Jesús se enfrentó con el menosprecio y la incredulidad de la gente en Nazaret, su ciudad. El pasaje nos hace reflexionar sobre lo irrazonable que es la incredulidad y cuánto perdemos por no tener fe en Cristo.
"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia" (2 Ti 3:16)