1¿Por qué te jactas de tu maldad, varón prepotente? ¡El amor de Dios es constante! 2Tu lengua, como navaja afilada, trama destrucción y practica el engaño. 3Más que el bien, amas la maldad; más que la verdad, amas la mentira. Selah. 4Lengua embustera, te encanta ofender con tus palabras. 5Pero Dios te arruinará para siempre; te tomará y te arrojará de tu hogar; ¡te arrancará del mundo de los vivientes! Selah. 6Los justos verán esto, y temerán; entre burlas dirán de él: 7"¡Aquí tienen al hombre que no buscó refugio en Dios, sino que confió en su gran riqueza y se afirmó en su maldad!" 8Pero yo soy como un olivo verde que florece en la casa de Dios; yo confío en el gran amor de Dios eternamente y para siempre. 9En todo tiempo te alabaré por tus obras; en ti pondré mi esperanza en presencia de tus fieles, porque tu nombre es bueno.