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Estudio bíblico de 1 Timoteo 3:1-8

1 Timoteo 3:1-8

En este día, amigo oyente, llegamos al capítulo 3, de la primera epístola del Apóstol Pablo a Timoteo. El tema general son los cargos en la iglesia. Se especifican los requisitos que deben tener los ancianos y diáconos de la iglesia. Lo que tenemos aquí por supuesto, es algo muy práctico ya que tiene que ver con la iglesia local. Leamos entonces, el primer versículo de este capítulo 3, de la primera epístola a Timoteo, que comienza a especificar

Los requisitos de los ancianos

"Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea."

Veamos la primera frase: Si alguno anhela obispado, se refiere a la posibilidad de que un hombre desee o aspire al cargo y responsabilidad de un obispo. La frase contiene la idea de procurar activamente el cargo. Creemos que un hombre que cumple los requisitos debería procurar esta función. El debería desear ocupar una posición desde la cual pueda usar el que el Espíritu Santo le ha dado. Si el Espíritu de Dios no le ha dado el don y no le está guiando a aspirar a esa responsabilidad, entonces sería en verdad una tragedia si alguien procurara ocupar el cargo de obispo. La frase que hemos leído también sugiere que no había solamente un obispo en la iglesia, sino varios.

Ahora, esta palabra obispado que se utiliza en este versículo, ha sido mal interpretada y también ha sido interpretada de manera diferente por diversos grupos. Aquellos que practican una forma de gobierno episcopal del gobierno de la Iglesia, ponen mucho énfasis en esta palabra y su interpretación.

La palabra "obispo" indica en realidad un sobre-veedor, un supervisor o un superintendente. En la Iglesia primitiva el Pastor era llamado por varios nombres. (1) Era llamado presbítero o anciano. (2) También se le llamaba Pastor. (3) También se le llamaba obispo, sobre-veedor o supervisor. Y (4) también se lo llamaba "ministro". De paso digamos que al pastor nunca se le llamó "reverendo" ((y creemos que ningún predicador debería ser llamado "reverendo". La palabra "Reverendo", quiere decir en realidad "terrible", y quizá eso pueda aplicarse a algunos de nosotros; pero quiere indicar aquello que incita al terror; y es un nombre que sólo se utiliza en cuanto a Dios. Pero éstas son diferentes palabras que se utilizan aquí.))

Personalmente creemos que "anciano" y "obispo" se refieren a la misma persona. Aquellos que se adhieren a la forma de episcopal de gobierno de la iglesia, por supuesto, no estarán de acuerdo. Creemos que el título de "anciano" viene de la palabra griega "presbuteros", y se refiere a la persona que ocupa el cargo, sugiriendo que ésta debe ser un cristiano maduro. Por otra parte, el uso del término "obispo", que viene de la palabra griega "episkopos", se refiere al cargo que se ocupa. En consecuencia, las dos palabras "anciano" y "obispo" se aplican al mismo individuo o cargo.

De todos modos, un obispo, en la Iglesia primitiva, nunca tenía autoridad sobre otros obispos o ancianos. Tampoco tenía autoridad sobre iglesias. Uno no encuentra esa práctica expuesta en la Palabra de Dios. Aún el Apóstol Pablo, que fundó varias iglesias, nunca habló de sí mismo, como el obispo de una iglesia, o como alguien que estuviera gobernando una iglesia de alguna u otra manera. Por lo tanto, el ministro es alguien que ha de servir a la iglesia y no gobernarla.

Y termina el primer versículo diciendo buena obra desea. Porque está buscando un lugar o posición en la que pueda servir a la iglesia. Continuemos leyendo el versículo 2 de este tercer capítulo de 1 Timoteo:

"Pero es necesario que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar"

Ahora, en este capítulo 3, se nos presentan algunos requisitos, que son positivos y otros, que son negativos. En el versículo 2, comienzan a mencionarse los requisitos positivos, que son los siguientes.

Ahora, en el primer requisito está palabra irreprochable puede ser malentendida. Uno siempre va a ser acusado de algo, si ocupa algún cargo, cualquier cargo en la Iglesia. Pero lo importante aquí es que la acusación no resulte cierta. Un anciano deberá ser irreprensible en el sentido de que no será hallado culpable de nada de lo cual pueda ser acusado.

En cierta ocasión, un anciano Pastor se encontró con un joven que recién comenzaba su pastorado. Este anciano le preguntó al joven: ¿Le gusta a usted ser Pastor de una Iglesia tan grande? "Bueno - le contestó el joven - es una oportunidad maravillosa; pero me encuentro ocupando un lugar único. Me acusan de muchas cosas de las cuales no me puedo defender. Uno no puede pasarse todo el tiempo respondiendo a la gente, así es que he determinado simplemente predicar la Palabra de Dios y no tratar de contestarles porque no puedo hacerlo". Y el anciano Pastor le dijo entonces: "Bueno, ¿no es cierto que es bueno saber que uno es acusado de algo de lo cual no es culpable?" Es muy bueno estar en una posición así. Y así es como debe ser el obispo, irreprensible. Será acusado de algo, pero no va a ser hallado culpable.

El segundo requisito es ser marido de una sola mujer. Esto puede ser interpretado de dos formas diferentes. Podría significar que debería ser casado. Creemos que Pablo estaba pensando en esta opción. Pero alguien podría decir, "Bueno, pero Pablo no era casado". Nosotros adoptamos la posición de que Pablo había estado casado y que su esposa había muerto. El no podía haber sido un miembro del Sanedrín sin estar casado. Lo que sucedió fue que, simplemente, no se volvió a casar, quizás por causa de los frecuentes viajes que tenía que realizar como apóstol.

Ahora, hay algunos que interpretan este versículo como indicando que uno no tiene derecho de ser Pastor si no es casado. Y citan este versículo: "Debe ser marido de una sola mujer". Sin embargo el significado principal aquí es que el obispo o anciano no debería tener dos esposas. La poligamia era común en los días de Pablo y, sin duda alguna, predominaba la bigamia. Así que el ministro de la iglesia tendría que ser marido de una sola mujer.

El tercer requisito es que debe ser sobrio. Significa serio, sensato, de buen juicio. Una persona que toma las cosas en serio. Ahora, esto no quiere indicar que un anciano no puede tener sentido del humor, pero debe ser serio en cuando al cargo que ocupa.

El cuarto requisito es que sea prudente. Es decir, que actúa con moderación y cautela. Otras versiones especifican "buena conducta". O sea, que tenga una conducta ordenada y no realice acciones dudosas, que puedan interpretarse mal y provocar comentarios, Y este requisito se enlaza con un quinto; una conducta decorosa, que engloba estas últimas características y las complementa.

Un sexto requisito es que el anciano sea hospitalario. Debe ser el tipo de persona que le gusta tratar bien a aquellos que vienen a visitarle y a aquellos que vienen a colaborar con él y con la iglesia. Una persona que está siempre dispuesta a facilitar el trabajo de sus visitantes, y a compartir su hogar y su mesa con ellos.

El séptimo requisito es que sea apto para enseñar. Este aspecto es uno que queremos enfatizar especialmente, porque creemos que ningún hombre debería ser un anciano de una iglesia a menos que pueda enseñar la Palabra de Dios. Algunos piensan que sería muy conveniente examinar los conocimientos de aquellos que desean ocupar este cargo u otros que impliquen enseñanza, para determinar sus aptitudes al respecto.

Leamos ahora el versículo 3, de este capítulo 3, de la primera epístola a Timoteo,

"que no sea dado al vino ni amigo de peleas; que no sea codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro"

Llegamos ahora a los requerimientos negativos, es decir las cosas que un anciano no debería ser ni hacer.

En primer lugar se advierte que no sea dado al vino. Es decir, que sepa controlarse en el uso de las bebidas.

En segundo lugar, que no sea amigo de peleas, es decir, que no sea agresivo, violento.

En tercer lugar, que no sea codicioso de ganancias deshonestas. Esto nos indica que no debería tener amor al dinero. Según nos dijo el mismo apóstol Pablo en 1 Timoteo 6:10, el amor al dinero es la raíz de todos los males. La forma en que un cargo de la iglesia maneja su dinero le puede causar innumerables problemas, ya sea que hablemos de su propio dinero o del dinero de la iglesia.

En cuarto lugar se especifica que tiene que ser amable, apacible, Además de afable y afectuoso, deber ser paciente, razonable. Una persona con la que uno pueda hablar y razonar tranquilamente. No deber ser contencioso, conflictivo. Los hombres que está constantemente provocando problemas nuevos o removiendo antiguos problemas nunca deberían ser elegidos para ocupar cargos en la iglesia.

En quinto lugar, este versículo 3 aclara que no debe ser avaro. Este requisito negativo se refiere nuevamente al amor al dinero, pero también sugiere idolatría, que es realmente la adoración al dinero de aquel que tiene un afán desordenado de adquirir y poseer riquezas para atesorarlas. El anciano no debería ser una persona que coloca el afán de adquirir riquezas por encima de todo lo demás. Continuemos leyendo el versículo 4 de este tercer capítulo de 1 Timoteo:

"que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad"

Un anciano debería ejercer la autoridad sobre su propia familia, sin ser, por supuesto, un dictador. Y añade el versículo 5:

"(pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)"

Ningún anciano sabrá ejercer la autoridad en la casa de Dios si no puede hacerla efectiva en su propia casa. Luego, en el versículo 6 de este tercer capítulo leemos:

"que no sea un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación en que cayó el diablo."

Aquí vemos la recomendación de que el anciano no sea un neófito. Esto indica en realidad que no debe ser un recién convertido, alguien que se ha salvado recientemente. Debe ser una persona que haya sido convertida por algún tiempo. En algunas ocasiones, un hombre se convierte y al poco tiempo le eligen para que ocupe un cargo en la iglesia. En estos casos entendemos que la persona no está preparada para hacer frente a esa responsabilidad. Esto ocurre principalmente con personas que en la vida secular ocupan altos cargos y por sus personalidades y su capacidad de relaciones públicas, en forma natural, son rápidamente impulsados a ocupar algún lugar de importancia en la Iglesia. Creemos que muchas veces la causa de Cristo se ve perjudicada por personas que, siendo jóvenes en la fe, han tratado de hablar públicamente en asuntos doctrinales, espirituales, o de convivencia entre miembros de una iglesia, sin estar debidamente informados y preparados, y sin un conocimiento Bíblico o teológico adecuado.

Y el apóstol dio el importante motivo para estas advertencias, en la última parte de este versículo 6, que dice, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación en que cayó el diablo. El orgullo fue el gran pecado del diablo. También suele ser con frecuencia el pecado de cargos de la iglesia y de predicadores. Ese pecado constituye un peligro para todos nosotros, pero es especialmente censurable cuando ocurre en el seno de la iglesia. Y ahora, podemos leer esta advertencia en el versículo 7 de este tercer capítulo de 1 Timoteo:

"También es necesario que tenga buena reputación de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo."

Aquí al referirse a los de afuera estaba hablando de los que no pertenecían a la iglesia. En otras palabras, si una persona tiene una mala reputación fuera de la Iglesia, por ejemplo: no paga sus cuentas o no se puede confiar en él, o es un mentiroso, inmediatamente queda excluido como candidato para ocupar un cargo en la iglesia. Al tener esa reputación, es realmente como si fuera un candidato del diablo, es decir, que representaría mejor al diablo que a la causa de Cristo.

Llegamos ahora a un nuevo párrafo. Leamos el versículo 8 de este tercer capítulo de 1 Timoteo, que comienza a hablarnos sobre

Los requisitos de los diáconos

"Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados al mucho vino ni codiciosos de ganancias deshonestas"

La palabra aquí traducida diáconos, es la misma que a veces se traduce como "ministro", en relación con el servicio, con servir. Esa palabra y sus derivados se usan en los siguientes pasajes. Pablo y Apolos fueron llamados diáconos. El Señor Jesús fue considerado un siervo, un ministro, en Mateo 20:28. En Romanos 13:4 los funcionarios del gobierno son presentados como personas al "servicio" de Dios, como "ministros". Y en 2 Corintios 11:15, la palabra se aplica también a los "ministros" de Satanás. Así que "diácono" o "ministro", es un término general para un siervo, servidor o trabajador.

Solemos pensar que el relato de Los Hechos 6 proveyó la ocasión para el principio del cargo de diácono en la iglesia primitiva. Sin embargo, la palabra griega para diácono ni siquiera se utiliza en ese pasaje Bíblico. Pero confiamos en tener suficiente base Bíblica para decir que aquellos hombres fueron nombrados diáconos de la iglesia.

Un diácono, aunque se ocupa de los asuntos materiales de la iglesia, debería ser una persona espiritual. Suelen producirse problemas cuando se nombra a un diácono en base a sus cualidades físicas antes que por sus cualidades espirituales. A veces pensamos que porque una persona tiene éxito en sus negocios, o en su profesión, será un buen diácono. Lamentablemente, hay muchas personas que han sido nombradas siguiendo esos criterios.

Hemos intentado enfatizar que en 1 Timoteo la iglesia local es una organización que necesita manifestarse, es decir, hacer sentir su presencia e influencia en la comunidad, y al hacerlo, tiene que enfrentarse con los problemas y necesidades diarias. Debe ocuparse de los problemas del edificio (como climatización, luz, etc.) y muchos otros asuntos que no parecen muy románticos ni ideales. Sin embargo, lo importante es aun que la iglesia ha de tener un ministerio espiritual en la comunidad. Con frecuencia colocamos en primer lugar los requisitos materiales, pero las personas que ocupan los cargos deben tener los requisitos espirituales que el apóstol estaba especificando, para desempeñar esas funciones. Alguien ha dicho acertadamente que "cuando la iglesia deja de estar en contacto con el otro mundo, ya no está en contacto con este mundo". Estamos de acuerdo con esa evaluación. Hasta que los aspectos espirituales no sean enfatizados, una iglesia no puede llevar a cabo las funciones materiales y prácticas aquí en la tierra. Los diáconos, por lo tanto, deben tener ciertas aptitudes espirituales.

Deben ser honestos o dignos, honorables, como traducen otras versiones.

Dice aquí que deben ser sin doblez, es decir, sinceros. No deben tener dos caras. La palabra de un hombre debe ser considerada un factor importante. Puede resultar peligroso que un diácono trate de complacer a todos, o que no tenga el valor suficiente como para plantarse con firmeza ante una situación que así lo requiera. Se espera que mantenga un equilibrio entre la energía de su personalidad, y la flexibilidad.

Además se requiere que sean no dados al mucho vino, La Biblia enseña la templanza, la moderación. No creemos que enseñe una abstinencia total porque en aquellos tiempos no había muchas medicinas y el vino era utilizado como un remedio. En 1 Timoteo 5:23 Pablo animó a Timoteo para que tomara un poco de vino por causa de ciertos malestares de estómago. Incluso en la actualidad muchas medicinas que tomamos tienen un alto porcentaje de alcohol.

Finalmente se estableció como requisito que no fueran codiciosos de ganancias deshonestas. Aquí se nos advierte que el diácono no debería tener un amor insaciable por el dinero. Debería ser una persona íntegra, que maneje el dinero de la iglesia de una manera honesta. Nada puede perjudicar a una iglesia más que la acusación de que algún diácono maneja las finanzas arbitrariamente. La administración del dinero que se entrega a la iglesia para causas específicas, debe ser escrupulosamente asignada a las necesidades para las que fue donado.

Bien, amigo oyente, vamos a detenernos aquí por hoy. Dios mediante, continuaremos nuestro estudio de este capítulo 3, de la primera epístola del Apóstol Pablo a Timoteo, en nuestro próximo programa. Esperamos contar con su compañía.

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