Estudio bíblico de Salmos Introducción

Salmos - Introducción ? Salmo 1

Estimado oyente, es realmente emocionante llegar el día de hoy al libro de los Salmos. Honradamente hablando, nos sentimos conmovidos cuando leemos este maravilloso libro. Se encuentra en el centro mismo de la Palabra de Dios y el Salmo 119 está ubicado en el mismo centro de la Biblia, y ese es un gran Salmo, un Salmo que exalta la Palabra de Dios. El libro de los Salmos ha sido llamado el Libro de Adoración o el Himnario del Templo.

La tradición hebrea dio al libro de los Salmos el nombre de "Tehillim", que significa "cantos de alabanza", o simplemente "alabanzas". En cambio la traducción griega de los Setenta (LXX) le puso el título de "Psalmoi" y "Psalterion", términos de los cuales se derivan nuestras palabras de Salmos y Salterio. La palabra griega "psalmos" designaba a un poema que sería cantado con instrumentos de cuerda, y el "psalterion" era uno de esos instrumentos. Así que "salterio" suele emplearse actualmente para referirse al libro de los Salmos, mientras que "salmo" designa a cada uno de los poemas que integran el libro.

Muchos escritores contribuyeron con uno a más Salmos. A David, llamado "el dulce cantor de Israel" se le atribuyen 73 de los Salmos; casi la mitad del libro de Salmos. (El Salmo 2 le fue atribuido en Hechos 4:25; el Salmo 95 le fue atribuido en Hebreos 4:7) Ahora, él podría haber sido ser el autor de otros Salmos que se conocen como los 39 "Salmos huérfanos". David fue peculiarmente dotado para escribir estos Salmos a partir de la experiencia que tuvo, así como bajo la inspiración del Espíritu Santo. Él arregló, ordenó, aquellos Salmos que se encontraban en existencia en su día para ser utilizados en el templo. Ahora, los otros escritores de los Salmos fueron los siguientes: Moisés escribió uno (el Salmo 90), Salomón escribió dos, los hijos de Coré 11; Asaf doce; Hemán escribió uno (el Salmo 88.) Etán uno (el Salmo 89); Ezequías 10. Estos son, pues, los 150 Salmos.

Cristo, el Mesías, es prominente en todo el libro. El rey y el reino constituyen el tema de las canciones de los Salmos.

Ahora, eso nos lleva a decir en este momento que la palabra clave en el libro de los Salmos es "Aleluya". Es decir, "Alabad al Señor". Ahora, eso se ha transformado en una frase un poco gastada entre los cristianos, pero es una expresión que debería causar el surgir de una gran emoción en el alma misma. ¡Aleluya, Alabado, Bendito sea el Señor!

Consideramos a los Salmos 50 y 150 como Salmos claves. El Salmo 5 es un Salmo de Asaf y probablemente tiene más contenido que cualquier otro. El Salmo 150 es un coro de alabanza basado en la palabra. En este Salmo el imperativo "alabad" aparece 10 veces en sus breves 6 versículos. Concluye el libro de los Salmos y puede ser considerado como un coro o estribillo para todos los Salmos precedentes.

Los Salmos registran una profunda emoción. Un sentimiento intenso, una emoción exaltada. Una melancolía, un desaliento tenebroso. Los Salmos se interpretan en el teclado del alma humana con todos los registros. Con toda sinceridad, me siento abrumado cuando penetro en este maravilloso libro. Está situado en el mismo centro de la Palabra de Dios. El Salmo 119 se encuentra exactamente en el centro de las Sagradas Escrituras, y exalta la Palabra de Dios.

Este libro ha bendecido los corazones de multitudes a través de las edades. Hemos descubierto que cuando nos encontramos enfermos, cuando hemos estado en algún hospital, o hemos tenido algún problema en nuestro corazón y en nuestra mente que a veces nos hace perder el sueño durante la noche, siempre es bueno acudir a este libro de los Salmos. Y cuando uno se levanta luego de una noche de insomnio, y va a este libro y lee algo, siempre encuentra que es una bendición para el alma y para la vida diaria. Aparentemente, a través de los años esta ha sido también la experiencia de muchas otras personas. Ambrosio, uno de los grandes santos de la iglesia dice: "Los Salmos son las voces de la iglesia". San Agustín dijo: "Ellos son el compendio de toda la Escritura". Martín Lutero, por su parte, dijo: "Ellos forman un pequeño libro para todos los santos". Juan Calvino dijo: "Los Salmos son la anatomía de todas las partes del alma". Encontramos que estas opiniones son muy adecuadas.

Alguien ha dicho que hay 126 experiencias psicológicas. Ahora, no sabemos cómo han llegado a ese número, pero sí sabemos que todas ellas están registradas en el libro de los Salmos. Y este es el único libro que recorre toda la gama de experiencias que pueden ocurrirle al ser humano; cada pensamiento, cada impulso, cada emoción que pasa sobre su alma es registrada en este libro. Esa es la razón por la cual pensamos que siempre habla a nuestros corazones y encuentra un acorde sensible dondequiera que nosotros leamos.

Hablando de los Salmos, Hooker dijo. "Los Salmos son la flor de todas las cosas provechosas y de valor de los otros libros". Y Donney lo dijo de esta manera: "Los Salmos pronostican, profetizan todo lo que uno sufrirá, dirá y hará". Pensamos que esa es una declaración admirable también. Herd, por su parte lo llamó, "Un Himnario para todas las ocasiones". Watts dijo: "Ellos constituyen el coro de las mil voces del corazón de la iglesia".

El lugar que los Salmos han ocupado en la vida del pueblo de Dios, testifica de su universalidad, aunque tiene una aplicación que es peculiar a los judíos, es decir, a la nación de Israel. Ellos expresan el profundo sentimiento de todos los corazones creyentes de todas las generaciones.

Los Salmos están llenos de Cristo. Hay un cuadro más completo de Él en los Salmos que en los evangelios. En los evangelios se nos dice que Cristo fue al monte a orar, pero los Salmos nos muestran Su oración. Los evangelios nos dicen que Él fue crucificado, pero los Salmos nos revelan lo que experimentaba en Su corazón durante la crucifixión. Los evangelios nos dicen que Él regresó al cielo, pero los Salmos comienzan donde los evangelios interrumpieron su relato y nos muestran a Cristo sentado en los cielos.

Cristo el Mesías es prominente por todo este libro. Usted recordará que en relato de Lucas 24:44, cuando se apareció a los suyos después de la resurrección, les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: Que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos. O sea, que Cristo es el tema de los Salmos. Como ya hemos dicho, pensamos que eso es francamente lo más importante que podemos descubrir. Cristo es el tema de los Salmos. Y pensamos que Él es el objeto de alabanza y adoración en cada uno de ellos. Y eso no quiere decir que nosotros seremos capaces de localizarlo a Él en todos ellos, porque no lo podemos hacer. Pero, por otra parte, tampoco significa que el Señor no esté allí presente en cada uno de ellos.

Hay muchas clases de Salmos. Aunque todos ellos tienen a Cristo como el objeto de adoración, algunos de ellos son técnicamente llamados Salmos Mesiánicos. Ellos registran el nacimiento, la vida, la muerte, la resurrección, la gloria del sacerdocio, Su reino y Su regreso. Hay 16 Salmos mesiánicos que hablan específicamente sobre Cristo pero, como acabamos de decir, todos los 150 Salmos están relacionados con Él. El libro de los Salmos es en realidad un himnario que gira alrededor de Su Persona, Al estudiarlo, este hecho resultará aun más evidente.

Ahora, en un sentido más restrictivo, los Salmos tienen que ver con Cristo perteneciendo a Israel, y con Israel como perteneciente a Cristo. Ambos temas están unidos a la rebelión del hombre. No habrá bendición en esta tierra hasta que Israel y Cristo estén unidos. Creemos que los Salmos son judíos en la expectativa y en la esperanza (y los cantos de adoración son en realidad judíos.) Son canciones que están adaptadas, por supuesto, para su uso en el templo. Sin embargo, eso no quiere decir que no tengan una aplicación y una interpretación espiritual para nosotros en la actualidad. En realidad la tienen. Como dijimos, leemos los Salmos más que cualquier otra porción de la Palabra de Dios. Y necesitamos ser un poco más exigentes en nuestra interpretación de los Salmos. Por ejemplo, Dios no es mencionado como un Padre en el libro de los Salmos. Los santos no son llamados hijos. En los Salmos Él es Dios el Padre, pero no el Padre Dios. Los Salmos no mencionan nada de la presencia continua del Espíritu Santo. Y la bendita esperanza del Nuevo Testamento no se encuentra en los Salmos. El no reconocer estas omisiones ha extraviado a algunos en la interpretación del Salmo 2. La referencia que uno encuentra en esta canción no tiene que ver con el arrebatamiento de la iglesia, sino con la venida de Cristo; allí se menciona la segunda venida de Cristo a este mundo, a establecer Su reino y a reinar en Jerusalén.

Los Salmos Imprecatorios han sido objeto de mucha crítica por su carácter vengativo y por las oraciones pidiendo juicio. Estos Salmos proceden de un período de guerra y de un pueblo que vivía bajo la ley, y que ansiaba justicia y paz en la tierra. Estimado oyente, usted no puede lograr la paz sin suprimir la injusticia y la rebelión. Y aparentemente Dios tiene la intención de hacer eso, y no pide disculpas por ello. Creemos que en el momento en que Él lo decida, actuará con juicio sobre esta tierra. Ahora, en el Nuevo Testamento se le dice al creyente que tiene que amar a sus enemigos. Pero en los Salmos, el lector puede sorprenderse al leer algunas oraciones que incluyen expresiones muy duras y severas en cuanto a los enemigos. Pero el juicio tiene el propósito de imponer la justicia en el mundo. También hay Salmos que anticipan el período en el cual el Anticristo ejercerá el poder. Y nosotros no tenemos una base razonable para determinar cómo la gente debería actuar, o como debería orar bajo tales circunstancias.

Ahora, otra clase de Salmos incluye a los penitenciales, los históricos, los de la naturaleza; los de los peregrinos; los Hallel; los misioneros; los puritanos; los de acrósticos, y los de alabanza a la Palabra de Dios. Esta sección de la Biblia a la que estamos llegando es muy rica y por lo tanto, estimado oyente, vamos a extraer de ella oro y diamantes.

Este libro no ha sido preparado colocando los Salmos al azar unos después de otros, agrupándolos de manera aleatoria, sin seguir ningún criterio. Es interesante notar que un Salmo afirma un principio y a continuación siguen varios Salmos aclaratorios, explicativos. Los Salmos 1 al 8 son un ejemplo de ese procedimiento.

Así fue que el libro de los Salmos ha sido dispuesto de una manera ordenada. En realidad, por años se ha considerado que el libro de los Salmos está arreglado de tal manera que corresponde al Pentateuco de Moisés. Así que tenemos las secciones correspondientes al Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, como veremos más adelante al desarrollar el Bosquejo.

La correspondencia entre los Salmos y el Pentateuco puede verse fácilmente. Por ejemplo, en la sección correspondiente al Génesis vemos al hombre perfecto en un estado de beatitud, de felicidad, como en el Salmo 1. A continuación tenemos a la vista la caída y restauración del hombre. El Salmo 2 ilustra al hombre rebelde. En el Salmo 3, el hombre perfecto es rechazado. En el Salmo 4, vemos el conflicto entre la descendencia de la mujer y la serpiente. En el Salmo 5, encontramos al hombre perfecto en medio de sus enemigos. El Salmo 6 presenta al hombre perfecto en medio del castigo con la herida en su talón. En el Salmo 7 vemos al hombre perfecto en medio de testigos falsos. Finalmente, en el Salmo 8, vemos la salvación del hombre que llega a través de la herida en la cabeza. En los Salmos 9 al 15, vemos el conflicto del enemigo y el Anticristo, y la liberación final. Después, en los Salmos 16 al 41, vemos a Cristo en medio de Su pueblo santificándolo a Dios. Y así veremos esta correspondencia al recorrer el libro de los Salmos. La sección de Éxodo comienza con el Salmo 42 y continúa hasta el Salmo 72. La sección de Levítico comienza con el Salmo 73 y se extiende hasta el Salmo 89. Luego, tenemos la sección de Números, desde el Salmo 90 hasta el 106; y finalmente, la sección de Deuteronomio comienza con el Salmo 107 y finaliza con el último Salmo, el 150.

El gran predicador Spurgeon, dijo lo siguiente: "El libro de Salmos nos instruye en el uso de las alas, así como también en la utilización de las palabras. Nos sitúa elevándonos y cantando. Y este es el libro que puede hacer de usted una alondra en vez de cualquier otra clase de ave". Hasta aquí la cita. Este libro ha sido llamado la representación y la analogía del alma. Ha sido considerado como el jardín de las Sagradas Escrituras. De las 219 citas del Antiguo testamento en el Nuevo Testamento, 116 de ellas son del libro de los Salmos. Así que usted verá 150 canciones espirituales que, sin duda, en algún momento fueron preparadas para la música del tabernáculo y del templo. Al considerar este libro de canciones en su totalidad, realmente, esta obra debería impulsar nuestros corazones a cantar.

Llegamos ahora al

Salmo 1

El tema de este Salmo puede resumirse de esta manera: dos hombres, dos caminos, dos destinos.

Este Salmo abre la sección que se corresponde con el Génesis. Comienza con el hombre en vez de hacerlo con el universo material. Nos habla del hombre bendito, del hombre feliz. Este hombre bendecido es contrastado con el impío. Es también una figura de Cristo, el último Adán, en medio de los pecadores impíos y los despreciativos. A veces pensamos del Señor como un varón de dolores, hecho para el sufrimiento y por alguna extraña razón muchos de los cuadros que se han pintado de Él le revelan como un hombre de apariencia triste. Es cierto que el profeta Isaías dijo que era ese "varón de dolores" pero, ¿por qué no continuamos leyendo? En ese mismo libro de Isaías encontraremos que Cristo no tuvo dolores y aflicciones propias. Isaías 53:4 dice: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros le tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! Fue nuestro dolor y no el suyo propio el que EL tuvo que llevar, que soportar. Él fue un Cristo feliz y éste es como un cuadro de Él. Leamos el versículo 1 de este primer Salmo, que encabeza un párrafo que hemos titulado

La práctica del hombre dichoso

"Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado"

Este versículo declara la práctica del hombre dichoso. Un poco más adelante en este Salmo veremos el poder del hombre dichoso y, finalmente, su permanencia. En este primer versículo vemos el lado negativo de la práctica del hombre feliz. Se nos dice lo que el hombre dichoso no hace. Aquí vemos tres posiciones o posturas. Según este versículo el hombre dichoso o feliz es el que (1) no anda, o no sigue el consejo de los malvados (2) no se detiene en la senda o el camino de los pecadores y (3) no se sienta con los burladores para cultivar su amistad. La persona que hace estas tres cosas, no es una persona feliz. Pasa por esas tres etapas: primero se asocia con los malos, luego comparte el camino de los pecadores y después se une a los que blasfeman.

Definitivamente, aquí hay regresión, deterioro y degeneración. Usted puede notar los pasos que se toman en el proceso. (1) El hombre dichoso no sigue el consejo de los malvados. No escucha a los impíos. ¿Ha observado usted que incluso el Señor Jesús nunca se refirió a Su propia razón o a Su propia mente como la base de una decisión? Todo lo que Él hizo estuvo basado en la voluntad de Dios. Él nunca les dijo a Sus discípulos: "Compañeros, vamos a Galilea otra vez. Lo he estado considerando y como soy más listo que vosotros, creo que esto es lo mejor que podemos hacer de acuerdo con mi punto de vista". Esa no fue la manera en que se acercó a Sus discípulos. Él siempre dijo: "Voy a Jerusalén porque es la voluntad de mi Padre". Él pasó tiempo con Su Padre, y supo cual era Su voluntad y en base a ello, se desplazó hacia ciertas áreas.

Estimado oyente, una cosa es escuchar los consejos, y un buen consejo está bien; pero claramente, el consejo de los malvados no. Nosotros tenemos que vivir por la fe y recurrir al consejo de los malvados no es caminar por la fe. ¿Quiénes son los impíos, los malvados? Aquellas personas que dejan a Dios fuera de sus vidas. No tienen ningún temor reverente de Dios. Viven como si Dios no existiera. En la actualidad, alrededor nuestro hay multitudes de personas como éstas. Se levantan por la mañana, nunca se dirigen a Dios en oración, nunca le agradecen por los alimentos que tienen ni por la vida, ni por la salud. Simplemente continúan moviéndose por la vida pasándoselo en grande. Han dejado a Dios totalmente al margen de su existencia.

Los impíos aconsejan a un hombre y entonces le encontramos (2) transitando por el camino de los pecadores. El malo es el que se apodera de él allí. El pecado significa "errar el blanco". O sea, que ellos no viven en la forma en que deberían vivir. A ellos se refiere la Escritura cuando dice en Proverbios 14:12. Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte. Y más adelante, en Proverbios 16:2 dice: Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión. El pecador puede pensar que está en lo correcto, que todo está bien en su vida, pero él es un pecador. La Palabra de Dios dice, en Isaías 55:7, Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos... También en el mismo libro en el 53:6, Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, más el Señor cargó en él el pecado de todos nosotros. El Padre cargó sobre el Señor Jesús todo el peso de nuestra culpa. Es que somos pecadores y este es nuestro retrato.

El siguiente paso de ir por el camino o la senda de los pecadores, es descender más aún y (3) sentarse en la silla de los escarnecedores o, en otras palabras, cultivar la amistad de los blasfemos, los burladores, o hacer causa común con ellos. Los blasfemos, los que se burlan, son los ateos. Entonces el pecador consigue que el joven se siente. Se nos ha dicho que esta tercera etapa es cuando el joven se siente en compañía de tales personas. No solamente niegan a Dios sino que exhiben un odio y un antagonismo hacia Dios. Esta actitud la vemos por todas partes. Los que le desprecian y se burlan, ellos son los que se oponen absolutamente a Dios. Y también muestran su oposición a la Palabra de Dios. Si usted quiere conocer la actitud de Dios, la puede ver en Proverbios 3:34, donde la Escritura dice: El Señor se burla de los burlones, pero muestra su favor a los humildes. El Señor se opone a los que le muestran su desprecio y su burla y Él mismo se burlará de ellos. Por cierto que la que se presenta aquí es una imagen terrible.

Después de ver este lado negativo de la práctica del hombre dichoso, es decir, lo que éste no hace, en el próximo programa veremos el lado positivo, es decir lo que el hombre dichoso sí hace. Pero mientras tanto pensamos que, ¿quién no quiere ser un hombre dichoso, una mujer dichosa, feliz? Muchas veces nos hemos distanciado de familiares y amigos porque ellos defraudaron nuestra confianza y la pérdida afectiva nos ha dejado una sombra de tristeza. Estimado oyente, tenga usted en cuenta a alguien en quien vale la pena confiar. Nos lo recuerdan las palabras del Salmo 84:12, Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!

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