Estudio bíblico de Colosenses 3:22-4:18

Colosenses 3:22-4:18

Y ya que hemos resucitado espiritualmente con Cristo, tenemos que buscar las cosas de arriba, las cosas celestiales, donde se encuentra Cristo, a la derecha de Dios. Hemos visto que esta realidad nos lleva a vivir una vida de santidad personal. En el versículo 12 encontramos que también nos conduce a practicar la santidad en nuestra relación con otros; de esta forma, los versículos 18-21 tratan el tema de la santidad en el hogar; y los versículos 22-25 hablan de la santidad en el trabajo. Y así, la vida cristiana consiste en vivir la plenitud de Cristo en nuestra conducta en el hogar, en nuestra profesión y en nuestras relaciones sociales.

Con respecto a la santidad en el trabajo el apóstol expuso la relación que existe en el lugar de trabajo, entre el jefe y el empleado. En el versículo 22, leemos:

"Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios."

(Este fue el consejo de Pablo en una sociedad que aceptaba la esclavitud. Nosotros aplicamos los principios generales de fidelidad y respeto, que son válidos para cualquier época.) Esta es una expresión particular de Pablo en sus escritos: no sirviendo al ojo que otras versiones traducen "no para ser vistos" o "no solo cuando ellos os estén mirando", también contiene la idea de que uno no debe trabajar con la mirada puesta en el reloj. Más bien, debe mantener su mirada en Cristo; porque es a Él a quien está sirviendo. Esa es la forma en la que habría que afrontar el trabajo.

(Muchos cristianos hablan de su dedicación al Señor y de sus deseos de servirle, pero son perezosos. Con toda sinceridad, si usted es perezoso en su trabajo, usted no está dedicado, consagrado a Jesucristo. )

Pablo había reducido la vida cristiana al mínimo común denominador. El tenía una meta simple, como lo expresó en Filipenses 3:13 y 14: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, 14prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. El tenía su mirada, su mente, su corazón y la totalidad de sus afectos concentrados en Jesucristo.

Y terminó el versículo 22 diciendo: con corazón sincero, temiendo a Dios. La idea aquí era no temer al jefe terrenal, sino a Dios. Ahora, en el versículo 23 leemos:

"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres"

Cuando Pablo dijo "de corazón" quiso decir desde lo más profundo, desde al alma. Si usted no puede hacer algo con entusiasmo para el Señor Jesucristo, indiferentemente de lo que sea, no debe estar haciéndolo. Esto se aplica a todo lo que usted haga. (Y, si usted no puede ni siquiera ir a la Iglesia con entusiasmo, entonces, ¿qué provecho recibe con ir?)

Y añadió Pablo como para el Señor y no para los hombres. Nuestro objetivo no debe ser agradar a las personas. Y el versículo 24 dice:

"Sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís."

Puede que usted no tenga que rendir cuentas a su jefe. Que él no sepa si usted cumple bien con su trabajo. Pero el Señor Jesús ve y usted tendrá que responder ante Él. Usted está unido a Él, le pertenece a Él. Por lo tanto, tendrá que dar cuenta de su vida ante Él

Ya que representamos al Señor Jesús aquí en la tierra, Él pide que sus representantes sean hallados fieles. Hay muchos cristianos humildes, muy poco o nada conocidos, que han sido fieles en su trabajo, fieles a sus jefes, a su iglesia, a su pastor, y a sus familias. Muy pocos saben de ellos. Pero el Señor los conoce. Y ellos recibirán una recompensa. Creo que usted y yo vamos a recibir una sorpresa por la recompensa que van a recibir.

Y el apóstol añadió porque al Señor servís. Esto añade un aspecto diferente al tema del servicio cristiano aquí. Hay muchas personas perezosas en la obra del Señor. Tenemos que recordar que servimos al Señor Jesús, y vamos que dar cuenta ante Él, de cómo hemos usado el tiempo. Y, el versículo 25 dice:

"Pero el que actúa con injusticia recibirá la injusticia que haya cometido, porque no hay acepción de personas."

Él va a enderezar todo lo que existe en su vida y en la mía, aquello que nosotros no hemos enderezado aquí. Eso es lo que quiere decir este versículo. Todos seremos juzgados de la misma manera. El juzga con imparcialidad. No actúa con favoritismo.

Amigo oyente, nosotros estamos unidos a un Cristo viviente. Yo no lo puedo lograr por mis propias fuerzas. Pero Él dijo que me va a ayudar. Solo el Espíritu Santo actuando en nosotros puede hacer frente a esta elevado llamado divino. El quiere que le reflejemos en cada relación que tengamos aquí. Ahora, llegamos al

Capítulo 4

Estamos en la sección de esta epístola que trata sobre la santidad en el trabajo, en el lugar donde desarrollamos nuestra profesión. El capítulo 3 concluyó con exhortaciones a empleados y jefes. El capítulo 4 continuará con exhortaciones a los jefes o empresarios. Leamos entonces el versículo 1:

"Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros esclavos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos."

Ya dijimos que este fue el consejo de Pablo en una sociedad que aceptaba la esclavitud. Nosotros aplicamos los principios generales de fidelidad y respeto, que son válidos para cualquier época.

Recto puede traducirse aquí como equitativo. La idea no es de rebajar sino de elevar al mismo nivel. El jefe tiene que actuar con justicia con su empleado.

Y continúa el versículo: sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos. El jefe algún día se presentará delante de Cristo. Cada jefe, y cada empleado, se presentarán ante Dios. Esto nos muestra que el evangelio debe llegar a todos los aspectos de nuestra vida diaria, al nivel en que vivimos y actuamos. En este caso, penetra con nosotros en nuestro lugar de trabajo, en una oficina, o en una fábrica. Y cualquier cosa que hagamos, hemos de hacerla como para el Señor, porque los que somos hijos Suyos, algún día tendremos que rendirle cuentas.

Ahora en los versículos siguientes el apóstol presentó tres áreas más de conducta cristiana que son importantes. Ellas son la oración, nuestra vida pública y la conversación.

Leamos entonces el versículo 2 de este cuarto capítulo de Colosenses:

"Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias."

Estas dos palabras van juntas: perseverad y orad. Y son muy importantes. Recordemos la experiencia de Nehemías. Cuando el enemigo trató de detenerle cuando estaba reedificando los muros de Jerusalén; él no se dio por vencido ni clamó diciendo que no podía continuar con la tarea. Ni dijo simplemente: "Bueno, haremos de esto un asunto de oración y continuaremos como hasta ahora". No. En el libro de Nehemías 4:9 vemos que dijo: entonces oramos a nuestro Dios, y por culpa de ellos montamos guardia contra ellos de día y de noche. Y esto es lo que Pablo nos estaba diciendo aquí, velad y orad.

En cierta ocasión un predicador dijo que cuándo un agricultor ora pidiendo una buena cosecha, Dios espera que él diga "amén" con un azadón en su mano. Y si usted está orando acerca de alguna cosa, entonces, usted tiene que ocuparse activamente en aquello por lo cual está orando. Es como una espera activa a la respuesta de Dios.

Y este versículo concluye con acciones de gracias. Debemos expresarle a Dios siempre nuestro agradecimiento, porque Él oye y contesta la oración. Quizás no será la respuesta que esperábamos, pero Él responde.

Luego, él dijo aquí en los versículos 3 y 4:

"Orad también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo dé a conocer anunciándolo como es debido."

Pablo dijo: Orando también al mismo tiempo por nosotros. Pablo rogó que no se olvidaran de orar por él. Y el apóstol continuó diciendo para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual estoy preso. Recordemos que Pablo se encontraba en la prisión cuando escribió estas palabras. Él quería ser liberado y salir por una puerta abierta para poder continuar predicando el evangelio.

Nosotros consideramos cada aspecto de nuestro ministerio como una puerta, y le pedimos a Dios que mantenga las puertas abiertas. Y Él ha prometido que lo hará. El versículo que hemos escogido como lema para nuestro ministerio se encuentra en Apocalipsis 3:8 y dice: he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar, pues aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre. La verdad es que Él ha puesto muchas puertas abiertas ante nosotros, y le pedimos que nos abra aún más. Continuemos leyendo el versículo 5 de este cuarto capítulo de Colosenses:

"Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo."

Este es un consejo muy significativo. Andad sabiamente. El hijo de Dios tiene hoy una responsabilidad ante el mundo. Como hijos de Dios no debemos ser imprudentes.

Y a ese consejo le sigue uno muy práctico, aprovechando bien el tiempo. Esté usted pendiente de las oportunidades y cuando surge alguna, tiene que orar para que el Señor le guíe. No imponga su presencia a nadie. Simplemente ore y pídale al Señor que le abra la puerta, y Él la abrirá. Quisiéramos tener más tiempo para poder contarle hoy, cómo el Señor no solo en mi vida, sino en la de muchos otros lo ha hecho así. Así que, deje que Él abra la puerta, antes de actuar precipitadamente y cometer un error. Hay que orar mucho antes de cruzar por una puerta abierta. Y continuó diciendo el versículo 6,

"Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno."

Otra versión traduce: "Que vuestra conversación sea siempre amena y de buen gusto". Hay muchas personas a quienes, como sucede con la comida, se les pasa el punto de sal y realmente hieren a los demás con sus observaciones sarcásticas. Recordemos el consejo: que se una conversación con gracia, sazonada como con sal. Un hijo de Dios debería tener una conversación que disuade del mal, que lo impide, en vez de promoverlo. Creemos que este versículo también significa que un cristiano no debería ser aburrido. Deberíamos ser entusiastas. Y el consejo tiene un buen motivo; dijo Pablo, para que sepáis como debéis responder a cada uno.

Y llegamos ahora una última sección que hemos titulado

Cordialidad en el compañerismo de los creyentes

Ahora llegamos a una destacada lista de nombres de personas a quien Pablo conoció. Fueron hombres y mujeres que vivieron en el primer siglo. Viajaron por los caminos romanos, vivieron en las ciudades romanas, y estuvieron bajo el gobierno romano. Se encontraban en medio de una sociedad pagana, pero eran hijos de Dios.

Muchos de ellos vivieron en Éfeso. Cuando uno puede visitar ese lugar puede subir a un teatro al aire libre, sentarse en la parte más elevada y desde allí puede observar un magnífico boulevard de mármol. Ese era un camino que llevaba directamente al puerto que existía en aquél día. Y uno se pone a pensar y se imagina que por ese boulevard habría podido ver acercarse al Apóstol Pablo. Allí estarían también Tíquico, Onésimo, Aristarco y Epafras, Todos ellos eran cristianos. Eran los hombres de Dios en aquel lejano primer siglo.

Lo interesante de todo esto es que Pablo nunca había estado en Roma, ni había estado en Colosas. Y, sin embargo, él nos dio una lista de personas que él había conocido, y muchos de ellos provenían de esas dos ciudades. Esto nos revela que Pablo había guiado a muchas personas a Cristo, que regresaron a sus hogares en ciudades a las cuales él nunca había logrado visitar directa o personalmente. Verdaderamente, su ministerio fue un ministerio trascendental y de gran alcance. Bien, examinemos entonces la lista de estas personas. Y lo haremos rápidamente. Leamos los versículos 7 y 8:

"Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor. Os lo he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere y conforte vuestros corazones."

Tíquico era el pastor de la iglesia de Efeso. (Fue mencionado en Efesios 6:21, Hechos 20:4 y en 2 Timoteo 4:12.) Fue un destacado hermano en la fe. Y continúa diciendo el versículo 9:

"Lo acompaña Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os lo harán saber."

Onésimo era un esclavo de Filemón en Colosas. Había huido de su amo, había sido guiado al Señor por medio del ministerio de Pablo, y estaba en aquel momento siendo enviado por Pablo de regreso a su amo. Pablo le escribió una carta a Filemón, cuando envió de regreso a Onésimo, y le dijo a Filemón que Onésimo era su "amado hermano". En aquel incidente podemos ver que había una nueva relación en Cristo. Porque el amo y el esclavo eran entonces hermanos en Cristo Jesús. Luego, en el versículo 10, leemos:

"Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda; y también Marcos, el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido instrucciones; si va a visitaros, recibidlo."

Aristarco era un amigo de Pablo y compañero en la prisión

Luego, se mencionó a Marcos el sobrino de Bernabé (hijo de su hermana). El fue el autor del Evangelio de Marcos. Recordemos que Marcos había dejado a Pablo y a Bernabé en su primer viaje misionero y, a causa de ello, Pablo no quiso llevarlo en el segundo viaje misionero. Pablo se equivocó al juzgar a Juan Marcos. Este terminó saliendo bien y Pablo aquí lo reconoció. Y así, Pablo les dio a los Colosenses las siguientes instrucciones, en el v. 10: Os saluda Marcos, el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido instrucciones; si va a visitaros, recibidle. Y posteriormente, Pablo mencionó a Juan Marcos en su segunda carta a Timoteo 4:11, diciendo: Toma a Marcos y tráelo contigo, porque me es útil para el ministerio. Continuemos leyendo el versículo 11:

"También os saluda Jesús, el que es llamado Justo. Estos son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Dios, y han sido para mí un consuelo."

En la listo luego se mencionó a Jesús, llamado Justo, que equivalía a Josué en el idioma hebreo. El ser de la circuncisión indicaba que era judío. Esto nos muestra que había algunos israelitas, judíos, en la iglesia de Colosas. Sin embargo, no eran muchos; la mayoría en esa iglesia no eran judíos. Estos hombres eran eficaces colaboradores de Pablo y, ellos mismos, grandes misioneros. Y dice el versículo 12:

"Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo. Él siempre ruega encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere."

Epafras era el pastor de Colosas. Pero en ese momento se encontraba en la prisión, así que entonces tenía un nuevo ministerio. El ministerio de la oración. Cuando Dios le retira a uno del ministerio activo, puede orar por los siervos de Dios. Y continúa diciendo el versículo 13:

"De él doy testimonio de que se preocupa mucho por vosotros, por los que están en Laodicea y los que están en Hierápolis."

Estas tres ciudades se encontraban muy cerca la una de las otras, a pocos k. Hierápolis y Laodicea se encontraban a unos 10 kilómetros, y ambas, a unos 15 kilómetros de Colosas. Y el versículo 14 nos dice:

"Os saluda Lucas, el médico amado, y Demas."

Conocemos ya a Lucas. Y, luego añadió Pablo: Y Demas. La primera vez que le mencionó lo citó como un colaborador. Aquí le llamó simplemente por su nombre. Esto podría indicar que Pablo no estaba realmente muy seguro de él en ese momento. Un poco más adelante, Demas le abandonaría. Luego, en el versículo 15, dijo Pablo:

"Saludad a los hermanos que están en Laodicea, a Ninfas y a la iglesia que está en su casa."

Estas ciudades tenían grandes templos paganos, pero los cristianos se reunían en diferentes casas. Solíamos creer y aun pensamos así, aunque hoy no lo enfatizamos tanto como antes, que la iglesia comenzó en un hogar, y que va a regresar a un hogar. Luego, en el versículo 16, leemos:

"Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros."

Aquí se mencionó una epístola para Laodicea. Pablo no dijo haber escrito esa epístola. Aparentemente, las cartas de Pablo circularon ampliamente y los cristianos de Laodiciea habían leído una de ellas. Muchos eruditos que ésta puede haber sido una referencia a la epístola a los Efesios. Pablo les estaba diciendo a los Colosenses que leyeran también esa epístola y que compartieran la de ellos con los de Laodicea. Y en el versículo 17 dijo:

"Decid a Arquipo: «Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor»."

Aquí tenemos a Arquipo, No sabemos de él más que lo que dice aquí. El tenía un don y Pablo le estaba animando a que lo usara. Leamos ahora el versículo 18:

"Esta salutación es de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén."

Pablo acostumbraba a dictar la mayoría de sus cartas, aunque la que fue enviada a los Gálatas, al menos en una parte, la escribió él mismo. Y aquí el puso su firma a esta. Carta que había dictado.

Esta fue la segunda vez que Pablo dijo: Acordaos de mis prisiones. Les estaba pidiendo que oraran por él.

Y finalmente les dijo: La gracia sea con vosotros. Amén. ¿No ha sido esta breve carta, sublime y práctica? Pablo escribió a una Iglesia, que él nunca había visitado, pero conocía a muchas personas a quienes había guiado al conocimiento del Señor Jesucristo.

Y aquí, amigo oyente, concluimos nuestro estudio de esta gran epístola a los Colosenses. Dios mediante, en nuestro próximo programa, volveremos al Antiguo Testamento para iniciar nuestro estudio del libro de Isaías, y le invitamos a que nos acompañe. Al despedirnos, dejamos con usted estas palabras del Apóstol Pablo: Perseverad en la oración, velando en ella con agradecimiento.

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