La nación judía había sido maldecida por Dios porque no tenían fe. Ellos confiaban en sus obras y también en su religión, pero no en Dios. Esta fue la razón fundamental por la que vino el juicio sobre ellos.
Al mismo tiempo, debemos entender que la fe es el único medio por el que podemos llevar fruto para el Señor y ser librados de la esterilidad espiritual.
Y por último, la fe en Dios nos puede llevar a superar las dificultades que siempre encontramos en el servicio cristiano.