El rey Ezequías se encontraba rodeado de un poderoso ejército, pero en su forma de enfrentarlo tenemos mucho que aprender: Confianza en Dios, orientación en su Palabra, oración y un espíritu humillado. Entonces Dios luchó por él y la victoria fue absoluta.
Es asombroso que el Señor nos considere como amigos cuando ni siquiera somos dignos de ser sus siervos. Pero el hecho es que él desea tener una relación de amistad con nosotros y hacernos partícipes de sus planes y proyectos.
El criado de Eliseo fue seducido por el engaño de las riquezas, pero escondió su pecado bajo una máscara de piedad. Ninguno de nosotros estamos libres de imitar actitudes similares...
Ezequías puso su confianza en Dios ante una difícil prueba, y muchos de sus hombres siguieron su ejemplo. Una fe genuina, basada en las promesas de Dios, siempre tendrá un efecto contagioso.
Dios nos ama con el amor más grande que es posible, y desea que esto produzca en los creyentes un gozo completo, pero para que esto sea posible, es imprescindible vivir en comunión con él obedeciendo sus mandamientos...
Mientras que los falsos creyentes se dirigen hacia una perdición total, los creyentes auténticos, que permanecen en Cristo y llevan fruto, encontrarán en él los ricos recursos necesarios para seguir creciendo cada vez más.
Cuando una persona se convierte, inmediatamente se empieza a ver en ella una actitud completamente transformada, con nuevas metas en la vida, una conducta cambiada... Es un cambio tan profundo que la Biblia lo describe como un nuevo nacimiento. Es preocupante cuando una persona dice que es cristiana pero no se aprecia el cambio en su vida...
La única forma de dar fruto agradable al Señor es dependiendo enteramente de él. Esto nos resulta difícil, porque de manera natural, preferimos depender de nuestras propias capacidades.
Ezequías tenía el enemigo a las puertas. ¿Qué hacer para evitarlo? Sin lugar a dudas, aquí tenemos importantes lecciones que son igualmente útiles en el ámbito espiritual.
Dios está comprometido con la tarea de limpiar a los creyentes para que lleven más fruto. Esta labor la realiza por medio de su Palabra, a la que no siempre prestamos la debida atención...