Estudio bíblico: Tenemos la palabra profética más segura - 2 Pedro 1:19-21

Serie:   2 Pedro   

Autor: Eric Bermejo
Email: estudios@escuelabiblica.com
Reino Unido
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Tenemos la palabra profética más segura (2 Pedro 1:19-21)

Introducción

Al terminar nuestro último estudio veíamos que si de verdad queremos prepararnos en la vida presente para ese glorioso mundo venidero del que Pedro nos ha estado hablando, será necesario escuchar a Cristo. Los apóstoles lo pudieron hacer cuando estaban con él en el Monte de la Transfiguración, o a lo largo de todo su ministerio terrenal, pero nosotros no tenemos esa opción. ¿Cómo podemos oír entonces su palabras?
Por otra parte, Pedro nos ha asegurado la realidad de la existencia de otro mundo sobrenatural y eterno más allá del nuestro. Lo ha hecho aduciendo a su propio testimonio personal. Tanto él como los otros apóstoles pudieron ver con sus propios ojos algo de la gloria de ese mundo venidero en el Monte de la Transfiguración. Él ya ha insistido en que no se trata de ningún mito, sino de una experiencia real y literal. Ahora bien, el apóstol quiere que nosotros estemos plenamente seguros de la realidad de la existencia de ese mundo, y aporta para ello otra prueba adicional.
En esta ocasión él se refiere a "la palabra profética más segura" (2 P 1:19). Esto tiene que ver especialmente con el Antiguo Testamento, pero podríamos incluir la Biblia entera, puesto que todas sus páginas están llenas de esa misma gloriosa verdad.
Por lo tanto, la Palabra de Dios nos garantiza la realidad del glorioso y eterno Reino de Dios, y también es el medio seguro por el podemos seguir escuchando la voz de Dios.
En estos breves versículos aprendemos algunas lecciones importantes sobre este asunto.

La absoluta suficiencia de las Escrituras

(2 P 1:19) "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones"
El versículo comienza diciendo: "Tenemos también la Palabra profética más segura". Pero, ¿en qué sentido es "más segura"?
Hoy en día hay un sector muy amplio del campo evangélico que da mucha importancia a sueños, visiones y mensajes recibidos por sus profetas desde el más allá. Y ellos piensan que es bueno, y hasta necesario, tener este tipo de experiencias para animarnos en las cosas de Dios. Al fin y al cabo, dicen ellos, esto es lo tuvieron los apóstoles que acompañaron al Señor en el Monte de la Transfiguración, y a raíz de eso su fe fue confirmada y robustecida. Y nosotros, piensan ellos, también necesitamos lo mismo, porque de otro modo estaríamos en desventaja con aquellos primeros discípulos.
Pero el apóstol Pedro no parece apoyar este punto de vista. Por el contrario, lo que él nos va decir es que, con la Biblia completa en las manos, ya tenemos todo lo necesario para nuestra información y formación espiritual.
Y notemos bien que Pedro no está diciendo que la Biblia adquiere una mayor validez por medio de las experiencias extraordinarias que ellos tuvieron, como si la Palabra necesitara ser complementada por ese tipo de cosas. No, lo que él afirma es que la Biblia, por sí misma, sin necesidad de nada más, es completamente fiable y suficiente. Es más, comparada con las experiencias que pudiéramos llegar a tener, siempre sería "más segura".
Este mismo énfasis en la total suficiencia de la Palabra de Dios lo encontramos en muchos otros lugares de las Escrituras. Por ejemplo en (Jud 1:3) (He 1:1-4) (Jn 14:26) (Jn 15:26-27) (Jn 16:13). Y es importante recordar esto en nuestros días, cuando hay tantos que en lugar de estar atentos a lo que la Palabra de Dios enseña, dependen constantemente de sus experiencias. Eso no puede funcionar para producir la santidad en nuestras vidas, ni tampoco para traer la luz a este mundo que vive en densa oscuridad.
Dejamos aquí la exhortación que el apóstol Pablo le hizo a Timoteo:
(2 Ti 3:14-17) "Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra."

La absoluta fiabilidad de las Escrituras

(2 P 1:20-21) "entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo."
En estos versículos encontramos tres cosas de mucha importancia.
La primera es que la iniciativa de escribir las Escrituras nunca fue de los escritores humanos que la escribieron. No fue que Moisés, por ejemplo, decidió un día que sería una buena idea escribir sus memorias porque podrían ser de interés para las generaciones venideras. Al fin y al cabo, había tenido una vida bastante emocionante.
No, Pedro afirma que "nunca la profecía fue traída por voluntad humana". Los autores del Antiguo Testamento (y también los del Nuevo Testamento), "fueron inspirados por el Espíritu Santo". Fue el Espíritu Santo quien tomó la iniciativa, y ellos fueron "llevados" o "impulsados" en la tarea de escribir las Escrituras, de la misma manera que un barco de vela es impulsado y llevado adelante por el viento que llena sus velas.
Por lo tanto, lo que escuchamos por medio de sus escritos, es la voz de Dios que habla por medio de ellos. Incluso, cuando algunos de ellos tuvieron sueños o visiones, como por ejemplo Daniel, la interpretación de estas cosas también vino de Dios, y no fue fruto de la inteligencia humana del profeta.
Así que, las Escrituras que tenemos hoy en nuestras manos, son totalmente fiables y suficientes para conocer a Dios y su voluntad para nuestras vidas.

La absoluta necesidad de las Escrituras

El secreto de todo auténtico progreso en cuanto a la formación del carácter que Dios quiere en nosotros (2 P 1:5-7), dependerá finalmente del conocimiento que tengamos de Dios, y éste sólo puede venirnos por medio de su Palabra y de una comunión íntima con Él basada en lo que Él nos está diciendo por medio de ella.
No hay otro medio por el cual el carácter de ese Reino celestial y eterno del que Pedro nos está hablando llegue a formarse en nosotros. Sólo en su Palabra podemos encontrar la luz que nos puede guiar hacia esa meta. Si por el contrario buscamos esa información dentro de nuestro propio corazón o inteligencia, cada vez estaremos más lejos del objetivo.
Y esta es la razón última por la que este mundo presente en el que vivimos se encuentra en densas tinieblas: porque han rechazado la Palabra de Dios. Por lo tanto, ninguno de nuestros políticos, filósofos o científicos tienen base alguna para decirnos cómo será ese mundo venidero. Y en su ignorancia, lo único que son capaces de hacer es negar su existencia.

Conclusión

Con estas breves palabras, Pedro quiere exhortarnos a todos nosotros para que veamos la imperiosa necesidad que tenemos de ser hombres y mujeres de la Biblia, porque sólo de ese modo podremos "hacer firme nuestra vocación y elección".
Es vital que nos entreguemos deliberadamente, con seriedad y diligencia, a la formación de una mente profundamente bíblica, como el único medio de ser librados de las tremendas influencias que nos asedian a diario en este mundo incrédulo. ¿Qué ocurrirá si no lo hacemos? Pues que desarrollaremos una mente mundana, tal como lamentablemente muchos creyentes están haciendo en este tiempo.
Nuestras mentes se decantarán por un modelo o por otro, pero de ninguna manera quedarán en blanco. O son llenadas de los valores, ilusiones y los asuntos del Reino eterno de nuestro Señor Jesucristo, o lo serán de los asuntos pasajeros de este mundo. Y si esto último llegara a pasar, podemos decir adiós a la perspectiva de tener "una amplia y generosa entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 P 1:11).
Es nuestro deseo que cada uno de nosotros tomemos la decisión correcta. Concluimos con las palabras de un hermoso himno que abunda en estos mismos pensamientos:
¿Ves la gloria de este mundo? – es sombra vana,
Nada tiene de estable, todo se pasa.
Aspira lo celeste, que siempre dura,
Fiel y rico en promesa, Dios nunca muda.

Comentarios

Venezuela
  Adid Jesús Chinea  (Venezuela)  (16/03/2021)
Dios les bendiga dándole mucho más sabiduría. Alabo a Dios por sus vidas, por el apoyo que brindan a la Iglesia a través de la exposición de la Palabra. Ciertamente la Biblia es la Palabra de Dios y no solamente un manual con buenos principios, ¡es la Palabra de Dios hecha Escritura!. Cuan necesaria es la Escritura en tiempos de tanta confusion. Dios siga usando estos vasos.
Venezuela
  Jairo Angulo  (Venezuela)  (12/03/2021)
Gracias a estudios bíblicos cada vez comprendo más las escrituras y así seguir en el camino correcto. Dios los bendiga .
Colombia
  Hernán Mercado  (Colombia)  (09/03/2021)
Excelente todo lo que contiene escuelabiblica.com para la Gloria de Dios.
Excelente estudio.
Venezuela
  Erick Miratriz  (Venezuela)  (02/03/2021)
Dios Todopoderoso les siga bendiciendo. Nos edifican las enseñanzas. Escuela Bíblica, Dios les bendiga, con estos estudios entiendo mas como seguir al maestro.
Guatemala
  Cárdenas Pineda Hilda Leticia  (Guatemala)  (23/02/2021)
Gracias por las enseñanzas, nos ayuda grandemente a edificar nuestras vidas. Dios les bendiga y les respalde en todo.
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