa otra criatura, creó a otra criatura inferior. Y así sucesivamente, uno puede continuar descendiendo por esa especie de escalera hasta que uno llegue a la criatura que creó a este universo. De acuerdo con esta creencia, éstas eran emanaciones de Dios. El Gnosticismo enseñó que Jesús fue una de esas criaturas, es decir, una emanación de Dios. Y, Pablo estaba respondiendo aquí a esa idea. Por eso dijo que el Señor Jesucristo era el primogénito de toda la creación. Que Él estuvo detrás de toda la creación. La palabra griega que él utilizó aquí fue "prototokos", que significa "antes de toda creación". O sea, que Él no nació o comenzó a existir en la creación. Y Él fue Aquel que, como ya hemos dicho, vino a este mundo hace más de 2000 años, haciéndose carne. Existió antes que cualquier creación. En el evangelio según San Juan, versículos 1 al 3 dice: En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Como dijimos antes, Dios el Padre es el eterno Padre, y Dios el Hijo, es el eterno Hijo. Nunca existió un tiempo en que Él fue concebido.

En varias partes de la Biblia se le llamó al Señor Jesucristo el Primogénito. Fue llamado el Primogénito de toda la creación. Se le llamó el Primogénito entre los muertos. Se le llamó el Unigénito Hijo.

El versículo 18 de este capítulo 1, de la epístola a los Colosenses que estamos estudiando, menciona al Señor Jesucristo, como El Primogénito entre los muertos. Y eso fue, por supuesto, lo que quiso decir el escritor del libro de Salmos, cuando expresó en el Salmo 2, versículo 7: Yo publicaré el decreto, el Señor me ha dicho, Mi Hijo eres Tú; Yo te engendré hoy. Bueno, si usted lee el capítulo 13 del libro de los Hechos de los Apóstoles, encontrará allí ese gran sermón predicado por Pablo en Antioquía de Pisidia en el país de los Gálatas, sermón en el que amplió esta idea. Pablo dijo allí, en los versículos 32 y 33, que el salmista quiso decir que Él fue engendrado de entre los muertos.

Cuando Jesucristo fue llamado el primogénito de toda la creación, no fue una referencia a Su nacimiento en Belén. Este no es un versículo para Navidad. Significa que El tuvo la máxima prioridad de posición. Tampoco tiene que ver en absoluto con Su origen. En el salmo 89, versículo 27, el salmista escribió: Yo también lo pondré por primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra. En este pasaje quedó claro que Cristo, como el Hijo eterno, ocupa la posición de máxima prioridad de toda la creación. En otras palabras, Él es el Creador. Y no existió ese demiurgo, ni esa serie de criaturas creadas una después de la otra. Él mismo creó todas las cosas.

Ahora, permítanos presentar algunos versículos más que hablan de la persona de Cristo. En la epístola a los Hebreos, capítulo 1, versículo 3, leemos: El, que es el resplandor de su gloria, la imagen misma de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Esto no parece indicar que Él es una criatura, ¿verdad? Él es la segunda persona de la deidad. Luego, en la misma carta a los Hebreos, capítulo 1, versículos 7 y 8, leemos: Y ciertamente, hablando de los ángeles dice: "el que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego". Pero del Hijo dice: "Tu trono, Dios, por los siglos de los siglos, Cetro de equidad es el cetro de tu reino".

Así es que, amigo oyente, aquí no estamos hablando de que el Señor Jesucristo nació como una criatura. Estamos hablando aquí del hecho de que Él es Dios. Y cuando Él vino a este mundo, nació un niño, pero el Hijo nos ha sido dado, y El venía de la eternidad. Recordemos que el ángel le anunció a María, en Lucas 1:35: el Santo Ser que va a nacer, será llamado Hijo de Dios. ¿Por qué? Porque eso es lo que Él es. Él era el Hijo Dios antes de venir a este mundo. En Mateo 16:16, Simón Pedro le dijo: Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente. Él es eso.

Ahora llegamos a las siguientes dos grandes declaraciones sobre el Señor Jesús. Leamos el versículo 16 de este primer capítulo de Colosenses:

"Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él."

(3) En tercer lugar hemos leído: en él fueron creadas todas las cosas. Si todas las cosas fueron creadas por Él, esto aclara la cuestión de ser Él una criatura o el Creador. La frase que afirma que él es el primogénito de toda la creación no significa que Él fue creado, sino más bien que Él fue el que realizó la creación.

Hay dos clases de creación, la "visible y la invisible". Aquí es interesante observar que el apóstol mencionó diferentes grados y rangos en las inteligencias espirituales; tronos, dominios, principados, potestades. Hay grados en las huestes angelicales. Otros versículos de la Biblia nos dicen que hay serafines, querubines, y también arcángeles. Y, luego, vemos que existe la clase común de ángeles.

En la carta a los Efesios, mencionamos el hecho de que nuestro enemigo es un enemigo espiritual. Satanás tiene sus huestes espirituales que se rebelaron con él. Así que también hay diferentes grados y rango entre nuestros enemigos espirituales.

(4) Ahora, tenemos la cuarta declaración. Es maravilloso saber que todas las cosas fueron creadas por El. Pero aquí hay también otra verdad. Todas las cosas fueron creadas para Él.

Usted puede salir afuera esta noche y mirar a los cielos y contemplar una gran cantidad de estrellas. Recordemos que, hace muchísimos años, hombres sabios miraron hacia los cielos y vieron una estrella en particular. Bueno, quizá usted pueda salir a ver las estrellas, pero no va a encontrar a esa estrella en particular. Sin embargo, podrá observar otras en esa misma posición. Quizá usted se pregunte: ¿Por qué cada estrella está ocupando su lugar propio y específico en los cielos? ¿Por qué se encuentra esa estrella en esta parte del cielo? Se encuentra en ese lugar específico de los cielos porque allí es donde el Señor Jesucristo quiso que estuviera. Él no sólo creó todas las cosas, sino que ellas fueron creadas para Él.

Y una de las verdades más hermosas en relación a esto, es que se nos dice que somos herederos de Dios y coherederos con el Señor Jesucristo. O sea, que vamos a recibir una gran porción de bienes raíces algún día. Y creo que vamos a estar muy ocupados en la eternidad, y que, entonces, ya no seremos seres terráqueos, sino que tendremos un cuerpo nuevo, librado de la fuerza de gravedad. Estaremos viviendo en una ciudad llamada Nueva Jerusalén. Y podremos viajar de un lugar otro, en este vasto universo de Dios. No sabemos cuánto de ese universo Él nos va a entregar. Él lo hizo todo, lo creó todo; lo creó de la nada. Él lo va a hacer funcionar según le parezca a Él. Este es Su universo. Y si usted se ha preguntado por qué cierta clase de árbol tiene cierta clase de hoja, bueno, fue porque así lo quiso Él. Fue hecho por Él, y fue hecho para Él. Y nosotros vamos a recibir algo de eso; hay una herencia preparada para nosotros. ¡Qué herencia la que recibiremos, amigo oyente! Nunca hemos dedicado mucho tiempo a pensar en ello porque siempre creemos que es algo especulativo, pero seguramente todos nos preguntamos cómo será nuestra existencia cuando estemos con Él en la eternidad. Lo que sí sabemos es que será extraordinario y superará nuestra imaginación.

Usted y yo, amigo oyente, vivimos nada más que en tiendas aquí en esta tierra. Así fue como Pablo llamó a nuestros cuerpos. En 2 Corintios 5:1 Pablo dijo: Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo (o sea esta tienda), se deshace. Es decir, esta tienda, este cuerpo regresará al polvo del cual salió, cuando nosotros ya hayamos salido del mismo: Ausentes del cuerpo, - dijo Pablo - presentes con el Señor. Cuando nos ausentemos de este cuerpo terrenal, de estos cuerpos viejos que tenemos, en los cuales vivimos actualmente, estaremos en la presencia del Señor.

Y, amigo oyente, usted puede estar viviendo en un hogar cómodo y decorado con muy buen gusto. Pero, aún así, como persona, usted está viviendo en una tienda débil, vulnerable, lista para destruirse. Todos nosotros nos encontramos en la misma situación con los cuerpos que tenemos. Pero uno de estos días recibiremos un cuerpo glorificado, y, entonces, recibiremos nuestra herencia. Y pensando en su entrañable hogar aquí en la tierra, considere que no va a estar en él por mucho tiempo. Pero nuestro nuevo cuerpo será para la eternidad, para estar siempre en el hogar celestial con Cristo. Esa es la perspectiva futura para el hijo de Dios.

Leamos ahora el versículo 17, de este capítulo 1 de la epístola a los Colosenses:

"Y él es antes que todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten."

(5) En quinto lugar, se nos dice que él es antes que todas las cosas. Toda la plenitud residió en el Cristo pre-encarnado y toda la plenitud residió en el Cristo encarnado. En Colosenses 2:9 dice: Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad. Nosotros seremos hechos completos en Él. Él fue antes de todas las cosas. Él fue el Cristo antes de la encarnación.

(6) En sexto lugar leemos que todas las cosas en él subsisten. Y eso quiere decir que Él mantiene todas las cosas juntas. Él mantiene la creación. Él la dirige y mantiene unido el universo.

Hace ya años, en nuestra época, el hombre realizó algo muy atrevido. El hombre liberó el átomo. El Señor Jesucristo, cuando creó el átomo, sujetó a cada una de esas pequeñas partículas juntas; y el hombre realizó lo que llamó la fisión del átomo, o sea, la rotura del núcleo del átomo con la consiguiente liberación de energía. ¿Ha pensado usted alguna vez en el tremendo poder que existe en el átomo de este universo? El hombre puede fabricar una bomba nuclear de un tamaño reducido, pero que tiene un inmenso poder destructivo. Imaginemos entonces el tremendo poder que se encuentra en este vasto universo físico. ¿Quién está manteniendo a estas cosas unidas? Se nos dice que Él no sólo creó todas las cosas, sino que también, todas las cosas en Él subsisten. Y esa, estimado oyente, es una enorme tarea en sí misma, la de mantener todo este universo unido. Y el Señor Jesucristo es el único que puede llevar a cabo esa obra.

Y tenemos esta misma verdad repetida en la carta a los Hebreos 1:3, citado anteriormente, y que dice; El, que es el resplandor de su gloria, la imagen misma de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Realmente, Él es una persona extraordinaria.

Veamos ahora lo que se dice acerca de Él en el versículo 18, de este capítulo 1, de la epístola a los Colosenses:

"Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia"

(7) En séptimo lugar, aquí se dice que Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia. Creemos que este es el versículo clave de la carta a los Colosenses, que es una carta complementaria a las cartas a los Efesios y a los Filipenses. En Efesios el énfasis recae en el hecho de que la iglesia es el cuerpo de Cristo aquí en la tierra. El énfasis está en el cuerpo. En Colosenses el énfasis se coloca sobre la cabeza del cuerpo, la persona del Señor Jesucristo. En la epístola a los Efesios, capítulo 1, versículo 22 leemos: Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. Y finalmente, en Filipenses vemos a la iglesia con pies, caminando por el mundo, es decir, que vemos la experiencia de la iglesia, la experiencia del creyente. Por eso decimos que son epístolas que se complementan entre sí.

Y se añade aquí que Él es el primogénito de entre los muertos. ¿Sabía usted que hoy existe sólo un hombre que ha sido resucitado con un cuerpo glorificado? Él es la primicia, el primer fruto de los que duermen. Así es que, cuando un ser querido que está en Cristo muere y usted coloca su cuerpo en la tumba, lo está colocando en una morada transitoria, por un poco de tiempo, porque muy pronto llegará una mañana brillante. El cuerpo es colocado a descansar, pero la persona ha ido a estar con el Señor. Y, luego, cuando Él regrese a recoger a Su Iglesia y sacarla de este mundo, entonces, amigo oyente, ese cuerpo resucitará en base a la resurrección de Cristo. Como dijo Pablo en 1 Corintios 15:42, se siembra un cuerpo corruptible, se resucita un cuerpo incorruptible. O sea, que nosotros seremos como Él es. Como dijo el apóstol Juan en su primera carta, 3:2, 2Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es.

(8) En octavo lugar leemos: para que en todo tenga la preeminencia, es decir, la primacía. Nadie puede pensar en algo más extraordinario que esto. La voluntad de Cristo debe prevalecer por toda la creación de Dios. Esa es la intención de Dios. Incluso a pesar de la rebelión del hombre aquí en la tierra, en el Salmo 2:6 Dios dijo: Yo he puesto mi rey sobre Sión, mi santo monte. Dios está hoy avanzando directamente, sin vacilar, inflexiblemente, hacia una meta. La meta es colocar a Jesús en el trono de este mundo que hoy se encuentra en rebelión contra Dios. Este es el objetivo, este es el propósito de Dios.

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