Estudio bíblico de Oseas 11:1-14:9

Oseas 11:2-14:9

Continuamos hoy, amigo oyente, en la sección comenzada en nuestro programa anterior y titulada "Israel debe ser juzgada, pero Dios no la abandonará". Ahora, en el versículo 2 de este capítulo 11 de Oseas, leemos:

"Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí. A los baales sacrificaban, y a los ídolos quemaban incienso."

Dios había expulsado de la tierra a los Cananeos y a otros pueblos paganos porque adoraban a Baal. Sin embargo, cuando los israelitas entraron en la tierra, ellos también se implicaron en la adoración a Baal y a las imágenes talladas. Y en el versículo 3, leemos:

"Con todo, yo enseñaba a andar a Efraín, tomándolo por los brazos; más ellos no comprendieron que yo los cuidaba."

Dios bendecía a Israel de maneras muy diferentes y Su bendición fue la forma bondadosa en que los guió: Y dice el versículo 4:

"Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida."

Dios dijo: "Yo no los obligué a que me sirvieran". Y Dios no hará eso con usted tampoco, estimado oyente. Muchas personas dicen: "¿Por qué no actúa Dios hoy? ¿Por qué no hace esto o aquello?" No sabemos por qué Dios no hace muchas cosas, pues Él no nos lo ha dicho. Pero Él es Dios, y nosotros sólo somos pequeñas criaturas en la tierra, y nos falta mucha información. Aunque no podamos responder a esas preguntas, sí sabemos una cosa. Dios no obliga a nadie. La única cuerda que Él pondrá a su alrededor será una cuerda de amor. El dijo: "no os pondré una brida; no os empujaré. La única súplica que os haré es deciros que os amo". Estimado oyente, esa es la apelación que Dios nos presenta hoy a usted y a mí. Él removió cielo y tierra para llegar a la puerta de su corazón, pero allí se detuvo y amablemente llama a la puerta y dice: "Mira que estoy a la puerta y llamo". Allí es donde Él se encuentra -Nunca ha forzado una puerta, Él no se introducirá a la fuerza. Usted es el que tendrá que responder a Su amor.

(Es interesante observar que el amor siempre ha sido la súplica más fuerte e influyente. Se ha dicho que Napoleón declaró lo siguiente: "Carlomagno, Alejandro Magno y otros grandes generales han formado grandes imperios, y los constituyeron por la fuerza, pero Jesucristo tiene hoy millones de personas que morirían por Él, porque Él formó un imperio de amor". Hasta aquí la cita. Esta es Su única forma de llamarle a usted ---no creemos que utilice otro método. Él le juzgará en el futuro, pero hoy, no le atraerá hacía Sí mismo excepto por amor. Ese es el llamado más elocuente que Él puede hacer. La cuerda, como ya dijimos, es una cuerda de amor.) Y dice el versículo 5;

"No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir."

Israel se apresuró a recurrir a Egipto para pedir ayuda, pero entonces descubrió que Egipto era su enemigo. Después recurrió a Asiria, también para obtener ayuda, y Dios dijo: "Haré que Asiria se convierta en su rey". Y Asiria fue el lugar al cual Dios envió a Israel a vivir en cautiverio. Ahora, los versículos 6 y 7, dicen:

"La espada caerá sobre sus ciudades y consumirá sus aldeas; las consumirá a causa de sus propios consejos. Mi pueblo está aferrado a la rebelión contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer."

Esta fue la segunda vez que en este libro apareció la palabra obstinación o "rebelión". Recordamos así la ilustración de la novilla rebelde y obstinada que, cuando uno trataba de empujarla para que subiera a la plancha preparada para que accediera al carro, simplemente endurecía sus patas delanteras y comenzaba a deslizarse hacia atrás ---y entonces había que comenzar la operación otra vez. Esa fue una figura de lo que es la reincidencia obstinada y rebelde. Significa negarse a escuchar a Dios, y venir a Él. Continuemos leyendo los versículos 8 y 9 de este capítulo 11:

"¿Cómo podré abandonarte, Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré hacerte como a Adma, o dejarte igual que a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión. No ejecutaré el ardor de mi ira ni volveré a destruir a Efraín, porque Dios soy, no hombre; soy el Santo en medio de ti, y no entraré en la ciudad."

Esta es una nota triste. Parecía que Dios estaba entre la espada y la pared, ya que se sentía frustrado. La pregunta ¿Cómo podré abandonarte, Efraín? nos revela que Él no quería abandonarlos. Dios los amaba, pero a causa de su pecado, debía juzgarlos.

Veamos la pregunta ¿Te entregaré yo, Israel? Estimado oyente, Dios no tiene otra forma de salvarle excepto por la muerte de Cristo. Podría pensar que usted mismo tiene dos o tres formas, pero Dios solo tiene una manera. Y ya que Él dijo, como leemos en Oseas 13:4, no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí, sería mejor que usted le escuchase.

Continuó Dios diciendo: ¿Cómo podré hacerte como a Adma, o dejarte igual que a Zeboim? Adma y Zeboim eran ciudades de la planicie que Dios había juzgado junto con Sodoma Y Gomorra. Dios le estaba diciendo a Israel: "Detesto juzgarte de la misma manera". Sin embargo, Dios tenía que juzgarlos, y hoy está tan desolada Samaria, como lo está la zona que corre a lo largo del Mar Muerto donde estas ciudades estuvieron situadas en el pasado.

Y después tenemos la frase: Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión. No ejecutaré el ardor de mi ira. En otras palabras, Israel no recibió ni la mitad de lo que merecía. ¿Por qué? Porque Dios dijo: ni volveré a destruir a Efraín. El tiene la intención de redimirlos y restituirlos a esa tierra algún día. Su retorno actual a esa tierra no constituye en absoluto el cumplimiento de esta profecía: no culpemos a Dios por lo que está sucediendo en aquella tierra en la actualidad.

Sin embargo, Dios los colocará en la tierra otra vez. ¿Y por qué lo hará? Por una razón. El mismo dijo, en el resto de este versículo: porque Dios soy, no hombre; soy el Santo en medio de ti, y no entraré en la ciudad. Esto es algo más que hoy tenemos que aprender. Estimado oyente, es posible que a usted no le agrade lo que Dios está haciendo hoy, pero Él va a realizarlo. Hay muchas cosas que Dios hace y que yo no comprendo, pero Él es Dios, y sin duda alguna, no es responsable ante mí, ni está obligado a darme explicaciones. Porque Él es Dios. Y dice el versículo 10 de este capítulo 11 de Oseas:

"En pos del Señor caminarán. Él rugirá como un león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente."

Estas palabras dan a entender que Dios tiene la intención de juzgar a las naciones de occidente. Y nos encontramos entre los pueblos que están al oeste de Israel. Y continúan diciendo los versículos 11 y 12:

"Como aves acudirán velozmente de Egipto, y de la tierra de Asiria como palomas; y yo los haré habitar en sus casas, dice Jehová. Me rodeó Efraín de mentira, y la casa de Israel de engaño. Pero Judá aún gobierna con Dios, y es fiel con los santos."

Judá aun tuvo algunos buenos reyes en el reino del sur, pero no hubo ninguno en el reino del norte. Algunos de los reyes profesaron su lealtad a Dios, pero utilizaron la mentira y el engaño. Estimado oyente, vivimos en una época en la que una persona puede engañar a cualquiera. (Abraham Lincoln ha dicho: "uno puede engañar a algunas personas todo el tiempo, y a todas las personas por algún tiempo, pero nadie puede engañar a todas las personas todo el tiempo". Hasta aquí la cita. Y Abraham Lincoln no vivió en esta época de televisión e Internet. En nuestro tiempo nos tememos que una persona puede engañar a todas las demás durante todo el tiempo.) Nunca ha habido una época de influencia masiva, intoxicación y lavado cerebral como la nuestra. Pero nadie puede engañar a Dios. El conoce todas las cosas y algún día juzgará de acuerdo con la verdad. Y así llegamos al

Oseas 12

En el cual continuó la declaración de Dios de juicio contra Israel. Leamos el primer versículo de este capítulo:

"Efraín se apacienta de viento, anda tras el viento del este todo el día; multiplica la mentira y la violencia, porque hicieron pacto con los asirios y llevan el aceite a Egipto."

La primera frase se refería a un viento que venía del oriente sobre el ardiente desierto árabe y soplaba sobre esa tierra. Dios estaba diciendo: "Quiero que los Asirios pasen por la tierra como el viento del oriente". Y dicen los versículos 2 al 4 de este capítulo 12:

"Pleito tiene el Señor con Judá para castigar a Jacob conforme a su conducta; le pagará conforme a sus obras. En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano, y con su poder venció al ángel. Luchó con el ángel y prevaleció; lloró y le rogó; lo halló en Bet-el, y allí habló con nosotros."

Mucha gente se ha preguntado por qué Dios colocó en su Palabra el incidente que describe como Jacob se asió del talón de su hermano Esaú. Es interesante ver que la medicina y la psicología han dicho que probablemente el período más importante de la vida del hombre es cuando se encuentra en el seno materno, porque allí se forma el carácter así como el cuerpo humano. Y el pequeño Jacob comenzó a revelar algo en el vientre materno --él reveló que quería ser el primero en nacer, el primogénito, aunque Esaú le ganó y el primogénito fue él. No sabemos cómo explicarlo, a no ser que digamos que este deseo estaba en su corazón desde el mismo principio, así que él luchó por ello en su nacimiento. Y Dios tuvo que luchar con él más tarde en su vida, en Peniel, para llevarle a una actitud de sumisión, para que Él pudiera bendecirlo. Aquí dice Luchó con el ángel y prevaleció. ¿Cómo prevaleció? ¿Era Jacob un luchador mejor? No, Jacob no era un buen luchador. Dios le derribó, pero el ganó. Y, ¿cómo ganó Jacob? Rindiéndose. Estimado oyente, usted puede luchar contra Dios todo lo que quiera, pero usted nunca ganará hasta que se rinda a Él. Ahora, el versículo 5 de este capítulo 12 de Oseas, dice:

"Mas el Señor es Dios de los ejércitos: ¡El Señor es su nombre!"

El nombre Jehová o "el Señor" es el nombre que Dios dio a Israel como un recordatorio. El dijo: "Vosotros siempre me conoceréis por mi nombre. Yo soy Jehová, el que existe por sí mismo, el Dios viviente". No necesitamos imágenes para recordarnos a Dios. Su mismo nombre expresa Su naturaleza. Y dice el versículo 6:

"Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre."

Esta gente necesitaba practicar lo que predicaban. En nuestro tiempo la adoración de Satanás y las desviaciones de la inmoralidad han conducido a los peores crímenes. Solo yendo al Dios vivo y esperando continuamente en El, tendremos misericordia y justicia; ellas van juntas -uno no tendría una sin la otra. Luego, en el versículo 7, leemos:

"Canaán tiene en su mano pesas falsas, le gusta defraudar."

Esto nos habla de la falta de honradez en los negocios, que es algo que Dios no aprueba. Y el versículo 8, continúa diciendo:

"Efraín dijo: «Ciertamente me he enriquecido, me he labrado una fortuna; nadie hallará iniquidad en mí, ni pecado en todos mis trabajos."

En otras palabras, Efraín creyó que podía solucionar sus problemas con el dinero. Ellos habían obtenido su dinero deshonestamente, pero pensaban que estaban siendo bendecidos por Dios. Después, en el versículo 9 de este capítulo 12, leemos:

"Pero yo soy el Señor, tu Dios, desde la tierra de Egipto; aún te haré morar en tiendas, como en los días de la fiesta."

Dios le estaba diciendo a Israel: "Yo no he concluido mi trato contigo. Y dice el versículo 11:

"¿Es Galaad iniquidad? Ciertamente vanidad han sido: En Gilgal sacrificaron bueyes, y sus altares son como montones de piedras sobre los surcos del campo."

Galaad fue el lugar donde debería haber habido un bálsamo para curar las heridas; pero en aquel entonces era un lugar donde se practicaba el pecado. Y dice el versículo 14 de este capítulo 12 de Oseas:

"Efraín ha irritado a Dios amargamente; por tanto, su Señor hará recaer sobre él la sangre derramada y le pagará sus agravios."

O sea, que su sangre sería dejada sobre su propia cabeza; porque ese pueblo era culpable y merecía la muerte. La sangre había sido derramada profusamente, y la culpa de su pecado permanecía sobre ellos. Es que Israel se había alejado de Dios y, en consecuencia, Él debía juzgarlos. Y así llegamos al

Oseas 13

En este capítulo vemos que el juicio de Dios sobre Israel era inevitable. Dice el versículo 1:

"Cuando Efraín hablaba, cundía el temor; fue exaltado en Israel, mas pecó en Baal y murió."

Es decir, que cuando Efraín servía al Dios vivo, Dios le exaltó. Pero cuando comenzó a adorar a Baal, él murió. Y, estimado oyente, no sólo murió y fue sacado de esa tierra, sino que la tierra misma también murió. Y no creemos que haya revivido hoy. Las ruinas de Samaria y de otras ciudades en aquella región son las más desoladas que uno puede encontrar en cualquier lugar del mundo. Ahora, el versículo 2, del capítulo 13, de Oseas, dice:

"Ahora siguen en su pecado; con su plata se han hecho imágenes de fundición, ídolos de su invención, ¡todo obra de artífices! Y entonces dicen a los sacrificadores que besen a los becerros."

Esta era una forma de adoración. Esta gente se estaba realmente acercando y besando a los becerros de oro.

Muchas personas piensan que si besan una imagen o si besan cierta superficie de tierra, están adorando a Dios. En Israel, uno puede observar que en el jardín del sepulcro, por ejemplo, algunas personas que lo visitan se ponen de rodillas y besan la tierra. Hay personas que piensan que ese es un lugar santo y que fue allí donde el Señor estuvo sepultado. Pero Él no está allí ahora, Él está vivo a la derecha de Dios. Es imposible besarle hoy, pero usted puede adorarle y alabarle. No tiene realmente sentido besar algo como un acto de adoración al Dios vivo y verdadero. Usted puede adorarle, estimado oyente, por medio de la vida que usted vive: es decir, en la forma en que atiende su trabajo o conduce sus negocios, en la manera en que se comporta socialmente, en la familia, y no solo por la manera en que usted actúa en un santuario. Nosotros somos los que hemos marcado una diferencia entre el santuario y la calle, pero ante la mirada de Dios no hay, en absoluto, ninguna diferencia. Y dice(n) el (los) versículo(s) (3 y) 4:

"(Por tanto, serán como la niebla de la mañana y como el rocío de la madrugada, que se disipa; como la paja que la tempestad arroja de la era, como el humo que sale por la chimenea.) Mas yo soy el Señor, tu Dios, desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí."

Usted puede presentar su propio plan de salvación, estimado oyente, pero Él es el único Salvador, y ya que lo es, sería mejor que usted viniera a Dios por el camino que Él ha trazado. Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí. (Juan 14:6). Ahora, esto es cierto o no lo es. Millones de personas han recorrido ese camino, y han descubierto que esto es cierto. Usted puede creer que tiene su propio camino de salvación, pero Dios es el único Salvador, y Él es el único que puede ofrecerle un plan de salvación. Y en los versículos 5 y 6 de este capítulo 13 de Oseas, leemos:

"Yo te conocí en el desierto, en tierra seca. En sus pastos se saciaron y, una vez repletos, se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí."

Dios les recordó la liberación de Egipto, les aseguró que no los abandonaría, pero iba a juzgarlos. Y dicen los versículos 7 y 8:

"Por tanto, yo seré para ellos como león; como un leopardo en el camino los acecharé. Como osa que ha perdido a sus hijos los atacaré y desgarraré las fibras de su corazón, y allí los devoraré como león; fiera del campo los despedazará."

Hay aquí un detalle profético interesante. En la visión de Daniel 7, Babilonia fue representada como un león. Grecia (bajo Alejandro Magno) fue representada como un leopardo y el imperio Medo-Persa, representado por un oso. Ahora aquí, en la profecía de Oseas, Dios estaba diciendo que en el futuro El vendría contra ellos como un león y un leopardo, pero que en el futuro inmediato, El vendría como un oso (representado por Medo-Persia, que en aquella época estaba dominado por Asiria). Dios dijo aquí que los atacaría como una osa que ha perdido a sus hijos. No hay nada más feroz que una osa que ha sido privada de sus cachorros y ella fue una ilustración apta para el brutal ejército Asirio. Y el versículo 9 dice:

"Te perdiste, Israel, mas en mí está tu ayuda."

Con frecuencia culpamos a Dios de lo que nos sucede. Cuando usted se sienta así, este es un buen versículo para leer. Al decir Te perdiste, se le estaba recordando al pueblo que era responsable por su situación. Usted puede también puede obtener Su ayuda. Dicen los versículos 10 y 11:

"¿Dónde está tu rey, para que te salve en todas tus ciudades, y tus jueces, a los que dijiste: Dame un rey y príncipes? Te di un rey en mi furor, y te lo quité en mi ira."

Y ese rey fue Saúl. Cuando Israel pidió un rey, Dios le dio a Saúl. Y aquí dice te lo quité en mi ira. Y El quitó al último rey del reino del norte, llamado Oseas. Y él quitó a Sedequías del reino del sur. Fue Su juicio al principio de la historia de Israel, como nación unida, y sería Su juicio al final. Como dice el versículo siguiente, el 16, Samaria sería asolada y así está en la actualidad. Y así llegamos al último capítulo de Oseas, el

Oseas 14

Este capítulo habla de la salvación futura de Israel. Y en el primer versículo del capítulo 14, leemos:

"¡Vuelve, Israel, al Señor, tu Dios, pues por tu pecado has caído!"

Fue su pecado el que causó su cautiverio. Y en el versículo 3, leemos:

"No nos librará el asirio; ya no montaremos a caballo, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros, porque en ti el huérfano alcanzará misericordia."

Imagínese usted que ha hecho algo con sus propias manos y luego se postra a adorarlo. Hoy muchos adoran su propia capacidad, su cerebro, su intelecto. Adoran lo que están haciendo y lo que son capaces de hacer. Cuando uno hace semejantes cosas, no es más que un pagano. Y en el versículo 4, leemos:

"Yo los sanaré de su rebelión, los amaré de pura gracia, porque mi ira se apartó de ellos."

La promesa aquí fue Yo sanaré su rebelión. Por Su amor y Su gracia, Su ira se disipará. Y ahora, leamos el versículo 8:

"Efraín dirá: ¿Qué tengo que ver con los ídolos?. Yo lo oiré y velaré por él; yo seré para él como un pino siempre verde; de mí procederá tu fruto."

Este es una de los versículos más hermosos de la Biblia. Es como una canción de victoria. Finalmente, Dios va a triunfar y el amor va a obtener aquí la victoria. Él había dicho a Efraín: "Oh, Efraín, ¿cómo te abandonaré? Después dijo: "Los dejé solos porque se habían vuelto a los ídolos". Pero finalmente Dios dijo que llegaría un día en el que ellos verían el gran error que habían cometido y regresarían a Él. En las palabras futuras de Efraín ¿Qué tengo que ver con los ídolos? Vemos su cambio de actitud.

No podemos evitar pensar, en medio de la tragedia del pecado, de este drama de la vida humana que se está representando en el mundo de hoy, que Dios va a venir como el vencedor. Creemos que habrá más gente salvada que perdida. Eso fue lo que pensó también el gran predicador Spurgeon. Usted y yo estamos enfrascados en lo que sucede en la actualidad. Miramos a nuestro alrededor y todo lo que vemos es el pequeño rebaño del cual habló el Señor Jesucristo al referirse a la iglesia, formada por las personas que Él está llamando. Pero hay muchos que Él salvó en el pasado. Él salvó, por ejemplo, a toda la población de Nínive, aunque cien años más tarde, ellos se volvieron al pecado, y los castigó. Y ha habido también en el pasado otros grandes movimientos de renovación. Así que, estimado oyente, Dios va a triunfar. El amor triunfará. Él es el Dios soberano. Que Dios tenga compasión de aquellos enemigos que se enfrenten a Él. No sabemos qué piensa usted, estimado oyente, pero queremos vivir y estar en la presencia de Dios. Es por tal motivo que es urgente que conozcamos Su Palabra, para averiguar cómo podemos permanecer en Su Voluntad en estos días en que estamos viviendo.

Y así, estimado oyente, concluimos nuestro estudio del libro de Oseas. En nuestro próximo programa regresaremos al Nuevo Testamento para estudiar el libro de Santiago. Le invitamos, pues, a que continúe acompañándonos en esta nueva etapa de nuestro viaje "a través de la Biblia".

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