El hecho de que la vida eterna consista en conocer, no sólo a Dios, sino también a Jesucristo, prueba en gran medida la divinidad de Cristo. Si Cristo no fuera Dios, sería una blasfemia decir que los hombres no pueden tener la vida eterna si no le conocen y tienen una relación correcta con él. Además, si Cristo no es Dios, quiere decir que es una criatura creada, y en ese caso, ¿hará Dios depender toda la salvación eterna de los hombres de un ser creado? Si así fuera, no habría esperanza para la raza humana.