Estudio bíblico de Isaías 27:1-28:4

Isaías 27:1-28:4

En nuestro programa anterior, al iniciar el capítulo 25, dijimos que después de la Gran Tribulación, el Señor Jesucristo vendrá y establecerá Su reino. Los capítulos 25 y 26 nos introducen en la época del Reino. Con la llegada del Rey se establecerá el Reino de los Cielos en la tierra. Este evento ha sido predicho por todo el Antiguo Testamento. Y cuando Juan el Bautista comenzó su ministerio, su mensaje fue: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. (Mateo 3:2) Después, el Señor Jesucristo proclamó ese mensaje cuando dijo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. (Mateo 4:17)

Pero el Señor fue rechazado como Rey. Y no hay reino sin un rey. Cuando él fue rechazado como Rey, pudo decir a los individuos, en Mateo 11:28: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Y esa invitación, estimado oyente, todavía está vigente. Ese es un mensaje que debe ser enviado a todas las personas hoy, pidiéndoles que ejerciten su libre voluntad. Lo sepa o no lo sepa, usted está tomando hoy una decisión. Usted Le está aceptando, o rechazando. En este tema no hay un punto neutral. El Señor dijo en Mateo 12:30, El que no está conmigo, está contra mí.

El capítulo 26 continuó con el tema del reino, también en forma de una canción. Esa canción revela las perspectivas futuras y será cantada en Judá. Esa canción tampoco revela la experiencia actual de los israelitas. Por ello hemos enfatizado que el regreso actual de Israel a Palestina no constituye un cumplimiento de la profecía.

También dijimos que en la Gran Tribulación la nación de Israel se parecía a la mujer en el momento de dar a luz, porque sus sufrimientos eran tan intensos. El capítulo 26, incluyó una nota de triunfo en el versículo 19, anunciando la victoria futura sobre la muerte, y la esperanza de la resurrección para disfrutar las bendiciones del reino.

Ahora, llegamos al

Capítulo 27

En este capítulo de Isaías concluye la triple y hermosa canción en cuanto al reino. Recordemos que ya tuvimos las otras canciones en los capítulos 25 y 26. Aquí concluye el tema de la llegada del reino. En los primeros 6 versículos, encontramos el cántico de la viña. Los versículos 7 al 11 nos dan el castigo de Israel y de sus enemigos. Y ese tema se presenta en contraste. Luego leeremos en los versículos 12 y 13 acerca del regreso seguro de Israel a la tierra prometida. Leamos entonces el versículo 1, que inicia

La canción de la viña

"En aquel día el Señor castigará con su espada dura, grande y fuerte a Leviatán, la serpiente veloz, a Leviatán, la serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar."

La frase en aquel día nos proyecta inmediatamente hacia el futuro. Como ya hemos dicho, "aquel día" es una expresión técnica que se refiere al día del Señor. Es un día que comenzará como lo hacía el día hebreo, con el atardecer, que corresponde a la época de la Gran Tribulación, y continúa con el reino milenario. Y personalmente creemos que continúa hasta la eternidad, ya que será un amanecer que no concluirá jamás.

Luego dice el Señor castigará con su espada dura, grande y fuerte. La espada del Señor es la Palabra de Dios. Al describir la llegada del Señor Jesús, Apocalipsis 1:16 dice: 16En su diestra tenía siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos y su rostro era como el sol cuando resplandece con toda su fuerza. Y con esa espada castigará a las naciones. Ahora, ¿se refiere esto en forma literal a una espada? Algunos preguntarán si hay que tomar literalmente lo de la espada. Bueno, uno a veces descubre que hay lenguas que son bastante afiladas. La carta a los Hebreos 4:12 nos dice: la Palabra de Dios es viva, eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos. Creemos que aquí el significado señala a la Palabra de Dios. En este versículo vemos que Su acción se lleva a cabo por medio de Su Palabra, y eso es todo lo que El necesita. Con Su Palabra Él creó todas las cosas. Y con Su Palabra, Él juzgará.

¿Y a quién va El a juzgar? Dice aquí a Leviatán, la serpiente huidiza, a Leviatán, la serpiente tortuosa. En aquel día, al principio del reino, el Señor Jesús traerá juicio sobre la serpiente, Leviatán, que es Satanás. En Apocalipsis 20:1-3, se nos dice que Satanás será encerrado en el abismo por mil años. En Apocalipsis 12:9 leemos: 9Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él. Y el libro de Job 41:15 dice de él: Sus fuertes escamas son su orgullo. Las escamas están para su protección, y Satanás piensa que es invulnerable, que no puede ser tocado. Este es su orgullo. Tal como lo entendemos, él no se da cuenta de que, incluso hoy, él puede ser juzgado. Probablemente cree que él está más allá del juicio del Dios Todopoderoso.

Hoy hay muchísima gente que cree que no habrá un juicio en el futuro. Se ríen de esta idea. Estimado oyente, esa forma de pensar se parece a la de Satanás.

El profesor Delitzsch ha sugerido que "la serpiente penetrante" o, literalmente, "la serpiente que vuela velozmente", representa al río Tigres y, de ese modo, a la nación de Asiria. La "serpiente tortuosa" representa el aspecto serpenteante del río Éufrates y, de esa manera, a la nación de Babilonia. El "dragón que está en el mar" representa al río Nilo y, de ese modo, a la nación de Egipto. Esta identificación no milita en contra de que "leviatán" signifique Satanás, pero reforzaría la interpretación, ya que Satanás era el poder detrás de estos reinos. Continuemos leyendo el versículo 2 de Isaías 27:

"Aquel día cantadle a la viña del vino rojo."

En realidad, creemos que el capítulo 27 comienza en el versículo 2 y que el versículo 1 pertenece al capítulo anterior. Sin embargo, este es un aspecto técnico con el cual no nos implicaremos. En este punto se produce un cambio de tema.

Comienza la frase diciendo aquel día cantadle. El relato nos lleva al milenio. Y nosotros podemos cantar con ellos.

Continúa diciendo la viña del vino rojo y esta frase nos habla de abundancia, fertilidad, generosidad y alegría. ¡Qué contraste con Isaías 5! En Isaías 5 tenemos la canción de la viña, pero allí era un canto fúnebre. La viña era Israel, y Dios la iba a castigar porque no había producido ninguna clase de fruto. Ahora, nos encontramos en el milenio, y aquí hay una abundancia de fruto. ¿Por qué? La respuesta la encontramos en el versículo 3 donde se nos dice:

"Yo, el Señor, la guardo; a cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día para que nadie la dañe."

El Señor es aquí el labrador, y nunca más dejará la viña a otros. El es el labrador que la vigila continuamente. El la vigila de día y de noche, para que ningún enemigo pueda entrar. Esto debería decir algo a aquellos que creen que Dios ha terminado con Israel. La Biblia deja bien en claro que El no ha acabado con Israel. Veamos ahora lo que nos dice el versículo 5 de Isaías 27:

"¿O se acogerá alguien a mi amparo? ¡Que haga conmigo paz!, ¡sí, que haga la paz conmigo!."

Ahora, el enemigo puede hacer la paz con Dios aun en el reino, porque Dios nunca deja de ser compasivo, misericordioso. Y le damos las gracias a Dios por ello. Él es rico en misericordia, lo cual quiere decir que la tiene en abundancia. Nosotros necesitamos mucho de Su misericordia. Y él es rico en gracia. Y vamos a descubrir que dentro de 10 millones de años que Su gracia está aun disponible para nosotros. Y la necesitaremos, aun cuando estemos en los cielos.

Continúa diciendo el versículo 5, que haga conmigo paz. Este es el único lugar de la Biblia donde incluso se sugiere que el hombre puede hacer paz con Dios en el asunto del pecado. Por supuesto, aquí tiene que ver con la obediencia al Rey, y no con la aceptación de Cristo como Salvador. El hombre no puede hacer paz con Dios en la cuestión del pecado. Dios ya la ha hecho. Romanos 5:1 dice: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Cuando usted esté listo para estar de acuerdo con Dios y confiar en El por lo que Él ha hecho por medio de Cristo en la cruz, entonces usted tendrá paz. No tendrá que esperar hasta los acontecimientos futuros que estamos considerando. Este versículo 5 de Isaías 27 no está hablando de nuestro tiempo, sino de la época del milenio.

Ahora, leamos el versículo 7, de este capítulo 27, que nos habla de

El castigo de Israel y sus enemigos

"¿Acaso ha sido herido como fue herido quien lo hirió, o ha sido muerto como fueron muertos los que lo mataron?"

Este versículo plantea una pregunta que ya ha sido parcialmente respondida aquí en el libro de Isaías. ¿Por qué juzga Dios a Israel más que a las otras naciones? Bueno, porque la luz que uno tiene crea responsabilidad. En vista del hecho de que Israel tenía más luz, entonces su pecado era más grave, y su castigo mayor. Esta nación recibió más latigazos que las naciones que la habían herido antes. Recordemos lo que Dios dijo en el libro de Amós, capítulo 3, versículo 2: A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. El castigo de Israel de parte de Dios fue algo muy severo, pero Él no destruyó a esa nación como hizo con algunas otras. En el salmo 118, versículo 18, leemos: Me castigó gravemente el Señor, pero no me entregó a la muerte. Él no permitirá que ellos sean destruidos. Volviendo ahora a Isaías, capítulo 27 que estamos estudiando, leemos el versículo 9:

"De esta manera, pues, será perdonada la iniquidad de Jacob, y este será todo el fruto del perdón de su pecado: que vuelva todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, y que no se levanten más los símbolos de Asera ni las imágenes del sol."

No fue el sufrimiento por el pecado lo que expió el pecado de Israel (llamada Jacob aquí). El pecado de Jacob fue purificado por medio de un holocausto de sangre, y el pecado de la nación será expiado por medio de la sangre de Cristo. Y así como usted y yo fuimos salvados como pecadores, de esa manera ocurrirá en aquel día. Aquellos que dicen que Dios ha terminado con Israel, posiblemente no han leído pasajes de la Biblia como éste. Leamos ahora los versículos 10 y 11 de Isaías 27:

"Porque la ciudad fortificada será desolada, la ciudad habitada será abandonada y dejada como un desierto; allí pastará el becerro, allí tendrá su majada y consumirá sus ramas. Cuando sus ramas se sequen, serán quebradas y vendrán mujeres a encenderlas. Porque aquel no es un pueblo inteligente; por tanto, su Hacedor no tendrá de él misericordia, no se compadecerá de él el que lo formó."

Sin embargo, las ciudades que Israel edificó serían destruidas como cualquier ciudad que el hombre ha construido aparte de Dios. Las grandes ruinas del mundo son el resultado del juicio del Dios Todopoderoso. ¿Por qué? Porque ellas han rechazado la luz. Y no solo rechazaron la luz, sino que también rechazaron a la persona del Hijo de Dios. Leamos a continuación los versículos 12 y 13 de este capítulo 27 de Isaías:

"Acontecerá en aquel día, que trillará el Señor desde el río Éufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno a uno. Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán al Señor en el monte santo, en Jerusalén."

Esta sección revela que Dios definitivamente intenta restaurar la nación de Israel a la tierra prometida y no pretendemos discutir con aquellos que lo niegan. Solo queremos decir lo siguiente: la cuestión no es si Israel va a ser restaurada a la tierra. La cuestión es si usted cree o no en la Palabra de Dios. Si usted cree en la Palabra de Dios, ¿qué va a hacer con un pasaje como éste? No puede espiritualizarlo, porque el profeta habló de Asiria, Egipto, Israel y Jerusalén. Estos son lugares literales. E Israel va a ser restaurada literalmente. Si usted tiene un punto de vista elevado sobre la inspiración de la Sagrada Escritura, entonces debería creer en lo que Dios dijo.

Esta profecía nunca se ha cumplido en el pasado. Su cumplimiento es aun futuro. Cuando Dios introduzca a los judíos en la tierra, Su acción será evidente. Cuando lleguen, le adorarán. Así como El nos llamó a usted y a mí, los llamará a ellos. Y no estamos viendo un cumplimiento de esta profecía del retorno de los judíos en la actualidad. Y ahora llegamos al

Capítulo 28

La invasión inmediata de Efraín por parte de Asiria, fue una figura del futuro y una advertencia para Jerusalén. Este capítulo nos introduce a una nueva sección. Las profecías que eran totalmente para el futuro fueron incluidas en los capítulos 24 al 27. Ahora, en los capítulos 28 al 35, tenemos otras profecías que tuvieron un cumplimiento local y en el pasado, y también hay algunas que se proyectan hacia el futuro y cubren el mismo período de la sección anterior. Esta nueva sección se caracteriza por tener 6 lamentos, y culmina en la gran guerra de Armagedón en el capítulo 34, seguida de los beneficios milenarios hechos realidad en la tierra, en el capítulo 35.

En el capítulo 28, que tenemos ante nosotros hay una buena ilustración de la combinación del punto de vista cercano y lejano en la profecía, de eventos pasados y futuros, de profecías locales y de cumplimiento inmediato, y de profecías generales y de cumplimiento lejano en el tiempo. Veremos lo que se ha cumplido, y lo que aun no se ha cumplido.

Ahora, el reino del norte de Israel, designado aquí por el nombre de Efraín, iba a ser pronto conducido al cautiverio bajo Asiria. Esta fue una vista anticipada de un día futuro, pero pretendía ser una advertencia dirigida al reino de Judá, el reino del sur. La primera parte se cumplió cuando Salmaneser, rey de Asiria, invadió Efraím en el año 721 A.C., derrocó al reino del norte, o de Israel, y condujo al pueblo al cautiverio.

El primer lamento fue dirigido entonces al reino del norte (Israel). Leamos el versículo 1 de este capítulo 28, que comienza a hablarnos sobre

El cautiverio inmediato de Efraim

"¡Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino!"

Ya hemos dicho que Efraím e Israel son términos sinónimos para las diez tribus del norte, también llamadas Samaria. La imagen de los ebrios aquí es tanto literal como espiritual. Se encontraban en un estado de estupor en lo que se refería a su comprensión espiritual. Y estar ebrio espiritualmente, era estar lleno de orgullo. Ahora en el versículo 2 leemos lo siguiente:

"He aquí, el Señor tiene a uno que es fuerte y poderoso: como una tormenta de granizo, como un torbellino arrasador, como el ímpetu de recias aguas que inundan."

El Asirio aquí es llamado el fuerte, es como una tormenta destructora y como un poderoso torrente de aguas. Y dicen los versículos 3 y 4 de Isaías 28:

"Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los ebrios de Efraín. Y la flor caduca de la hermosura de su gloria que está sobre la cabeza del valle fértil, será como la fruta temprana, la primera del verano, la cual, apenas la ve el que la mira, se la traga tan luego como la tiene a la mano."

El profeta nos presentó aquí este cuadro del futuro de una persona ebria. En el reino del norte se había desarrollado un elevado nivel de civilización, con sus comodidades y su belleza exterior, expresada en casas, jardines y árboles. Todo lo que uno tiene que hacer hoy para confirmar aquel progreso es ir a una colina de Samaria, uno de los lugares más hermosos de esa tierra, y ver el palacio construido por los reyes Omri y Acab. Allí es donde vivieron Jezabel y Acab. Parece que el Señor siempre les da a los malvados y a los ricos los mejores lugares para vivir. Y creemos que quizá sea una especie de compensación justa, ya que ellos no van a tener un buen lugar donde estar en la próxima existencia, en el próximo mundo. Desde allí, uno puede contemplar el mar Mediterráneo, el valle del Jordán, el monte Hermón cubierto de nieve al norte, y los muros de Jerusalén hacia el sur. No se podría uno imaginar un lugar mejor para vivir. Pero Dios juzgó a aquel pueblo del reino del norte y abatió su avanzada civilización. Sería oportuno recordar las palabras de San Pedro en su primera carta, 1:24: Toda carne es como hierba y toda la gloria del hombre como flor de la hierba; la hierba se seca y la flor se cae, mas la palabra del Señor permanece para siempre.

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