Estudio bíblico de Amós 4:10-5:5

Amós 4:10-5:5

Continuamos hoy, amigo oyente, viajando por el libro del profeta Amós y nos encontramos en el capítulo 4. Vamos a recordar que en nuestro estudio llegamos a una serie de 3 capítulos que tratan específicamente sobre Israel, es decir, sobre las 10 tribus del reino del norte. En el capítulo 4 se nos recuerda que en el pasado, Dios castigó a Israel por su maldad. Después, en el capítulo 5 veremos que en el futuro Israel será castigado por su maldad. Finalmente, en el capítulo 6 veremos que el profeta Amós amonestó a su generación para que se apartara de la maldad. Así que esta sección tiene una aplicación práctica para nosotros, así como la tuvo para el pueblo de Israel en el tiempo de Amós.

En nuestro programa anterior destacamos que, después de sufrir las graves consecuencias del hambre, Dios envió sobre el pueblo una sequía. Él es quien controla la lluvia y en aquella ocasión la retuvo durante 3 meses, antes del tiempo de la cosecha, lo cual constituyó un desastre. Y observemos que Dios hizo que lloviera en una ciudad y no en otra. Dios actuó de esta manera para demostrarles que no llovía por casualidad sino por Su voluntad soberana. La sequía fue tan grave que la gente de una ciudad se desplazaba a otra ciudad donde había agua, y desde allí la transportaban a sus hogares en jarros y odres o recipientes de cuero. Estas penurias debieron hacerlos volver a Dios, pero ya leímos que El dijo: Con todo, no os volvisteis a mí. Lo sucedido había sido una advertencia de Dios pero ellos no le prestaron atención. Decía el versículo 9 de este cuarto capítulo:

"Os herí con viento del este y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas, vuestros higuerales y vuestros olivares, pero nunca os volvisteis a mí, dice el Señor."

Dice aquí Os herí con viento del este y con oruga. Los cultivos fueron arrasados por el viento abrasador del desierto, Y la oruga (o el "añublo" según otra versión, que es una especie de hongo) se formó a causa de sequía excesiva y no por la humedad. Aquí también se hace referencia a una plaga de langostas que devoró lo que había quedado. Y leemos otra vez la misma conclusión por parte del Señor: pero nunca os volvisteis a mí. Leamos ahora el versículo 10 de este cuarto capítulo de la profecía de Amós:

"Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, vuestros caballos fueron capturados e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a mí, dice el Señor."

Aquí hay una dramática mención al hedor de los cadáveres que fueron víctimas de la peste o de la guerra. Sin embargo y a pesar de estas calamidades extremas para la supervivencia, el pueblo mantuvo su actitud de rebeldía y no se volvió al Señor, como este mensaje reiteró una y otra vez. Ahora, la próxima plaga que se mencionó en este capítulo, la encontramos en el versículo 11 de este capítulo 4 de Amós, donde dice:

"Os trastorné como Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a mí, dice el Señor."

Algunos estudiosos de la Biblia opinan que este versículo es una especie de resumen de las plagas anteriores. Nos permitimos dudarlo, porque por el libro del profeta Jonás sabemos que en esa época los Asirios, estaban realizando incursiones en el reino del norte (o de Israel). Atacaban en diversos lugares y a veces capturaban a toda una comunidad y la conducían al cautiverio. Dios estaba permitiendo que los Asirios actuaran como un pájaro, dando picotazos esporádicos en uno y otro lugar en el territorio del reino. Esta situación debería haber sido como una advertencia para todo el pueblo, de que algún día la totalidad del reino podría ser conquistado. Pero ellos no aceptaron esa advertencia de Dios y continuaron practicando la maldad. Y la conclusión del Señor, como en los casos anteriores fue expresada en la frase divina pero no os volvisteis a mí. Continuemos leyendo el versículo 12 de este cuarto capítulo de Amós:

"Por eso, Israel, haré lo mismo contigo; y porque te he de hacer esto, prepárate, Israel, para venir al encuentro de tu Dios."

Observemos que en este pasaje Dios no les dijo lo que iba a hacer. Simplemente les dijo: haré lo mismo contigo; y porque te he de hacer esto... Sería una sorpresa.

Desde nuestra perspectiva sabemos que serían los Asirios quienes vendrían a atacarlos repentinamente y los conducirían al cautiverio. En otras palabras, el pueblo de Israel simplemente no creyó en Dios y no restableció su relación con El.

Y lo interesante fue que Dios fue más allá del castigo del cautiverio que sufrirían bajo los Asirios, les dijo: Prepárate, Israel, para venir al encuentro de tu Dios, Porque cuando Asiria descendió contra ellos, no se llevaron a toda la gente al cautiverio. Muchos de ellos fueron muertos. Esto significó que se iban a encontrar con Dios a través de la muerte, que es un hecho que todo individuo debe afrontar. Algún día, todos nosotros tendremos que presentarnos ante Dios en el momento de nuestra muerte. Así que el mensaje dirigido a Israel, resumido en las palabras Prepárate para venir al encuentro de tu Dios es, incluso hoy, el mensaje de advertencia para cada persona.

Cierto hombre, a quién Dios había tratado de una manera muy severa debido al pecado que existía en su vida, contaba cómo Dios había tratado con él. Y dijo que el juicio, el severo castigo que le había venido por lo que había hecho, era algo que, como ser humano, podía soportar. El pastor de su congregación le estaba consolando, y entonces aquel hombre le dijo: "Lo que me inquieta, lo que me preocupa enormemente no es el castigo que ha caído sobre mí, sino el hecho de que aun tengo que presentarme ante Dios, y ello me hace temblar:" Y el pastor le respondió: "Bueno, usted sabe que yo también voy a tener que presentarme ante Dios. Y si tuviera que estar ante Él tal como soy, entonces, por cierto, estaría aterrorizado. Pero no voy a presentarme ante Él como si fuera simplemente yo mismo. Yo estoy en Cristo, unido a Cristo, y Dios va a ver en mí a Cristo. Yo he sido aceptado en el Amado, en mi Salvador". Y este hombre entonces respondió: "Sí, este es el único consuelo que me queda hoy a causa de la clase de vida que he vivido."

Estimado oyente, este mensaje que hemos leído, Prepárate para venir al encuentro de tu Dios es también para usted. Prepárese para encontrarse con su Dios. Supóngase que en este mismo momento usted pasara a la presencia de Dios - y algunos de nosotros quizá lo hagamos pronto Supóngase que su vida ha terminado; y le aseguramos que las cosas que eran para usted importantes aquí en la tierra ya no tendrán más importancia. Y como la vida ha llegado a su fin, usted se encuentra en la presencia de Dios. ¿Cómo va a presentarse ante El? Quizá usted ha vivido para agradar a la gente, para llevarse bien con todos y para pasarlo lo mejor posible, igual que la mayoría de las personas. Pero ahora esa etapa en la tierra ha concluido. ¿No sabe usted que no puede presentarse ante El por sus propias fuerzas, por los méritos supuestamente acumulados por su propio carácter y por la forma en que vivió? Usted y yo no tenemos nada que ofrecer a Dios porque, espiritualmente, estamos en bancarrota, en quiebra. Como dice la Biblia, concretamente el apóstol Pablo, estamos espiritualmente muertos en nuestros pecados y transgresiones. La única forma en que usted y yo podemos presentarnos ante la presencia de Dios es unidos a Cristo. Y como también dijo San Pablo, EL fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación, para que usted y yo podamos presentarnos ante Dios justificados. De esta manera, nos presentaremos ante Dios con la justicia de Cristo.

Volviendo ahora al pasaje Bíblico del profeta Amós que nos ocupa, veremos que este predicador rural nos explicaría quién es este Dios ante quien debemos presentarnos. Estas palabras del profeta constituyen una de las declaraciones más majestuosas e inspiradoras de la Palabra de Dios. Leamos el versículo 13 de este cuarto capítulo de esta profecía:

"Ciertamente el que forma los montes y crea el viento, el que anuncia al hombre su pensamiento, hace de las tinieblas mañana y pasa sobre las alturas de la tierra: El Señor, Dios de los ejércitos, es su nombre."

Aquí el profeta Amós nos presentó a Dios como el Omnipotente, Omnisciente y el Omnipresente. El es el Creador Omnipotente. Él tiene todo el poder. Fue Él quien formó las montañas y creó el viento. Él es Omnisciente y conoce nuestros pensamientos desde lejos. Y Él es Omnipresente; dice aquí que Él pasa sobre las alturas de la tierra. No importa donde usted vaya, estimado oyente, aun si fuera hasta la luna o a los planetas más lejanos, no podría alejarse de Él. Quizás en esta vida usted ha logrado mantener una buena imagen para que sus familiares, vecinos y amigos le consideren una buena persona. Pero en Su presencia, en el cielo, Dios le verá tal como así lo describió Moisés en su oración del Salmo 90, versículo 8, que dice: Pusiste nuestras maldades delante de ti, nuestros pecados secretos a la luz de tu presencia. O sea, que la Biblia nos indica claramente que Dios le conoce a usted, me conoce a mí. Es inútil tratar de mantener ante El una fachada, una vida de apariencias, tratando de ocultar nuestra realidad interior. Puede usted entregarse a Él sin reservas, porque El conoce su estado espiritual, sus transgresiones. Como solía decir el Dr. Chafer en sus clases, "el pecado secreto en la tierra, es un escándalo público en el cielo". Podemos decir sin exagerar que El nos conoce hasta la médula. Pero El también conocía personalmente a la gente a la cual estaba hablando el profeta Amós. Así con intensos sentimientos hacia ellos, el profeta les instó a que se prepararan para encontrarse con su Dios. Y así llegamos al

Amós 5 - Israel será castigado en el futuro por su maldad

El capítulo anterior concluyó abruptamente, con una sensación de llegar a un punto final. Fue como si Dios hubiera cerrado la puerta, que el juicio o castigo era inevitable, y que no había ninguna esperanza para Israel. Aunque el capítulo 5 se proyectó hacia el futuro y dejó bien en claro que Dios castigaría a aquel pueblo por su maldad, veremos que en los primeros 15 versículos Dios le rogó a Israel para que ese pueblo lo buscara poder así evitar el juicio. Mientras El no señaló que había llegado el anuncio final del castigo, juicio que consistió en el cautiverio del pueblo, aun habría esperanza para ellos. Escuchemos pues, lo que dice el primer versículo de este capítulo 5:

"Oíd esta palabra de lamentación que yo levanto sobre vosotros, casa de Israel."

Fue como si El estuviera entonando una lamentación, un canto fúnebre muy triste. Entonces habló de ellos con ternura. Continuemos leyendo el versículo 2 de este quinto capítulo de Amós:

"Cayó la virgen de Israel y no podrá levantarse ya más; postrada quedó sobre su tierra y no hay quien la levante."

Recordemos que cuando el profeta Oseas comenzó su profecía, habló de la experiencia que había tenido en su hogar. Él se había casado con una prostituta y Dios le envió a predicar al reino del norte, o de Israel, diciéndoles a sus habitantes: "Sois como una prostituta, pero Dios aun os ama". Y aquí en nuestro pasaje el profeta Amós dijo: "Eras como una virgen, y Dios contrajo matrimonio contigo". Esta es hoy una figura de cada creyente. El apóstol Pablo incluso les escribió a los Corintios en su segunda carta, capítulo 11, versículo 2: Os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo, Cuando acudimos a Él, nuestros pecados son perdonados y comenzamos una nueva vida unidos a Cristo. Pero, ¿qué podríamos decir de usted, estimado oyente? ¿Cómo ha sido su relación con El durante los últimos años? ¿Habrá usted actuado como aquel pueblo de Israel? ¿Ha sido usted fiel a Él? ¿No se habrá usted alejado de Aquel que lo ama? ¿Se habrá usted extraviado por influencia de los valores del mundo, y de las tendencias que todos compartimos y que forman parte de nuestra naturaleza humana? ¿No le estará el enemigo de Dios arrastrando de un lugar para otro? En la actualidad, muchísimos cristianos se encuentran en esa situación, que solo puede inspirar en el profeta la siguiente canción triste, una lamentación, que leemos en este versículo: Cayó la virgen de Israel y no podrá levantarse ya más; postrada quedó sobre su tierra y no hay quien la levante.

Continuemos leyendo el versículo 3 de este quinto capítulo:

"Porque así ha dicho el Señor Dios: La ciudad que salga con mil, volverá con cien, y la que salga con cien volverá con diez, en la casa de Israel."

El profeta Amós realmente estaba diciendo: "Prepárate para venir al encuentro de tu Dios. ¡Mira cuántos van a morir!" Este versículo nos informa de que iba a morir un número muy elevado de personas, un elevado porcentaje de la población. Aquí se refirió a aquellos que no irían al cautiverio, sino que quedarían en la tierra, aunque muchos de ellos resultarían muertos en ese ataque.

Escuchemos aquí al profeta. Estas palabras fueron como un último llamado a aquella nación: Leamos el versículo 4 de este quinto capítulo:

"Pero así dice el Señor a la casa de Israel: Buscadme y viviréis"

Y aquí vemos que la invitación aun seguía abierta. La Palabra de Dios había sido comunicada. Dios estaba llamando a aquellos habitantes del reino para que se volvieran a Él. Si lo hubieran hecho incluso en aquel último momento, habrían vivido. Y, finalmente por hoy, leamos el versículo 5 de este quinto capítulo de la profecía:

"Mas no busquéis a Bet-el ni entréis en Gilgal ni paséis a Beerseba, porque Gilgal será llevada en cautiverio y Bet-el será deshecha."

Y aquí vemos la advertencia mas no busquéis en Betel. Betel era la ciudad en la que se había instalado uno de los dos becerros de oro. Por cierto, hoy es difícil localizar a Betel. Los guías turísticos tratan de identificarla con uno o dos lugares, así que no podemos estar seguros de la situación concreta de aquella ciudad. La ubicación general de la zona es bien conocida, pero señalar el lugar concreto con precisión sería un problema.

El profeta también les dijo que no entraran en Gilgal. Gilgal fue el lugar en el cual el pueblo de Israel acampó cuando cruzaron el río Jordán, cuando entraron por primera vez en la tierra bajo la dirección de Josué. Allí instalaron el tabernáculo o tienda de reunión, y fue la zona en que organizaron su marcha contra la ciudad de Jericó. Se convirtió en un lugar sagrado. En realidad, Dios les había dicho que les contaran a sus hijos que aquel había sido el lugar en el que El, los había librado. En cambio, este pueblo había caído en la idolatría y estos lugares que habían sido sagrados para Dios se convirtieron en lugares para erigir ídolos.

Además, el profeta les dijo que no pasaran a Beerseba. Beerseba se encontraba lejos, en el reino del sur o de Judá, en el Negev. Era otro lugar famoso. Fue en Beerseba donde el patriarca Abraham y Abimelec (príncipe Filisteo de Gerar) hicieron un pacto, y después, Abraham invocó el nombre del Señor, como podemos ver en Génesis 21. La expresión "desde Dan hasta Beerseba" fue usada en la Biblia para designar a todo el territorio de Israel, desde el norte hasta el sur. En los días del profeta Amós, el pueblo del reino del norte estaba realizando peregrinaciones a Beerseba para adorar a los ídolos.

Y en este versículo 5 el profeta dijo Gilgal será llevada en cautiverio y Bet-el será deshecha. ¿Por qué en aquel momento Amós no mencionó a Beerseba? Porque Beerseba no estaba en el reino del norte, sino en el del sur. Pasarían más de 100 años antes de que Beerseba fuera conducida al cautiverio con el reino del sur. Sin embargo, estas dos ciudades del reino del norte, Gilgal y Betel, estaban a punto de ser llevadas cautivas. Realmente, el profeta Amós fue exacto en su profecía.

Y aquí, estimado oyente, vamos a detenernos por hoy. En nuestro próximo programa, continuaremos con este estudio del profeta Amós. Le sugerimos entonces, que lea hasta el versículo 17 de este quinto capítulo, para que pueda conocer mejor este mensaje profético, del cual destacaremos, como siempre, las aplicaciones prácticas.

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