Testimonios cristianos

Así me convertí

Luis Rosales

  Venezuela

En el funeral Cristiano de mi suegro (único Cristiano de la familia), los hermanos en Cristo pidieron permiso para decir unas palabras a todos los presentes católicos, los cuales accedieron. Desde ahí me convencí que era el camino verdadero.

Jorge Febres

  Venezuela

Fui a llevar familiares a la iglesia y entré a escuchar la Palabra un rato, en espera de alguien con quien me encontraría para ir a parrandear, pero el Señor me llamó y sentí que algo recorrió mi cuerpo, y dije: Señor , si eres tú, voy a servirte. Desde ese momento le sirvo a El. YA han pasado siete años y todavía El es mi guía. Dios te bendiga.

Patricia Carrasco

  España

Me casé a los 23 años, nací en una familia cristiana , mis padres son bautistas, soy la segunda de siete hermanos aunque uno ya no esta con nosotros por que el Padre se lo llevó a su presencia , bueno cuando comencé a tener mas independencia ,me puse a trabajar y deje de ir a la iglesia, me casé con una persona que no conoce a Cristo, y me fue muy mal por que me ha sido en muchas ocasiones infiel ,le tuve tres hijas y la última niña que tuve con él tiene dieciocho años y el día que estaba dando a luz él se iba a vivir con otra mujer, quedé destrozada ,abandonada pero como siempre fui echada para delante me propuse salir adelante con mi familia y seguir trabajando, pero a Dios lo tenia apartado, pero estando así comencé a ir a los cultos y un día me invitaron a ir a una campaña que había y me fui con mis tres chavalas y estando escuchando unas alabanzas medio ganas de llorar y llorar, solo quería desahogarme por todo lo que estaba pasando y de ahí en adelante fue como que algo sucedió en mi vida que yo senti la paz y pedi perdón por mis pecados y haberme ido al mundo como hija pródiga, habiendo nacido en una familia cristiana, pero comprendí que el nacer en una familia cristiana no te da la certeza de ser salva hasta que tienes un encuentro personal con Jesucristo yo lo tuve y ahora soy feliz por que tengo la plena certeza que tengo un lugar preparado en el cielo. Una de mis hijas aceptó el evangelio, ahora estoy orando por mis otras dos hijas y mi esposo siempre creyendo que el Señor tocará el corazón de cada uno de ellos por que él tiene una promesa para sus hijos, todos los días oro por mis hijas y mi familia. Dios les bendiga .

Corrado Cassarino

  Reino Unido

Santos e incienso. Me Gustaba ir a la iglesia en mi juventud, me gustaba el olor a incienso. Los monaguillos mecían los incensarios, aquí y allá, llenaban la iglesia de humo y olor penetrante. Mi madre era devota de san Sebastián. Ese mismo nombre le había puesto a mi hermano mayor. Me hacia arrodillar a su lado adelante la estatua, recitaba unos rezos, que nunca podía oír. Eso me aburría, pero mi madre decía que era bueno hacerlo, al menos una vez al mes. Pregunté a mi madre quien era ese señor, ese san Sebastián, ella no sabía, solo que era muy milagroso. Cada año en enero, un grupo de vecinos se ponían de acuerdo, luego salían de madrugada, descalzos, en los pies se ponían varias medias de lana, hacia frio. Iban a pies a otro pueblo, distante treinta kilómetros, allí había otra estatua de san Sebastián, mas milagrosa de la que teníamos en nuestra iglesia. Nunca entendí el porqué hacían un sacrificio tan grande teniendo en el pueblo una estatua igual del mismo santo. A caso aquella era mejor conservada, no era como la nuestra, que le faltaba un dedo en la mano izquierda, y la pintura se caía en pedazos. Regresaban con los pies hinchados, ensangrentados, pero satisfechos de haber resistido y cumplido con la promesa, el año próximo debían repetir. Me esforcé en buscar una razón a la religión. Participé a las procesiones de "Maria Ausiliatrice", el veinticuatro de mayo, "San Sebastiano" de la "Chiesa delle anime sante". San Michele, della "Chiesa madre". A todas he participado. No pude lograr una verdadera devoción, no entendía la misa, en latín. El cura decía algo en ese idioma, desconocido para mí, yo le respondía en el mismo idioma, leyendo un folleto que me daban, y luego salía para mi casa, lo mismo como había entrado en la iglesia, nada pasaba. Dios no hablaba el mismo idioma mío, por eso llegue a la conclusión, que no podía entenderme con él. Yo hablaba, pero no me respondía, o al menos así creía. Poco a poco desistí de intentar cualquier comunión con él. Y eso que llegue al punto de cantar una misa en latín, de segunda voz, junto a otros dos compañeros. Desde los catorce años mi vida trascurrió sin Dios, no estuvo en ninguno de mis proyectos. Simplemente no quise saber de Dios. Por no poder encontrarlo, pensé que lo de Dios era una ficción. Hasta los cuarentas años, cuando pasé por una crisis existencial tremenda. Fue entonces, estando solo en el apartamento, que encuentro un libro en la gaveta del mueble a lado de mi cama, el titulo era: “La oración de poder”. Lo regaló a mi esposa un amigo de la familia, y no sé cuánto tiempo estaba en ese lugar, nunca lo había visto, sin embargo estaba en mi gaveta. Esa noche no dormí, me comí el libro completo. Había tenido en mi vida una aversión a lo que era religioso o que hablara de Dios, pero esa noche ese libro me cayó del cielo, fue la providencia de Dios para mostrarme el camino a el. Lo que más me impresionó, de lo que escribía el autor, era que Dios contesta al hombre. Se podía tener una comunicación con él, pero tenía que hacerle preguntas precisas y concretas. Él tenía todo a su alcance para contestarme, y podía hacerlo a través de una persona cualquiera, aun sin que esta se diera cuenta. La petición tenía que hacerse de corazón con la fuerza de una necesidad verdadera, esa petición rompería oposición en los aires, hasta alcanzar a Dios. El escritor lo decía con una firmeza y claridad que pensé que él lo había experimentado, y si le había dado resultado, también a mi podría resultar. Si alguien en este mundo había experimentado una respuesta de Dios, yo la podía experimentar también.
Te estoy ayudando. Estaba en mi trabajo, pesando un color para realizar la formula con la cual se estampaba la tela, con la cuchara en la mano, me sentí como desfallecer, por la tensión interior que vivía y el estrés. Me preguntaba si Dios sabía de mi desesperación y de mi dolor, si estaba viendo mis esfuerzos para buscarle, y si estaría dispuesto a ayudar a alguien que había sido su enemigo. Era viernes en la tarde, cerré los ojos, no había nadie en mí alrededor, me acordé que el libro decía que Dios podría contestarme, que todo estaba a su alcance, solo tenía que tener fe, calladamente hice un clamor. Tenía que hacer una pregunta clara e hice mi pregunta clara: “Señor quiero saber si me estas ayudando”. Abrí mis ojos y me sorprendí al ver que un compañero de trabajo, de otro departamento, estaba batiendo el color que había preparado antes, no pude decir nada, fue él que me habló y me dijo estas precisas palabras: “te estoy ayudando”. No tuve ninguna duda, Dios me estaba hablando, a la pregunta clara me dio la respuesta clara, era verdad lo que decía el libro. Dios podría usar cualquier persona para darme la respuesta, para el compañero era que me estaba ayudando a batir el color, para mí era la maravillosa voz de Dios. La locura que Dios me estaba hablando, y me decía que me estaba ayudando. El mismo Dios estaba hablando conmigo, yo no cabía en mi alegría, fue algo glorioso descubrir eso. Ahora había una puerta abierta en ese muro tan impenetrable, nadie me podía impedir entrar y seguir adelante. No sabía que me esperaba detrás de esa puerta, no sabía que había, pero estaba seguro que debía entrar, y seguir hasta encontrarme con el mismo Dios. Nunca había leído la Biblia sin embargo empecé a clamar a Dios, quería un cambio en mi vida, que empezara todo de nuevo y dejar el pasado atrás, no hice rezos repetitivos, solo abrí de par en par mi corazón. El sábado me quedé en casa, al no tener conocimiento del mundo espiritual, ni del carácter de Dios, entraba en un mundo desconocido, creyendo que estaba solo, pero no era así, no estaba solo. Lo que hice a partir de ese momento, con gran atrevimiento, era debido a mi ignorancia y a la urgencia de mi necesidad. Había en mí un anhelo inmenso de conocer a Dios de verdad, me di cuenta que solo había tenido intentos fallidos de encontrar a Dios en mi vida. Desde pequeño había sido una serie de fallo en la hoja blanca y que la cesta estaba llena de hoja arrugada. Pero ahora me sorprendía a mí mismo, como que esa fuerza no venía de mí, alguien estaba guiándome. Estaba seguro que Dios lo puede todo y lo único que poseía era la convicción de ser claro en la petición, nada más. El domingo en la tarde estando en mi cama, orando como mejor podía, y deseando tener un encuentro con Dios, de repente y por primera vez en mi vida, escucho la voz de Dios que me decía: Sal, es la hora. Fue algo sorprendentemente natural, porque Dios ha creado al hombre para tener comunión con él, lo natural es escuchar su voz, innatural es vivir sin él y no oír su voz. Con entusiasmo me puse la chaqueta, y salí a la calle al encuentro con Dios. Naturalmente pensé que era en la iglesia vecina, donde llevaba las velas, cuando entré había unos bautizos de niños, muchas gentes y todos hablaban al mismo tiempo, suponía que ese era el lugar pero me di cuenta que había confusión y no entendía nada, estaba seguro de mi encuentro con Dios pero no sabía cómo iba a suceder. Entonces otra vez aquella vos interior me decía: Sal, no es aquí. Salí y me dije que esa iglesia no era porque el santo al cual le ponía las velas no había llegado a ser santo de verdad, aunque todos lo veneraban, todavía el Vaticano no lo había canonizado, en el fondo no era santo. Fuera me acordé de la iglesia de santa Teresa, a unas diez cuadras, el santo de allí era más importante, el nazareno de san Pablo. En semana santa venían miles de personas vestidas de morado, hacían colas kilométricas para entrar en la iglesia, seguramente esa era la iglesia. Me fui caminando esas diez cuadras, había muchas gentes en la calle. Al llegar en una plaza, otra vez me sentí como desmayar, me paré y cerré los ojos, las gentes me pasaban de un lado a otro, y me convertí en un estorbo para la circulación. Pensé; “que dirán de mí; está enfermo o así como loco, pero no me importaba” hice una clara y atrevida petición: “Dios necesito que te manifiestes”. Me sentía como en una montaña rusa, un momento lleno de fe y al otro momento abajo y lleno de dudas, pero sin importarme lo que pensaría la gente ni de la duda, había hecho la petición como ya sabía hacerla, clara y precisa.
Lázaro está muerto. Abrí los ojos y empiezo a caminar, uno diez o quince pasos y empiezo a oír una voz lejana, venia del centro de la plaza que debía atravesar. Decía: “…Y Lázaro estaba muerto en sus delitos y pecados”. Avanzaba, tenía que pasar obligatoriamente entre ellos, pues estaban en el camino, sentí que ese Lázaro era yo. No sabía quiénes eran esas personas, pero hablaban de la persona que estaba buscando, Dios, cuando estuve entre ellos el mensaje terminó. Me iba pero uno de ellos dijo: “quien cree en Dios alce la mano”, no sentía que creía verdaderamente y me daba vergüenza levantar mi mano en una plaza, frente a tanta gente, no lo hice. Me iba pues, mi destino era más adelante la iglesia, pero la misma persona dijo: “Quien quiere recibir a Jesucristo como su salvador”. Ninguna persona jamás me había hecho esa pregunta, entonces no me importaron las dudas que tenía, solo vi mi condiciones. No me importo que diría la gente, había semanas que deseaba encontrarme con Dios, que quería tener una vida diferente, una nueva vida, empezar todo de nuevo, olvidar el pasado, ser digno de tener una familia hermosa como la mía. Levanté la mano junto a otras tres personas, oraron por mi yo repetía la oración, fue así que en ese bendito día recibí a Jesucristo como mi salvador. Aquellas personas, que cantan y hablan de Dios en las plazas, que yo tanto había despreciado y tanto me había burlado de ellos, ahora me socorrieron, con ese amor que nunca había experimentado antes. Bendigo al pueblo de Dios que en toda la faz de la tierra, aun en los lugares más apartados en África, Oceanía, llevan la buena semilla. Dios la hace llegar a los que la necesitan, al terreno abonado. El trabajo es de lo más sublime y muchas almas serán benditas por ellos. Ahora sucedió algo importantísimo, fundamental en mi futuro como creyente.
Dudas. Se me acercó uno de ellos y me entregó un nuevo testamento azul y me dijo estas palabras, “Cuando abras la Biblia, no vas a entender nada, dile a Dios que eres como un niño, que te enseñe su Palabra”. Seguí adelante hacia la iglesia que buscaba, cuando entre en ella de inmediato oí, Ve a tu casa. Así me fui a mi casa quise orar y agradecer a Dios pero de inmediato el agarró la batuta, vi como en una película mi vida pasada, cada pecado, mi alma se dolía, y avergonzaba, pedía perdón y perdón y empecé a llorar, yo nunca lloraba, ni sabía llorar. Una vez en el avión de regreso de Italia, vi a mi hermano al despedirse de nuestros padres, llorar inconsolablemente, a mí no me salía una sola lágrima, me sentí avergonzado, mi corazón era duro, como que no tenía amor para ello. Pero ahora no podía parar las lágrimas. Después de una hora, estaba agotado, y me inundó una calma indescriptible, una paz hermosa, estuve en silencio por un tiempo. Vino una duda, “será que Dios me ha perdonado”, ¿podía perdonar a uno como yo, que tanto me había burlado de Él?, no estaba seguro. Días antes, al sentirme tan desorientado había visitado un brujo, adivino, lo encontré en la guía telefónica, este me dijo, indirectamente, que para mí no había perdón. Por eso se hizo tan importante para mí, que el mismo Dios me dijera si me había perdonado. Me vino en la mente una una flecha con un arco. La flecha corría veloz, y en la velocidad Dios podía desviar el recorrido, corregir la dirección hasta dar en el blanco. Estaba claro que solo no podía dar en el blanco, necesitaba su ayuda. También otra imagen pasó por mi mente, un libro con las páginas que pasaban velozmente, como movidas por el viento, Dios podía parar en la página indicada, para darme una respuesta. Parecía que estaba viviendo una locura, pero no me di por vencido. Me atreví como solo los niños hacen, o los que no conocen a Dios, que anhelan fuertemente conocerlo. Traté de hacer como un acuerdo, le dije “Señor, tu sabes que no te conozco, no sé lo que perdonas o lo que no”. Quería encontrar una forma sencilla, a mi medida, para que Dios me respondiera. Pensé que si yo, abriera la Biblia en cualquier página, y con los ojos cerrados metiera el dedo en un versículo, podría responderme Dios, pues no hay nada que no puede hacer. He aquí te hago una pregunta clara: “Necesito saber si me has perdonado”. Con los ojos cerrados abrí mi Nuevo Testamento, puse el dedo en un versículo y leí, hablaba de caballo en una batalla. Me angustié, me vino la duda, estaba haciendo algo inútil, pero no me di por vencido. Esta vez clamé con mas fuerza, necesitaba una respuesta, y entonces con los ojos cerrados abrí de nuevo el librito y puse el dedo en el medio, abrí los ojos, debajo exactamente de mí dedo leí:

“…Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados”. Mateo 09-02

Ya había tocado el cielo, no cabía en mi mente el gozo de saber que Dios estaba hablando conmigo. Le agradecí por su perdón y por concederme la respuesta, sabía ahora que podía hablar con él y que escucha verdaderamente. Estaba feliz. Más tarde abrí la Biblia y no entendí nada, me acordé de lo que me dijo aquel hombre en la plaza y dije a Dios; ¨Soy como un niño enséname tu palabra¨. No esperaba ninguna respuesta en ese momento, pero esta vez fue Él quien me dijo que abriera el librito, hice lo mismo que antes y estaba escrito:

No seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar. 1Corintios 14:20.

Así Dios empezó a hablarme por su palabra, ya no cerraba los ojos, solo encontraba la respuesta en el versículo que Dios me daba por su misericordia. Cuando él quiere no cuando yo quiero, yo no puedo hacer nada, a veces él lo hace sin que yo pida una respuesta. He tenido muchas experiencias en ese sentido, Dios me está hablando de esa forma. Pero un día, esperando la biopsia, habiendo serios síntomas de un probable cáncer de próstata, y con la sensación de estar en peligro mi vida, Dios me hablo que me iba a sanar. El momento era tan peligroso para mí, que salí de la casa como angustiado, me sentía todavía inseguro de la respuesta que Dios me había dado. Empecé a dudar, para mí fue fácil estar seguro que Dios me hablaba por su palabra, pero ahora que estaba en juego mi vida, no me sentía seguro. Era mucho lo que había en juego y quería estar más seguro. Iba al mercado, vi la Biblia que estaba en la puerta del carro, la abrí como hacía siempre y estaba; “Yo soy el que habla contigo”. Dios me habla no porque yo sea especial, al contrario soy como dice el apóstol, un abortivo lo último de sus hijos, y aun así Dios habla conmigo, lo hace con todos sus hijos.

Ingrid Flores García

  Estados Unidos

Estaba frustrada y mi corazón se endureció pero a través del evangelio de Juan, Dios me enseñó su gracia en mí.

Aliana Lisnet Hernández Rodríguez

  Cuba

En marzo del año 2013 me encontraba cursando el 5º año de carrera en la especialidad de informática y presenté un arrastre de una asignatura del curso programación 5 y en aquellos días era una persona que adoraba ídolos y tenia collares y cosas así, relacionadas con la santería. Pero esta situación que presentaba con esta asignatura me llevo a ver que un compañero mio que hoy es mi esposo le oraba todas las noches a un tal Dios que en aquel entonces también el lo poseía en un Imagen. Pero miren lo que hace Jehová , comencé a dejar de pedirle a los supuestos santos que tenia que me ayudaran aprobar aquel examen y comencé a orarle a un Dios que había visto en la persona que dormía conmigo en aquel entonces mi novio o marinovio como se dice hoy en dia. Pero así lo hice comencé a pedirle a Dios y miren lo que le dije si tú existes ayúdame a aprobar esa prueba por la via que fuera. Luego de aprobar aquel examen que hice, en mi interior le había dicho a Dios que si aprobaba comenzaría a ir a la iglesia.Y así fue aprobé y comencé a ir pero ahí no se termina,el primer dia que fui me sentí fatal, muy mal en aquel lugar, pero como Dios nos conoce sabia que yo no rompería mi promesa y decidí ir nuevamente el la semana siguiente y dije se que me sentiré bien y asi fue me sentí como nunca me sentí en toda mi vida,pero ese dia vi algo que me impactó mucho, un bautismo, personas pasando y zambullendose y dije yo quiero eso y desde ese dia desee hacerlo.Luego todos con los que había ido a la iglesia me decían cuando tu vas a aceptar a Jesús en tu corazón y yo le decía el dia que me demuestre que existe, pero no en nadie sino en mi misma, no se que haga algo en mi .Entonces en mi tercera vez en la iglesia el 24 de marzo del año 2013 se celebraba para aquel entonces en aquella iglesia el dia de la resurrección de Jesucristo y todo comenzó cuando empezó el servicio, ese dia una muchacha comenzó a cantar una canción de Cristal Lewis, Cristo yo creo en ti y aunque mis ojos no podan tocar tu rostro señor se que estas aqui, etc .Esta canción para mi en aquel momento fue extensa y comencé a experimentar algo fabuloso en mi cuerpo comencé a llorar y quería parar y no podía, mi vida comencé a verla como una película de cine hacia atrás, todo lo que había hecho en ella que no le agrada a Dios y decirles que yo siempre tenia en mi corazón un vacío que sentía que no se ocupaba con nada y ese dia senti como mi vida cambio asi de la nada en cuestiones de segundos,entonces cuando hicieron el llamado de fe, pasé de primera al altar porque ese dia Dios toco mi vida y de que manera.Cuando llegue a mi escuela ese dia comencé a experimentar cosas dentro de mi inexplicables le dije a mi novio que había aceptado a Jesús y que desde es día quería hacer lo que a el le agradaba,comencé con decirle que nuestra relación se terminaba y que tenia en camino de su vida libre para irse, que si el que quería esperar podía hacerlo, pero que no me acostaría mas con el hasta que no fuera mi esposo y esperó y luego de 3 meses nos casamos, usaba ropa corta y no me la pude poner mas porque me sentía desnuda fue algo maravilloso en mi vida.Y asi fui teniendo experiencias con Dios maravillosas las cuales desearía que hoy pudiera tener porque la vida de un cristiano no se vive con las cosas que pasaron sino con las que dia a dia debemos tener con Dios,espero pronto la visita de mi padre celestial, para que asi pueda renovarme y pueda yo nacer de nuevo para poder ver su reino.Que el Señor le bendiga abundantemente este dia y recuerde nunca se conforme con su condición espiritual haga lo posible por pedirle a Dios que lo transforme día a día. Amen

Roberto David Perez Cortez

  México

Fue en el año de 1999, a finales, en la cárcel del condado de Los Ángeles, California, E.U donde el Señor a través de su siervo el pastor Norberto Fachetti originario de Argentina empezó a quebrantar mi corazón, después de haber vivido una vida desenfrenada en drogas y alcohol creciendo en las calles de Los Angeles California, al fin mi pecado me alcanzó y fui sentenciado a 10 años en prisión por un delito grave, pero Dios tuvo misericordia de mi y no solo me sostuvo dentro de las distintas prisiones a las que fui enviado si no que me dio una segunda oportunidad para servirle, lo que debió de haber sido un momento trágico en mi vida Dios lo volvió el momento mas hermoso de mi vida ya que fui sacado de la vida de pecado que llevaba y lavado por la preciosa Sangre de Cristo...gloria a Dios por tan grande Salvación!!

Kelvin Ortiz

  Puerto Rico

Dios les bendiga !!mi testimonio quizás no sea muy impactante pero con el tiempo, me he dado cuenta que somos herramientas en la manos de Dios. Cada cual tiene sus funciones y como las herramientas que son para funciones únicas.

Yo era un hombre que lo tuve todo, carros nuevos y caros!! con solo 20 años de edad, y mi pasión era jugar baseball era lo único que me gustaba y me apasionaba ,todo los días estaba practicando , cuando me invitaban para la iglesia siempre dije que no, un día un amigo me invitó y pasé para la oración y cuando salí estaba mirando algo extraño y mis ojos no podían ver , veía nublado ,estuve 2 dias sin hablar malo era algo en mi que no entendía. yo siempre fui temeroso a Dios , aun cuando llegaba embriagado siempre oraba antes de acostarme y si no lo hacía me sentía incompleto, una vez jugando baseball me fue super mal la mitad de la temporada y estuve frustrado por lo fuerte que practicaba y los resultados eran contrarios , llegué a causarle daños a mi carro, después del juego por la frustración, pero un día fui a practicar con un amigo y en ese parque estaban dando un culto al aire libre. La realidad es que no le presté atención.Recuerdo que ya estaba terminando de practicar cuando empiezo a sentir mi corazón fuerte, mi vista nublada, pensaba que era algo de cansancio cuando mi audición se me fue y sólo escuchaba lo que salía por las bocinas " Por más que lo intentes, si no me tienes en tu corazón no vas para ningún lado ". En mi mente dije: voy para ese lugar y de momento dice : " Ven, y escapa de las garras del infierno y da gloria a Dios ".

Angelica Caiza

  España

Dios me alcanzó cuando era una niña, por medio de mi madre, que Dios la curó milagrosamente. Fue mi madre quien nos llevó a los caminos del Señor y hasta aquí, me ha sostenido fiel en su camino. Le sirvo de maestra en la escuela dominical en la iglesia local. ... Que Dios les bendiga.

Francisco J Zurita R

  México

Dios me ha sacado de un mundo de homosexualidad , transexualidad y drogas, gracias a su misericordia ahora soy una nueva persona en Cristo y doy testimonio de su poder, amén. Tengo 49 años y 3 años viviendo una nueva vida.