Estudio bíblico de Éxodo 28:1-43

Exodo 28

Tema: Aarón y sus hijos fueron elegidos; el efod; el pectoral; el Urim y el Tumim; la corona y las vestiduras sacerdotales.

Hemos visto que cada detalle del mobiliario del tabernáculo como, por ejemplo, los materiales y los colores utilizados señalaban a la persona y la obra de Cristo. Ahora examinaremos a aquellos que iban a ocuparse de los servicios religiosos. Los Levitas estaban encargados de ciertas funciones de cuidado del tabernáculo y Aarón y sus hijos serían los sacerdotes. Y Aarón sería el sumo sacerdote.

La primera parte de este capítulo nos relata como

Aarón y sus hijos fueron elegidos para el sacerdocio

Leamos los versículos 1 y 2:

"Entonces harás que se acerque a ti, de entre los hijos de Israel, tu hermano Aarón, y con él sus hijos, para que me sirva como sacerdote: Aarón, con Nadab y Abiú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón. Y harás vestiduras sagradas para tu hermano Aarón, para gloria y para hermosura."

Para que Aarón pudiera ejercer el sacerdocio como sumo sacerdote tenía que utilizar ciertas prendas de vestir. Y las vestiduras señalaban simbólicamente a Cristo. Es cierto que la mayoría de las instrucciones dadas en el libro del Éxodo no constituyen una lectura apasionante, pero sí nos revelan las dimensiones de la persona de Jesucristo. ¿Alguna vez te has preguntado por qué Dios nos dio todas estas instrucciones? Bueno, desde pequeños, hemos aprendido por medio de dibujos y figuras. La Biblia es como un libro de imágenes y Dios quiere que aprendamos las verdades que El quiere enseñarnos observando las figuras que se encuentran en la Biblia.

Estas ropas no eran santas en el sentido en que hoy consideramos a algo como santo. La palabra hebrea para santo significa "apartado". Las ropas estaban separadas, apartadas para el servicio de Dios. Cualquier cosa apartada para Dios es santa.

Observemos que aquellas vestiduras habían sido diseñadas para la honra y gloria de Dios y eran, por lo tanto, hermosas. Algo que está reservado para el servicio de Dios no tiene por qué ser severo y desprovisto de atractivo o de auténtica belleza. Después de todo, Dios es el creador de la belleza y del color. Miremos los tonos de de un amanecer, del atardecer, de las hojas en el otoño, o al color del cielo en un día soleado, o al contraste de una tormenta oscureciendo el firmamento. Por ello la ropa de los sacerdotes debía reflejar belleza y estética, para honrar y destacar la gloria de Dios.

Continuemos leyendo el versículo 3:

"Y hablarás a todos los hábiles artífices, a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, y ellos harán las vestiduras de Aarón para consagrarlo, a fin de que me sirva como sacerdote."

Y a continuación se describe la ropa que Aarón, como sumo sacerdote, debía utilizar. Leamos el versículo 4:

"Estas son las vestiduras que harán: un pectoral, un efod, un manto, una túnica tejida a cuadros, una tiara y un cinturón; y harán vestiduras sagradas para tu hermano Aarón y para sus hijos, a fin de que me sirvan como sacerdotes."

Aquí se mencionan 6 vestiduras para ser utilizadas por Aarón en el servicio a Dios. Estas ropas pasarían a ser las de sus sucesores en el sacerdocio. Dice el versículo 5:

"Y tomarán para ello el oro y la tela azul, púrpura y escarlata, y el lino fino."

Como podemos ver por el texto Bíblico, las ropas serían confeccionadas de un material de la máxima calidad.

El siguiente párrafo nos habla de un ornamento que se llevaba sobre la túnica del sumo sacerdote, llamado

El efod

Leamos los versículos 6 al 9:

"Harán también el efod de oro, de tela azul, púrpura y escarlata y de lino fino torcido, obra de hábil artífice. Tendrá dos hombreras que se junten a sus dos extremos, para que se pueda unir. Y el cinto hábilmente tejido que estará sobre él, será de la misma obra, del mismo material: de oro, de tela azul, púrpura y escarlata y de lino fino torcido. Y tomarás dos piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel"

El efod es difícil de describir. Se colocaba sobre la túnica de lino. Constaba de 2 partes amplias de tela, una delantera y la otra trasera, que se unían y sujetaban por medio de 2 hombreras con dos cintas o cadenas de oro, con incrustaciones de ónice. Las partes de la vestidura se ceñían al cuerpo con un cinturón. Sobre las 2 piedras de ónice, debían estar grabados los nombres de las 12 tribus de Israel (seis en cada piedra). Cuando el sumo sacerdote entraba en el tabernáculo, llevaba escritos dichos nombres sobre sus hombros. Este detalle destaca el poder y la representatividad del sumo sacerdote. En el Nuevo Testamento y hablando de Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, la carta a los Hebreos 7:25 dice: Por lo cual El también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de El se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos. Y es que Cristo es capaz de salvarnos. Tiene la fuerza y el poder para hacerlo.

¿Recuerdas la parábola que Jesús pronunció sobre la oveja perdida? El pastor del rebaño salió a buscarla y al encontrarla, la trajo de vuelta sobre sus hombros. Jesucristo me lleva sobre sus hombros y así es como te lleva también a ti. De vez en cuando, en ciertos lugares del camino de la vida yo me apeo, pero El está precisamente allí, dispuesto a recogerme nuevamente para colocarme sobre el lugar seguro de sus hombros, para continuar llevándome. Por todo ello, esta prenda de vestir, el efod, nos ofrece una imagen entrañable de nuestro Señor Jesucristo.

En el párrafo siguiente se nos describe

El pectoral

Leamos los versículos 15 y 16:

"Y harás el pectoral del juicio, obra de hábil artífice; lo harás como la obra del efod: de oro, de tela azul, púrpura y escarlata y de lino fino torcido lo harás. Será cuadrado y doble, de un palmo de largo y un palmo de ancho."

La mejor forma de describir al pectoral es comparándolo con un chaleco que se colocaba sobre el efod, sujetado firmemente al mismo con 4 cordones de oro. Dos de los cordones eran introducidos por anillos de oro en los extremos superiores del pectoral y se sujetaban a las hombreras del efod. Los otros dos cordones de oro eran introducidos por anillos de oro en los extremos inferiores del pectoral y se sujetaban a los pliegues laterales del efod y se ataban con un cordón azul sobre el cinto del efod. Se le calificaba como el pectoral del juicio. ¿Y por qué? Porque ilustra la realidad de que el pecado ha sido juzgado. En cuanto a nosotros hoy, como creyentes, necesitamos el pectoral de la justicia. Es que el pectoral cubre el corazón malo que llevamos dentro de nosotros. Esa es la única manera en que podemos hallarnos ante la presencia de Dios. Esto significa que nuestros pecados han sido juzgados. La justicia de Dios nos ha sido cedida, atribuida. Por tal motivo se le denomina el pectoral del juicio.

El pectoral formaba, en cierta forma, parte del efod. Ambas prendas formaban un conjunto armonioso y atractivo.

Continuemos leyendo los versículos 17 al 20

"Y montarás en él cuatro hileras de piedras. La primera hilera será una hilera de un rubí, un topacio y una esmeralda; la segunda hilera, una turquesa, un zafiro y un diamante; la tercera hilera, un jacinto, una ágata y una amatista; y la cuarta hilera, un topacio, un ónice y un jaspe; todas estarán engastadas en filigrana de oro."

Para que veamos el gran valor de esta vestimenta, aquí se incluye la lista de las 12 piedras preciosas, distribuidas en 4 filas de 3 piedras cada una. El versículo 21 añade el siguiente:

"Las piedras serán doce, según los nombres de los hijos de Israel, conforme a sus nombres; serán como las grabaduras de un sello, cada uno según su nombre para las doce tribus."

Estas piedras preciosas se encuentran también citadas en el Nuevo Testamento, en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis, en el capítulo 21, el apóstol Juan relató que en su visión, contempló a la Nueva Jerusalén, una ciudad que descendía del cielo; una ciudad de oro, con muros de jaspe, y los cimientos de su muro estaban adornados con las piedras preciosas.

Cada una de las piedras tenía un color diferente, formando una imagen brillante y de gran belleza. En mi opinión, el universo de Dios esta lleno de color y cuando el pecado sea finalmente removido, le veremos resplandecer en todo su colorido.

El detalle interesante de aquellas 12 piedras es que, cuando el sumo sacerdote entraba a la presencia de Dios con su pectoral colocado, ilustraba al Señor Jesucristo que se encuentra en el lugar de máximo honor en la presencia de Dios, intercediendo por nosotros. El Señor no solamente nos lleva sobre sus hombros, que son un lugar de capacidad y fuerza espiritual, sino que también nos lleva en Su pecho. Estamos grabados en Su corazón. El nos ama y la imagen que hemos contemplado simboliza Su amor por nosotros.

(Según el versículo 30, que leeremos pronto, se indica otro de los propósitos del pectoral para el uso del Urim y el Tumim. El pectoral era doble, para que formara una especie de bolsa para llevar el Urim y el Tumim)

A continuación se nos explica el significado de

El Urim y el Tumim

Leamos el versículo 30:

"Pondrás en el pectoral del juicio el Urim y el Tumim, y estarán sobre el corazón de Aarón cuando entre a la presencia del Señor; y Aarón llevará continuamente el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante del Señor."

Nadie sabe exactamente qué eran el Urim y el Tumim. El significado de las palabras era, respectivamente, "luces" y "perfecciones". Hay numerosas teorías al respecto. Lo verdaderamente interesante es que estaba relacionado con el determinar cuál era la voluntad de Dios, para que los sacerdotes tomaran decisiones para los israelitas. Una de las teorías sostiene que eran 2 piedras, pero se ignora cómo se usaban para saber cual era el parecer de Dios. Algunos han sugerido que el Urim representaba una respuesta negativa y el Tumim una positiva. Algunos incluso piensan que eran como un juego de dados, pero yo no lo creo así. Sea lo que fuere, aunque se desconozca el método utilizado, servía para saber la voluntad de Dios en asuntos específicos. Y Dios habrá querido que los detalles permaneciesen en la oscuridad por una muy buena razón. Y es que no faltarían personas que hoy tratasen de producir algo parecido para proporcionarnos todas las respuestas. Ya hay actualmente mucha gente cerca de nosotros intentando resolver nuestros interrogantes sin tener el Urim y el Tumim. No olvidemos que Dios quiere que recurramos directamente a El para obtener las respuestas a nuestras preguntas.

A continuación, en los versículos 33 y 34, se nos habla sobre

El manto del efod

"Y harás en su borde inferior granadas de tela azul, púrpura y escarlata alrededor en todo su borde, y entre ellas, también alrededor, campanillas de oro: una campanilla de oro y una granada, otra campanilla de oro y otra granada, y así alrededor de todo el borde del manto."

Las granadas nos hablan de fruto del creyente y las campanillas del testimonio del creyente. Ambos deberían estar presentes en nuestras vidas. Tendríamos que ser testigos de Cristo, y debería haber en nosotros el fruto del Espíritu Santo, tal como se detalla en la carta de Pablo a los Gálatas 5:22 y 23. Pero está claro que demasiadas personas quieren ser testigos, aunque no tienen una clase de vida que las respalde. Y. por otra parte, muchos sí tienen un nivel espiritual que les respalda, pero no se dedican a dar testimonio de su fe. Podríamos decir que, figurativamente hablando, deberíamos tener una granada y una campanilla. Continúa diciendo el versículo 35:

"Y estará sobre Aarón cuando ministre; y el tintineo se oirá cuando entre en el lugar santo delante del Señor, y cuando salga, para que no muera."

Estos símbolos de vida fructífera y de testimonio activo producirían cierto sonido cuando el sumo sacerdote entraba y salía del santuario. La frase "para que él no muera" significaba una grave advertencia para el sacerdote oficiante, porque solo un sacerdote vestido adecuadamente y siguiendo las reglas del ritual podía entrar al Lugar Santo. Si no cumpliese lo establecido, sería herido de muerte.

Continuemos leyendo los versículos 36 al 38:

"Harás también una lámina de oro puro, y grabarás en ella, como las grabaduras de un sello: Santidad al Señor. La fijarás en un cordón azul, y estará sobre la tiara; estará en la parte delantera de la tiara. Y estará sobre la frente de Aarón, y Aarón quitará la iniquidad de las cosas sagradas que los hijos de Israel consagren en todas sus ofrendas santas; y la lámina estará siempre sobre su frente, para que sean aceptas delante del Señor."

Estas vestiduras distinguirían al sumo sacerdote de los demás sacerdotes y, al mismo tiempo, exponían la gloria y la hermosas características de la persona y obra de nuestro Sumo Sacerdote quien, en palabras de la carta a los Hebreos 7:26, es santo, inocente, (sin maldad), sin mancha, apartado de los pecadores. El murió aquí en esta tierra para salvarnos. Pero, como resucitó, vive y está en el máximo lugar de honor en el cielo, en la presencia de Dios, para interceder por nosotros.

Leamos, finalmente, los versículos 39 al 43:

"Tejerás a cuadros la túnica de lino fino, y harás una tiara de lino fino; harás también un cinturón, obra de un tejedor. Para los hijos de Aarón harás túnicas, también les harás cinturones, y les harás mitras, para gloria y hermosura. Y vestirás con ellos a tu hermano Aarón y a sus hijos con él; y los ungirás y ordenarás y consagrarás para que me sirvan como sacerdotes. Les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez; llegarán desde los lomos hasta los muslos. Y los llevarán puestos Aarón y sus hijos cuando entren en la tienda de reunión, o cuando se acerquen al altar para ministrar en el lugar santo, para que no incurran en culpa y mueran. Será estatuto perpetuo para él y para su descendencia después de él."

Dios no quiso que hubiese ninguna exhibición de desnudez por parte de aquellos que oficiaban el ritual del tabernáculo. Dios no deseaba que se diese lugar a una ostentación indebida de la parte física del cuerpo del sacerdote. Aquellas ropas habían sido confeccionadas para cubrir cualquier obra e influencia de la parte física del ser humano, ante la suprema experiencia de entrar en el lugar donde se efectuaba la adoración a Dios.

Por ese motivo en la actualidad, cuando nos disponemos a orar a Dios o a adorarle, tanto en la esfera privada como en la comunidad de los creyentes, tratamos de que todo lo que nos rodee exteriormente, e incluso lo que nos pueda preocupar interiormente, no sea motivo de distracción ni desvíe nuestra mente, nuestros pensamientos, de Aquel que es el motivo de nuestra adoración, de nuestra honra, y de nuestra gratitud.

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