La primera cosa que nuestro texto nos dice es que había estado presente en la discusión que Jesús había mantenido con los saduceos y parecía satisfecho por la forma en la que les había hecho callar. Esto nos hace pensar que este escriba era muy probablemente de los fariseos y que por esta razón había visto con agrado la forma magistral con la que Jesús había defendido la creencia compartida por ellos en la resurrección. En ese caso, tal vez quería hacer suyo el triunfo de Jesús sobre los saduceos.
Por otro lado, tenemos el pasaje paralelo en el evangelio de Mateo, en el que se nos dice que el escriba le "preguntó por tentarle" (Mt 22:35). Sin embargo, aunque algo de esto pudiera haber habido en sus intenciones originales, parece que finalmente hubo cierto acercamiento a Jesús, con el que quedó admirado al escuchar su sabiduría. A esto debemos sumar las palabras que Jesús le dijo: "No estás lejos del reino de Dios" (Mr 12:34). Quizá podemos suponer que en este hombre había cierta sinceridad en su búsqueda de la verdad, pero que inicialmente estaba influido por el clima de desconfianza que se respiraba contra Jesús entre sus correligionarios.
Para ello, una de las primeras cosas que hizo fue desenmascarar al diablo. Habló con total claridad acerca de él: "El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira" (Jn 8:44). La acusación de Cristo quedaba demostrada por lo que ocurrió al principio de la creación: el diablo aseguró a Eva que no morirían si comían del árbol, y fue mentira. De hecho, quedó constancia de que el diablo es un homicida, ya que con sus mentiras condujo a nuestros padres por el camino que les llevaría a la muerte.
Pero aún había algo más que Cristo iba a hacer para ganar el amor de los hombres para Dios. Como él dijo en repetidas ocasiones, había sido enviado por su Padre para dar su propia vida para salvar a los hombres. Este sería un argumento incontestable. ¿Cómo podría el diablo seguir haciendo creer a los hombres que Dios no los ama si ha estado dispuesto a dar por ellos a su Hijo amado? ¿Y cómo podrían los hombres permanecer indiferentes ante esta prueba tan grande de amor?