Estudio bíblico de Daniel 1:14-2:1

Daniel 1:14-2:1

Recordemos que estamos recorriendo este libro, especialmente la parte histórica, que abarca los capítulos 1 al 6, y que hemos titulado "La noche histórica con la luz profética". La segunda parte, de igual extensión, que abarca los capítulos 7 al 12, se titula "La luz profética en la noche histórica."

En los primeros cinco versículos de este capítulo 1 hemos repasado la decadencia y la caída de Jerusalén. Y en los versículos 6 al 14, hemos estado considerando la decisión de Daniel, uno de los cautivos, de ser fiel a Dios.

Ya hemos visto que la historia personal de Daniel, autor de este libro, comenzó cuando, a los 17 años, al caer Jerusalén y ser conquistada por el rey Nabucodonosor, fue llevado, junto con otros jóvenes, cautivo a Babilonia. Allí fue objeto de una educación especial del idioma, la lengua y la cultura de los caldeos. El objetivo del rey era prepararlos lo mejor posible para posteriormente poder usarlos en su servicio.

Daniel y sus compañeros fueron hechos eunucos. De esa manera, el rey pretendía lograr de estos jóvenes una docilidad mayor, una dedicación total de su vida a los estudios que se les impartirían y después, a los intereses del imperio. Pero Daniel rehusó comer de la dieta que comían los demás en el palacio real, porque algunos de los alimentos de dicha diera eran impuros para quienes, como estos jóvenes, se consideraban bajo la ley de Moisés. Quizás Daniel y los otros jóvenes hebreos eran nazareos, a quienes les estaba prohibido incluso el vino.

La Biblia nos dice que la decisión de Daniel de negarse a comer la dieta de Babilonia fue algo que se "propuso en su corazón". Y queremos comentar por un momento sobre el tema de convertir a la vida cristiana y la separación del mundo en algunas reglas breves que tienen que ver con la comida y la forma de comportarse. En esta área siempre hay una tendencia a ser dogmáticos y a prohibir ciertas cosas dudosas, cosas que en realidad son discutibles.

Así que todo comenzó en el corazón de Daniel. El no era un robot. Tenía un corazón, y sus convicciones surgieron de su corazón, de su interior. Y esa debería ser también nuestra experiencia. Nosotros estamos como prisioneros en este mundo en el cual vivimos. No podemos escapar de esta tierra. La gravedad nos mantiene en este planeta, no es posible alejarnos de él. El Señor Jesucristo mismo dijo que estamos en este mundo, pero no pertenecemos a este mundo. Y El también dijo en Mateo 6:24, No podéis servir a Dios y a las riquezas. Sin embargo, no podemos servir a Dios siguiendo un conjunto de reglas; debemos tener un propósito en nuestros corazones. Jesús dijo que de dentro del corazón humano proceden los elementos de la vida, las vivencias. Las cosas que introducimos dentro de nuestros cuerpos no son lo más importante. Daniel propuso en su corazón que él obedecería la ley de Dios que fue dada al pueblo de Dios, y éste sería su testimonio.

El jefe de los eunucos no quería obligar a estos jóvenes a que comiesen esta dieta, pero él mismo se encontraba en una situación bastante difícil. Entonces Daniel sugirió que les dieran de comer cereales y agua durante diez días, al término de los cuales comprobarían su aspecto y estado de salud y lo compararan con los demás, que habían comido de la dieta del palacio de Babilonia. De esta manera quedaría demostrada la calidad de la dieta que Daniel y los suyos querían seguir por motivo de su fidelidad a las instrucciones de la Ley de Moisés.

Dios hizo que Melzar, el encargado directo de supervisar a estos jóvenes, sintiera que debía favorecer a Daniel y mostrarle su buena voluntad. Entonces, este funcionario del rey resolvió aceptar la propuesta y realizar la prueba que Daniel había sugerido. Leamos entonces el versículo 14 de este primer capítulo de Daniel:

"Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos durante diez días."

Ahora, aquí comprobamos que el jefe de los eunucos era más bien reacio a seguir la sugerencia de Daniel, porque él había sido criado en la cultura de Babilonia y él creía que esta dieta era lo que producía sus genios. Sin embargo, él apreciaba a Daniel, y así estuvo de acuerdo en llevar a cabo esa prueba con ellos por diez días.

Leamos el versículo 15, a partir del cual veremos

El placer de Nabucodonosos ante el desarrollo de Daniel y sus tres amigos

"Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey."

La dieta de Daniel actuó a favor de ellos. Esto nos debería decir algo. Dios quiso que Su pueblo Israel fuera diferente a las naciones que lo rodeaban, pero El no les dio una dieta especial solo para lograr que fueran diferentes; aunque también estaban implicados factores de salud. Creemos firmemente que si siguiéramos la dieta establecida en el libro de Levítico, tendríamos una salud mejor y disfrutaríamos de una vida más sana que alguien que simplemente come cualquier cosa. Pero nosotros podemos comer cualquier cosa que queramos; porque no estamos bajo la ley. Hemos encontrado que este es un asunto que solo concierne a la salud. Muchas veces los médicos tienen que recomendar ciertas dietas a sus pacientes para tratar de ayudarles a que recuperen su salud de una manera más rápida. Por ejemplo, el comer cerdo, en muchos casos, no se recomienda, no por motivos religiosos, sino por cuestiones de salud. Y la dieta que Dios recomendó era muy positiva y beneficiosa para la salud, y tenía más valor que el simplemente ceremonial. Ahora, en los versículos 16 y 17 continuamos leyendo:

"Así, pues, Melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres. A estos cuatro muchachos, Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños."

De la misma manera en que Dios bendijo al rey Salomón, Dios estaba bendiciendo aquí a estos jóvenes hebreos que se encontraban en una corte extranjera. Al final, Daniel llegaría a ser el primer ministro de dos grandes imperios mundiales.

Ahora, observemos que Daniel podía entender toda visión y sueños. Daniel estaba viviendo aun en la época de la revelación, en el tiempo en que Dios usaba sueños y visiones. Nosotros creemos que en la actualidad Dios nos habla en Su Palabra. Por ello enfatizamos el valor de estudiar la Biblia.

En el caso de Daniel, Dios le habló audiblemente, porque él estaba escribiendo uno de los libros que componen las Sagradas Escrituras. Ahora, el versículo 18 del primer capítulo de Daniel nos dice:

"Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los llevaran, el jefe de los eunucos los llevó delante de Nabucodonosor."

Al fin llegó el momento en que Nabucodonosor iba a examinar el entrenamiento que les había sido impartido a los jóvenes, para comprobar si había sido la preparación adecuada. Creemos que es una equivocación el tratar de torturar a una persona y tratar de hacerle un lavado cerebral de esa manera. Hay sistemas que tratan de dominar completamente a los seres humanos, y el hombre finalmente tiene que darse por vencido porque solamente puede soportar un poco de sufrimiento. Y hay sistemas que utilizan estos métodos. Pero Nabucodonosor en su tiempo tenía otros métodos. Alimentó bien a aquellos jóvenes, les hizo pasar por pruebas, y al final los colocó en una buena posición. Y todo ello lo hizo de una forma amistosa. Esta era su filosofía, su manera de hacer amigos e influenciar a la gente. Continuemos leyendo el versículo 19 de este primer capítulo:

"El rey habló con ellos, y no se hallaron entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, permanecieron al servicio del rey."

Vemos aquí que el rey Nabucodonosor habló con aquellos cuatro jóvenes y llegó a la conclusión de que eran verdaderos genios, así que les colocó en buena posición en su reino. Y añade el versículo 20:

"En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey los consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino."

El rey, entonces, colocó a Daniel en el lugar principal. Y el versículo 21 dice:

"Así continuó Daniel hasta el año primero del rey Ciro."

Con el primer versículo de este capítulo 1 y este último versículo, podemos apreciar la duración de la vida de Daniel. El llegó a Babilonia a la edad de 17 años, y murió cuando tenía unos 90 años de edad. Así su vida se prolongó durante los 70 años del cautiverio. Aparentemente, no regresó a Israel sino que murió antes de que el pueblo saliera de Babilonia. Aunque en realidad no tenemos información ni ningún registro histórico de ello. Y así llegamos al

Daniel 2

El tema de este capítulo es el sueño de Nabucodonosor de la imagen de varios metales, y la interpretación de Daniel sobre los cuatro reinos del tiempo de las naciones no judías.

En este capítulo dos, tenemos el sueño de Nabucodonosor y la demanda que él hace de los sabios de Babilonia; eso lo vemos en los primeros 9 versículos. Luego, en los versículos 10 al 13 tenemos el decreto de Nabucodonosor de destruir a los sabios por no haberles podido interpretar ese sueño. Luego, tenemos el deseo de Daniel, de que se le diera tiempo para mostrar la interpretación al rey. Eso lo vemos en los versículos 14 al 18. Tenemos después que Daniel le describió detalladamente el sueño a Nabucodonosor, en los versículos 19 al 35. A continuación se nos presentó la definición de los cuatro imperios mundiales y su destino, interpretado por Daniel, en los versículos 36 al 43. En los versículos 44 al 49 tenemos la destrucción del poder mundial de los gentiles, y el establecimiento completo del reino de los cielos en esta tierra.

Nos encontramos en una de las grandes secciones de la Palabra de Dios, en cuanto a la profecía se refiere. La imagen de varios metales del capítulo 2, las cuatro bestias del capítulo 7 y la profecía de las 70 semanas del capítulo 9, representan para la profecía lo que el esqueleto y las costillas representan para el cuerpo humano. No se podría formar un esquema de la profecía sin estos pasajes de la Escritura del Antiguo Testamento.

Todo lo que el Señor Jesucristo dijo en Su discurso del Monte de los Olivos, estaba basado en realidad, en el libro de Daniel. En Mateo 24:3 y 15, leemos que los discípulos le preguntaron: ¿cuándo serán estas cosas y que señal habrá de tu venida y del fin del siglo? Y Él respondió: Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de la que habló el profeta Daniel...Este capítulo es, pues, muy importante en la Palabra de Dios.

La gente pregunta por todas partes: "¿hacia dónde se dirige el mundo? ¿Cómo se van a solucionar los problemas en la actualidad? Hay crisis por todas partes". Estimado oyente, los tiempos de las naciones (no judías) van a llegar a su fin. Las naciones no han realizado una buena tarea en la dirección o control del mundo. Podemos ver el principio de este estado de cosas en el libro de Daniel, y podemos llegar a ver casi el final. Sin embargo, la iglesia de Jesucristo dejará esta tierra antes de que llegue el tiempo de la plenitud de las naciones. Y cuando la iglesia sea trasladada, Cristo regresará a la tierra para reinar.

Este capítulo profético es básico para la comprensión de toda la profecía. Es por ello que continuamos insistiendo en que saber solo unos pocos versículos de la Biblia e intentar interpretarlos es una tarea arriesgada. Esta es la forma en que comienzan los cultos y sectas; usan solo ciertos versículos de la Biblia. Los que inician tales cultos entienden la historia y la naturaleza humana; conocen la necesidad de las personas de una doctrina o enseñanza que satisfaga la mente natural. Y algunas corrientes críticas de la Biblia y un énfasis únicamente social apelan a esa mente natural.

A veces nos preguntamos cómo es posible que personas que dejan de lado la ética Bíblica en su conducta personal tengan éxito al atraer a la gente con tanta facilidad. Al no guiar a las personas a un conocimiento de Cristo que les salve, iniciando así una relación con Dios, les ofrecen a las personas un cristianismo "a la carta", cómodo y carente de compromisos con Dios, Su Palabra y la iglesia misma. Tenemos que ser conscientes de que aquellos que representen realmente a Dios en el ministerio cristiano estarán en minoría.

A San Agustín, que llegó a ser un gran hombre de Dios, se le preguntó por qué había sucumbido antes a la herejía maniquea de su tiempo. El respondió que el motivo fue que era "muy completa y razonable". La aproximación filosófica usada por algunos predicadores es probablemente el planteamiento más peligroso que se pueda imaginar a la Palabra de Dios. Ellos nunca piensan recurrir a la Palabra de Dios como el fundamento y la autoridad. Más bien, quieren ofrecer la interpretación de filósofos o teólogos del pasado o del presente. Ese enfoque halaga al expositor porque parece proporcionarle una credencial de intelectualidad. Es por todo ello que enfatizamos la necesidad de un conocimiento completo de la Palabra de Dios y, en este sentido, esta sección adquiere una gran importancia para nosotros.

Leamos entonces el primer versículo del capítulo 2 de Daniel, que inicia el párrafo dedicado a

El sueño de Nabucodonosor y su petición a los sabios de Babilonia

"En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se turbó su espíritu y se le fue el sueño."

Estamos seguros este rey Nabucodonosor, que había sido elevado y exaltado a una posición muy alta, pensó acerca de este gran imperio que había llegado a existir bajo su liderazgo. En realidad, Babilonia era el primer imperio mundial. Nabucodonosor había hecho algo que los Egipcios no habían podido lograr porque Egipto era una nación autónoma, autosuficiente. El mayor error que cualquier Faraón habría podido cometer habría sido dejar el río Nilo. Simplemente se quedaban allí, y se encontraban bien protegidos: tenían una especia de muralla alrededor de ellos en la que nadie habría podido abrir una brecha, y esa muralla era el desierto. Todo lo que tenía que hacer era cuidar el Río Nilo, que constituía la única entrada a Egipto. Los Egipcios comenzaron a expandirse, pero nunca llegaron a ser lo que llamaríamos un imperio mundial, aunque influenciaron al mundo como pocas naciones han podido hacerlo.

Sin embargo, Nabucodonosor comenzó como un jefe de poca importancia y unió a varias tribus. Entonces se apoderó del imperio asirio, después de Siria, y continuó avanzando. Y venció a los Egipcios. Los Griegos habrían sido incapaces de ofrecer resistencia, pero él no hizo ningún esfuerzo por moverse en dirección a ellos. No necesitaba hacerlo, ya que en realidad estaba controlando el mundo entonces conocido. Estamos seguros que este hombre Nabucodonosor tenía que considerar estas cuestiones estratégicas y llegó a la conclusión de que tenía un imperio mundial en sus manos. Era como aquel antiguo refrán sobre asir a un león por la cola; uno no puede sujetarlo y tampoco puede soltarlo. En esa posición se encontraba Nabucodonosor, y en ese tiempo, Dios le habló.

Este hombre fue inquietado en su descanso, reflexionando sobre el futuro de este gran imperio que había creado: ¿dónde iba a terminar? ¿Sabía usted que después de 2.500 años de historia humana desde Nabucodonosor, aún nos estamos preguntando acerca de ello? Y por cierto, en este capítulo tenemos la respuesta.

Estimado oyente, debemos terminar aquí pero continuaremos con esta historia en nuestro próximo programa y le invitamos cordialmente a que nos acompañe en este estudio. Mientras tanto, le sugerimos que lea atentamente este capítulo 2 del libro de Daniel, fijándose lo más posible en los detalles e incluso, subrayando su Biblia, para estar mejor informado del contenido del mismo.

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