La casa grande se puede referir al conjunto de la iglesia profesante, donde hay verdaderos creyentes, los utensilios de oro y plata, que son destinados a usos honrosos, en contraste con los falsos creyentes, que como Himeneo y Fileto son utensilios de madera y barro destinados para usos viles. Esta interpretación sirve para dar respuesta a la presencia dentro de la iglesia de los falsos maestros de los que Pablo ha estado hablando anteriormente. Y aunque temporalmente todos conviven juntos, finalmente su destino será muy diferente dependiendo de quiénes sean. Esta interpretación coincide también con lo enseñado por el Señor en la parábola del trigo y la cizaña (Mt 13:24-30). Por lo tanto, el propósito del apóstol sería enseñarnos que no nos debe extrañar que los inconversos estén mezclados con los creyentes dentro de la iglesia.
Otra posible interpretación, que encajaría mejor con lo que Pablo va a decir a continuación, sugiere que todos los utensilios tienen que ver con verdaderos creyentes, pero admite que hay diferencias entre ellos, de tal modo que "si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra". Según esto, si un creyente se limpia de la impureza del mundo, y de las prácticas de los falsos maestros y herejes, será usado por el Señor para los más altos propósitos dentro de su reino. Según esta interpretación, el propósito de Pablo sería alentar a los creyentes para que se separen del mundo y de aquellos que se habían apartado de la sana doctrina, a fin de tener muchas más posibilidades de servir al Señor. Así, a diferencia de los falsos maestros que estaban trastornando la fe de algunos, cualquier que se limpiara de estas cosas podría ser un siervo útil al Señor y también a las personas en todo momento y situación. Por lo tanto, cada creyente en la iglesia debe decidir si quiere que su vida sea para honor o no. Los falsos maestros podrían influirles negativamente con su enseñanza y ejemplo, pero nunca podrían determinar su respuesta.
"Justicia". La rectitud moral en el carácter y la conducta.
"Fe". Una confianza sincera en Dios. Incluye también una total dependencia de él.
"Amor". Por supuesto es mucho más que un sentimiento, implica necesariamente hechos. Y tampoco se puede limitar aquí al amor a Dios, ha de incluir también el amor a los hermanos y el mundo de los pecadores perdidos.
"Paz". Denota la verdadera armonía dentro del corazón y también en las relaciones con el prójimo. Una actitud muy diferente a la de los falsos maestros que con su palabrería generaban constantes contiendas.