Estudio bíblico de Hebreos 1:1-2

Hebreos 1:1-2

Regresamos hoy, amigo oyente, a la epístola a los Hebreos. En nuestro programa anterior, simplemente pusimos la base, el fundamento, para el estudio de este libro. Tuvimos que dedicar un programa completo para esto, porque es necesario tener una buena base cuando uno tiene que colocar o construir una gran estructura sobre ella. Y tenemos una gran estructura en la epístola a los Hebreos. Al concluir el programa anterior, presentamos un breve bosquejo general.

La primera sección de esta epístola es doctrinal. Los primeros diez capítulos nos revelan que Cristo es mejor que lo que llamamos "la economía del Antiguo Testamento". La segunda y última sección de esta epístola es práctica y demuestra que Cristo nos proporciona mejores beneficios y obligaciones o responsabilidades. Por cierto, ésa fue la norma que el apóstol Pablo siguió en sus otras epístolas; es decir, que expuso la parte doctrinal y después, la parte práctica. En nuestra opinión, hay una gran abundancia de evidencia de que Pablo escribió la epístola a los Hebreos.

Aunque no podemos decir con total seguridad que Pablo fue el autor, sí podemos afirmar de una manera muy dogmática, que estamos tratando aquí con la Palabra de Dios, con aquello que el Espíritu de Dios nos ha dado. Y como el Espíritu Santo es indiscutiblemente el autor de esta epístola, el escritor humano y la fecha, son datos secundarios. La Epístola a los Hebreos es una de las epístolas más importantes de la Palabra de Dios. Con toda sinceridad, no nos sentimos dignos de interpretar estos textos en solitario y por ello hemos citado en nuestra introducción al libro, cuatro declaraciones de destacados expositores Bíblicos. Desde cuatro diferentes puntos de vista, cada uno de ellos llegó al mismo punto de enfatizar la persona de Jesucristo. Por lo tanto, reclamamos la promesa del Señor Jesús cuando dijo que el Espíritu de Dios vendría y tomaría las verdades de Cristo y nos las daría a conocer (como podemos ver en Juan 16:12-15). Y a menos que Él haga eso, amigo oyente, no vamos a avanzar mucho en esta epístola, de eso estamos seguros.

Tenemos que recordar que esta epístola fue dirigida a los creyentes Hebreos en la coyuntura de dos grandes épocas. La época de la ley había llegado a su fin. El sacrificio en el templo que en otros tiempos había sido tan importante y significativo, en esa nueva época ya no tenía sentido. Lo que Dios había requerido antes, era pecado practicarlo en los nuevos tiempos, como esta epístola dejó bien claro. La epístola a los Hebreos fue dirigida entonces a estos creyentes hebreos, aunque sus enseñanzas son válidas para los creyentes de todas las razas y de cualquier época de la historia. Por ello, estas páginas son valiosas e importantes para nosotros en la actualidad. Sin embargo, necesitamos tener presente que fueron escritas para creyentes hebreos. Por ejemplo, decir que Cristo era superior a los profetas, fue especialmente significativo y positivo para los hebreos.

Leamos entonces el versículo 1 de este primer capítulo de la carta a los Hebreos, que inicia un párrafo en el que se establece que:

Cristo es superior a los profetas

"Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas"

Usted habrá observado que este versículo comienza con la palabra "Dios". Este libro se apoya en ciertas premisas. Por ejemplo, cuando uno estudia geometría, hay ciertos axiomas con los cuales hay que contar como punto de partida, y si uno no lo hace, no comenzará en absoluto y lo mismo sucede en el estudio de las matemáticas. De la misma manera en que se puede probar que dos más dos es igual a cuatro, también se puede probar que una línea recta es la distancia más corta entre dos puntos. Éstas son verdades probadas y aceptadas. Y cuando un hecho ha quedado aceptado y establecido, uno puede continuar avanzando para probar otro hecho. Ahora, en el libro de Hebreos, así como en el libro del Génesis, no se ha hecho ningún intento de probar la existencia de Dios. En algunas instituciones como los seminarios, se han programado cursos para construir algún sistema filosófico por medio del cual pueda probarse la existencia de Dios. Hemos participado en algunos cursos de ese tipo y no nos parece que hayamos aprovechado bien el tiempo. Hay una apreciación equivocada en usted si no puede salir afuera y mirar hacia las montañas, o dirigirse a la playa y mirar el mar, o elevar la mirada al cielo y reconocer que hay un Creador. Dice el salmo 19:1 "Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos". Estimado oyente, si el universo creado no le está diciendo a usted algo sobre un Creador, hay algo radicalmente equivocado en su forma de pensar. Según el Salmo 14:1 fue el necio el que dijo en su corazón "no hay Dios".

La segunda suposición que encontramos en Hebreos 1:1 es que Dios ha hablado. El primer versículo de la carta a los Hebreos supone que las Escrituras que tenemos están divinamente inspiradas. La revelación a la cual se refiere es la revelación del Antiguo Testamento, tal como la tenemos en la actualidad.

Hay quienes piensan que el apóstol Pablo no escribió la epístola a los Hebreos, y uno de los argumentos que utilizan es que esta carta se ha escrito en un idioma griego de alto nivel. Fue escrita por alguien que dominaba el idioma Griego. Tiene una suavidad y una belleza que perdemos en las traducciones que tenemos. Uno encuentra que aquí mismo, al comienzo de esta carta, hay cierto juego de palabras. Comienza diciendo aquí: "habiendo hablado muchas veces". "Muchas veces", corresponde a la palabra griega "polumeros" y la expresión "de muchas maneras" corresponde a la palabra griega "polutropos". Usted puede darse cuenta pues, de la belleza lingüística que tenemos aquí: "polumeros y polutropos". Es una frase casi poética, que suena al estilo de Homero. Pero hay mucho más que belleza; es además, una declaración extraordinaria y de gran importancia.

Cuando el escritor dijo: "muchas veces", no estaba hablando del tiempo tal como nosotros lo concebimos. El énfasis fue que Dios habló a través de Moisés, pero antes, habló a Abraham. Dios habló con Abraham por medio de sueños y enviándole al ángel del Señor, pero cuando Él habló con Abraham, no le dijo lo que le dijo a Moisés. Dios no le dijo nada a Abraham acerca de la Ley. No le dio los Diez Mandamientos, pero más tarde, Dios sí le dio los Diez Mandamientos a Moisés. Incluso más adelante en la historia, le dijo a David que vendría un Rey por su línea de descendencia, que sería su Salvador. Y cuando David era un anciano, dijo que habría un rey que vendría de su descendencia que sería su Salvador. Dios no le dio esa información a Moisés, ni tampoco se la había dado a Abraham. En realidad, Dios le dio a Moisés una ley que establecía que Israel no debería tener un rey terrenal, porque Dios sería su rey. Dios, sin embargo, conocía el corazón humano, y en el pasado Israel quiso ser como las otras naciones que estaban a su alrededor y tener entonces un rey humano. Fue hermosa la forma en que Dios actuó en tiempos como aquellos, Él les concedió su petición, aunque envió flaqueza para sus almas. Dios la utilizó como un método para enviar el Mesías, el Salvador, a este mundo. Así es que este primer versículo nos está diciendo que Dios no le dio a Abraham toda la verdad, pero la fue añadiendo a medida que fue tratando con hombres diferentes a través de los años. Como dijo Pablo a los Gálatas, en el capítulo 4 versículo 4, que "cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo". Es decir, cuando se cumplió el plazo divino. Así que ha habido un desarrollo de la verdad en la Biblia.

La segunda palabra "polutropos", "de muchas maneras", significa que Dios usó diferentes formas de comunicación. Él se apareció en sueños a Abraham, pero a Moisés le dio la ley. Y más tarde Él hizo ciertas promesas a Josué. Habló a través de sueños. Él habló a través de la ley; habló a través de diferentes tipos y figuras; habló a través del ritual. Hablo a través de la historia, a través de la poesía, a través de la profecía. Y utilizó todas estas maneras o formas diferentes en el transcurso de un período largo de tiempo, utilizando a unos cuarenta y cinco escritores y comunicando Su palabra en un período de unos 1.500 años. Así es que el escritor nos dejó aquí algo realmente maravilloso.

¿Se ha detenido usted a pensar que la multiplicidad de escritores, en sí misma, convierte a la Biblia en un libro notable? Los escritos de Miguel de Cervantes Saavedra fueron y son magníficos en el nivel humano, pero él fue el fue el único autor de sus obras. Por otra parte, Dios usó muchos escritores humanos para escribir la Biblia. Usó hombres con diferentes antecedentes y diversas capacidades. Uno de ellos, Simón Pedro, no controlaron muy bien el idioma Griego, pero no vamos a criticarle porque muchos de nosotros no alcanzamos el nivel que él alcanzó. No obstante, Dios usó a Pedro. El escritor de la epístola a los Hebreos (que nosotros creemos que fue Pablo) era un experto en el idioma Griego. Cuando Pablo escribió a los Gálatas y a los Corintios, usó el lenguaje de la vida diaria. Uso el vocabulario que la gente usaba en los puertos, y Pablo había estado en aquellos lugares porque viajó mucho por barco. Pero esta carta a los Hebreos es una obra de arte.

Esta epístola comienza con una gran presentación, mencionando a Dios. No hay nada antes de Su nombre que trate de probar que Él existe. Si usted niega la existencia de Dios, el problema es suyo, no de Dios. Algunos que se consideran intelectualmente en la cúspide del conocimiento, niegan la existencia de Dios. Pero si uno considera sus mentes limitadas, que en cuanto pueden se refugian en la duda, y las compara con la de Dios, parece evidente por qué Dios no malgastó su tiempo probando quien es Él. Así que si una persona va a venir a Dios, debe creer en primer lugar que Él existe.

Leamos el versículo 1 hasta donde lo hemos considerado: "Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras" y continúa diciendo, "a los padres". ¿Quiénes son los padres mencionados en este versículo? Son Abraham, Isaac, Jacob, Josué, Moisés, David, Isaías, etc. Estos fueron los padres, pero ellos no son nuestros padres ni tampoco los suyos, estimado oyente. Obviamente estas palabras fueron escritas a gente que llamaba padres a Abraham, Isaac y Jacob, y ésa fue la razón para que se llamara a esta carta la epístola a los Hebreos. No obstante, Él es también Dios de los no judíos, y podemos estar agradecidos por ello.

Continúa diciendo el versículo 1 que Él habló a los padres "por los profetas". Dios habló por medio de muchos hombres que fueron profetas, y ellos fueron grandes hombres con mensajes extraordinarios. Se requirió la participación de todos ellos juntos para proporcionarnos el Antiguo Testamento, pero lo mejor que podría decirse es que ellos entregaron simplemente una revelación parcial.

Pero ahora veremos que Dios ha hablado finalmente y completamente por medio de Su Hijo. Continuemos leyendo el versículo 2 de este primer capítulo de Hebreos:

"En estos últimos días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el universo."

Ahora, Dios ha hablado finalmente por medio de Su Hijo, y la traducción literal sería "nos habló en el Hijo". O como cierto expositor bíblico dijo: "Dios nos habló en alguien que tiene el carácter de ser Su Hijo". Si Él hablara en este día desde el cielo mismo, Él repetiría algo que ya ha dicho, porque tenemos la última palabra de Dios para este mundo en Cristo Jesús.

Dice aquí también "en estos últimos días nos ha hablado". El término "nos" es muy importante, al referirse a los mismos a quienes Él habló por medio de los profetas en los tiempos del Antiguo Testamento, es decir, a los creyentes Hebreos. Recordemos que el Padre habló desde el cielo diciendo: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia: a él oíd". (Mateo 17:5). Y ya que el Padre ha pronunciado Su palabra final en el Señor Jesucristo, es también la palabra final para usted y para mí. El Hijo es el que está ante nosotros.

Sigue diciendo aquí: "En estos postreros días nos ha hablado". Por lo tanto Cristo es superior a todos los escritores del Antiguo Testamento, porque la revelación está llena de Él. Él cumple todo el Antiguo Testamento y Él mismo presentó la Palabra final de Dios a los hombres. Como dijo Jesucristo cuando estuvo aquí hace más de 2.000 años, y como quedó registrado en Juan 16:15, "El Espíritu de verdad... tomará de lo mío, y os lo hará saber". Así que el Espíritu de Dios, hablando por medio de Juan, Santiago, el Dr. Lucas, Pablo y Pedro, y por los otros escritores del Nuevo Testamento, nos ha dado la revelación completa de Dios.

Se nos muestra la superioridad del Hijo en siete declaraciones inigualables. Estamos seguros de que nosotros no podemos comprender o abarcar con la mente ninguna de ellos en su totalidad.

La primera declaración es: "A quien constituyó heredero de todo". El Señor Jesucristo ha sido designado heredero de todas las cosas. Ahora, esta afirmación hace surgir una pregunta, en Juan 1:3 leemos que por medio de Él fueron creadas todas las cosas; sin Él, nada de lo creado llegó a existir. Se nos dice que la creación es suya, porque Él la creó. Ya le pertenece, pero, entonces ¿cómo puede ser Cristo el heredero de todas las cosas? Bueno, Él vino a este mundo y asumió nuestra humanidad. El primer hombre de la raza humana recibió dominio sobre toda esta creación y nosotros no enfatizamos esto lo suficiente, porque en Génesis hay declaraciones tremendas expresadas con sólo unas pocas palabras. Ésa fue la forma en que Moisés escribió los primeros once capítulos del Génesis, con palabras breves. Y cuando Dios dijo en Génesis 1:26, que le concedió al hombre dominio sobre toda la tierra no hizo de él un jardinero de primera clase, con la intención de que plantara rosales y podara los ciruelos. Adán tenía dominio y el dominio tiene que ver con gobierno. Toda la creación estaba bajo su autoridad. Creemos que cuando él quería que hubiera más humedad, simplemente tenía que ordenarlo y creemos que cuando él quería un poco más de calor, simplemente hacía que subiera la temperatura. Creemos que él controlaba este mundo. Pero cuando él pecó, perdió ese control.

Cuando el Señor Jesucristo vino a esta tierra, se convirtió en un hombre. Él realizó milagros en todas las esferas. Tenía control sobre el cuerpo humano, tenía control sobre la naturaleza, podía calmar las tormentas y pudo alimentar a 5.000 personas. Él recobró todo el poder que Adán había perdido. Ahora, el Señor Jesucristo va a ser el heredero de todo y en la Escritura se nos dice que nosotros somos herederos de Dios. El apóstol Pablo dijo en Romanos 8:16 y 17: "16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo",. La palabra "coherederos" es interesante. No significa herederos "iguales". Los herederos iguales pueden cada uno de ellos disponer de la forma que quieran de la parte que les ha sido asignada en el testamento. Pero los coherederos en un testamento, significa que alguien más tiene el control de la herencia, y esa persona asigna sólo una cierta cantidad a cada uno en el momento apropiado. Esa persona administra la herencia. Bien, el Señor Jesucristo es el heredero y nosotros somos coherederos juntamente con Él. Por lo tanto Él controla todo la herencia, y Él puede ponerle a usted o a mí a cargo de algo en el universo. Así es que somos coherederos junto con Cristo; tenemos una herencia que es incorruptible, inmaculada, que no se consume, y que está reservada en el cielo para nosotros. Y tenemos esta herencia debido a las muchas cosas maravillosas que Él ha hecho por nosotros. Y hasta donde sabemos, a ningún profeta en el Antiguo Testamento se le prometió algo como esto. Es que al autor de la epístola a los Hebreos nos mostró en este pasaje que Cristo fue superior a los profetas.

Y aquí debemos concluir por hoy. Le sugerimos leer la totalidad del capítulo 1 para tener así una idea general del mismo, ya que al continuar nuestro estudio, nos ocuparemos de los detalles. Así que, estimado oyente, esperamos contar con su compañía en nuestro próximo encuentro para continuar nuestro recorrido de esta gran epístola.

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