Estudio bíblico de Génesis 10:1-11:3

Génesis 10:1-11:3

Tema: Los hijos de Sem; los hijos de Cam; los hijos de Jafet.

Este es un capítulo de genealogías, de familias, las cuales constituyen el origen de las naciones del mundo. A partir de estas listas se han preparado estudios y bosquejos que confirman la división en tres partes de la familia humana, que se origina a partir de los tres hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, como dice el primer versículo:

"Estas son las generaciones de Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, a quienes les nacieron hijos después del diluvio"

En primer lugar tenemos la genealogía de Jafet (vv. 2--5), luego la genealogía de Cam (vv. 6--20), formada por los pueblos que primero se destacaron al principio, y finalmente, la genealogía de Sem (vv. 21--32). Puede observarse que a través de toda la Biblia Dios sigue la misma pauta de presentar en primer lugar a la línea rechazada de descendencia, con algún comentario sobre ella. Después deja de lado completamente el Tema, no volviéndolo a tratar. Finalmente, presenta la línea de descendencia aceptada, que conduce hasta el Señor Jesucristo.

Quizás para algunos la lectura de este capítulo podría resultar aburrida, porque se incluye una larga lista de nombres. Por consiguiente, nos limitaremos a resaltar los aspectos más interesantes y relevantes para nuestro estudio de la Biblia. Leamos el versículo 2:

"Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras."

Este es el principio de la descendencia de Jafet, quien se había comportado, ante su padre embriagado, con respeto filial. Por este motivo, la bendición recibida abarcó la formación de grandes naciones, la libertad de expandirse por enormes regiones de la tierra, y habitar en las tiendas de Sem. Esto no significaba que pudiesen dominar a los Semitas sino que aseguraba que conviviesen en paz con ellos, compartiendo privilegios y bendiciones. De acuerdo con reconstrucciones históricas comúnmente aceptadas sus descendientes ocuparon el norte y noroeste de la medialuna fértil, territorios situados al sur del Mar Caspio, recorridos por grandes ríos como el Tigris y el Éufrates.

Leamos el versículo 6:

"Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán."

Como puede verse, Cam tuvo otros hijos, pero la maldición había sido pronunciada solamente sobre Canaán, y no sabemos por qué no alcanzó a los otros hijos. Continuaremos leyendo los versículos 8 al 12, donde encontraremos detalles sobre uno de los hijos de Cus:

"Y Cus engendró a Nimrod, que llegó a ser poderoso en la tierra. El fue un poderoso cazador delante del Señor; por tanto se dice: Como Nimrod, poderoso cazador delante del Señor. Y el comienzo de su reino fue Babel, Erec, Acab, y Calne, en la tierra de Sinar. De aquella tierra salió hacia Asiría y edificó Nínive, Rehobot, Cala, y Resén, entre Nínive y Cala; aquella es la gran ciudad."

Por lo tanto, esta primera gran civilización surgió de los hijos de Cam, entre quienes se destaca el nombre de Nimrod. Su nombre significa "rebelde". Quiso convertirse en el soberano de un imperio mundial e intentó lograrlo. Para ello, además de ser un buen cazador, tenía que atrapar o cautivar los corazones de las personas. Fundó aquellas grandes ciudades, en la tierra de Sinar. Como veremos en ciertos pasajes, ocupa un lugar importante en las páginas de la Biblia. En principio, podemos adelantar que Babilonia, en las Sagradas Escrituras, es un nombre conocido y significativo. Desde el capítulo que estamos leyendo hasta el capítulo 18 del libro del Apocalipsis, Babilonia aparecerá en la escena una y otra vez, como enemiga de todos aquellos que son llamados a un testimonio y a un servicio a Dios en el mundo. Y no debe deducirse que la Babilonia del Antiguo Testamento sea la misma que se menciona en el Nuevo Testamento; la primera es, sin duda, una ciudad y la última, un sisTema. La una y la otra ejercerían una gran influencia hostil hacia el pueblo de Dios. Y volviendo a Nimrod, recapitulando lo que dijimos de él anteriormente, su traslado a Asiría procurando convertirse en el gobernante de un gran imperio y su papel en la fundación de numerosas y grandes ciudades nos lleva a pensar que sus actividades en Babel sean aquellas descritas en los primeros versículos del capítulo 11. Me refiero a los intentos de unir a la raza humana para formar una nación que se convirtiese en un imperio mundial y a la construcción de la famosa torre.

Los versículos 13 al 18 continúan presentando la genealogía de Cam, que no leeré para no presentar una larga lista de nombres, y las poblaciones que se originaron a partir de Mizraim y de Canaán, pueblos que poblaban la tierra cuando el pueblo de Israel entró allí. El versículo 19, incluye una descripción del territorio Cananeo:

"El territorio de los cananeos se extendía desde Sidón, rumbo a Gerar, hasta Gaza; y rumbo a Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa."

Esto era como una anticipación de la promesa de conquista dada a Israel, y esta lista de ciudades que serían conquistadas por Israel, con sus costumbres paganas y una degradación moral que les llevaba a autodestruirse, nos recuerdan la maldición sobre Canaán.

Ahora, siguiendo el esquema de narración seguido por el Espíritu Santo, que trata en primer lugar sobre la línea genealógica rechazada y luego la deja de lado, vamos a considerar la línea que, atravesando todo el Antiguo Testamento conduce hasta Abraham, luego a la nación de Israel y finalmente culmina en la venida de Jesucristo al mundo. Voy a citar un párrafo del libro, " La unidad divina de la Escritura," de Saphir. Dice lo siguiente:

El capítulo 10 de Génesis es un capítulo muy notable. Antes de que Dios dejase, por decirlo así, a las naciones que continúen su propio curso para comenzar a tratar con Israel, su pueblo elegido a partir de Abraham, se despide afectuosamente de todas las naciones de la tierra. Es como si dijera, "Voy a dejaros durante algún tiempo, pero os amo, os he creado: he organizado todo vuestro futuro y las diferentes genealogías están trazadas."

En este capítulo se incluye una lista de 70 naciones: 14 descendientes de Jafet, 30 descendientes de Cam y 26 descendientes de Sem, reuniendo el total de las 70 naciones de esta genealogía. En el transcurso de la historia, primero ocuparon un lugar destacado ciertas naciones, por ejemplo los descendientes de Cam. Luego, los descendientes de Sem causaron un gran impacto en el mundo durante la época de David y Salomón. Y después otras tuvieron una posición dominante. Me parece que las 3 líneas de descendencia, ya fuesen descendientes de de Cam, de Sem o de Jafet, han demostrado ser incapaces de gobernar a este mundo. Creo que Dios ha querido demostrarnos esta realidad que podemos comprobar en la historia de los pueblos.

A partir del versículo 21, hasta el 31, tenemos la descendencia de

Los hijos de Sem

Leamos los versículos 21 y 25:

"También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet . Y a Heber le nacieron dos hijos: el nombre de uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra, y el nombre de su hermano, Joc Joctán."

La primera vez que estudié este versículo, leí toda clase de interpretaciones sobre el significado de la frase, "fue repartida (o dividida) la tierra". ¿Se refiere a que hubo una división física aquí en la tierra? ¿Sufrió la tierra una tremenda catástrofe? Creo que lo que Moisés está haciendo es anticipar el contenido del próximo capítulo, el capítulo 11, en el cual nos ofrecerá el relato de la Torre de Babel, en cuyo época se produjo la confusión de las lenguas y se dividió la tierra. Porque este capítulo 10 ya nos ha presentado a las naciones divididas según las diversas naciones y lenguas. Probablemente el próximo capítulo, el 11, nos explica cómo y por qué tuvo lugar la dispersión relatada en este capítulo. Esto es frecuente en el libro del Génesis, que con frecuencia se aparta del orden cronológico para ordenar el material de forma temática.

Y el versículo 32, finalmente, resume todo el capítulo:

"Estas son las familias de los hijos de Noé, según sus genealogías, por sus naciones; y de ellos se propagaron las naciones sobre la tierra después del diluvio."

Se refiere obviamente al mundo conocido de aquella época, al mundo de las naciones incluidas en las listas de los versículos precedentes. Este versículo es como un preludio al

Capítulo 11

Tema: La construcción de la Torre de Babel; la descendencia desde Sem hasta Abraham.

Este capítulo está dividido en dos partes: la primera, relata la construcción de la Torre de Babel y sus consecuencias; la segunda parte, se ocupa de los descendientes de Sem, prestando mayor atención a la genealogía de Abraham y al comienzo de la historia de este gran patriarca. Leamos los versículos 1 al 4:

"Toda la tierra hablaba la misma lengua y las mismas palabras. Y aconteció que según iban hacia el oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: Vamos, fabriquemos ladrillos y cozámoslos bien, Y usaron ladrillo en lugar de piedra, y asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta los cielos, y hagámonos un nombre famoso, para que no seamos dispersados sobre la faz de toda la tierra."

No sabemos en qué idioma se expresaban los habitantes de la tierra, pero el detalle importante es el reconocimiento de que hablaban un único idioma. Es conveniente aclarar que a partir del versículo 2 se habla sólo de una parte del género humano, que se desplazaba en dirección al Este después de la dispersión siguiente al diluvio. La llanura aquí mencionada estaba situada en el valle de los ríos Tigris y Éufrates. Y como en esa zona no había piedra, tuvieron que fabricar ladrillos.

La Torre de Babel era un zigurat. Se conservan ruinas de zigurats en el valle de los ríos Tigris y Éufrates y, concretamente en las ruinas de la ciudad de Ur de los Caldeos, donde vivió Abraham. El zigurat era una construcción sólida, hecha con ladrillos. Alrededor de él había como un pasillo que subía, en espiral, hasta la parte superior donde, aparentemente, había un altar en el que, ocasionalmente, se celebraban sacrificios humanos.

La ciudad surgió como una muestra de la creciente arrogancia humana y la Torre de Babel fue una expresión de la rebelión de la humanidad contra Dios. Aparentemente fue Nimrod el que encabezó este movimiento. Parece que él fue el constructor de la ciudad de Babel y también de la Torre. Quizás era el lugar apropiado para que él crease un imperio mundial opuesto a Dios. Para realizar su sueño, necesitaba dos componentes: en primer lugar, un centro unificador, una especia de sede o cuartel general, por decirlo así, una capital y un lugar de reunión; por ello edificó la ciudad. En segundo lugar, necesitaba un centro con poder de convocatoria, no sólo geográfico sino también psicológico, que proporcionase a los pueblos un punto de referencia. Era necesario un monumento que simbolizase una motivación común. En todas las épocas de la historia se han erigido construcciones y lugares de encuentro, con el objetivo de conjugar los ideales e intereses de los pueblos. En los tiempos de Nimrod, la Torre de Babel estaba destinada a ser esa clase de centro.

Las frases "edifiquémonos una ciudad", "hagámonos un nombre" expresan una actitud de desafío y rebelión contra Dios, así como una desmedida ambición. El proyecto tuvo, ciertamente, un mal comienzo. Se trataba de una empresa enteramente humana, y sus promotores tenían por objeto engrandecer al hombre hasta el punto de independizarle del Creador.

La Biblia es clara en sus advertencias en contra de la actitud de actuar de esa manera, cuando los seres humanos dan la espalda a Dios, pretendiendo edificar un futuro por sí mismos, totalmente desligados o apartados de Dios. En este sentido nos habla el apóstol Santiago, en su capítulo 4:13--16:

"Oíd ahora, los que decís: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia. Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Sólo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Más bien, debierais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestra arrogancia; toda jactancia semejante es mala."

Estas palabras describen a aquellos que, llenos de presunción, trazan sus planes con total independencia de Dios, como si fuesen capaces de controlar sus propias vidas y las circunstancias que les rodean. Sin darse cuenta que su existencia es temporal y sus circunstancias son provisionales. El tiempo no les pertenece, sus vidas y salud son frágiles y transitorias. Ese orgullo es, precisamente, lo que les impide reconocer su dependencia del Creador.

Una reacción parecida la tuvo aquel hombre cuyo patrimonio había crecido mucho, y en medio de su prosperidad, también prescindió de Dios. El Evangelio según Lucas, capítulo 12: 18--21 nos relata los planes que tenía para el futuro:

"Esto haré: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes. Y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, como, bebe, diviértete. Pero Dios le dijo: ¡ Necio ! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?"

Y como enseñanza para todos los seres humanos de todos los tiempos, Jesús dijo de aquel hombre: "Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con Dios". Más allá de toda apariencia de riqueza, quedaba así al descubierto la pobreza de su propia alma, su miseria espiritual, y su impotencia para agradar a Dios en esta vida, al cruzar el umbral de la muerte para entrar en la eternidad.

Es por ello que las sabias y antiguas palabras registradas en el libro de los Proverbios del rey Salomón, en su capítulo 14:12, describen el final de toda presunción, orgullo e intentos de prescindir de Dios, es decir, de todo lo que la Biblia llama pecado. Dice así:

"Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte."

En nuestro próximo programa continuaremos comentando este capítulo 11, concretamente, el versículo 4, con su descripción de la construcción de la Torre de Babel. Terminamos nuestro encuentro de hoy con esta narración de cómo las naciones se dispersaron sobre la superficie de la tierra. Creo que podemos describir aquellos sucesos del mundo antiguo como un mensaje de juicio. Aquello de lo que los seres humanos más se enorgullecieron, precipitó su caída. Y lo que más temieron, les sucedió. Es como una advertencia de las Sagradas Escrituras, que nos llega desde la tremenda lejanía de aquellos tiempos remotos. Para que, en vez de obrar como aquellos que escogieron sus propios caminos para forjar su propio destino, manteniendo a Dios, su Creador, fuera de sus vidas, podamos ser conscientes de que Dios se acerca a nosotros para que establezcamos una relación personal con El.

Este fue también la recomendación del rey David, en su Salmo 37:5. Estimado oyente, vale la pena seguir este consejo:

"Encomienda al Señor tu camino, confía en El, que El actuará."

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