Estudio bíblico de Nahum Introducción

Nahum - Introducción

Al comenzar hoy, amigo oyente, el estudio del libro del profeta Nahúm, podemos afirmar que éste se encuentra incorporado a la Palabra de Dios con un propósito muy definido. Seguramente muy pocos de nuestros oyentes habrán oído algo acerca de este libro, o escuchado alguna meditación basada en el libro de Nahúm. Reconocemos, como detalle anecdótico, que este breve libro ha sido usado por aquellos maestros que presentan profecías exageradas, por ejemplo, para decir que Nahúm profetizaba el invento del automóvil, cuando en su segundo capítulo mencionó "que los carros rodarán con estruendo por las calles". En nuestra opinión, el profeta no hizo ninguna referencia al automóvil, pero eso lo veremos más adelante, cuando nos toque estudiar el capítulo 2.

En líneas generales podemos anticipar que el libro de Nahúm contiene sólo una profecía destacada, que poco tiene que ver con la actualidad. Sabemos muy poco acerca del profeta Nahúm. Veremos que su profecía solamente trató un único tema, "El Juicio de Nínive", la capital del imperio asirio. Éste es el único tema sobre el cual escribió Nahúm, y esta profecía ya se cumplió.

Ahora, podemos preguntarnos ¿cómo puede una profecía que ya ha sido cumplida tener significado para nosotros, en pleno siglo 21? ¿Cómo puede tener alguna relevancia para nuestra cultura contemporánea? ¿Tendrá algún mensaje para el hombre actual? Bueno, amigo oyente, lo maravilloso de la Palabra de Dios es que no importa qué página abramos de la Biblia, siempre encontraremos un mensaje para nosotros. Algunos mensajes están específicamente dirigidos a nosotros, pero toda ella, la Palabra de Dios, es para nosotros, y por lo tanto, podemos decir, que el mensaje está dirigido a nosotros.

Vamos a hablar ahora sobre el autor de este libro, vamos a conocer algo sobre Nahúm.

Su nombre significa "consolador". Pero el mensaje que él escribió fue un mensaje de juicio, de castigo. ¿Cómo le habrá sido posible a Nahúm vivir con su nombre, "el consolador"? Bueno, quizá todo depende desde qué ángulo o perspectiva se mire el juicio. Si el castigo de un juicio es para un enemigo, para alguien de quien se siente temor, alguien que domina y controla, entonces, un mensaje de juicio puede ser un consuelo. Así que el nombre Nahúm significa eso, "consolador". El profeta se identificó desde el primer versículo del capítulo 1. Vamos a leerlo, dice:

"Profecía sobre Nínive. Libro de la visión de Nahúm de Elcos."

Todo lo que se nos dice aquí es que el profeta tuvo un mensaje de juicio, una profecía sobre la ciudad de Nínive. Y desde el principio se mencionó que este libro fue la visión de Nahúm. También se dice que él procedía de Elcos. Se nos identificó como una persona que venía de Elcos. Y ¿qué clase de personas eran los Elcos? Elcos era una ciudad de Asiria, situada a unos pocos kilómetros al norte de la ciudad de Nínive. Nahúm pudo haber vivido allí y profetizado sobre Nínive, de la misma manera que profetizó Daniel sobre Babilonia, años más tarde. Pero, no creemos que fuera así. Pensamos que el contenido de este libro revela que él nunca fue a Nínive. No creemos que Nahúm se hubiera desplazado hasta esa ciudad, ni que hubiera sido llamado por Dios para dirigirse a ese lugar.

Existe una tercera posibilidad, y es la siguiente: Se podría referir a una pequeña aldea que se llamó Elcos, en Galilea. San Jerónimo, en sus registros, dejó constancia que un guía le señaló aquella aldea, con ese nombre, como el lugar de nacimiento del profeta Nahúm. Lo que sí se sabe es que, la primera vez que se señaló a esa aldea, fue unos mil años después de haber vivido Nahúm. Así es que, posiblemente, este sea un criterio más bien tradicional.

El Dr. John Davis opina que el significado del nombre de Capernaum es "la aldea de Nahúm": Caper-naum. Ahora, si Capernaum es una palabra hebrea, entonces, el origen es evidente, y no tenemos razón para pensar de otra manera. Así es que, podemos creer que Capernaum fue la aldea de Nahúm. Él nació o vivió allí cuando era un niño. Pero, también en Judá hubo un lugar llamado Elcos. Parece ser que ese nombre fue bastante común, así como en el presente también tenemos ciudades cuyos nombres, los encontramos repetidos en otras partes del mismo país, o incluso, fuera de sus fronteras.

Ahora, hay muchos que opinan que, lo que sucedió en realidad es que, ese profeta había nacido en el reino del norte, en Israel. Y que probablemente se trasladó a Elcos durante su infancia, y creció allí, en el reino del sur.

Vamos a hablar sobre la época, el tiempo del profeta Nahúm. El autor que escribió esta profecía, evidentemente sabía algo acerca del rey Senaquerib y su ataque contra Jerusalén, porque el relato parece el de un testigo presencial. Ya vamos a ver en el primer capítulo, que cuando Senaquerib, rey de Asiria, invadió Judá durante el reinado de Ezequías, Nahúm probablemente fue un testigo presencial de todo lo que ocurrió. Y eso indicaría que Nahúm podría haber sido contemporáneo de los profetas Isaías y Miqueas.

Varios expositores bíblicos opinan que esta opción es correcta. No podemos estar completamente seguros sobre una fecha exacta. Hay muchas fechas que se le han adjudicado a este libro y a este profeta. Las fechas sugeridas por algunos eruditos conservadores abarcan los años 720 a 636 A.C. Creemos que es bastante razonable ubicar a Nahúm unos cien años después de Jonás. Probablemente vivió durante el reino de Ezequías, y vio la destrucción del reino del norte de Israel, y por supuesto, fue profundamente conmovido con ese desastre.

Nahúm fue el hombre que hizo sonar la campana fúnebre sobre la ciudad de Nínive. Él pronunció un juicio sobre la destrucción total de Asiria, y la ciudad de Nínive, que era su capital. Nahúm creyó y afirmó que Dios era justo en Su juicio sobre esa nación.

Nos hubiera gustado estudiar el libro de Jonás y el de Nahúm, juntos, al mismo tiempo, para poder compararlos, porque unos 100 a 150 años antes de que apareciera Nahúm en este escenario, Jonás fue a la ciudad de Nínive con un mensaje.

Recordará, estimado oyente, que Dios ordenó a Jonás que fuera a la ciudad de Nínive y que llevara a esa ciudad un mensaje de juicio, y de arrepentimiento. Algo sorprendente ocurrió allí. La ciudad completa, todos sus habitantes se volvieron a Dios, al cien por cien. Nunca había sucedido nada semejante en toda la historia del mundo, nada parecido que pudiera compararse con ese evento. Toda la ciudad, un ciento por ciento de sus habitantes se volvieron a Dios en genuino y auténtico arrepentimiento. No sabemos cuál fue el efecto de ese arrepentimiento de la gran capital sobre todos los habitantes de esa nación, pero debió haber sido un gran impacto. Así es que fue un gran día cuando tantas personas decidieron volverse a Dios, y pedirle perdón por todos sus pecados.

Pero, ahora nos hacemos una pregunta obvia. ¿Qué resultado hubo de este evento? ¿Fue algo permanente? ¿Se convirtió esa nación en una nación piadosa? Y la respuesta, por cierto, es que no. No fue así. Al pasar el tiempo se apagó esa renovación. Con el tiempo ellos regresaron a su paganismo y volvieron a ser tan brutales como habían sido antes. Esa nación había recibido un mensaje de parte de Dios, y después llegó Nahúm con otro mensaje. Nosotros no creemos que él haya ido realmente a la ciudad de Nínive. Creemos que este profeta vivió en el reino del sur, y no creemos que haya dejado esa zona. Ahora, si Dios envió a Jonás a Nínive, ¿por qué no envió a Nahúm también? Bueno, amigo oyente, los métodos de Dios cambian, aunque Dios es inmutable. Él nunca cambia. Pero Él cambia Sus métodos en diferentes ocasiones. Dios envió a Jonás a Nínive porque era una gran ciudad sumida en el mal, pero esta gente era totalmente ignorante acerca de Dios. Y cuando se les presentó el mensaje, toda la gente de la ciudad se volvió a Dios; desde el rey en su trono, hasta el hombre más humilde del reino. Y como resultado, Dios perdonó a la ciudad.

Entonces, habían pasado ya de 100 a 150 años, y la ciudad había vuelto a cometer las maldades que practicaba en el pasado. Ahora, ¿por qué no iba Nahúm? Bueno, porque ellos ya habían tenido la luz, y habían rechazado esa luz.

Y cuando esa luz es rechazada, sucede lo que dijo el Señor Jesucristo: "Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?" (Mateo 6:23b) Ahora, ¿cómo puede la luz llegar a ser tinieblas en alguna persona? Bueno, la luz que se convierte en tinieblas es negarse a aceptar la Palabra de Dios. En la actualidad, en algunos países, hay más Biblias que cualquier otro libro. Es uno de los libros más vendidos, el que mayor número de ejemplares ha publicado. Pero es también el libro menos leído. Asiria fue una nación que había tenido la luz. Pero, ¿cuál fue el resultado? Otra versión tradujo las palabras del Señor Jesucristo que acabamos de leer en Mateo, de la siguiente manera: "Si la luz que en ti hay es oscuridad, ¡Qué densa será esa oscuridad!"

Así que la nación de Asiria había tenido la luz. Dios les había enviado a ellos un mensaje. Y por un tiempo, ellos se habían vuelto de sus prácticas malvadas y habían servido al Dios vivo y verdadero. Fue una gran renovación, en el sentido general de esa expresión. Y fue algo extraordinario. Pero no duró. Ahora, ¿no ha sido ésta en realidad la historia de todos los movimientos de renovación espiritual? Francia, por ejemplo, tuvo una revolución. En la misma época, Inglaterra tuvo una renovación espiritual bajo los hermanos Wesley, y hubo gran cantidad de personas que se volvieron a Dios. Pero, ¿cuál fue el resultado de tal movimiento en Inglaterra? Hablando en términos generales, refiriéndonos a algunos pueblos de la tierra, y hablando de su herencia espiritual, podemos decir que han experimentado una pérdida de sus valores espirituales y éticos. Una significativa mayoría se ha apartado del Dios vivo y verdadero.

Un fenómeno que queremos destacar fue el que ha ocurrido en algunos países que han experimentado memorables y fructíferos movimientos de renovación espiritual en el pasado, y nos referimos a la falta de memoria histórica de algunos pueblos. Este hecho es paralelo con un declive en la vida personal y social de los pueblos, desde el punto de vista cristiano. Por supuesto, estamos aludiendo a la tendencia general y no a la totalidad de las iglesias o grupos cristianos. Curiosamente, cuando tuvo lugar la renovación espiritual, algunos países se encontraban en un alto nivel en relación con su calidad de vida, con su pacífica convivencia social, y con una prosperidad aceptable. Pero hubo una época posterior en la cual comenzaron a apartarse del Dios vivo y verdadero. Causa tristeza comparar el pasado de algunos pueblos en relación con Dios y Su Palabra, no sólo con su situación espiritual actual, sino también al pensar en sus posibilidades futuras. ¿Y qué diremos de Nínive? Cuando esta gran ciudad ya no estaba escuchando la voz de Dios, Nahúm debió pensar que no iría como misionero a Nínive. Quizás llegó a la conclusión de que sería un esfuerzo inútil, porque la gente de aquella ciudad, ya no quería escuchar la voz de Dios y voluntariamente había optado por la rebelión ante Dios y había olvidado la realidad de la experiencia histórica que había vivido. Habían cruzado el límite del cual ya no podían volverse atrás, porque se habían colocado en un estado de esclavitud espiritual ante las fuerzas del mal.

Creemos que conviene preguntarnos si esto puede ocurrir hoy con cualquier nación. En cierta ocasión, el miembro de un parlamento de un país democrático dijo que había realizado un estudio de varios países, y afirmó que la vida promedio de las grandes civilizaciones del mundo, había sido de unos doscientos años. Este líder político dijo que estas grandes civilizaciones habían progresado a través de los siguientes pasos: "De la esclavitud a la fe espiritual; de la fe espiritual al valor; del valor a la libertad; de la libertad a la abundancia; de la abundancia al egoísmo; del egoísmo a la complacencia; de la complacencia a la apatía, y de la apatía, de regreso a la esclavitud moral y espiritual".

Conviene entonces preguntarnos, desde el pueblo al cual cada uno de nosotros pertenece ¿en cuál de estos pasos o etapas nos encontramos? ¿Cuánto tiempo más durará esta civilización? Conviene que nos hagamos otras preguntas: ¿Dónde estamos en el presente? ¿Es nuestra nación una nación de abundancia en valores espirituales, en la convivencia social, y en potenciales posibilidades futuras? Dios puede estar reduciendo el tiempo y suspender las oportunidades. De la abundancia se pasa al egoísmo. Del egoísmo a la complacencia. ¿Es ese un cuadro que nos representa a nosotros en el día de hoy? De la complacencia se pasa a la apatía. Hay pueblos que demuestran apatía en el presente. Y según lo que hemos citado, el paso siguiente es ir de la apatía, de regreso a la esclavitud moral y espiritual.

Ese es el cuadro o la imagen que presentó el libro de Nahúm. Una gran potencia mundial, Asiria, con Nínive como su capital, había recibido un mensaje de parte de Dios. Se había vuelto a Dios y le había servido por un período de tiempo. No sabemos por cuánto vivieron de acuerdo con los nuevos principios y agradaron a Dios. Pero como ya dijimos, después de unos cien o ciento cincuenta años, regresaron otra vez a la situación en la que se encontraban antes. Y ahora Dios los iba a juzgar. Surge entonces la pregunta: ¿tenía Dios el derecho de hacerlo, actuó correctamente? Y en las sesiones que dedicaremos a este libro vamos a ver que Dios no sólo tenía el derecho de hacerlo, sino que Él continuó siendo bueno cuando actuó de esa manera. Por ello decimos que el estudio del libro de Nahúm es emocionante porque nos revela el otro lado de los atributos de Dios. Dios es amor, pero también es santo, justo y bueno. Y además, veremos que Dios todavía actúa y se mueve en la vida de los pueblos. Por lo tanto, este libro nos habla a todos y directamente en la situación en la que nos encontramos.

En los primeros ocho versículos del primer capítulo de este Libro de Nahúm, vemos que se habló de la justicia y de la bondad de Dios. De este tema vamos a comenzar a hablar cuando iniciemos nuestro estudio.

En el primer capítulo, y desde el versículo 9 al 15, se habló sobre la justicia y la bondad de Dios demostradas en Su decisión de destruir la ciudad de Nínive y de comunicar Su evangelio.

En los capítulos 2 y 3, se consideró la justicia y la bondad de Dios demostradas en la ejecución de su decisión de destruir Nínive. El capítulo 2 trata principalmente sobre la aniquilación de Asiria. Y el capítulo 3 expone la justificación de la venganza de Dios.

Siguiendo el bosquejo general que hemos expuesto, en nuestro próximo programa hablaremos de la justicia y bondad de Dios. Este libro de Nahúm es una destacada profecía. Ya hemos dicho que el profeta desarrolló un único tema y éste fue el juicio de Nínive, capital del Imperio Asirio. Pero igualmente encontraremos que también tiene un mensaje para nosotros en el día de hoy.

Amigo oyente, le agradecemos por su compañía en esta nueva etapa de nuestro viaje "a través de la Biblia" y seguiremos juntos en nuestro próximo programa, ¡hasta nuestro próximo encuentro!

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