Estudios bíblicos por series

Serie:  El Evangelio de Juan

La copa que el Padre me ha dado (Juan 18:10-18)

A pesar de los vanos esfuerzos de Pedro por librar al Señor, Él no estaba buscando defensores ni la forma de huir. Jesús estaba preparado para beber íntegramente la copa que el Padre le había mandado... Una vez más vemos la gloria de Cristo en los momentos más difíciles.

Anás interroga a Jesús (Juan 18:19-27)

En un simulacro de juicio, las autoridades religiosas judías emprendieron la difícil tarea de buscar algo contra Jesús. ¡Lo fácil que habría sido encontrar personas que dieran muy buen testimonio de lo que Jesús había hecho por ellas!

Jesús ante Pilato (Juan 18:28-32)

Pilato, el gobernador romano, había escuchado muchas cosas acerca de Jesús, y ahora lo tenía ante él. Pronto quedó admirado por su persona y concluyó que no encontraba delito en él, pero los judíos le acusaban con insistencia... ¿Qué haría Pilato con Jesús? ¿Y qué decidiremos nosotros acerca de él?

Jesús el Rey de los judíos (Juan 18:33-37)

¿Es Jesús el Rey de los judíos? Pilato descubrió que sí lo era, y también que el Reino de Cristo era único en este mundo, tanto por su origen y autoridad, como por su renuncia a la fuerza y su énfasis en la verdad. ¿Querría ser Pilato un súbdito de este Reino? ¿Y nosotros?

¿Qué es la verdad? (Juan 18:38-40)

La importancia de la pregunta que Pilato hizo a Jesús es tremenda. Vivir al margen de la verdad, tal como la expresaba el Señor Jesucristo, trae graves problemas al ser humano. ¿Conoce usted la verdad revelada por Cristo?

Jesús: Hombre y Dios (Juan 19:1-8)

Aquí llegamos al punto principal al que Juan nos quiere llevar: ¿Quién es Jesús? Esta cuestión es fundamental, porque su muerte en la cruz tendrá un valor muy diferente dependiendo de quién era él. Si Cristo era realmente inocente, y además era el Mesías, el Hijo de Dios, entonces su muerte no sólo habría sido un terrible error judicial, sino que también tendría el poder de salvar a aquellos que le acepten como su sustituto ante la justicia divina.

La soberanía de Dios y la muerte de su Hijo (Juan 19:9-11)

Aunque Pilato se vanagloriaba de la autoridad que tenía, el Señor le demostró que no tenía ni tanto poder ni conocimiento como él pensaba. Si los hombres pudieron poner sus manos sobre Cristo sólo fue posible porque él en su soberanía lo había permitido para la salvación de la humanidad...

¿A vuestro Rey he de crucificar? (Juan 19:12-16)

Pilato condenó a Jesús a morir en una cruz a pesar de que sabía que era inocente, pero lo hizo para salvaguardar sus propios intereses personales... ¡Pobre aquel que se aleja de Cristo buscando sus propios intereses!
11