Estudio bíblico de Isaías 9:1-21

Isaías 9

El tema de este capítulo es la profecía del Niño que vendría al trono de David y los días oscuros que acompañarían a su primera venida y precederían a Su segunda venida. Los cristianos están generalmente familiarizados con este pasaje a causa de esta profecía del Niño, que era Cristo. El uso que el músico Haendel hizo de este capítulo en El Mesías, ha contribuido a la familiaridad que la Iglesia tiene con este capítulo. Siempre nos emocionamos al escuchar cantar esa parte que dice "Y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz".

El material presentado en Isaías capítulos 7 al 12, contiene profecías que Isaías proclamó durante el reino de Acaz. Acaz fue uno de los reyes malos que reinaron durante el período en el cual Isaías profetizó. Isaías comenzó a profetizar en la muerte del rey Usías, que reinó por 52 años, y fue un buen rey.

El rey siguiente fue Jotam, hijo de Uzías, que también fue un buen rey. El rey que le sucedió fue Acaz, el nieto de Uzías e hijo de Jotam, fue un mal rey y además, un farsante. Fue durante el reino de Acaz que Isaías pronunció estas profecías sobre el Mesías. Este fue un período oscuro en la historia de la nación.

Leamos ahora el versículo 1, porque en este párrafo de los versículos 1 al 7, encontramos

La esperanza de Israel

Mas no habrá siempre oscuridad para la que estaba ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en tiempos pasados en que El trató con desprecio a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los no judíos.

La traducción de este versículo no ha sido establecida. En realidad, se sugieren significados opuestos. Esto no representa ningún problema para una mente reverente, sino que revela un propósito divino al permitir que ambos sean posibles.

Han habido ciertas dudas en cuanto a la forma de traducción de este versículo, algunos han considerado que debería haberse traducido en esta forma: "Pues al fin llenará penosamente de aflicción el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los no judíos".

Como acabamos de leer, la traducción de nuestra versión dice: pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los no judíos. En este caso resulta difícil ver como ambas traducciones "llenará penosamente de aflicción" y "llenará de gloria" pueden ser aceptadas.

Creemos que este pasaje es enigmático por una razón. La primera traducción (llenará penosamente de aflicción) se referiría al cumplimiento próximo cuando Dios afligiría la región noreste de la tierra, comparativamente de forma ligera, en la invasión de los sirios, y más tarde trajo un sufrimiento más severo sobre ellos cuando el pueblo fue llevado cautivo por los Asirios (como podemos ver en 2 Reyes 15:29).

Pero la otra traducción, que dice "llenará de gloria el camino del mar" se refiere al cumplimiento distante, lejano, que tuvo lugar en la primera venido de Cristo. El convirtió esa zona en un área gloriosa. Galilea era una parte despreciada porque era un lugar donde se habían reunido los no judíos. Ahora, el Señor Jesucristo dejó a un lado la ciudad de Jerusalén, y era el centro religioso de ese día. Él no había nacido en esa ciudad, ni tampoco se había criado en ella. Su ciudad era Nazaret. Y cuando Nazaret le rechazó, se fue a Capernaúm, que se encuentra en el Mar de Galilea, en la despreciada periferia del reino. Zabulón y Neptalí estaban situadas en el norte, con Neptalí a lo largo de la orilla izquierda del Mar de Galilea, y Zabulón colindando con Neptalí en la parte oeste. Nazareth estaba en Zabulón, y Capernaúm (que era la base de operaciones de Jesús) estaba en Neptalí.

Por lo que sabemos, Jesús nunca cambió su base de operaciones de Capernaúm a otro sitio. En realidad, esto explica por qué El pronunció un juicio tan severo sobre Capernaúm, porque está ciudad tuvo acceso a la luz más que cualquier otra ciudad.

En el evangelio según San Mateo, capítulo 4, versículos 12 al 16, leemos: Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea. Dejando Nazaret, fue y habitó en Capernaúm, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, para que se cumpliera lo que dijo el profeta Isaías: cuando dijo: ¡Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles! El pueblo que habitaba en tinieblas vio gran luz, y a los que habitaban en región de sombra de muerte, luz les resplandeció.

Aquí podemos notar que Mateo omitió la cláusula cuestionable. De lo contrario, tendríamos la interpretación del pasaje, propia del Espíritu Santo. Creemos que el significado doble fue la intención del Espíritu Santo, por lo tanto, ambas cláusulas son ciertas.

Ahora, en el versículo 2, de este capítulo 9 de Isaías, leemos:

"El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; a los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos."

Ahora, dejando a un lado el tema de la traducción e interpretación del versículo 1, era muy obvio, por la lectura de este versículo 2, que las personas que vivían en esa zona despreciada de Galilea, se encontraban en la oscuridad del paganismo y la tradición religiosa. Este fue un lugar donde el Antiguo Testamento y el paganismo del exterior se confundieron y mezclaron. Cuando el Señor Jesucristo comenzó Su ministerio en esa zona, ellos pudieron apreciar una gran luz. Ellos vieron al Señor Jesucristo, la luz del mundo. Y en el evangelio según San Juan, capítulo 8, versículo 12, tenemos estas palabras de Jesús: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida". Esto tuvo su cumplimiento en la primera venida de Cristo. Y por tanto, pensamos que se puede afirmar con seguridad que los primeros 2 versículos de este capítulo 9 de Isaías, se refieren a la primera venida del Señor.

Pero, ¿qué, de aquí en adelante? ¿A qué período se refieren los versículos siguientes? Es la creencia de varios eruditos bíblicos, entre ellos los doctores F. C. Jennings y H. A. Ironside, que aquí tenemos una interrupción, una pausa, un lapso de tiempo entre los versículos 2 y 3. De manera que así como los primeros dos versículos se refieren a la primera venida de Cristo, el versículo 3 se refiere a la segunda venida de Cristo, como veremos a continuación: Leamos entonces el versículo 3:

"Multiplicaste la gente y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan al repartirse un botín."

La nación se había multiplicado ya mucho por ese tiempo, y la gente era más religiosa, pero la alegría había desaparecido. Podríamos decir, que la gente tenía mucha religión, pero nunca tuvieron a Cristo. Fue un período de una gran manifestación religiosa externa, pero no de una verdadera alegría.

El lapso de tiempo entre el versículo 2 y el 3, ya ha sido de más de dos mil años de duración. Porque durante ese intervalo Dios estaría llamando a la Iglesia, que era desconocida para Isaías. El Apóstol Pablo dijo en su epístola a los Romanos, capítulo 16, versículos 25 y 26: Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero se ha manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las naciones para que obedezcan a la fe, . . ". Pablo dejó bien en claro que los profetas pasaron por alto aquello que no vieron, como hizo Isaías en al capítulo que tenemos ante nosotros. Más adelante, al llegar al capítulo 63 de Isaías, donde el profeta, en un versículo, colocando simplemente una coma, él pasó por alto un período de tiempo que ya ha durado más de 2.000 años. Es que la gente en los tiempos de Isaías, no tenía revelación acerca de la iglesia, pero en la actualidad, la iglesia ya ha sido revelada y el intervalo se ha completado. Esto nos permite ver con claridad que el resto de este capítulo se refiere a la nación de Israel, y que esta nación que se había multiplicado, era la nación sobre la que el rey Acaz era rey.

Observemos que Pablo dijo que esto se había dado a conocer a todas las naciones para que obedecieran a la fe. Así que la revelación de la Iglesia era para una congregación diferente. Isaías estaba hablando sólo a una nación, su propia nación de Israel. Ahora, notemos lo que dice el versículo 4:

"Porque tú quebraste su pesado yugo, la vara de su hombro y el cetro de su opresor, como en el día de Madián."

Ahora, ¿cuándo será quebrada esa carga? Bueno, será quebrada cuando Cristo venga otra vez. ¿Por qué esa pequeña nación de Israel no puede hoy disfrutar de la paz? ¿Por qué ese pueblo se ve acosado a lo largo de todas sus fronteras? Ellos están teniendo todos estos problemas porque han rechazado al Único que les podía brindar paz, a Su propio Mesías, el Señor Jesucristo. El poder del opresor no será quebrado hasta que el Señor venga por segunda vez. Y en el versículo 5, leemos:

"Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, serán pasto del fuego."

La mayoría de nosotros, todavía recordamos ese trágico episodio que tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de Munich, Alemania, el 5 de Septiembre de 1972, cuando aquellos atletas fueron asesinados, y luego sus cuerpos fueron enviados de regreso a Israel. El luto y la tristeza de los seres queridos, y el luto de toda una nación. Ahora, ¿Qué está detrás de todo esto? Bueno, los judíos tuvieron al Mesías, pero le rechazaron. Él es el Príncipe de paz, y Él es el único que puede traer la paz a ese pueblo perseguido.

Aunque estos versículos completan el pensamiento del versículo 3, también se proyectan más allá del tiempo inmediato al período de la gran tribulación que vendrá en el futuro.

Continuemos leyendo los versículos 6 y 7 de este capítulo 9 de Isaías:

"Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros. Se llamará su nombre "Admirable consejero", "Dios fuerte", "Padre eterno", "Príncipe de paz". Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.El celo del Señor de los ejércitos hará esto."

¿Y cómo vendrá todo esto? Dice aquí El celo del Señor de los ejércitos hará esto" ¿Es esta una referencia a la primera venida de Cristo? La mayoría de los creyentes parece pensar que así es, porque citan estas palabras en Navidad. Sin embargo, creemos que se refieren a la segunda venida de Cristo, cuando El "nacerá" a la nación de Israel. Esta es una profecía completa del Señor Jesucristo en Su segunda venida, así como Isaías 53, es una profecía de Su primera venida. Estos versículos continúan el pensamiento que encontramos en el versículo 3, y miran anticipadamente a la segunda venida de Cristo.

Ahora, al decir esto, enseguida nos viene a la mente una pregunta: ¿Cómo puede nacer un niño en Su segunda venida? Bueno, en primer lugar, aclaremos ese punto; la nación de Israel no podía decir de Él que nos ha nacido, en su primera venida, porque ellos no le recibieron. El Apóstol Juan dice en su evangelio, capítulo 1, versículo 11: "A lo suyo vino, pero los suyos no le recibieron". Aunque El nació en Belén en su primera venida, no fue recibido por la nación, pues sólo unos pocos pastores le dieron la bienvenida. Los sabios que vinieron a adorarle eran no judíos, de una tierra extranjera. Si usted lee cuidadosamente el versículo 6, verá que no fue cumplido en su primera venida, así como tampoco los versículos 4, 5 y 7.

Decir que Cristo nacerá para la nación de Israel, podría ser mejor expresado. En realidad, Israel nacerá como una nación de repente, lo cual se menciona de una manera muy clara en el último capítulo de Isaías, el capítulo 66, versículos 7 y 8. Allí dice: "Antes que estuviera de parto, dio a luz; antes que le vinieran dolores, dio a luz un hijo. ¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una sola vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz a sus hijos".

Hablando del futuro dice aquí que dio a luz un hijo. No se refiere al nacimiento de Jesús, sino al nacimiento de Israel. Este será el nuevo nacimiento de la nación de Israel cuando Él venga otra vez. Israel nacerá en la segunda venida de Cristo.

No vemos ninguna objeción en destacar el hecho de que el hijo es nacido, es decir, Su humanidad. El hijo es dado, lo cual será una realidad en Su segunda venida. En otras palabras, será el mismo Jesús que estuvo aquí hace más de 2000 años.

Ahora, aquí en el capítulo 9:6 dice y el principado (o la soberanía) sobre su hombro. El hombro nos habla de fortaleza. El gobierno de este mundo será colocado sobre sus fuertes hombros en Su segunda venida; esto no ocurrió durante Su primera venida.

Observemos ahora los nombres que se le dieron al Señor.

Admirable. Ahora, este no es un adjetivo. Este Su nombre. En el libro de Jueces, capítulo 13, versículo 18 vemos al Cristo antes de su encarnación, apareciendo como Capitán de los ejércitos del Señor. Y allí leemos: El ángel del Señor respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es un nombre Admirable?" En Mateo 11:27 el Señor Jesús dijo: Nadie conoce al Hijo sino el Padre". El pueblo no le conocía, pero Él era Admirable, y el pueblo aun no lo conoce en la actualidad. Y hay cristianos que han confiado en Él como Salvador, pero realmente no saben cuan admirable El es.

Él va a aplastar la rebelión cuando venga a la tierra por segunda vez, y El va a reinar sobre la tierra. Recordemos que su nombre es Admirable.

Y también sabemos que Su nombre es Consejero. Él nunca buscó consejo, el asesoramiento de los hombres. Dijo el apóstol Pablo en Romanos 11:34, Porque, ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? Dios no tiene ningún consejero. El Señor Jesucristo nunca reunió a sus discípulos para consultarles qué debía hacer. Nunca podremos leer en la Biblia algo siquiera parecido. Él los reunió y les dijo: "Esto es lo que voy a hacer, porque ésta es la voluntad de mi Padre". Dios ha hecho a Cristo Jesús nuestra sabiduría (1 Corintios 1:30). En cuanto, ser o no inteligentes, todos nosotros necesitamos acudir a Él en busca de ayuda.

Ahora, Su nombre es también Dios Fuerte. La palabra hebrea para este nombre es El Gibbor. A Él se le ha dado todo el poder. Él es a quien se le dará todo el poder. Es el Dios Omnipotente. Aquel niño pequeño indefenso en el regazo de María, mantenía unido a todo el Universo. Él dijo: "Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra". El es el Dios Todopoderoso.

Ahora, Él también es el Padre Eterno. Es el padre de la eternidad. Y eso quiere decir sencillamente que Él es el Creador de todas las cosas, incluso el tiempo, y el lejano o remoto propósito de todas las cosas. Como dijo el Apóstol Juan en 1:3, Todas las cosas por medio de Él fueron hechas. Y el Apóstol Pablo dijo en su epístola a los Colosenses, capítulo 1, versículo 16: Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Él y para Él. Y también en la carta a los Hebreos, capítulo 1, versículos 1 y 2, leemos: Dios. . . en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el Universo.

Y luego Él fue llamado Príncipe de Paz. Sar Shalohim. No podrá haber paz sobre esta tierra hasta cuando Él esté reinando. Su gobierno no es estático; Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite: En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien así mismo hizo el Universo. Hay un aumento y un crecimiento. No habrá dos días que sean iguales cuando Jesús esté reinando. Él va a ocupar el trono de David. Este será un trono literal que El ocupará en Su segunda venida. En Su gobierno predominará la justicia. El celo, el entusiasmo de Dios y no los planes estrafalarios de los hombres lograrán esto.

Ahora llegamos al párrafo que tiene que ver con

La ayuda de Israel

El resto de este capítulo 9 de Isaías, los versículos 8 al 21, cubre la situación en los días de Isaías y será cumplido parcialmente en el futuro inmediato, aunque también mira anticipadamente, se proyecta, al tiempo de la gran tribulación para un cumplimiento pleno y final. Dios continuará castigando a esta nación, y a todas las naciones que le han dado la espalda, hasta que Cristo regrese.

Al hombre contemporáneo, por supuesto, no le gusta escuchar cosas como estas. Prefiere escuchar algo reconfortante, consolador. Le sugerimos, estimado oyente, que consulte los libros de historia para que pueda ver lo que le ocurrió a Israel y a otras naciones que dejaron de lado a Dios. Ellas han tenido una historia triste y miserable, A través de toda la historia humana se han venido cumpliendo in exorablemente las siguientes palabras de la carta de San Pablo a los Gálatas 6:7, "Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará".

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