Estudio bíblico de Ezequiel 31-32

Ezequiel 31 y 32

Juicio personal contra Faraón

Estos dos capítulos concluyen la sección que trata sobre el juicio de Egipto (sección que abarca los capítulos 29 al 32). Es interesante que Ezequiel dedicara 4 capítulos a Egipto, y también que Isaías, Jeremías y los profetas menores trataran el tema de Egipto. Egipto aparece ampliamente en la historia de la nación de Israel. Resulta más bien irónico que Egipto haya sido en la historia reciente semejante aguijón en el cuerpo de Israel.

En el capítulo 31 vemos la caída de Faraón. Fue descrita en forma parabólica y representa tanto a Faraón como a sus súbditos. Los versículos 1 al 9 nos presentan la grandeza y gloria de Faraón en Egipto; los versículos 10 al 14 nos presentan la caída de Egipto en la parábola del árbol, y los versículos 15 al 18 nos presentan la lamentación sobre la caída del árbol y la crisis que vino a las naciones del mundo a causa de ella. Tuvo el mismo efecto en su tiempo como si hoy una nación de influencia mundial, como por ejemplo Estados Unidos fuera destruida durante una noche.

Confiamos en que usted haya visto cuan importante es el libro de Ezequiel. Es el libro que revela la gloria del Señor y el hecho de que nuestro Dios es un Dios santo que juzgará el pecado. Ahora Dios es misericordioso, y es bondadoso. El ama a la humanidad. El quiere salvar a la familia humana, y no quiere que nadie perezca. Pero El también juzga el pecado. El tiene la intención de juzgar y no lo perdonará si usted rechaza su ofrecimiento de gracia. Eso es lo que le ocurrió a Israel, y lo que le sucedió a Egipto. Egipto fue juzgado en base a la luz de la revelación que tenía, y esa nación había recibido mucha luz.

Leamos ahora el versículo 2, de este capítulo 31 de Ezequiel, que inicia el párrafo dedicado a

La grandeza y gloria de Faraón

"Hijo de hombre, di al faraón, rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza?"

Dios reconoció la grandeza de Egipto. Probablemente este vasto imperio dominó al mundo por unos dos mil años. Era el granero del mundo, ya que no tenía que depender de las lluvias. El río Nilo desbordaba su cauce cada año para regar los cultivos. Era una nación que poseía un tremendo poder. Ahora, en el versículo 3 de este capítulo 31, leemos:

"He aquí era el asirio un cedro en el Líbano, de hermosas ramas, frondoso ramaje y gran altura: su copa llegaba hasta las nubes."

Dios dijo: "Yo comparo a Asiria, esa gran nación del norte, con un gran árbol de cedro". Ahora, por cierto que hay más de un árbol en un bosque, porque un árbol no va a hacer un bosque. Asiria, se destacó sobre todos los otros árboles y dominó. Pero Dios hizo caer a Asiria. Este mensaje debió haber sido comprendido por Faraón y su pueblo. Faraón, también era un gran árbol. Él había dominado todo. El pueblo de Egipto era grande, pero en ese tiempo iba a ser derribado. Y como vimos en el capítulo 29, Egipto iba a convertirse en un reino menor. Ahora bien, por un período de mas de dos mil años ha sido un reino menor. Nunca será otra vez un imperio mundial.

Veamos ahora lo que nos dice el versículo 10, de este capítulo 31 de Ezequiel, donde comienza a describirse

La caída de Faraón

"Por tanto, así dijo el Señor Dios: Ya que por ser encumbrado en altura y haber levantado su copa entre las nubes, su corazón se elevó con su altura"

La frase Por tanto así dijo el Señor Dios indica las divisiones de este capítulo. En esta división vemos que Faraón fue dominado por el orgullo. El orgullo está presente en el corazón humano, y su grandeza lo encegueció con respecto al peligro en que se encontraba. Pero luego, Dios dijo en el versículo 11:

"Yo lo entregaré en manos del poderoso de las naciones, que de cierto lo tratará según su maldad. Yo lo he desechado."

Ahora, en ese momento de la historia, ¿quién era el poderoso de las naciones? Era Nabucodonosor, rey de Babilonia. No creo que Ezequiel aquí estuviera hablando de Satanás, porque Satanás había controlado a Egipto por muchos años, y tal estado no era algo nuevo. Y si usted quiere confirmar el hecho de que este "poderoso" era Nabucodonosor, puede leer el libro de Daniel. Daniel le dijo al rey Nabucodonosor que él era esa cabeza de oro de la estatua de la visión. Y la grandeza de ese hombre no ha sido sobrepasada.

Luego dijo: Yo le entregaré. El estaba hablando del Faraón de Egipto. Dios iba a tratar con él; iba a expulsarlo a causa de su maldad. Y continuó diciendo en el versículo 12:

"Lo destruirán extranjeros, y los poderosos de las naciones lo derribarán. Sus ramas caerán sobre los montes y por todos los valles; por todos los arroyos de la tierra será quebrado su ramaje. Todos los pueblos de la tierra se irán de su sombra, y lo abandonarán."

Es decir que Egipto iba a ser conquistado y ese hecho constituiría un impacto para el mundo.

Llegamos ahora a un nuevo párrafo que hemos titulado

Lamentación sobre la caída de Faraón

Esta es una sección muy notable de la Palabra de Dios. Si usted es un estudiante de la Palabra, le recomiendo que pase más tiempo en este pasaje. Leamos ahora el versículo 15 de este capítulo 31:

"Así ha dicho el Señor Dios: El día que descendió al seol, hice guardar luto, y que se cubriera por él el abismo. Detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas. Por él cubrí de tinieblas el Líbano, y todos los árboles del campo se desmayaron."

La palabra sepulcro, en este versículo ha sido traducida seol. Este versículo habla de Faraón, que iba a ser derrotado y muerto. La palabra "seol", aunque a veces significa sepulcro, aquí significa el mundo oculto, la región desconocida, o la morada de los muertos: no simplemente la tumba donde se coloca el cuerpo físico después de la muerte. Se refiere al lugar a donde va el espíritu. Recordemos que Salomón había hablado del hecho de que el cuerpo regresa a la tierra. y el espíritu va a Dios. Dijo él en Eclesiastés, capítulo 12, versículo 7: Y entonces volverá el polvo a la tierra como lo que era, y el espíritu volverá a Dios que lo dio. El cuerpo humano aquí en este mundo no es otra cosa que polvo. Hablando del hombre el salmista dijo en el Salmo 103:14, porque el (Dios) conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo. A veces nos olvidamos de que solo somos polvo, y cuando el polvo se adhiere a sí mismo, se convierte en barro. Así que necesitamos recordar que en lo que nuestros cuerpos se refiere, somos de polvo. Cuando colocamos nuestros cuerpos en la tierra, vuelven a ser polvo. El Señor Jesús habló del hecho de que cuando un creyente muere, su cuerpo descansa. Y Pablo habló del cuerpo físico como descansando, en 1 Tesalonicenses 4:13.

Ahora, ¿a dónde va el Espíritu de los perdidos? Ellos también van al seol, el mundo oculto. Sabemos por una parábola que fue también una historia de la vida real que Jesús pronunció (en Lucas 16:19-31) sobre dos hombres que murieron, que el seol está dividido en 2 compartimentos. Uno es llamado el lugar del tormento, y allí fue el hombre rico de la parábola. El otro lugar fue llamado "el seno de Abraham", a donde fue el mendigo cuando murió. El lugar del tormento no debe ser confundido con el infierno o con el lago de fuego del Nuevo Testamento. Aparentemente, el seol era una "morada temporal para los muertos", ya que el Señor Jesús vació esta sección llamada "paraíso" o "seno de Abraham" cuando ascendió (como leemos en Efesios 4:8 -10). La sección llamada "el lugar del tormento" no será desalojada hasta que todos los que allí se encuentran se presenten ante el gran trono blanco para su juicio final (Apocalipsis 20:11-15).

Con estos antecedentes en mente, observemos que Ezequiel nos presentó una imagen de Faraón descendiendo al seol. Recordemos que Dios no estaba hablando aquí del cuerpo del Faraón. La sepultura recibe los cuerpos, pero la parte inmaterial del hombre, aquella que tiene existencia interminable, va al seol.

Dice además el versículo 15 hice...que se cubriera por él el abismo. Detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas. Por él cubrí de tinieblas el Líbano. Cuando él murió, todo el mundo lo lamentó. Allí en el Líbano, que se encontraba en la gran nación de Fenicia, hubo grandes lamentos. Las naciones del mundo se lamentaron cuando Egipto cayó. Todos dependían de ese país para su economía, y sus aliados eran protegidos por él. ¡Qué imagen de desolación! Después, dijo en el versículo 16 de Ezequiel 31:

"Con el estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las hice descender al seol con todos los que descienden a la sepultura. Y todos los árboles escogidos del Edén, los mejores del Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en lo profundo de la tierra."

Ahora el árbol, que representaba a Faraón, fue derribado. ¿Y a dónde iría el Faraón? Al seol. Ahora observemos qué descubrió leyendo el versículo 18:

"¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a espada. Este es el faraón y todo su pueblo, dice el Señor Dios."

Cuando él Faraón descendió al seol, descubrió que otros grandes gobernantes que habían sido muertos, se encontraban también en ese lugar.

Él descubrió algo más: que existe democracia en la muerte. Se habla mucho hoy de la integración. Para integrar a ricos y a pobres, a negros y a blancos, a hombres y mujeres, a aquellos que están en lo más alto de la sociedad y a los que están en los niveles más bajos, no hay nada como la muerte. La muerte los coloca a todos en el mismo nivel, y no solo al colocar sus cuerpos en la tumba, porque estamos hablando de sus espíritus.

Probablemente una de las experiencias más inesperadas para algunas personas será la comprensión de que ellas no han muerto como muere un animal. Ellas habrán creído que el ser humano muere como un animal, que simplemente deja de existir. Como ateas, esas personas habrán creído que no había vida después de la muerte. Estas personas se van a sorprender cuando entren al seol y descubran a todos los que allí se encuentran. Será una enorme multitud de personas que no creyeron que había vida después de la muerte y después un juicio. Todos estarán en el mismo nivel. Esto si que será una integración total. Los espíritus de todos aquellos que han rechazado al Señor Jesús estarán allí, no por ser pecadores, sino porque han rechazado a Cristo como su Salvador. Es el pecado de rechazar a Cristo lo que los llevará al seol y, finalmente, al gran trono blanco de juicio y al lago de fuego. El Señor Jesús dejó esto bien en claro cuando dijo en Juan 16:9, De pecado, por cuanto no creen en mí. ¡Que terrible es no confiar en Cristo como su Salvador!

Este pasaje de las Escrituras abre completamente una nueva área. Alguien ha llamado a este pasaje "el infierno de Dante de la Biblia". Y así es. Los perdidos van a un lugar definitivo. El Señor Jesucristo lo llamó un "lugar de tormento", y un lugar donde los perdidos esperan el juicio. Algunas personas piensan mas o menos lo siguiente: "Bueno, ya se que voy a presentarme ante Dios, pero arreglaré mis asuntos allí mismo, porque he sido una buena persona". Pero cuando se presenten delante de Aquel que fue crucificado por ellos, van a descubrir que sus obras insignificantes no equivalen a mucho. Descubrirán que tienen una naturaleza caída sin capacidad para relacionarse con Dios ni para interesarse por El en absoluto. ¿En qué otro lugar podría Dios colocarlos? ¿Cree usted que El podría llevar al cielo a alguien que está en rebelión contra El? Estimado oyente, este es un pasaje muy importante de la Escritura. Ahora, con estos antecedentes, llegamos al

Ezequiel 32

Y leeremos el versículo 2 de este capítulo, en el cual continúa

La lamentación por Faraón y Egipto

"Hijo de hombre, entona una lamentación por el faraón, rey de Egipto, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres como el monstruo en los mares; pues prorrumpías en tus ríos, enturbiabas las aguas con tus pies y ensuciabas tus ríos."

Otra versión traduce la frase del "monstruo" como: "más eres parecido a un cocodrilo en las aguas". Los Egipcios adoraban al león y a al cocodrilo.

Dice también aquí: prorrumpías en tus ríos, enturbiabas las aguas con tus pies y ensuciabas tus ríos. El viejo Faraón estaba embarrando, enturbiando las aguas. Y continuó el mensaje de Dios en el versículo 3, que dice:

"Así ha dicho el Señor Dios: Yo extenderé sobre ti mi red con la reunión de muchos pueblos, y te harán subir con mi red."

Fue como si Dios hubiera dicho: "De la misma manera en la que uno pone la red en el río Nilo para coger algún pez, esa es la forma en que te pescaré a ti, monstruo del Río Nilo, cocodrilo. Yo te sacaré de allí y te trasladaré a un lugar en donde no vivirás en un palacio. Te encontrarás a ti mismo en el mismo nivel que los súbditos de tu reino". La muerte por cierto coloca a todos los seres humanos en el mismo nivel. Luego, el versículo 11 del capítulo 32 dice:

"Porque así ha dicho el Señor Dios: La espada del rey de Babilonia vendrá sobre ti."

Aquí se menciona por última vez al rey de Babilonia, que conquistaría a Egipto. Luego, en los versículos 18 y 19, de este capítulo 32 de Ezequiel leemos:

"Hijo de hombre, entona una lamentación por la multitud de Egipto; y despéñalo a él y a las hijas de las naciones poderosas, a lo profundo de la tierra, con los que descienden a la sepultura. ¿Acaso eres más hermoso que los otros? ¡Pues desciende y yace en la fosa con los paganos!."

Entonces Faraón iba a descubrir que otros gobernantes se encontraban en ese mismo lugar, en el seol. Y en el versículo 22, leemos:

"Allí está Asiria con toda su multitud; a su alrededor están sus sepulcros; todos ellos cayeron muertos a espada."

Vemos que no sólo se encontraba allí el rey de Asiria sino también algunos más. Y en el versículo 24, leemos:

"Allí está Elam con toda su multitud por los alrededores de su sepulcro. Todos ellos cayeron muertos a espada y descendieron incircuncisos a lo más profundo de la tierra, porque sembraron su terror en la tierra de los vivientes, mas llevaron su ignominia con los que descienden al sepulcro."

Dice aquí Allí está Elam con toda su multitud por los alrededores de su sepulcro. Estimado oyente, el cuerpo es colocado en el sepulcro, pero ellos han ido a otro lugar, al seol, ese mundo oculto. Como vimos antes, nuestro Señor Jesús lo llamó un "lugar de tormento" para aquellos que están perdidos. Los que son salvos están en la sección que El llamó Para el "seno de Abraham". Pero más tarde, ante el ladrón arrepentido en la cruz, lo llamó "paraíso", cuando le dijo Hoy estarás conmigo en el paraíso.

Después se mencionaron a otros a quienes Faraón encontraría en el seol. Dice el versículo 26 de este capítulo 32:

"Allí están Mesec y Tubal, con toda su multitud; a sus alrededores están sus sepulcros; todos ellos paganos, muertos a espada"

Y también se mencionó a Edom. Dice el versículo 29 de este capítulo 32 de Ezequiel,

"Allí está Edom, con sus reyes y todos sus príncipes, quienes con su poderío fueron puestos con los muertos a espada; ellos yacerán con los paganos, con los que descienden al sepulcro."

Ahora escuchemos lo que dice el versículo 32:

"Porque puse mi terror en la tierra de los vivientes, también el faraón y toda su multitud yacerán entre los paganos, con los muertos a espada, dice el Señor Dios."

Ezequiel solo nos presentó una visión momentánea del mundo oculto llamado seol. Recordemos que vemos solo vimos una visión fugaz, breve, de este lugar. No debemos tratar de construir un rascacielos, o un gran centro comercial, en un lugar donde solo haya el espacio necesario como para colocar el fundamento de un cobertizo de herramientas. En otras palabras, nadie puede elaborar una teología sobre este asunto, porque toda la base que tenemos es una breve ojeada al mundo oculto. Y esto es todo lo que Dios tiene la intención que veamos.

Y aquí nos detenemos por hoy. Proseguiremos el estudio de este libro de Ezequiel en nuestro próximo programa y confiamos que usted volverá a sintonizarnos. Será pues, hasta nuestro próximo encuentro, y ¡deseamos para usted las incontables bendiciones del Señor en su vida!

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