El primer milagro fue obrado inmediatamente después de la misión de los Doce, mientras que éste tuvo lugar durante la gira del Señor con sus discípulos por la región de Decápolis.
En la primera ocasión la multitud había estado con Jesús un día, mientras que en la segunda habían pasado tres días.
Las personas que comieron también fueron diferentes; en uno cinco mil y en el otro cuatro mil.
La provisión que tenían a mano, en la primera ocasión consistía de cinco panes y dos peces, mientras que aquí había siete panes y unos pocos pececillos.
La cantidad que sobró también fue distinta: en uno recogieron doce cestas de mimbre, y en el otro siete grandes espuertas de cuerda.
Después del primer milagro, el Señor mandó a los discípulos que subieran en la barca y emprendieran el viaje de regreso solos, mientras que aquí el Señor va con ellos a Dalmanuta.
Era una nueva evidencia para aquellos críticos que se empeñaban en cerrar sus ojos y no querían reconocer a Jesús como el Mesías de Dios.
Nos muestra que la provisión de Cristo es inagotable y siempre es suficiente para cubrir cualquier necesidad.
Notemos también que la primera multiplicación tuvo lugar entre judíos, mientras que la segunda fue en la región de Decápolis, donde la población era mayoritariamente gentil. De este hecho podemos aprender que Cristo vino a satisfacer el "hambre" tanto de los judíos como de los gentiles.
Y dada la reiterada falta de comprensión y la poca fe de los discípulos, la repetición del milagro era lógica.