Estudio bíblico: La moneda en la boca del pez - Mateo 17:24-27

Serie:   Los milagros de Jesús   

Autor: Roberto Estévez
Email: estudios@escuelabiblica.com
Uruguay
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La moneda en la boca del pez (Mt 17:24-27)

A veces nos preguntamos qué pasaría si las paredes pudieran hablar; ¡vaya a saber las cosas que dirían! Así también esta moneda; si pudiera contar su historia creo que sería muy interesante.
¿Cómo llegó esa moneda al pez? Sin duda que alguien la perdió. Normalmente en aquellos tiempos no se arrojaban monedas al mar. Quien la hubiese perdido nunca iba a imaginar que Dios tenía con ella un propósito muy especial. Lo que para esa persona era una pérdida, Dios podía usar para suplir una necesidad real. Seguramente que Dios podía de la nada crear una moneda, pero dado que sólo el gobierno puede acuñarlas, creemos que él utilizó una de circulación legal.
Algunos milagros fueron hechos en público, como las multiplicaciones de los panes y los peces, donde miles de personas fueron espectadores y protagonistas. Este milagro, por el contrario, sólo tiene dos protagonistas. Es interesante cuando las Escrituras, y especialmente el Nuevo Testamento, nos hablan sobre los peces. Fue un gran pez aquel que se tragó al profeta Jonás. Fue durante la pesca milagrosa que Pedro tuvo una percepción de la persona del Señor Jesús cuando exclamó: "¡Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador!" (Lc 5:8). Fue con panes y peces multiplicados que se alimentaron las multitudes. También fue una pesca milagrosa aquella que recogieron los discípulos tras toda una noche de fracaso, cuando él ya había resucitado.
Alguien ha notado que los milagros que no son de sanidad (para beneficio de los enfermos) son para beneficio de los discípulos.
Leemos entonces en (Mt 17:24-25): "Cuando ellos llegaron a Capernaum, fueron a Pedro los que cobraban el impuesto del templo y dijeron: ¿Vuestro maestro no paga el impuesto del templo?. Él dijo: Sí...". Nos preguntamos si esta respuesta de Pedro fue con conocimiento de causa. Sin duda aquel que fue obediente hasta la muerte de cruz siempre hizo lo correcto. No sabemos en qué se apoyó Pedro para asegurarles el pago del impuesto.
El versículo 25 sigue diciendo: "Al entrar en casa, Jesús le habló primero...". Matthew Henry, con su conocida agudeza espiritual, dice: "Los discípulos de Cristo nunca son atacados sin su conocimiento".
Pienso que a Pedro le preocuparía la incómoda situación. Se comprometió con los cobradores sin consultar con el Maestro y sin contar con el dinero necesario. ¿Qué le diría?
Admiramos en esta porción de la Escritura el atributo de la omnisciencia divina del Señor Jesús. En primer lugar, él sabía todo lo que le había acontecido a Pedro. En segundo lugar, conocía exactamente dónde yacía la moneda en el fondo del mar. En tercer lugar, envió un pez a tragársela y a dirigirse al sitio donde Pedro iba a pescarlo. En cuarto lugar, guía al pez hacia el anzuelo de Pedro para morderlo antes que otro pez.
Esta es la única vez que se usa un anzuelo para pescar en el Nuevo Testamento, dado que las demás pescas se hicieron siempre con red. El hecho de ser el primer pez que picaba, muestra claramente que no era nada producto del azar, sino de la providencia divina, de la que Jesús tenía pleno conocimiento y dominio.
Si Jesucristo sabe lo que está dentro de un pez, sin duda que también sabe cuanto está en lo profundo de nuestro corazón.
Atendamos a la pregunta que entonces le hace a Pedro: "¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos o de otros?" (Mt 17:25).
Mucho se ha discutido en cuanto al tipo de impuesto al que se hace referencia aquí. El obispo Trench, en su excelente libro sobre los milagros, defiende la posición de que aquí no se refiere a un impuesto civil sino religioso, con el fin de mantener los gastos del templo. Este impuesto debía ser pagado por los hombres mayores de veinte años. Esta explicación cuadra perfectamente con el argumento que Jesús infiere: Él, como Hijo, no tendría por qué pagarlo. Esto no encajaría nunca con un impuesto civil, pues obviamente él no era hijo del César romano. En la actualidad los ciudadanos pagamos varios impuestos tal como el impuesto de ventas. En aquellos tiempos por supuesto que a ningún recaudador se le ocurriría irle a cobrar a los hijos de los reyes.
Pedro responde: "De los otros". Esta vez acierta. El Señor agrega: "Luego, los hijos están libres de obligación" (Mt 17:26). Probablemente convenga dejar por ahora la discusión sobre el tipo del impuesto, para tratar de entender lo que Jesucristo quiere enseñarle a Pedro.
Algo que aquí resalta es que él no obtiene una moneda para cumplir con su parte, sino que en ella incluye el valor que le corresponde pagar a Pedro. "Los hijos están libres de obligación". Es como si dijera: "No sólo yo, sino que tú también estás exento". ¡Qué precioso! Pedro ha sido puesto por el Mesías en una relación muy especial en la familia de Dios: como hijo no tiene por qué pagar el impuesto.
(Mt 17:27) nos dice: "Pero, para que no los ofendamos, ve al mar, echa el anzuelo, y el primer pez que suba, tómalo. Cuando abras su boca, hallarás un estatero. Tómalo y dáselo a ellos por mí y por ti". Jamieson destaca que: "el Señor no dijo: Dale la moneda por nosotros dos. Él dijo: por mí y por ti. De esta manera distingue al exento natural del discípulo no legalmente exento".
Si yo hubiera estado en el lugar de Pedro habría tenido la tentación de seguir pescando hasta hacerme una colección de monedas. Pero solamente el primer pez tenía la moneda.
Observen la razón por la que Jesucristo va a proceder a hacer el milagro. Es para no ofenderlos. Para no serles de tropiezo. ¡Qué provechoso es ver todos los detalles en el actuar de nuestro Señor! Él no quiere ser de tropiezo a esos cobradores públicos.
Pedro está en la casa y el Señor lo manda al mar; esa es la parte que le toca hacer. Hubiera sido más sencillo que la moneda hubiera aparecido súbitamente sobre la mesa de un modo sobrenatural. Pero Pedro tiene que ir al mar y seguir las precisas instrucciones que el Señor le da. Esta vez no protesta. Aunque el relato parece truncarse, la fe del lector del Evangelio no duda en el puntual cumplimiento de todos los pormenores posteriores de este episodio en la vida de nuestro Señor Jesucristo.

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Comentarios

Guatemala
  Gerardo Lucas  (Guatemala)  (09/03/2023)
Muy bien explicado, se entiende de maravilla, que El todopoderoso les bendiga.
República Dominicana
  Keistel Valera  (República Dominicana)  (13/05/2022)
Muy bueno ❤️ Dios continúe bendiciendo.
Uruguay
  Joselín Ortiz  (Uruguay)  (05/03/2022)
Tremenda enseñanza, escuché muchas veces esta palabra pero ahora se me reveló aún más..
Venezuela
  Wilmer Zapata  (Venezuela)  (02/04/2021)
Buen día mis hermanos, Dios les continuará bendiciendo para la Gloria de su Santo Nombre, gracias por el ministerio que nuestro Señor les ha dado, soy predicador y evangelista por la misericordia de Dios, siempre consulto sus estudios entre otros pero por lo general los de ustedes son muy acertados y completos sin mejorar a otros que igual se dedican a glorificar a Cristo Jesús con este trabajo para la Gloria de Dios. Un fuerte abrazo Dios les guarde...
Estados Unidos
  Ramon Pumariega  (Estados Unidos)  (24/05/2020)
Bello ministerio, el señor Jesusucristo lo continué bendiciendo a usted y su familia
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