Estudio bíblico de Joel 2:1-4

Joel 2:1-4

Hacia el final de nuestro programa anterior, en el capítulo 1, versículo 15, entramos en la división de este libro que hemos titulado "Mirando al día del Señor" (como un preludio), que se extiende hasta este capítulo 2, versículo 32. Después de leer el versículo 16, destacamos lo siguiente. De estas palabras se desprende que ya no había más alegría en la casa de Dios. Y pensamos que esa es una de las características que predominan hoy en algunos círculos cristianos. Uno puede ver este estado de ánimo bastante generalizado cuando tiene oportunidad de visitar muchas iglesias en diferentes lugares. Puede percibirse un espíritu de expectativa frente a un mensaje o un estudio Bíblico, pero ni en el rostro de las personas ni en el ambiente en general, se observa una expresión de alegría. Casi podemos decir que se refleja como una sombra de tristeza por parte de algunos, y de aparente indiferencia en otros. Incluso algunos predicadores tratan de que sus primeras palabras ante un grupo de cristianos tengan un sentido humorístico para romper el hielo y crear un ambiente cálido y favorable. Esto fue lo que sucedió en Israel en los tiempos de este profeta, pues la alegría se había desvanecido en aquel pueblo. En ese estado nos encontramos nosotros hoy, a pesar de contar con mayores medios y ventajas. En la reunión del pueblo de Dios muchas veces se echa de menos la alegría.

Después de leer el versículo 16 continuamos viendo una dramática descripción de los efectos destructivos de la plaga de langostas. Nos dice el texto que la semilla se había podrido debajo de los terrones o en el surco de tierra. O sea, que la semilla ni siquiera pudo continuar su desarrollo, porque las langostas habían roído los brotes, incluyendo la parte que penetraba en la tierra. Así que los graneros no pudieron ser llenados.

Y en los versículos 18 al 20, se nos detallaron los alcances de esta plaga sobre todo el orden creado. Aquí vemos que el mundo animal también sufrió la plaga. Y todos los seres, humanos y animales, estaban sufriendo una gran hambruna. Por otra parte, las langostas dejaron al campo en un estado, que pareció como si un incendio hubiera arrasado la zona, acabando con toda forma de vida. Aquella época fue terrible y peligrosa para la vida de aquel pueblo. Se enfatizó el hecho de las consecuencias que tuvo que sufrir el mundo animal al ser afectado por la plaga ---tanto los animales y aves de corral como los animales salvajes que vivían fuera, en los bosques. Resulta dramática la descripción de esta escena en la que hasta los animales clamaban a Dios. Así que, en aquel tiempo, esta plaga fue un juicio, un castigo que cayó sobre todas las formas de vida de aquella tierra. Este panorama de desolación y sufrimiento se convirtió en una figura ilustrativa del "día del Señor", que desde el futuro se aproxima.

Así es que continuamos hoy, amigo oyente, nuestro recorrido por un nuevo capítulo del libro del profeta Joel. Llegamos al

Joel 2

En este capítulo el profeta continuó hablando del preludio que comenzó en el capítulo anterior, así es que continuamos

Mirando al día del Señor

Recordemos que Dios había prometido al rey David un reino y este extraordinario y futuro reino se convirtió en una especie de canción lema de todos los profetas que vinieron después de David. El gran mensaje era que el reino vendría sobre esta tierra. Al leer a los profetas, vemos este tema reiterativo, ya que uno tras otro hablaron del reino con ansiedad y expectativa.

Ahora Joel, el primer profeta-escritor, dejó en claro que el "día del Señor" ---que incluiría el reino milenario--- no será todo un remanso de paz y felicidad. Antes del establecimiento del reino, a partir del cual Jesús gobernará sobre la tierra, habrá un tiempo que el Señor Jesús mismo definió como el período de la gran tribulación. Leamos a continuación el versículo 1 de este segundo capítulo de Joel:

"Tocad la trompeta en Sión y dad la alarma en mi santo monte. Tiemblen todos cuantos moran en la tierra, porque viene el día del Señor, porque está cercano"

Aquí vemos el anuncio: viene el día del Señor. Recordemos que Joel fue el primero que escribió sus profecías y él miró a través de los siglos y vio el día del Señor. Ese día comenzará con oscuridad, es decir, con juicio. Después Cristo vendrá a la tierra a establecer Su reino. El profeta Malaquías habló de él en los siguientes términos. Nacerá el sol de justicia y en sus alas traerá salvación.

Destacamos también la frase Tocad la trompeta en Sión y dad la alarma en mi santo monte. Aquí Sión el santo monte se referían a Jerusalén. El profeta dijo que ellos deberían hacer tocar la trompeta y hacer oír la alarma. Para nosotros es importante entender el significado de la trompeta. Uno debe tener un punto de vista global, es decir, una visión completa de la Biblia ante cualquier tema que se presente, de manera que podamos encajar nuestro pensamiento o idea en cualquier pasaje Bíblico y a partir de él, llegar a una inducción, es decir, que podamos extraer, a partir de cualquier pasaje Bíblico e idea el principio general que en ellos está implícito. Y entender los antecedentes nos permitirá apreciar lo que el escritor estaba diciendo.

¿Cuál fue el significado del toque de la trompeta? Del libro de Números aprendemos que cuando los hijos de Israel comenzaron su jornada a través del desierto, Dios les mandó que construyeran dos trompetas de plata y le dio a Moisés las instrucciones correspondientes como leemos en Números 10:1 y 2, que dice lo siguiente: El Señor habló a Moisés y le dijo: "Hazte dos trompetas de plata, forjadas a martillo las harás. Te servirán para convocar la congregación y para hacer mover los campamentos. Cuando los israelitas se encontraban en el desierto, Dios utilizaba esas trompetas para hacer poner en movimiento al pueblo en ese viaje tan extenso. El primer toque de trompeta era la señal para que todos se prepararan para iniciar la marcha. Después, cuando la nube se elevaba y comenzaba a desplazarse, ellos desarmaban el tabernáculo. Entonces, inmediatamente, la trompeta sonaba otra vez, Moisés y Aarón se ponían al frente de la tribu de Judá y el arca del pacto, llevada por sacerdotes, saldría por delante, con ellos. Recordemos que el pueblo de Israel estaba acampado alrededor del tabernáculo, en sus cuatro lados, tres tribus en cada lado. Ahora cada sección se ponía en movimiento por turno, señalado por el sonido de las trompetas. En realidad, para poner en marcha a la totalidad del campamento, las trompetas eran tocadas en siete ocasiones diferentes.

Cuando uno llega a leer el libro de Apocalipsis, último libro de la Biblia, encontramos nuevamente el toque de las trompetas. Aunque algunos expositores Bíblicos creen que este toque tendrá lugar en relación con la iglesia, creemos que no habrá toques de trompeta para la iglesia. Tales expositores Bíblicos se basan en la primera epístola a los Corintios, capítulo 15, versículos 51 y 52, donde dice: Os digo un misterio: No todos moriremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Ahora, ¿a qué se refiere en este pasaje la final trompeta? Bueno, los citados teólogos y expositores Bíblico tratan de identificar esta trompeta con la séptima trompeta de Apocalipsis. Pero no hay nada que sugiera que es esa trompeta sea la misma. Nosotros creemos que el sonido de la trompeta mencionado en relación con el arrebatamiento de la iglesia será el sonido de Cristo mismo, como leemos en la primera carta a los Tesalonicenses, capítulo 4, versículo 16, que dice: 16El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero. Creemos que lo que este pasaje dice es que su voz sonará con la potencia y sonido diáfano de una trompeta. En este sentido, usted puede leer junto con nosotros en el libro de Apocalipsis, capítulo 1, versículo 10. Allí encontramos a Juan en la isla de Patmos, y él tuvo una visión que describió de esta manera: Estando yo en el Espíritu en el día del Señor oí detrás de mí una gran voz como de trompeta. Prestemos atención a esta significativa comparación de la voz del Señor con el sonido de una trompeta? Y continuó diciendo el apóstol Juan que esa voz decía Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último.... Y en el versículo 12 de ese mismo capítulo añadió el apóstol: Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo. ¿Y qué fue lo que él vio? Pues a Cristo glorificado. O sea, que el sonido de trompeta en el momento del arrebatamiento de la iglesia, será el sonido del llamado personal del Señor Jesucristo. Es significativo también observar otras comparaciones que vemos en el pasaje del arrebatamiento de la iglesia, que hemos leído en 1 Tesalonicenses capítulo 4, versículo 16, donde Pablo dijo: Porque el Señor mismo con voz de mando. Está claro que Él vendrá personalmente. Él es quien hará oír la voz de mando. Y después dijo el apóstol; Con voz de arcángel. Simplemente dice aquí que su voz será como la de un arcángel. Su voz, por Su majestad, Su dignidad y autoridad, será como la voz de un arcángel. Está claro que también ésta, como en el caso de la trompeta, constituye una comparación. Él no necesitará a ningún arcángel a la hora de efectuar en persona su llamado a la iglesia.

Las siete trompetas del Apocalipsis no tienen nada que ver con la iglesia. En ese tiempo, la iglesia ya habrá sido completada y habrá sido recogida de este mundo. Las siete trompetas son identificadas con la nación de Israel, tal como había siete toques de trompeta en la marcha por el desierto; fueron una manera de dar instrucciones al pueblo de Israel.

En Números capítulo 10, versículos 3 al 7, leemos lo siguiente: 3Cuando las toquen, toda la congregación se reunirá ante ti en la puerta del Tabernáculo de reunión. 4Pero cuando toquen solo una, entonces se congregarán ante ti los príncipes, los jefes de millares de Israel. 5Cuando toquéis alarma, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al oriente. 6Y cuando toquéis con aclamaciones la segunda vez, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al sur; con aclamaciones tocarán para sus partidas. 7Pero para reunir la congregación tocaréis, pero no con sonidos de aclamación. Y a continuación, se dieron instrucciones para cuando estuvieran en la tierra prometida. Continuemos leyendo en este mismo capítulo de 10 de Números, en el versículo 9, que dice: 9»Cuando salgáis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os ataque, tocaréis alarma con las trompetas. Así seréis recordados por el Señor, vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos. Durante tiempos de conflictos, la trompeta llamaría a los hombres de guerra para defender a su país cuando un enemigo se acercaba.

Ahora, aquí en la profecía de Joel dice Tocad trompeta en Sión y dad la alarma en mi santo monte. ¿Por qué? Continuó diciendo el profeta Tiemblen todos cuantos moran en la tierra, porque viene el día del Señor, porque está cercano. Es que después de que el Señor haya llamado a Su iglesia para trasladarla fuera de este mundo, se volverá nuevamente a la nación de Israel, que será objeto de una persecución mundial. Este será entonces el principio del "día del Señor."

En este segundo capítulo Joel iba a mostrarnos una combinación de la plaga de langostas con la amenaza del ejército Asirio y después, miró por la avenida del tiempo proyectándose hacia el futuro, hacia el "día del Señor". Por supuesto, algunos teólogos no conservadores precisamente, dirían que este pasaje se refirió simplemente a la plaga de langostas del tiempo de Joel, y a la situación histórica local. A ellos les agradaría descartar mucho del significado de la Palabra de Dios. Por otra parte, el otro punto de vista extremo sería decir que este pasaje se refería únicamente al período de la gran tribulación.

Creemos que hay que enfatizar aquí que en esta profecía de Joel hubo una gran unión de hechos distantes en el tiempo. El desplazó su atención de la plaga de langostas al "día del Señor", que se encontraba distante en un futuro. Es oportuno recordar que la práctica de los profetas fue hablar de una situación local y después, proyectarse hacia el futuro "día del Señor", que incluirá el período de la tribulación y el reino de Cristo sobre la tierra.

La situación local fue la plaga de langostas, y el futuro cercano, el ejército Asirio que se aproximaba. En el versículo 20 de este capítulo 2 dijo Joel: al ejército del norte lo alejaré de vosotros... La plaga de langostas fue una figura del ejército Asirio que vendría del norte en aquellos tiempos, y este ejército Asirio se convertiría en una figura del enemigo que vendrá del norte en el futuro, en los últimos días. Como vimos en los capítulos 38 y 39 de Ezequiel, un ejército que provendrá del norte invadirá a Israel, e inaugurará la última mitad del período de la tribulación.

Recordemos que el "día del Señor" no será un día de 24 horas, sino un período de tiempo. El apóstol Pablo lo usó la expresión de esa manera cuando escribió en su segunda carta a los Corintios capítulo 6, versículo 2, hablando de la época de la gracia de Dios: Ahora es el tiempo aceptable, ahora es el día de salvación.

También, como hemos aclarado que este "día del Señor" es diferente al día del Señor que se refiere al primer día de la semana, tal como vemos en las referencias al primer día de la semana que encontramos en los Evangelios y en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

Joel expuso la definición de Dios que condicionaría y limitaría a los profetas que hablaran en el futuro. Después de esta profecía, todos harían mención de este período. Resulta interesante comprobar que en ningún caso se contradijeron entre sí, aun cuando algunos de los profetas no supieron lo que los otros estaban profetizando. Continuemos leyendo el versículo 2 de este segundo capítulo de Joel:

"Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra. Como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en los años de muchas generaciones."

Este fue el mismo período del cual Jesús dijo, en Mateo capítulo 24, versículo 21: 21porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Como hemos destacado en un programa anterior, la gran tribulación inaugurará el "día del Señor", porque esa era la forma en que comienza el día Hebreo; éste da comienzo con el atardecer y el principio de la oscuridad. Creemos que cuando la plaga de langostas vino sobre la tierra, estos insectos oscurecieron el cielo, debido a la enorme cantidad de langostas. Y el "día del Señor" comenzará con oscuridad. Y dice el versículo 3 de este segundo capítulo:

"Delante de él consumirá el fuego; detrás de él abrasará la llama. Como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; nadie habrá que de él escape."

Antes que llegara la plaga de langostas, la tierra tenía el aspecto del huerto del Edén. Todo se veía verde, con un follaje exuberante. La tierra ofrecía un hermoso paisaje. Después que las langostas se retiraron, no se pudo ver ni un rincón verde. Pareció como si un incendio voraz hubiera asolado esa tierra.

El "día del Señor" será igual en el sentido en que será un tiempo de destrucción. Cuando los cuatro jinetes del Apocalipsis cabalguen por el mundo habrá guerra, hambre y muerte. De acuerdo con la profecía de este último libro de la Biblia, de un solo golpe, una cuarta parte de la población será aniquilada, y en otro momento, una tercera parte de la población será destruida. Continúa diciendo el versículo 4:

"Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo correrán."

Como hemos dicho en otra ocasión, la cabeza de una langosta se parece a la cabeza de un caballo, y es interesante que la palabra italiana para langosta significa "caballo pequeño". Uno de los significados de la palabra alemana significa "caballo del heno". Así como el caballo come el heno, las langostas comen toda la vegetación verde. El profeta Joel estaba describiendo la plaga de langostas, y estaba comenzando a aplicarla al futuro "día del Señor."

Bueno, estimado oyente, debemos poner por hoy punto final. En nuestro próximo programa continuaremos nuestro recorrido por la profecía de Joel avanzando por este capítulo 2, así que como esperamos contar con su compañía, le sugerimos que continúe leyendo este capítulo 2, para familiarizarse con este texto Bíblico.

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