Folletos cristianos

"¿Te has parado a pensar?"

¿Te has parado a pensar?

Folletos cristianos
Desde el seno del Padre vino al seno de una virgen. Adoptó nuestra humanidad para poder redimir a la Humanidad. Se hizo Hijo del Hombre para que nosotros pudiéramos ser hechos hijos de Dios. Vino del cielo, donde los ríos nunca se hielan, los vientos nunca soplan, las escarchas nunca enfrían el aire, las flores no se marchitan, y no hay enfermedades. Donde no hay pompas fúnebres ni cementerios, porque nadie jamás muere.

Se hizo pobre, siendo rico

Nació de manera contraria a las leyes de la Naturaleza. Vivió en pobreza y fue criado en humildad. Apenas cruzó las fronteras de su país, más que en su infancia. No tuvo riquezas ni influencia, ni pasó siquiera por una universidad. Sus parientes carecían por completo de distinción social o poder alguno. Él renunció a su ropaje real por el vestido de un aldeano. Era rico, mas se hizo pobre: Durmió en un pesebre. Cruzó el lago en la barca de otro. El asno que montó se lo dejaron. Y fue enterrado en un sepulcro prestado.

Bibliotecas, estudiantes y medicina

Recién nacido, turbó a un rey. Siendo muchacho, confundió a los doctores de la religión. Ya siendo un hombre, alteró el curso de la Naturaleza, anduvo sobre las olas e hizo calmar el tumultuoso mar. Sanó a multitudes sin medicamentos y nunca cobró por sus servicios... ni siquiera "la voluntad". No escribió ningún libro; sin embargo es incontable lo que de Él se ha escrito. No compuso ni una coplilla, pero ha inspirado la más grande y sublime colección de poemas y canciones que jamás se haya escrito. No fundó ni siquiera una escuela elemental, pero todas los colegios del mundo juntos no pueden jactarse de tantos discípulos como Él ha tenido. Nunca estudió medicina, pero a lo largo de la historia Él ha sanado más corazones quebrantados que los médicos cuerpos enfermos.

Soldados, Satanás y el sepulcro

Nunca reclutó soldados, mandó ejércitos, ni disparó un arma. Sin embargo, no hay caudillo que jamás haya hecho que tantos rebeldes rindieran sus armas sin el disparo de una sola bala. Él es quien armoniza toda discordia y sana toda dolencia. Grandes hombres han surgido y han pasado, mas Él permanece. Herodes no pudo matarle, Satanás no logró seducirle, la muerte no le pudo destruir, ni el sepulcro retenerle.

Un Hombre demasiado singular

Los demás hombres nacemos sin ser consultados... Él vino desde la eternidad y nació estando en pleno acuerdo con los planes de Dios y con las profecías. Los demás hombres pasamos la vida huyendo de la muerte... Él vino exactamente con la intención de morir y, aún a tiempo de librarse de sus enemigos, anunció a los suyos que le matarían, y además predijo cómo. Los demás hombres, por nuestra rebelión contra Dios, tenemos la vida hipotecada... Él, íntegro y sin pecado, entregó su vida voluntariamente en la Cruz: No se la quitaron; la dio. Y todo porque no había otro modo de reconciliarnos con Dios. Nos era necesario un Salvador, pero no un salvador cualquiera, sino Dios mismo hecho hombre, que respondiera con su muerte ante la Ley justa de Dios por nuestros muchos pecados y rebeliones.

¿Qué crees tú?

¿Qué piensas de tal personaje? ¿Era un loco, un embaucador o era de veras el Hijo de Dios? Hoy cada cual se cree con el derecho de opinar acerca de Él. Pero los que le conocieron bien coincidieron en que no podía ser otro que el mismo Hijo de Dios; el que ha de ser tu Juez, si no llega a ser tu Salvador:

"Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y Éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él. Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron, colgándole de un madero. A Éste levantó Dios al tercer día e hizo que se manifestase (...) Y nos mandó que predicásemos, y testificásemos que Él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De Éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en Él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre..." (Pedro, predicando a unos romanos en los Hechos de los Apóstoles 10:38­43).

"Dios ahora manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel Varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos." (Pablo, predicando a los atenienses en los Hechos de los Apóstoles 17:30­31).

"Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre." (Juan, al final de su evangelio; 20:30­31).