Estudio bíblico de Proverbios 3:23-4:9

Proverbios 3:23-4:9

Al entrar al capítulo 3, de este libro de Proverbios, dijimos en nuestro programa anterior que los pasos del joven en el camino de la vida son pasos que muestran una nueva responsabilidad. Él ha salido de su hogar, disponiéndose a enfrentar la vida, en la que se está poniendo en un contacto directo con la realidad. Se le da este consejo de que sus pasos sean ordenados según lo que dice la Palabra de Dios. Cuán importante es esto en el día de hoy. Es un buen consejo, un consejo muy provechoso para todos el que se puede encontrar aquí.

En este capítulo 3 hemos considerado los siguientes temas: El joven tiene que escuchar la ley de Dios (vv. 1-8); Las bendiciones materiales tienen un significado espiritual (vv. 9-10); La corrección del Señor (vv. 11 y 12); y la felicidad de encontrar la sabiduría (vv. 13 en adelante).

Para situarnos en el contexto inmediatamente anterior vamos a considerar brevemente los versículos 21 y 22:

Leamos ahora el versículo 21:

"Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos: guarda la prudencia y la discreción."

Aquí en la expresión no se aparten estas cosas de tus ojos se refiere al conocimiento de Dios, que imprime un carácter de calidad a la persona. Y, finalmente, por hoy, dice el versículo 22 de este capítulo 3 de Proverbios:

"Que serán vida para tu alma y adorno para tu cuello."

Esta vida para el alma proviene de la sabiduría que se adquiere al estudiar la Palabra de Dios. Y, estimado oyente, recordemos que la Biblia afirma que la sabiduría de Dios ha sido personificada en el Señor Jesucristo. El es fuente de vida para el alma, como afirma este último versículo que hemos leído. Es fuente de vida eterna, y fuente de vida abundante aquí en la tierra, que se revela en un carácter atractivo ante Dios, y ante las demás personas.

Ahora, para comentar específicamente el pasaje correspondiente al día de hoy, vamos a leer los versículos 23 y 24 de Proverbios 3:

"Entonces andarás por tu camino confiadamente y tu pie no tropezará. Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás y tu sueño será grato."

El hombre tiene ciertos temores frente a la vida. Y estos temores nos afectan a todos. ¿Y cuál es la solución? La Palabra de Dios tiene la respuesta para todos ellos. Teniendo en cuenta que pasamos la mayor parte del tiempo andando o acostados, se nos da la certeza de que tendremos seguridad en nuestro andar, y nuestro descanso será tranquilo y dulce. Es hermoso descubrir que la verdad de Dios nos sostendrá. No es que usted yo sostengamos la verdad, sino que la verdad nos sostendrá a nosotros.

Continuemos leyendo los versículos 25 y 26:

"No tendrás temor de un pavor repentino ni de la ruina de los impíos, cuando llegue, porque el Señor será tu confianza: él evitará que tu pie quede atrapado."

Estos versículos pueden aplicarse a cualquier situación de temor. Hay gente que experimenta temores por las noches, otras al viajar en un avión, tienen la sensación de que el aparato caerá en cualquier momento. A otras les asusta las alturas, a otras la soledad, mientras que otras personas viven permanentemente inseguras. Creemos que estos proverbios se aplican a aquellos hijos de Dios que han confiado en Cristo y llevan una vida de dependencia de Dios por medio del Espíritu Santo.

Dice aquí No tendrás temor de pavor repentino No tenga temor de lo que pueda ocurrir en el próximo minuto, estimado oyente; Dios tiene cuidado de usted en este mismo momento y tendrá cuidado de usted en el próximo también.

Y continúa diciendo porque el Señor será tu confianza: él evitará que tu pie quede atrapado. Aunque uno vea peligros que acechan a los malvados, debe sentir el poderoso brazo de Dios rodeándole, colocando un cerco de protección. Y ahora veremos un proverbio muy humano y muy práctico. Leamos el versículo 27 de este capítulo 3:

"Si tienes poder para hacer el bien, no te rehúses a hacérselo a quien lo necesite"

El Dr. J. Vernon McGee, autor de estos estudios bíblicos, compartía el recuerdo que tenía de su padre. A él no le gustaba la iglesia organizada, se oponía a ella a causa de una experiencia amarga que había tenido en su juventud. Pero siempre pensó que su padre tenía deseos de ser obediente a Dios. Una de las razones para ello, era la forma en que él actuaba. Y contaba que iban en cierta ocasión andando en uno de esos carritos que se usaban en el campo en el pasado, y al llegar a cierto lugar, observaron que una de las puertas o tranqueras de una de las haciendas del lugar, estaba abierta y que a través de ella, habían salido las vacas del vecino. Y él decía que su padre detuvo el carrito y en ese mismo lugar, hizo entrar a todas esas vacas a la hacienda y cerró la tranquera, asegurándola con un alambre para que no, volviera a abrirse. Luego, regresó al carro y continuaron su marcha sin decir nada a nadie. Y nunca mencionó el asunto al dueño de las vacas. McGee destacó que estos detalles y otros le hicieron pensar que su padre conocía a Dios, probablemente mucho mejor de lo que lo conocen algunos cristianos de hoy. Ahora, el versículo 28 de este capítulo 3 dice:

"No digas a tu prójimo: Vete, vuelve de nuevo, mañana te daré, cuando tengas contigo qué darle."

Cuántas personas hacen esto el día de hoy, en todas las relaciones de la vida. Usan esa clase de excusas y además hacen promesas para el futuro. Ellos dicen: "No le puedo ayudar a usted en este momento, pero regrese mañana". Y podían haberlo hecho un favor en ese mismo instante. En Romanos 13:8 se nos dice: "No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros". Esta clase de amor revela si una persona es un hijo de Dios o no.

Todos sabemos que cuando usted y yo le debemos dinero a alguna otra persona, ese dinero que tenemos no es nuestro, le pertenece a la otra persona, y al utilizarlo para nuestros propios propósitos, constituye realmente una acción deshonesta. Eso es lo que se nos está diciendo aquí. Ahora, el versículo 29, dice:

"No intentes hacer daño a tu prójimo que vive confiado junto a ti."

En la relación con un vecino, nunca haga algo que sea para su propio beneficio y ventaja, y que sea desventajoso para él. No trate de mantenerse a la par con su vecino, socavando lo que él hace. Eso es lo que se nos dice aquí. No se debe abusar de su confianza.

Cuán hermoso es poder tener una relación de confianza en la que ambos pueden pedirse mutuamente favores, sabiendo que dada uno siempre tratará de llegar más lejos en sus atenciones y disponibilidad. Esa clase de relación le dará la oportunidad de hablarle a su vecino de su relación con Dios de una manera práctica. Ahora en el versículo 30, de este capítulo 3, de Proverbios, leemos:

"No pleitees sin razón con nadie, a no ser que te hayan agraviado."

Bajo la ley era pecado el entrar en pleito con otra persona sin bases adecuadas. Pero bajo la gracia hoy, Dios dice que nosotros no debemos vengarnos por nosotros mismos. En Romanos 12:19 Dios dijo "Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor". Nosotros abandonamos el camino de la fe y de la confianza en Dios cuando usted y yo tomamos estos asuntos en nuestras propias manos. Si hemos sido tratados injustamente, tendríamos que dejar el asunto en las manos de Dios, y permitir que El se haga cargo de la situación y del individuo en cuestión.

Durante el transcurso de muchos años de ministerio y por la experiencia, hemos aprendido que si alguien nos hace algún daño, podemos dirigirnos a Dios y contarle que hemos sido perjudicados. Y entonces, debemos presentar a la persona que nos ha perjudicado ante la presencia de Dios, diciéndole: "Señor, esta es un asunto tuyo. Tu dijiste que te harías cargo de él". Y, estimado oyente, al observar durante el transcurso de muchos años el desarrollo de estos problemas, puedo asegurarle que Dios trata con esas personas de una forma directa. Realmente estos proverbios son prácticos porque son útiles y ciertos en estas situaciones tan delicadas de la vida. Son provechosos no solo para los jóvenes, sino también para hombres y mujeres de todas las edades. Se aplican a toda la raza humana. Continuemos ahora, leyendo los versículos 31 y 32, de este capítulo 3 de Proverbios:

"No envidies al hombre injusto ni escojas ninguno de sus caminos. Porque el Señor abomina al perverso; su comunión íntima es con los justos."

Aquí el hombre injusto es el hombre violento. Hay ciertas personas que desagradan extremadamente al Señor. En realidad, más adelante en este libro de Proverbios vamos a descubrir algunas de las cosas que Dios detesta, y las menciona aquí en este libro que estamos estudiando. Ya llegaremos a ellas. Ahora, nos dice aquí en el versículo 33:

"La maldición del Señor está en la casa del malvado, pero bendice la morada de los justos."

Aquí el malvado es el que rechaza toda ley. Usted recordará que al principio de este estudio dijimos que usted encontraría un Proverbio para cada personaje de la Biblia, y también para la mayoría de sus amigos. Aquí creemos que tenemos uno de estos Proverbios. Este proverbio me recuerda al rey Acab. Sin duda alguna, Dios juzgó a la casa real de Acab. Este proverbio está hecho a la medida para él. Y el versículo 34, dice:

"Ciertamente él se burla de los burlones y da gracia a los humildes."

Ahora, Dios parece detestar al burlón, al vanidoso y al arrogante. Luego se nos dice en el versículo 35, de este capítulo 3:

"Los sabios heredan la honra, pero los necios cargan con su deshonra."

Estas palabras se adaptan a varias personas, quizás a algunas que usted conoce.

A través de los siglos muchos han envidiado a ciertas personas que poseyeron incalculables riquezas. Pero también muchos han comprobado que, en su momento, Dios las juzga.

Y con esto llegamos al final del capítulo 3, de Proverbios y llegamos a

Proverbios 4

Aunque en este relato el niño es ahora un joven que se ha introducido en la locura del sistema del mundo, aun está recibiendo consejos para que recuerde la enseñanza de su padre. Leamos entonces el versículo 1:

"Escuchad, hijos, la enseñanza de un padre; estad atentos, para adquirir cordura."

Aquí el término hijos incluye a los jóvenes y adultos de ambos sexos. Continuemos leyendo los versículos 2 y 3:

"Yo os doy buena enseñanza; por eso, no descuidéis mi instrucción. Yo también fui un hijo para mi padre, delicado y único a los ojos de mi madre."

Hay algunos que opinan que Salomón escribió estas palabras y estaba hablando de su propio padre. Observemos lo que dijo. Algunos creen que el corazón del padre estaba embelesado con su hijo Salomón. Nosotros no lo vemos así. Creemos que los libros históricos nos cuentan que Salomón no era el favorito, digamos, la opción preferente de David. Estamos seguros que Salomón no era a quien David habría escogido. El joven criado en el palacio de las mujeres, tenía gustos refinados, era más bien vulnerable al sexo opuesto y lo podemos describir como un hombre de mundo. David no tenía muchos gustos en común con él. Aquí se presenta a Salomón como el niño consentido de su madre. Sin embargo, dijo él en el versículo 4:

"Él me enseñaba, diciendo: Retén mis razones en tu corazón, guarda mis mandamientos y vivirás."

David probablemente aconsejó mucho a este joven. Y recordemos que cuando él fue hecho rey, David le dijo a Salomón, actúa como hombre. Creemos que le dio este consejo porque pensó que no era esforzado, valeroso y firme. Y entonces le dijo: "aférrate de corazón a mis palabras, obedece mis mandamientos, y vivirás". David había aprendido por experiencia que era mejor obedecer al Señor. Y también creemos que probablemente David no fue tan amable o cariñoso al enseñarle a su hijo, como podía haber sido. Nunca hemos pensado que David fue un éxito como padre. Desgraciadamente, ese ha sido también el caso de muchísimos hombres famosos.

Pero la vida de David fue un ejemplo que Salomón podía emular. Quizás usted esté pensando: "Si, pero mire usted lo que hizo David". Ahora, los grandes pecados de David fueron cometidos antes que Salomón naciera, y David se apartó totalmente de esa clase de vida.

Ahora Salomón estaba aconsejando a una persona joven, y le estaba hablando muy claro.

"Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia, no te olvides de ella ni te apartes de las razones de mi boca; No la abandones, y ella te guardará; Ámala, y te protegerá."

La sabiduría aquí está representada como una mujer que tiene una escuela y envía su catálogo. Recordemos que anteriormente el relato ya nos presentó a otra mujer, la mujer extraña, que también estaba intentando captar el interés del joven. La sabiduría estaba animando al joven para que viniera a su escuela, para que pudiera llegar a ser sabio.

Observemos que dijo que la sabiduría "guardará" y "protegerá" al joven.

La gran diferencia con muchos educadores contemporáneos se señala con precisión en este versículo 6. ¿Aman ellos la sabiduría? En otras palabras, ¿aman la Palabra de Dios? Fue Pascal quien dijo que el conocimiento humano deber ser comprendido, para ser amado. Pero el conocimiento divino, debe ser amado para ser comprendido. Así que si usted va a comprender la Palabra de Dios, debe acercarse a ella con amor, y con una mente dispuesta a ser enseñada. Entonces el Espíritu de Dios podrá abrir esas verdades para que usted las comprenda. Es muy importante tener en cuenta esta actitud. El versículo 6 finaliza diciendo sobre la sabiduría: ámala, y te protegerá.

Continuemos leyendo el versículo 7 de Proverbios 4:

"Sabiduría ante todo, ¡adquiere sabiduría! Sobre todo lo que posees, ¡adquiere inteligencia!"

Observemos la manera en que habla sobre la sabiduría. No es solo conocimiento. No se trata de tener simplemente una mente que funcione como un ordenador. Es sabiduría e inteligencia, es decir, discernimiento para usar el conocimiento de forma adecuada, y tener amor por él. Esto es algo que hoy necesita el alma de las personas.

La razón por la cual la educación no resulta satisfactoria es por la forma en que se ofrece en la actualidad. Estimado oyente, lo que debe causarnos aquí impresión es la gran importancia de obtener sabiduría. ¡Cuán importante es! Ahora, los versículos 8 y 9 de Proverbios 4, dicen:

"Engrandécela, y ella te engrandecerá; te honrará, si tú la abrazas. Un adorno de gracia pondrá en tu cabeza; una corona de belleza te entregará."

Lo interesante aquí es que la sabiduría ha de ser amada como una mujer es amada. Y cuando lleguemos al Nuevo Testamento esta imagen cambiará, porque Dios ha hecho a Cristo nuestra sabiduría.

La verdadera dificultad hoy no es que haya problemas en la Biblia. El problema real es que el ser humano no tiene amor y anhelo por Dios, ni por las cosas de Dios. Cuando el amor está presente en el corazón, este libro de los Proverbios, y toda la Biblia, comienza a abrirse, porque el Espíritu de Dios se convertirá en el Maestro. Pero cuando existe eso, entonces este libro comenzará a abrirse, porque el Espíritu de Dios llegará a ser nuestro Maestro.

Estimado oyente, le invitamos a dirigirse a Dios pidiéndole que, por la obra del Espíritu Santo, El remueva todo prejuicio y cualquier obstáculo para que usted pueda anhelar un encuentro con Dios mismo, con Su Palabra, y con el Señor Jesucristo.

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