Estudio bíblico de Salmos 8

Salmo 8

Estimado oyente, en el día de hoy llegamos al Salmo 8. Llegamos al segundo de los grandes Salmos Mesiánicos. El Salmo 2 fue el primero, y este, el Salmo 8 es el segundo Salmo Mesiánico. Estos se llaman Salmos Mesiánicos porque son citados en el Nuevo Testamento y hacen referencia directa al Señor Jesucristo. Ahora, este Salmo 8 es citado tres veces en el Nuevo Testamento. El Señor Jesucristo mismo hizo mención de este Salmo. Recordemos que Mateo 21 registró lo que se llama la entrada triunfal en Jerusalén; en el versículo 9 se dice que los jóvenes clamaban en el templo "Hosanna al Hijo de David", y los principales sacerdotes y los escribas le dijeron al Señor Jesucristo: "¿Oyes lo que éstos dicen?" Y Jesús les dijo: "Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que aún maman fundaste la fortaleza?" Eso se encuentra en el evangelio según San Mateo, capítulo 21, versículo 16. Y Él está citando el Salmo 8:2 que hoy tenemos ante nosotros. Cuando Él hacía mención de este pasaje de la Escritura, el Señor Jesucristo les estaba diciendo a ellos que sería una buena idea si ellos leyeran la Escritura y entendieran lo que allí se estaba indicando.

La segunda cita se encuentra en la Primera Epístola del apóstol San Pablo a los Corintios, capítulo 15, versículo 27, en lo que nosotros llamamos el "Capítulo de la Resurrección". De allí se tomó esta cita: "Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies". Pues bien, era muy obvio que esta cita salió de este Salmo y que no se refería a nuestro tiempo, como el apóstol Pablo en su Primera Epístola a los Corintios, capítulo 15, versículo 28, dijo: "Pero luego que todas las cosas le estén sujetas,..".

En la actualidad no vemos que todas las cosas le han sido sometidas y ello, con toda seguridad. Sin embargo, la cita más completa se encuentra en la epístola a los Hebreos, capítulo 2, y allí está muy claro que el Salmo 8 se estaba refiriendo al Señor Jesucristo. Permítanos leer los versículos 5 al 8, de este capítulo 2, de la epístola a los Hebreos, donde dice: "Dios no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando: Al contrario, alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el hijo del hombre, para que le visites? Todo lo sujetaste bajo sus pies. En cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no le sea sujeto; aunque todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Nuevamente nos llama la atención hacia el hecho de que nosotros, usted y yo, estimado oyente, vivimos en un día en que todas las cosas no están sujetas bajo Su control. Así es que obviamente este Salmo 8 mira hacia el futuro.

En la carta a los Hebreos, capítulo 2, versículo 9, seguimos leyendo; Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios experimentase la muerte por todos. Aquí se ve claramente que el Salmo 8 hace una referencia directa al Señor Jesús.

Podemos ver cómo comienza este segundo gran Salmo Mesiánico, que dice "Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!" Y termina también diciendo: "¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!"

Ahora, eso no es una referencia a la hora presente, en la cual estamos viviendo. El nombre de Dios no es considerado hoy muy grande y honrado en todo el mundo. Uno puede escuchar a personas de todas las edades y condiciones usando el nombre de Dios en vano, de forma despectiva o para maldecir. La verdad es que la gente no está hablando mucho de Dios. Y lo que se dice, no contribuye precisamente a su honra ni engrandecimiento.

Hace algún tiempo hubo un programa documental por la televisión sobre ciertos hombres que habían escalado el monte Everest. Ellos decían que cuando lograron alcanzar la cima de la montaña, los vientos eran terribles y que parecía que la montaña estuviera hablando y diciéndoles que el hombre en realidad no era nada. Pero no hicieron ninguna mención de Dios. Nunca hemos tenido oportunidad de escalar una montaña como el Everest, pero es como cualquier otra montaña en el mundo. Debemos decir que todas las montañas son sencillamente una acumulación de piedras, tierra, rocas, y en algunos lugares árboles. Pero las montañas no hablan, no se enojan, no hacen que el hombre se sienta pequeño, es Dios quien hace eso, Y fue Dios, quien en la cima de esa montaña hizo que esos hombres se sintiesen tan insignificantes. Pero ellos no se dieron cuenta de lo grande que Dios era y simplemente hablaban de la naturaleza. El nombre de Dios, estimado oyente, no es honrado en el mundo en la actualidad.

El primer versículo del Salmo 8 constituye una profecía que mira hacia el futuro, un futuro glorioso. Es un Salmo Mesiánico en el que vemos al hombre de Dios. Enfatiza la humanidad de Cristo y su victoria final como hombre. Es un gran Salmo. En el Salmo 2 vimos el rechazo y la rebelión del hombre contra Dios, pero aquí en el Salmo 8 vemos que el hombre finalmente logra el control de este mundo y que llegará el día cuando el nombre de Dios será honrado en toda la tierra.

El Salmo está dirigido al músico principal sobre Gitit, Salmo de David. Esto se menciona también en los Salmos 81 y 84. ¿Pero qué significa? El término Gitit por lo general se interpreta como una referencia a un instrumento musical. Era una clase de instrumento de cuerda, como una lira. Fue en realidad el erudito judío Raschi quien dijo que esta palabra provenía de Gat. Era un instrumento conocido en la zona de Gat, y recordemos que allí encontró refugio David cuando estaba huyendo del rey Saúl. Allí probablemente aprendió a interpretar música en ese instrumento, y más tarde lo introdujo en Israel. En la Vulgata y la Septuaginta se tradujo esta palabra como "Lagar", que es un recipiente donde se pisa la uva para obtener el mosto. Y opinamos que este nombre tiene un significado especial. Este es el Salmo que revela el lagar del sufrimiento por el que el Señor Jesús tuvo que pasar por usted y por mí. Como hombre, experimentó la muerte por todos los seres humanos; tuvo que sentir el sabor de la amargura del lagar. Más tarde, Isaías 63:3, presentaría al Señor Jesús viniendo de Edom, con sus vestidos rojos como los del que pisa las uvas en el lagar. El jugo de las uvas en sus ropas no era su propia sangre sino la de sus enemigos. Si la sangre de Cristo no significa nada para usted, y usted no es salvo, entonces tendrá que ser juzgado. Es la sangre de Cristo, o la suya, estimado oyente. Esa es hoy la posición ante la cual se enfrenta el ser humano en este mundo.

Ahora, este es un Salmo de David. Y hay quienes tratan de ver en este Salmo la muerte del hijo, pensando que éste es un Salmo escrito por David cuando murió el hijo de Betsabé, y aun otros dicen que se refiere a cuando murió el gigante Goliat. Pues bien, mencionamos estas teorías porque este es un Salmo que aparentemente tiene un significado muy grande y profundo. Un profesor de un seminario le dio un título a este Salmo; lo llamó: "El Salmo de las estrellas y de los lactantes, es decir los que maman", porque el Salmo recorre todo el camino desde los cielos ?la luna y las estrellas?hasta los niños que maman. Y este es un Salmo que también puede considerarse junto con el Salmo 19, que habla de la naturaleza, que habla sobre las Escrituras y el sol. Pero el sol no fue mencionado en absoluta aquí en el Salmo 8. Veamos ahora al entrar de lleno en este Salmo 8, lo que dicen los versículos 1 y 2:

"¡Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos! De la boca de los niños y de los que aún maman, fundaste la fortaleza a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo".

Creemos que es muy interesante que el Señor Jesucristo aclaró bien la verdad de este versículo cuando estuvo en la tierra y dijo, en Mateo 18:3: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos. Y fueron niños los que gritaron "Hosanna al hijo de David" durante la llamada entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Ahora, nosotros no la consideramos una entrada triunfal. Tenemos que esperar hasta que Él regrese nuevamente a la tierra, y entonces ¡sí que será una entrada triunfal! Esto fue simplemente un pequeño cuadro anticipado, un vislumbre del hecho de que Él regresará nuevamente a este mundo, y que cuando lo haga, establecerá Su reino. Mientras tanto, tenemos que convertirnos y volvernos como niños. Y como tales, debemos dejar de lado toda nuestra jactancia y venir al Señor con una fe sencilla. ¡Cuán grande es la fe de un niño!

En este Salmo vemos al Señor, como el Creador. Tenemos la naturaleza, la creación, al hombre, a la criatura. Y aquí tenemos una relación. Ahora en el versículo 3, de este Salmo 8, leemos:

"Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste"

Observemos la frase "que tú formaste". A veces, en una noche clara, sin nubes, hemos observado la luna y alguna estrella más brillante que las demás. Y nos hemos preguntado por qué están situadas en determinados lugares. Al ser humano podría parecerle que los astros están situados en el espacio de una forma aleatoria, en la que los dejó un prolongadísimo proceso hecho realidad en un tiempo y condiciones desconocidas. Lo único que sabemos, por el testimonio de la Biblia, es que el Creador, por algún motivo que desconocemos, quiso que estuvieran donde se encuentran actualmente. De la misma manera que nosotros, en nuestro despacho o lugar de trabajo situamos ciertos objetos en ciertos lugares que a otras personas puede parecerles una ubicación arbitraria, pero nosotros sabemos que los hemos colocado allí con un propósito específico. Así también el Creador dispuso y ordenó el universo de acuerdo con un plan coherente y lógico.

Así que, de acuerdo con este relato Bíblico, los cielos y lo que en ellos se encuentra son el resultado de las manos del Creador. Es interesante que cuando la Palabra de Dios habla de salvación en Isaías 53:1, dice: "¿Quién ha creído a nuestro anuncio y sobre quién se ha manifestado el brazo del Señor?" Pero cuando la Palabra habla sobre la creación de los cielos y la tierra, la describe como la obra de sus dedos, como la labor minuciosa de una mujer cosiendo de manera minuciosa y artística.

De la misma manera, Dios expresó Su gloria en la Creación. Una creación que supera en mucho nuestra comprensión y despierta nuestra admiración. Pero nosotros no adoramos a la creación. A quién adoramos es al Creador. La admirable obra de Sus dedos nos permite ver Su gloria y Su poder. Luego dice en el versículo 4, de este Salmo 8, continuamos leyendo:

"Digo: ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?".

Hay algunos que todavía están trabajando en esta cuestión. ¿Qué es el hombre? El hombre es una criatura muy compleja. Él es un ser humano, pertenece a la raza humana, y hay algunos que aún están tratando de averiguar cómo es que llegó aquí. La Biblia dice que Dios nos creó y nos colocó sobre la tierra. Y luego el hombre se rebeló, se apartó por su propio camino, ya no creyó en Dios y desobedeció. Y ¿por qué tiene Dios se acuerda de él, piensa en él y le tiene en cuenta? ¿Por qué no le quitó de en medio y se libró de él?

El ser humano en la historia y en la actualidad ha resultado ser un fracaso. Usted sabe que a nosotros no nos agrada escuchar esa evaluación de nuestra propia especie. Más bien preferimos hablar de éxito y del progreso de la humanidad. El Dr. McGee, autor de estos estudios, cree que una de las profesiones más difíciles de desarrollar es ser un médico especialista en cáncer. Desde que comenzó a sufrir de esa enfermedad, se sintió unido a ese mundo, en el cual la gente tiende a ser pesimista, y realmente no tiene muchas historias de éxito que contar. Y utilizó esa forma de pensar y sentir para concluir que el ser humano, en otros órdenes, tampoco tiene una trayectoria de éxitos en al ámbito moral o espiritual, tanto a nivel personal como en el plano de la convivencia social. En ese aspecto, ha resultado un miserable fracaso. Ha convertido a este mundo en un desorden. Y en este contexto, el salmista se pregunta: ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites? Hace más de 2000 años Él visitó al ser humano en esta tierra y en ese viaje, murió en una cruz para hacernos saber que Él nos amaba. No nos salvó únicamente por ese amor, nos salvó por Su gracia, porque nosotros no teníamos nada para ofrecerle. Nosotros no éramos dignos de ser salvos. Sin embargo, Dios vino a esta tierra. No sabemos si hay otros planetas que están habitados, y si en ese caso, Él habrá visitado algún otro planeta. Pero lo que sí sabemos es que Él vino a nuestro mundo para morir en la cruz con el propósito de hacer posible nuestra salvación. Luego, el salmista dijo en el versículo 5:

"Lo has hecho poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra".

Cuando el Señor Jesús aparecía en el Antiguo Testamento se presentaba como el Ángel del Señor, pero cuando llegó a Belén Él lo hizo de una manera mucho más inferior, más humilde. Y dice el versículo 6:

"Lo entronizaste sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies"

Al hombre se le entregó el dominio sobre lo creado por Dios, pero el hombre lo perdió y ya no tiene hoy el control sobre el universo. La ciencia pensó que tenía las cosas bajo su control porque contribuyó al progreso material de la humanidad, pero ahora vemos que la ciencia ha contaminado la tierra y a veces parece que la tierra fuera a convertirse en un gigantesco cubo de basura. Los seres humanos han utilizado la ciencia de manera tan incontrolada que son responsables de la contaminación de la tierra y de la atmósfera. El ser humano que se ha encumbrado a sí mismo utilizando a la ciencia tendrá que recurrir a Dios, que es el único que puede ayudarle para no ser destruido por los residuos de basura que le contaminan y destruyen el medio ambiente.

Y ese dominio y autoridad del Señor sobre las obras de Dios no se hará efectivo hasta que Él regrese a la tierra.

Continuemos con los versículos 7 y 8:

"Ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves del cielo y los peces del mar; ¡todo cuanto pasa por los senderos del mar!"

Dios lo hizo todo. Él es el Creador. En Romanos 1:20, Pablo dijo: 20Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no tienen excusa, Podemos ver la obra de Dios simplemente mirando a nuestro alrededor. Leamos ahora el versículo 9:

"¡Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!"

No en la actualidad, pero algún día el nombre del Señor será reconocido y engrandecido por toda la tierra. En nuestra época y como dijo San Pablo en Romanos 8:22, la creación se queja y sufre como una mujer con dolores de parto, y nosotros también sufrimos con ella, esperando el momento en que Dios nos adopte como hijos, con lo cual nuestros cuerpos serán redimidos, liberados. Pero Dios está sobre toda la creación. Él ha desplegado Su gloria sobre los cielos. Y allí en aquella esfera celestial se encuentra hoy ese hombre que hace más de dos mil años vino aquí a este mundo para nacer en Belén. Él está sentado a la derecha de Dios. Y solamente por la fe podremos verle.

"Por tanto, ? como dijo el apóstol Pablo en su Segunda carta a los Corintios, capítulo 3, versículo 18: ? nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor. Y también, el apóstol Juan en su primera epístola, capítulo 3, versículo 2, refuerza nuestra esperanza con estas palabras: 2Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. ¡Qué perspectiva gloriosa para el hijo de Dios!

Una vez más deseamos recordarle que este es un Salmo Mesiánico. Enfatiza la humanidad de Cristo y su victoria final como hombre. Hemos estado, pues, en la periferia de este hermoso Salmo que canta alabanzas a nuestro Salvador. Es que el Creador, estimado oyente, quiere ser su Salvador, El panorama que predomina hoy nos ofrece en la hora presente la imagen del aparente triunfo de las fuerzas del mal, en un mundo que mantiene de forma precaria un equilibrio que se esfuerza por mantener las apariencias de la paz, Pero gracias a Su muerte en la cruz y a Su resurrección, la historia se encamina hacia el triunfo definitivo de Cristo sobre el mal. O sea, que hay un futuro venturoso, glorioso, para los hijos de Dios. Pero en estos momentos nos preocupa también el presente, la paz interior, la lucha por la subsistencia, la calidad de vida, y una vida con un significado, con un propósito, con metas, con ilusiones; en otras palabras, una vida que merezca la pena ser vivida. Dijimos que el Señor de los cielos quiere ser su Salvador. Y a pesar de los millones de personas que han pasado por esta tierra y los que viven actualmente en ella, usted no es simplemente uno más, una más, un número, una cifra. Usted tiene un nombre que Él conoce. Usted es alguien mucho más importante que todas las obras de la creación. Usted ha sido creado con un propósito eterno. Y aunque el pecado ha contaminado a la totalidad de la creación, y todos somos pecadores, usted es alguien por quien el Salvador murió. Para que acercándose a Él por la fe, creyendo en Él, usted le reciba en su vida y se convierta en un hijo de Dios. Entonces, por su Espíritu, Él comenzará a transformar su vida. Estimado oyente, le deseamos esa feliz experiencia.

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