Estudio bíblico de Colosenses 3:12-25

Colosenses 3:12-25

Recordemos que nos encontramos en la sección práctica de Colosenses. En la sección doctrinal vimos a Cristo, que es la plenitud de Dios y la cabeza de la iglesia. Los creyentes están llenos, han sido hechos completos en Él. Encontramos todo lo que necesitamos para nuestra vida cristiana en Cristo, y no en ningún sistema legalista humano, ni en un sistema filosófico.

Y ya que hemos resucitado espiritualmente con Cristo, tenemos que buscar las cosas de arriba, las cosas celestiales, donde se encuentra Cristo, a la derecha de Dios. Hemos visto que esta realidad nos conducirá a la santidad personal. Comenzando con el versículo 12 encontraremos que también nos conducirá la santidad en nuestra relación con otros; de esta forma, los versículos 18-21 tratarán el tema de la santidad en el hogar; y los versículos 22-25 hablarán de la santidad en el trabajo. Y así, la vida cristiana consiste en vivir la plenitud de Cristo en nuestra conducta en el hogar, en nuestra profesión y en nuestras relaciones sociales.

Pablo identificó claramente las características del viejo hombre que deben desecharse. Ahora iba señalar las ropas específicas que debían estar incluidas en el vestuario del nuevo hombre, Por cierto, vamos a ver una presentación de la última moda para los cristianos. Podemos considerar esta sección como las sugerencias para que un cristiano vaya siempre bien vestido.

Vamos a leer entonces el versículo 12 de este tercer capítulo de Colosenses:

"Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia."

Aquí se mencionan a los escogidos de Dios. Ha habido mucha discusión sobre este asunto de la elección. El hecho es que usted ha confiado en Cristo, se ha colocado su nueva ropa y es uno de los escogidos. Si estos elementos que Pablo iba incluir en su lista están presentes en su vida, entonces usted forma parte de los escogidos. En base a este pasaje, no podríamos llegar más lejos en la argumentación de este tema. Usted es uno de los elegidos. Los elegidos de Dios están vestidos con la justicia de Cristo.

Usted puede darse cuenta amigo oyente, que las ropas que Pablo mencionó aquí son, en realidad, el fruto del Espíritu Santo. Son cosas que ni usted ni yo podemos producir en nuestras vidas. En el momento en que usted y yo comenzamos a pensar acerca de la maravillosa posición que tenemos en Cristo y en ese alto llamamiento que tenemos en Él, al mirarnos a nosotros mismos tenemos que reconocer que somos impotentes. Somos débiles, no tenemos ningún poder, somos incapaces de vestirnos con estas ropas o de producir estos frutos en nuestra vida. Estamos en la misma posición en que se encontraba la esposa en el libro del Cantar de los Cantares de Salomón. Ella había sido besada con el beso de la paz. La paz con Dios había sido lograda. Estimado oyente, en un sentido espiritual Él nos ha besado y nos ha dicho que nuestros pecados han sido personados en Cristo. ¡Y esta es una maravillosa realidad! Pero como hijos de Dios aun pecamos. Entonces tenemos que recordar al famoso hijo pródigo de aquella parábola, que se alejó de su padre y de su hogar y dilapidó su fortuna en una vida desenfrenada. Cuando él regresó al hogar, el padre lo vio desde lejos, corrió y lo abrazó. Y, ¿qué hizo entonces? Lo besó. Era el beso del perdón. Él beso del perdón que Dios da a Sus hijos.

Estamos en la posición de la esposa, que en el Cantar de los Cantares decía: ¡Llévame en pos de ti! ¡Corramos! Yo no soy capaz de lograr esa maravillosa posición que tengo en Cristo. No la puedo alcanzar por mí mismo. Así que usted y yo nos encontramos colocados en Cristo. Y es en ese lugar que el Espíritu de Dios actúa y nos capacita para vivir en el Espíritu, bajo Su control.

Comenzó el apóstol hablando de entrañable misericordia. Esto implica corazones compasivos. ¡Qué despiadado se ha vuelto el mundo! ¡Cuán indiferente y mecanizado! Encontramos que nosotros somos simplemente un número. Casi todos los días llevamos a cabo nuestras actividades con un ordenador. Pero uno no puede decirle a la computadora cómo se siente, o señalarle un error que haya cometido. Simplemente debemos limitarnos a hacer nuestras transacciones comerciales con ella. Si nos envía una cuenta, debemos pagarla. Y eso es todo. Y lo mismo sucede con los bancos. Tienen un corazón tan grande como el de una maquina computadora. En realidad, la computadora es el corazón del banco. Y, en muchas ocasiones, cuando uno va a visitar a un médico en alguna emergencia, se da cuenta que para este hombre uno no resulta nada más que un enfermo más en medio de una multitud, con un informe médico que se archivará entre miles de otros pacientes.

Así que, en medio de tantas relaciones informáticas y experiencias de relación virtual a través de las redes de comunicación, recibimos el consejo de Pablo de que, como creyentes, deberíamos tener un corazón compasivo en nuestras relaciones con aquellos que nos rodean.

Y, luego, Pablo nos habló de la vestimenta de la bondad. Este término contiene la idea de ser "provechoso". Quiere decir que debemos ser de ayuda para los demás. Hay otra palabra griega para bondad que contiene un elemento de firmeza, de severidad. Uno puede ser amable, bondadoso y aun ser severo. Pero hay una bondad que significa mansedumbre, dulzura, y esa fue la palabra que Pablo usó aquí.

Y luego se menciona la palabra humildad. Y como ya hemos dicho anteriormente, este término no quiere decir, "debilidad". Observemos que el énfasis de Pablo aquí es en la humildad de la mente.

Luego el apóstol Pablo mencionó la palabra mansedumbre, que también tiene que ver con un espíritu humilde.

A continuación leemos la palabra paciencia, que corresponde al original griego "makrothumia. La idea se refiere a algo que demora mucho en quemarse, que arde durante mucho tiempo. No tendríamos que tener un genio muy vivo en nuestro trato con nuestros amigos y hermanos cristianos. No deberíamos hacer juicios instantáneos. Y continúa diciendo el versículo 13:

"Soportaos unos a otros y perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros."

Pablo aludió aquí a situaciones en las que se implicaba una culpa y la queja estaba justificada.

¿Qué debemos hacer en tales circunstancias? Dijo Pablo: de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Figurativamente hablando, esto no quiere decir que uno debe convertirse en un felpudo. Pero sí quiere decir que cuando tengamos una queja, hemos de ir al individuo y tratar de solucionar el problema.

Tenemos que ser conscientes de que siempre va a haber personas con quienes no podremos resolver problemas y llevarnos bien. Cuando el Señor Jesucristo denunció a los fariseos, El simplemente los denunció. Y ellos, por supuesto, no buscaron Su perdón.

Y el pensamiento de Pablo aquí es que Cristo nos ha perdonado tanto a nosotros que no nos hará daño el perdonar a alguien que nos ha dado un pisotón. Tenemos que perdonar a otros de la misma manera en que Cristo nos ha perdonado. Luego, leamos los versículos 14 y 15:

"Sobre todo, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos."

Aquí se nos aconsejó vestirnos de amor. En estos versículos encontramos dos frutos del Espíritu: amor y paz. En cuanto a la paz, debería arbitrar, dirigir con autoridad nuestros corazones.

Y el versículo 16 continúa diciendo:

"La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros. Enseñaos y exhortaos unos a otros con toda sabiduría. Cantad con gracia en vuestros corazones al Señor, con salmos, himnos y cánticos espirituales."

Amigo oyente, hay muchas personas hoy que se destacan por su defensa de la doctrina Bíblica y por su fe en la Palabra de Dios. Esto es sumamente importante. Pero a veces, estas actitudes no van acompañadas por un conocimiento completo de la Palabra de Dios.

Aquí se menciona a "la palabra de Cristo". Recordemos que el Señor Jesucristo dijo en Juan 15:3, vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado. Figurativamente hablando, el mejor baño, la mejor operación de limpieza a la que usted puede someterse es una inmersión en el estudio de la Palabra de Dios.

Y que esa Palabra habite, quiere decir que se sienta como en su casa, que lleve las riendas de la casa. Tendríamos que estar familiarizados con la Palabra de Dios. La Biblia no debería ser para usted un libro extraño, como lo es hoy para tanta gente.

El versículo 15 dice: y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones y después el versículo 16 añade, La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, es decir, que se sienta como en su propia casa. Debemos conocerle a Él. Debemos estar bien familiarizados con la Palabra de Cristo, y debemos estudiarla y conocer lo que Cristo nos está diciendo a cada uno de nosotros en el día de hoy. Porque allí es donde Él nos habla a nosotros, estimado oyente, en Su Palabra.

Y, luego, nos dijo el apóstol, enseñaos y exhortaos unos a otros. ¿Con qué? Con salmos, himnos y cánticos espirituales.

Y se añade: cantando con gracia en vuestros corazones al Señor. El caso es que debemos permitir que la Palabra de Dios ejerza es maravillosa influencia en nuestras vidas que Pablo estaba describiendo aquí. Y luego él dijo en el versículo 17:

"Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él."

¿Quiere usted una norma para la conducta cristiana? ¿Necesita usted una pauta para actuar hoy? ¿Quiere usted un principio, antes que una cantidad de pequeñas reglas? Pablo nos dejó aquí ese principio: él no nos dijo que debíamos o no debíamos hacer. Simplemente dijo: hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Estimado oyente, cualquier cosa que hagamos, en nuestro lugar de trabajo, en nuestro hogar y en todas nuestras relaciones con los demás, podemos decir: "estoy haciendo esto en el nombre del Señor Jesús". Si usted puede decir esto, si usted lo está haciendo en Su nombre, entonces siga adelante y hágalo. Esta es una buena norma y un criterio para establecer en nuestras vidas.

A continuación Pablo trató el tema de la santidad en el hogar. Usted observará que él estaba cubriendo los mismos asuntos que desarrolló en la epístola a los Efesios. Allí el les dijo a los creyentes que fueran llenos del Espíritu Santo, y después les dio las mismas instrucciones. Aquí en Colosenses escribió: la palabra de Cristo more en abundancia en vosotros... en toda sabiduría y después procedió a dar instrucciones para la vida cristiana.

¿Qué significa ser lleno del Espíritu Santo? Bueno, también significa que usted tendrá que estar lleno de la Palabra de Cristo. La Palabra de Dios ha sido inspirada por el Espíritu de Dios. Si la Palabra de Dios mora en usted en abundancia, con toda su riqueza, entonces usted estará lleno del Espíritu de Dios, es decir, controlado por el Espíritu. No creemos que usted pueda ser lleno del Espíritu Santo o que pueda servir a Cristo hasta que esté lleno del conocimiento de Su Palabra. Recordemos este consejo: que la palabra de Cristo more en abundancia en vosotros.

Luego, en el versículo 18, leemos:

"Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor."

Ya hemos considerado este asunto en la epístola a los Efesios. Lo que el versículo 18 menciona está relacionado con el orden que debe existir en el hogar. El propósito aquí no es tener un marido que intimide. No creemos que Dios tenga la intención de que una esposa se someta a un marido no creyente que la obligue a hacer cosas contrarias a su vida y relación con el Señor. Por ejemplo, si la somete a un trato violento. Ella no puede ser rebajada en su propia dignidad como mujer y como cristiana. Hay un límite. Ella se somete "como conviene en el Señor". Y el versículo 19 continúa diciendo:

"Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas."

El marido que ama a su mujer es aquel a quién la esposa ha de someterse. Ella no debe ser la que ejerza la dirección de la familia, pero debe alentarle a él a que tome a su cargo esa responsabilidad. Luego, en el versículo 20 leemos:

"Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor."

Además de obedecerles, han de honrarles durante toda su vida. Estas palabras van dirigidas a los menores de edad. Porque al llegar a cierta edad y como una parte de su desarrollo, llegan a un nivel de madurez en al cual han experimentar su autonomía.

Y cuando uno observa que un joven que ya está terminando su adolescencia comienza a rebelarse contra sus padres puede ser una indicación de que Dios ha comenzado a hacerle sentir la necesidad de ser independiente, de alejarse de sus padres para afrontar sus propias responsabilidades en la vida. Y una de esas responsabilidades será iniciar sus proyectos de formar una familia. Y en el versículo 21 dice:

"Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten."

Y aquí nos referiremos a nuestro comentario de Efesios 6:4. La característica notable de este versículo, incluido en Efesios y Colosenses, fue que bajo la ley de Moisés, el mandamiento se refería solamente a los niños. No había ninguna referencia a los padres. ¿Había la ley desarrollado en los padres una conducta dictatorial en vez de una capacidad de dirección? No. El libro de los Proverbios reveló que la responsabilidad de encontrar la voluntad de Dios para el hijo había sido dada a los padres. Dice Proverbios 22:6, Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él.

Y, luego, el apóstol trató el tema de la santidad en el trabajo. El expuso la relación que existe en el lugar de trabajo, entre el jefe y el empleado. En el versículo 22, leemos:

"Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios."

(Este fue el consejo de Pablo en una sociedad que aceptaba la esclavitud. Nosotros aplicamos los principios generales de fidelidad y respeto, que son válidos para cualquier época.) Esta es una expresión particular de Pablo en sus escritos: no sirviendo al ojo que otras versiones traducen "no para ser vistos" o "no solo cuando ellos os estén mirando", también contiene la idea de que uno no debe trabajar con la mirada puesta en el reloj. Más bien, debe mantener su mirada en Cristo; porque es a El a quien está sirviendo. Esa es la forma en la que habría que afrontar el trabajo.

Muchos cristianos hablan de su dedicación al Señor y de sus deseos de servirle, pero son perezosos. Con toda sinceridad, si usted es perezoso en su trabajo, usted no está dedicado, consagrado a Jesucristo.

Pablo había reducido la vida cristiana al mínimo común denominador. El tenía una meta simple, como lo expresó en Filipenses 3:13 y 14: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, 14prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Él tenía su mirada, su mente, su corazón y la totalidad de sus afectos concentrados en Jesucristo.

Y terminó el versículo 22 diciendo: con corazón sincero, temiendo a Dios. La idea aquí era no temer al jefe terrenal, sino a Dios. Ahora, en el versículo 23 leemos:

"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres"

Cuando Pablo dijo "de corazón" quiso decir desde lo más profundo, desde al alma. Si usted no puede hacer algo con entusiasmo para el Señor Jesucristo, indiferentemente de lo que sea, no debe estar haciéndolo. Esto se aplica a todo lo que usted haga. Y, si usted no puede ni siquiera ir a la Iglesia con entusiasmo, entonces, ¿qué provecho recibe con ir?

Y añadió Pablo como para el Señor y no para los hombres. Y el versículo 24 dice:

"Sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís."

Puede que usted no tenga que rendir cuentas a su jefe. Que él no sepa si usted cumple bien con su trabajo. Pero el Señor Jesús le ve y usted tendrá que responder ante Él. Usted está unido a Él, le pertenece a Él. Por lo tanto, tendrá que dar cuenta de su vida ante Él.

Ya que representamos al Señor Jesús aquí en la tierra, El pide que sus representantes sean hallados fieles. Hay muchos cristianos humildes, muy poco o nada conocidos, que han sido fieles en su trabajo, fieles a sus jefes, a su iglesia, a su pastor, y a sus familias. Muy pocos saben de ellos. Pero el Señor los conoce. Y ellos recibirán una recompensa. Creo que usted y yo vamos a recibir una sorpresa por la recompensa que van a recibir.

Y el apóstol añadió porque al Señor servís. Esto añade un aspecto diferente al tema del servicio cristiano aquí. Hay muchas personas perezosas en la obra del Señor. Tenemos que recordar que servimos al Señor Jesús, y vamos que dar cuenta ante Él, de cómo hemos usado el tiempo. Y, el versículo 25 dice:

Pero el que actúa con injusticia recibirá la injusticia que haya cometido, porque no hay acepción de personas.

Él va a enderezar todo lo que existe en su vida y en la mía, aquello que nosotros no hemos enderezado aquí. Eso es lo que quiere decir este versículo. Todos seremos juzgados de la misma manera. El juzga con imparcialidad. No actúa con favoritismo.

Amigo oyente, nosotros estamos unidos a un Cristo viviente. Yo no lo puedo lograr por mis propias fuerzas. Pero Él dijo que me va a ayudar. Solo el Espíritu Santo actuando en nosotros puede hacer frente a esta elevado llamado divino. El quiere que le reflejemos en cada relación que tengamos aquí. ¡Qué llamamiento más glorioso el que tenemos!

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