Predicaciones cristianas del libro de Juan

Estudios biblicos, mensajes cristianos, sermones, predicas de la Biblia en Juan

Ceguera espiritual (Juan 9:13-41)

Dice el refrán que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y este pasaje demuestra que es cierto. Aquí vemos que muchos religiosos judíos no quisieron creer en Jesús a pesar de todas las evidencias.

Jesús, el buen pastor (Juan 10:1-21)

De todas las figuras que se aplican a Dios en la Biblia, la del pastor es una de las más entrañables. Otras pueden ilustrar mucho mejor su gloria y majestad, pero ninguna como ésta expresan la ternura y solicitud divinas en favor de su pueblo.

La seguridad eterna de los creyentes (Juan 10:22-42)

Tenemos aquí una de las promesas más hermosas que el Señor ha hecho a los creyentes. Podemos tener seguridad de nuestra salvación eterna aquí y ahora. Ya no tenemos temor a morir ni a comparecer ante Dios.

Jesús, la Resurrección y la Vida (Juan 11:1-27)

La tumba es el fin de toda esperanza humana. Nosotros decimos que mientras hay vida, hay esperanza, pero con la muerte se acaba todo. Es el fin de las aspiraciones, los deseos, los planes. Ya no es posible seguir luchando, ya no hay posibilidad de cambiar ni rectificar las decisiones mal tomadas. Sólo queda lugar para las lágrimas, los lamentos y las condolencias por la pérdida... Pero el Señor Jesús es la Resurrección y la Vida. Él tiene poder absoluto sobre la muerte. Él sí que puede darnos consuelo y esperanza...

La resurrección de Lázaro (Juan 11:28-44)

El Señor se enfrenta aquí con el peor enemigo del hombre: la muerte. El Señor Jesucristo es el "Autor de la Vida" y también su Sustentador, por esa razón, la muerte no tiene poder alguno frente a él. Veremos, por lo tanto, que a su orden, Lázaro abandonó el mundo de los muertos para regresar nuevamente al de los vivos.

El complot para matar a Jesús (Juan 11:45-57)

Después de que Jesús resucitara a Lázaro, el sumo sacerdote judío y todo el Sanedrín decidieron que Jesús debía morir. Así que, mientras el Señor trae vida a los muertos, sus enemigos se esfuerzan en matarle. ¡Incomprensible! Pero esta misma tensión se ve a lo largo de todo el evangelio y también en nuestro mundo moderno: mientras Dios busca la forma de bendecir al hombre, el hombre no piensa en otra cosa que en sacar a Dios de su mundo.

Jesús es ungido en Betania (Juan 12:1-3)

Como muestra de agradecimiento por la resurrección de Lázaro, organizaron una cena en honor del Señor Jesucristo. María, una de las hermanas, aprovechó la ocasión para ungir los pies de Jesús con un costoso perfume y mostrarle así su amor y devoción. Esta noble acción ha quedado recogida en las Escrituras como un ejemplo de adoración para todos nosotros.

Judas: ladrón y traidor (Juan 12:4-6)

Judas es un triste ejemplo de un hombre que siendo apóstol del Señor Jesucristo y disfrutando de una comunión íntima con él, lo dejó todo por amor al dinero. ¡Qué terrible es el amor al dinero!

Reacciones a la resurrección de Lázaro (Juan 12:7-11)

La resurrección de Lázaro provocó diferentes reacciones hacia a la persona de Jesús. Algunos como María y sus hermanos, querían honrarle y le expresaban su amor de diferentes maneras. Otros, como Judas y los principales sacerdotes, sólo manifestaban odio hacia él. Y también estaban las multitudes, que probablemente no pasaban de ser curiosos intrigados por el milagro que había ocurrido. Ahora, nosotros también, tenemos que preguntarnos: ¿cuál va a ser nuestra actitud frente al Señor Jesucristo?

La primera venida del Mesías a Jerusalén (Juan 12:12-19)

Cuando Jesús hizo esta popular entrada en Jerusalén, las multitudes le aclamaron como su Rey, pero en realidad no estaban dispuestos a obedecerle. Tristemente buscaban un rey que les sirviera. Lo mismo que les ocurre a muchos en nuestros días también.