Estudio bíblico de Ezequiel 38-39

Ezequiel 38 y 39

Regresamos hoy, amigo oyente, a los capítulos 38 y 39 de este libro de Ezequiel que estamos estudiando. Recordemos que al comenzar el estudio de estos dos capítulos dijimos que, si hay alguna sección de la profecía de Ezequiel que sea bien conocida, está reflejada en los capítulos 38 y 39. Estos dos capítulos nos hablan sobre el repudio de Gog y Magog. Vamos a tratar de presentarlos de una forma un poco diferente a la que solemos hacerlo, porque queremos destacar ciertas verdades. Sin un estudio de la totalidad del libro de Ezequiel, uno podría llegar a extraer de estos pasajes interpretaciones extrañas.

Así que, habiendo considerado que en el capítulo 37, vimos que Dios tiene un propósito definido para Israel en el futuro, comprobaremos que estos dos capítulos tratan sobre ese tema. Nos informan sobre el enemigo final que vendrá contra Israel en los últimos días.

En los capítulos 38 y 39 se identifica al enemigo como reinos o pueblos que proceden del norte de Israel. Algunos de esos pueblos de la época han sido identificados como socios comerciales de la ciudad de Tiro. Es este sentido, después de destacar algún detalle de carácter lingüístico, hemos examinado tanto el factor filosófico como el factor ideológico o filosófico que creemos caracterizará a los pueblos que se impliquen en este ataque. También hemos dedicado un párrafo para examinar algunas posibles motivaciones que en el futuro podrían impulsar a una nación o conjunto de naciones a emprender la invasión de Israel.

En los versículos 1 y 2 de este capítulo 38 de Ezequiel, hemos examinado algunas consideraciones lingüísticas sobre los nombres de los pueblos o naciones mencionados en esos versículos. Aquí se nos presenta a este hombre llamado Gog, y comprendemos que esa es una palabra de idioma tártaro que indica "techo". Eso quiere decir: el hombre que está encima de todo, y no podemos pensar en un nombre mejor para un "dictador" que éste de Gog, el hombre que está sobre todos.

Con respecto a la palabra hebrea "Rosh", que significa "cabeza", la cuestión es si esta palabra debe ser considerada como un adjetivo, traduciéndola como "príncipe soberano" o. como un nombre propio. Así lo traducen algunas versiones, "príncipe de Ros". La evidencia favorece considerarla un adjetivo. La palabra "Ros" nunca aparece como una nación en ninguna otra lista Bíblica de nombres de lugares, mientras que todos los otros nombres aparecen confirmados en otros pasajes. Dean Stanley, cuyo libro sobre la historia de la iglesia oriental se publicó hace muchísimo tiempo incluyó una nota de Gesenius, el famoso erudito hebreo. Este intentó identificar a algunos de los pueblos aquí mencionados, que pudieran haber dado origen a naciones modernas. Pero antes de identificar quienes serían los supuestos equivalentes o descendientes contemporáneos de estos pueblos antiguos, uno debe identificar las áreas contra las cuales Ezequiel profetizó. Ezequiel tenía en mente lugares históricos, y no nombres modernos y estas áreas deber ser localizadas en el tiempo de Ezequiel. En este sentido creemos que deben evitarse afirmaciones dogmáticas basadas en aparentes similitudes de la ortografía de los nombres. La zona situada al norte de Israel ha experimentado, a través de los siglos grandes cambios geopolíticos, las fronteras han sufrido modificaciones importantes, y desde el siglo pasado, algunos de los regímenes políticos de muchos países han evolucionado hacia formas democráticas de gobierno. Algunos presentan un carácter más confesional mientras que otros tienden hacia sociedades laicas en donde conviven varias religiones.

En segundo lugar dijimos algo sobre el factor geográfico. Como podemos ver en este capítulo 38:6 y 15, y en 39:2, se dice que los ejércitos vendrían del norte. Esta situación probablemente se refiere a la zona de tierra continental que se parece a un puente extendido entre el Mar Negro y el Mar Caspio. Ezequiel hablo de una coalición de diversas naciones que incluirían a todas estas naciones mencionadas en los versículos 2-3, y 5-6, aliadas entre sí y quizás con otra nación, y que se unirán para atacar a Israel. Una empresa de semejante envergadura requerirá un período de preparación e intensas negociaciones políticas.

En nuestro programa anterior no mencionamos la siguiente aclaración. Las direcciones geográficas en la Biblia se presentan en relación con la tierra de Israel. En la Biblia el norte se considera norte en relación con la tierra de Israel. Y así, de esa manera, el sur, quiere decir, al sur de la tierra de Israel. Lo mismo sucede con el oeste y el este, que reconsideran respectivamente direcciones que toman como punto de referencia al país de Israel. En otras palabras, en las Sagradas Escrituras, Israel es considerado el centro geográfico de la tierra.

A continuación examinamos el factor filosófico o ideológico que podría caracterizar a los enemigos de Dios y de Su pueblo en los últimos días. En este sentido destacamos la afirmación de Dios del versículo 3 del capítulo 38, Yo estoy contra ti dirigida a Sus enemigos. Este fue un lenguaje extraño. En este libro de Ezequiel Dios había dicho en varias ocasiones que El estaba en contra de ciertas naciones. Lo dijo de Babilonia, de Egipto, y lo dijo de las naciones que estaban contra Su pueblo y contra Su Persona. Ahora en este pasaje que acabamos de leer, se nos habla de una nación o conjunto de naciones que han de surgir en los últimos días, naciones que estarán en contra de Dios. La razón por la que sabemos que estarán contra Dios es que El mismo dijo Yo estoy contra ti. Esto marca una diferencia con respecto a otras naciones ya existentes en aquel tiempo, que habían mostrado enemistad y rechazo contra Dios. Aparentemente, alguna de estas naciones aun no existía cuando Ezequiel comunicó esta profecía. Sin embargo Dios dijo que estaba en contra de este pueblo.

Hemos considerado que el ateísmo será una característica de los pueblos enemigos de los israelitas en los últimos tiempos. En nuestra época hemos visto surgir naciones cuya filosofía básica es el ateísmo. Pero alguien podría preguntar: "¿y qué diremos de las naciones paganas del pasado? ¿No eran ateas? No. No lo eran. Eran politeístas. Creían en muchos dioses. En el principio de la historia, los seres humanos se desviaron, se alejaron de Dios, pero no se hicieron ateos. La razón por la cual no se inclinaron por el ateísmo es fácil de entender. Se encontraban demasiado cerca de las fuentes de la revelación divina. Después de todo, en los días de Noé no había ateos. Ese no era en absoluto el problema. El problema de ellos era que se habían entregado al pecado y adoraban a muchos dioses. El hombre, en aquellos días, era politeísta. Todas las grandes naciones del pasado fueron politeístas y los juicios que Dios pronunció en este libro fueron dirigidos a naciones politeístas. Por ejemplo, de la ciudad de Menfis dijo que todos sus ídolos desaparecerían y, efectivamente, así sucedió. No había probablemente gente tan entregada a la idolatría, con la posible excepción de los Babilonios. EL politeísmo caracterizó al mundo antiguo. Pero la nación o naciones del futuro que realicen los ataques descritos en este capítulo seguramente tendrán al ateísmo como filosofía básica, o un fanatismo exacerbado que los impulse a odiar, a todo lo que provenga del Dios revelado en las Sagradas Escrituras.

Hemos observado también que en el pasado Dios no dio ningún mandamiento contra el ateísmo, aunque sí encontramos en los Diez Mandamientos (Éxodo 20) dos mandamientos contra el politeísmo.

Cuando llegamos a la época de David, el ateísmo estaba comenzando a aparecer. En el Salmo 14:1 leemos: Dice el necio en su corazón: "No hay Dios". El ateísmo es una posición insostenible para el pequeño ser humano frente a la creación de Dios.

En nuestro programa anterior y a partir del versículo 4, nos preguntábamos porqué los ejércitos de ciertos pueblos querrán invadir Israel en el futuro. El profesor McGee, en su respuesta, se basó en la siguiente frase de este versículo 4 del capítulo 38, dirigida por Dios al enemigo de Su pueblo: Te quebrantaré, pondré garfios en tus quijadas, y te sacaré a ti con todo tu ejército, e interpretó que aquí se indicaba que Dios iba a juzgar a Sus enemigos en la tierra de Israel, basándose también en las palabras de 39:11, que dice. En aquel tiempo yo daré a Gog por sepultura un lugar en Israel. O sea, que Dios atraerá y conducirá a los ejércitos invasores a la tierra de Israel; esto se explicaría simbólicamente con lo que dice el versículo 4 de este capítulo 38, que dice que Dios pondría garfios en sus bocas y los haría entrar en la tierra de Israel, que en ese tiempo estaría ocupada por los propios israelitas. La tierra ya no era aquella que fue rica en agricultura y ganadería. En el libro de Ezequiel hemos visto que incluso el Neguev estuvo en un tiempo cubierto de bosques. Dios dijo que iba a destruirlos y así lo hizo.

A lo largo de la historia del pueblo de Israel, algunos de sus líderes más destacados han realizado declaraciones reconociendo la protección de Dios sobre Israel e incluso, admitiendo el cumplimiento de ciertas profecías vinculadas con la venida del Mesías. Pero en la actualidad, una gran parte de los israelitas se ha desviado de esa línea de pensamiento. Por ejemplo, cuando se celebraba el vigésimo primer aniversario de la nación, en el auditorio de Tel-Aviv, colocaron un gran cartel escrito en Hebreo y en Inglés, en el cual podía leerse la siguiente afirmación: "La ciencia traerá paz a esta tierra". Esta declaración no se corresponde con la enseñanza del Antiguo Testamento, que enseña que solo el Mesías traerá paz a esa tierra; así que, aparentemente, muchos israelitas están aferrándose a una nueva esperanza, a un nuevo mesías, que no es precisamente Aquel de quien nos hablan las Sagradas Escrituras.

Ahora entre los "garfios" o motivos de atracción que Dios usaría para atraer a esa tierra a los ejércitos enemigos, habíamos enumerado los siguientes: (1) Algunas naciones necesitan vías de entrada de aguas templadas a las vías navegables del mundo e Israel ofrece ese acceso. (2) Otro "garfio" esencial en nuestro mundo en la actualidad y una necesidad con proyecciones futuras es el petróleo, que resulta esencial para la supervivencia de las naciones de nuestro tiempo. (3) El tercer "garfio", también figurativamente hablando, tiene que ver con el Mar Muerto. Los depósitos minerales del Mar Muerto son tan grandes que no pueden ser evaluados en el mercado actual. Los productos químicos que saturan el agua de ese mar representan una riqueza incalculable.

En nuestro programa anterior, estábamos considerando el párrafo que titulamos en forma de pregunta: ¿Cuándo se producirá la invasión de Israel? Algunos creen que tendría lugar al final de esta época, antes que la iglesia sea recogida por el Señor. Otros creen que ocurriría al principio del período de la tribulación y hay quienes sostienen que tendrá lugar al final de la tribulación. Por otra parte, otros piensan que se llevará a cabo al comienzo del milenio. No es este el momento de evaluar detalladamente estas diferentes posibilidades. El profesor McGee cree que será "en los últimos o postreros días" (y al respecto podemos ver Ezequiel 38:16). Estos "últimos días", como ya hemos visto en los otros profetas, constituye un término técnico que se refiere específicamente al período de la tribulación. Estos serán los días en los que el Anticristo asuma el poder, y él va a acceder al poder, en base a un programa de paz. Como resultado, habrá una paz falsa durante la primera parte del período de la tribulación; entonces, en la mitad de los siete años, una fuerza militar proveniente del norte se dirigirá hacia la tierra de Israel. Esta invasión desencadenará la "gran" tribulación, quebrantando la paz falsa lograda por el Anticristo y provocando la invasión de Israel. Leamos ahora el versículo 8 de este capítulo 38 de Ezequiel,

"De aquí a muchos días serás visitado; al cabo de los años vendrás al país salvado de la espada, contra gentes recogidas de entre muchos pueblos en los montes de Israel, que siempre fueron una desolación. Fueron sacadas de entre las naciones y todas ellas vivirán confiadamente."

Cuando Israel se encuentre de regreso en la tierra, estarán bajo el dominio del Anticristo, quien les hará creer que la paz ha llegado a la tierra, que todos los problemas del mundo se han solucionado y que ellos están entrando en el milenio. Pero ésta será una afirmación falsa, porque se encontrarán en el medio del período de la tribulación, en el cual vendrá del norte el enemigo con intención de invadirlos. Continuemos leyendo el versículo 16 de este mismo capítulo 38:

"Y subirás contra mi pueblo Israel como un nublado que cubra la tierra. Así será al cabo de los días: yo te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan cuando sea santificado en ti, Gog, delante de sus ojos."

En aquel día futuro en que Israel esté viviendo en paz y el Anticristo haya engañado a todos, Dios será la única fuente de ayuda para Israel. El mismo se encargará de sus enemigos que procedan del norte. Y entonces estallará la guerra. Comenzará la llamada "gran tribulación", que durará los últimos 3 años y medio del período de la tribulación. Esta "gran tribulación" comenzará con una furia frenética. Toda la tierra se convertirá en una especie de holocausto. Los juicios caerán una tras otro sobre la tierra. Predominará la guerra. En Mateo 24:22, Cristo dijo de este breve período: Y si aquellos días no fueran acortados, nadie sería salvo; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

Estimado oyente, le recomendamos que lea en su Biblia el resto de este capítulo 38 de Ezequiel, es decir, desde el versículo 16, donde hemos interrumpido nuestra lectura, hasta el versículo 23. En ellos se continúa hablando del castigo de Dios sobre los ejércitos invasores del norte. Llegamos así al

Ezequiel 39 - Los resultados de la invasión

El capítulo 39 continúa la profecía contra Gog y proporciona detalles adicionales sobre la destrucción de estos formidables enemigos. Leamos entonces el versículo 2 de este capítulo 39:

"Te quebrantaré, te conduciré, te haré subir desde las partes del norte y te traeré sobre los montes de Israel."

En estas palabras parece haber una referencia a ciertas plagas enviadas por Dios. Estas plagas están enumeradas en Ezequiel 38:22 con las siguientes palabras: 22Yo litigaré contra él con peste y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, una lluvia impetuosa y piedras de granizo, fuego y azufre. Esta fue la forma en que Dios destruyó Sodoma y Gomorra. Leamos el registro histórico de esa destrucción en Génesis 19:24, que dice, Entonces el Señor hizo llover desde los cielos azufre y fuego sobre Sodoma y sobre Gomorra. Y esta será exactamente la manera en que Dios destruirá a estos ejércitos que provendrán del norte contra Su pueblo, con la intención de destruirlo. En aquellos días Dios también tendrá en cuenta la forma en que a través de los siglos, esos pueblos han tratado a los israelitas.

Ahora, aquí hay un mensaje para nosotros. Cuando Dios estaba listo para destruir a Sodoma y Gomorra, Abraham pensó que Dios estaba haciendo algo injusto; y como leemos en Génesis 18:24, ¿Destruirás también al justo con el malvado? Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad; ¿destruirás y no perdonarás a aquel lugar por amor a los cincuenta justos que están dentro de él? Y continuó preguntándole Abraham a Dios sucesivamente qué haría si hubiera, 45, 40, 30, 20 y 10. Y Dios dijo que no, que El no destruiría la ciudad si se encontraran en ella 10 justos. Pero no había 10 justos, y Dios envió a Sus ángeles a sacar a Lot fuera de la ciudad, diciendo que El no destruiría la ciudad hasta que Lot estuviera fuera de ella. Estimado oyente, creemos que este es un motivo por el que Dios no permitirá que venga sobre el mundo la tribulación hasta que El recoja a Su iglesia de la tierra, es decir, a aquellos creyentes que han nacido de nuevo espiritualmente.

Estimado oyente, estamos acercándonos al final de este estudio sobre el libro de Ezequiel. Por lo tanto, le invitamos a que nos acompañe en los dos últimos estudios de esta profecía y le sugerimos que vaya leyendo en su Biblia el resto del capítulo 39, para que esté más familiarizado con el contenido de este pasaje tan poco leído de las Sagradas Escrituras.

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