Estudio bíblico: Reformas del rey Josías - 2 Crónicas 34:1-33

Serie:   La lucha entre lo bueno y lo malo   

Autor: Roberto Estévez
Email: estudios@escuelabiblica.com
Uruguay
Resultado:
Votos: 3
Visitas: 11943

Reformas del rey Josías (2 Crónicas 34:1-31) (2 Reyes 23:4-20)

¡Los carros y la estatua! No, por favor. ¡Los carros y la estatua! No, por favor. ¡Son tan hermosos!
Uno de los cortesanos acaba de propagar la noticia:
— El rey va a ordenar que las estatuas de Asera y los carros sean destruidos.
Otro de los nobles murmura consternado:
— Pero... ¡Esas estatuas han estado allí por muchos años! ¡No es posible!
— El rey va a dar la orden, ya está decidido — afirma el cortesano.
Otro por allí cuestiona:
— ¿Pero esas representaciones son una obra de arte! ¡Y los carros, ni que hablar! Los visitantes que venían de lugares muy lejanos se quedaban admirados de la belleza de esas esculturas.
— ¡Jerusalén va a perder mucho de su esplendor! — Agrega otro de los palaciegos.
— Es un hecho, los carros serán quemados y los caballos retirados — reitera el cortesano— ¡Ni siquiera los árboles rituales, que colocó Salomón y que han estado allí desde hace cuatrocientos años atrás, se salvarán!
— Es muy extraño que Salomón siendo tan sabio nunca pensara que esas imágenes de Asera estaban en contra de la ley de Moisés — comenta otro cortesano.
El rey Josías convoca a una reunión. El sacerdote Hilquías y otras autoridades religiosas y del gobierno están presentes.
— Señores ministros y sacerdotes. El propósito de esta sesión es informarles sobre algo que siento profundamente en mi corazón. Durante el reinado de mi bisabuelo, el rey Ezequías, la nación estaba en peligro de ser destruida. Él oró y se humilló y como resultado el profeta Isaías le dio un mensaje de esperanza. Y en una sola noche el Ángel del Señor mató a 185.000 soldados enemigos del ejército de Senaquerib.
Sin embargo, tengo que informarles que hemos encontrado el Libro de la Ley; y allí se nos dice claramente que hemos pecado y que el castigo es inminente. Dios odia la idolatría. Jerusalén está repleta de fetiches. Judá está cubierto de imágenes paganas. Israel, el reino del norte está saturado de estatuas diabólicas.
Mañana nos reuniremos con el pueblo en una asamblea nacional. La espada del juicio de Dios está sobre nuestra cabeza. Si no nos arrepentimos estaremos perdidos.
Los religiosos y los consejeros escuchan con atención.
— Señores consejeros y sacerdotes, ¿tienen algo qué decir? — pregunta el monarca.
Se levanta el ministro "Señor Aplazamiento", y dice:
— Majestad, yo sugiero que estas medidas que usted ha mencionado se ejecuten de manera progresiva y no de forma inmediata. Usted sabe... Ha que evitar el descontento de los que no están de acuerdo.
Luego se levanta el consejero "Señor Relaciones Públicas", y dice:
— Alteza, yo creo que sus medidas son excelentes. Sin embargo me temo que usted va a enfrentar mucha oposición y que podría perder popularidad. Usted sabe... Es muy importante mantener un alto perfil
Después toma la palabra el ministro "Señor Tolerancia", y dice:
— Mi Rey, yo también estoy de acuerdo con el proyecto. Sin embargo me preocupa que si lo llevamos adelante nos van a tachar de intolerantes. Recuerde que su bisabuelo Ezequías, quien fue muy religioso, dejó muchas cosas como estaban para no irritar a los que tenían "otras ideas". Usted sabe... No se puede ignorar qué van a decir los pueblos amigos acerca de nuestra actitud de sectarismo e intransigencia.
Cuando todos han terminado el rey se dispone a comunicar sus convicciones. Es un hombre joven de tan solo 26 años, pero evidencia una madurez mucho mayor que la de su edad. Posee una sabiduría profunda y sobre todo teme al Señor (Pr 1:7).
— Señores sacerdotes, Señores ministros y consejeros. Les agradezco sus ideas. Pero déjenme citarles las palabras de Josué: "Pero si os parece mal servir al Señor, escogeos hoy a quién sirváis... Pero yo y mi casa serviremos al Señor" (Jos 24:15). Yo estoy dispuesto a seguir fielmente a Dios en cada detalle de mi vida.
Los sirvientes corren por el palacio real. Uno a otro se van pasando la noticia:
— ¿Sabes cuál es la última noticia? — dice uno a otro:
— El rey ha promulgado la ley y va a limpiar a Jerusalén y a Judá de todos los ídolos.
Unos días después todo el pueblo está reunido. Se ha hecho un "pacto delante de Dios, de andar en pos del Señor y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos con todo el corazón y con toda el alma, para cumplir las palabras de este pacto escritas en este libro. Entonces todo el pueblo se puso de pie a favor del pacto" (2 R 23:3).
La multitud, movida por el entusiasmo del momento, está de acuerdo en aceptar y seguir al Señor. Quizá solo unos pocos entienden el significado de esto en toda su profundidad. Pero allí está ese hombre joven dispuesto a servir al Señor cueste lo que cueste. No ignora que sus medidas de limpiar a Jerusalén y a Judá no van a ser muy populares. Él siente la responsabilidad delante del Señor de serle fiel en todo. Como lo expresaría el apóstol Pablo muchos siglos después: "¿Qué acuerdo puede haber entre un templo de Dios y los ídolos?" (2 Co 6:6).
Semanas después, el rey recorre el país. Está en el reino del norte. Allí "también destruyó el altar que había en Betel y el lugar alto que había hecho Jeroboam... quien hizo pecar a Israel; destruyó ese altar y el lugar alto y lo convirtió en polvo, y quemó el árbol ritual de Asera..." (2 R 23:15-17).
Cuando Josías vio los sepulcros que estaban allí en el monte preguntó:
— ¿Qué es aquel monumento que veo?
— Es el sepulcro del hombre de Dios que vino de Judá y anunció estas cosas que tú has hecho contra el altar de Betel — responde la gente de aquel lugar.
Ante esta respuesta Josías dijo:
— ¡Dejadlo! Que nadie mueva sus restos.
Llama mucho la atención que la gente de aquel lugar supiera muy bien de quién era ese sepulcro. Por eso pudieron responder de inmediato.
Es muy probable que Josías haya pensado dentro de sí: "Yo sabía de esa Escritura. Yo sabía que Dios, en su omnipotencia y soberanía, había determinado que yo fuera el brazo humano que iba a ejecutar ese vaticinio".

La historia bíblica y nosotros

Comenzamos el capítulo con un diálogo entre el rey y sus consejeros. Este diálogo no se encuentra en el texto bíblico pero es muy probable que hubiera sucedido. Sería muy difícil creer que una reforma tan drástica como la que hizo Josías se pueda ejercer sin tener ciertos arreglos y sesiones preliminares. Este tipo de juntas están bien documentadas en el texto bíblico (1 R 12:6-8). Un rey necesita la obediencia y la cooperación de las fuerzas militares para hacer valer su autoridad. Como resultado de este "avivamiento", cientos o miles de sacerdotes paganos van a ser ejecutados. Esto tiene cierta semejanza con lo que sucedió durante el tiempo del profeta Elías, pero sin la demostración espectacular y milagrosa que Elías logró cuando hizo "descender fuego del cielo".
Es muy interesante que muchos de los problemas a los cuales se enfrenta Josías existan hoy, en cierto sentido, en forma más o menos similar.
En el nombre de la tolerancia se aceptan prácticas y costumbres inmorales como algo que "es una alternativa de vida". Muchos de los sacerdotes que eran piadosos "se habían resignado" a vivir con esos ídolos paganos como una situación que había que "tolerar".
Como parte de la "renovación", los sacerdotes paganos son ejecutados. Si nos parece chocante esa drástica acción de Josías, nos hará bien recordar ciertas prácticas que estos sacerdotes paganos ejercían:
1) Tenían hábitos horrorosos. Por ejemplo: la de ofrendar niños que eran echados vivos al fuego en honor al dios Moloc. Para que no se escucharan los gritos de desesperación de los niños se hacía mucho ruido tocando los tambores. Al eliminar a esos perversos sacerdotes, se estaba salvando la vida de muchos niños inocentes.
2) Cuando estos hombres tenían de su lado el poder político perseguían y mataban sin compasión a los fieles seguidores del Señor. La idolatría había llenado todo el país. Jerusalén estaba repleta de dioses paganos.
Josías ataca el problema de la prostitución "religiosa" en el templo. ¡Parece increíble que nada menos que en el templo del Señor se cometan esos pecados! Sin duda alguna, Josías encuentra mucha oposición al tratar de hacer los "cambios". ¡Qué difícil es modificar algo ya arraigado en la costumbre!
Las reformas de Josías y otras acciones abarcan distintas áreas y son múltiples:
a) Se sacan del santuario todos los objetos del culto de Baal, Asera y "todo el ejército de los cielos" (2 R 23:5). Todo esto es quemado en los campos de Cedrón. Josías hace exactamente lo mismo que hizo el rey Asa (1 R 15:13) y el rey Ezequías (2 Cr 29:16) (2 Cr 30:14).
Luego de que todo es quemado lleva las cenizas a Betel (2 R 23:4). La razón por la que lleva las cenizas a Betel, que fue el primer altar edificado por Jeroboam en contra de la voluntad divina, es para contaminarlo (1 R 12:29). Al hacer esto se busca que nunca más se utilice ese lugar para la idolatría.
b) Excluye a los sacerdotes que se habían "contaminado". Estos eran sacerdotes del Señor pero habían ofrecido sacrificios en lugares altos. Son destituidos de sus funciones en el templo pero se les permite recibir alimentos y que vivan entre sus colegas (2 R 23:9). Por el contrario, los sacerdotes de Baal, Asera y otras divinidades paganas son ejecutados (2 R 23:20). Elimina a los que quemaban incienso a Baal, al sol, a la luna, a los signos del zodíaco y a todo el ejército de los cielos (2 R 23:5).
Barnes nos dice: "Es probable que los lugares altos de Judea hayan continuado en general con la adoración de Jehová con ritos idólatras, mientras que en Samaria degeneró en una adoración de otros dioses".
c) Específicamente se menciona "el árbol ritual de Asera" que está nada menos que "en la casa del Señor" (2 R 23:6). Asera era la diosa de la fertilidad y se adoraba con ceremonias de "prostitución religiosa". Se consideraba que era la madre de Baal. En el proceso de la fabricación del ídolo se utilizaba madera (Jue 6:26).
d) Echó abajo las habitaciones de los varones consagrados a la "prostitución ritual" pagana.
e) Destruyó los altares de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué (2 R 23:8).
f) También profanó el Tófer, que estaba en el valle del hijo de Hinom, para que ninguno pasase por el fuego a su hijo o a su hija en honor a Moloc (2 R 23:10). La palabra Tófer viene de la raíz de la palabra tambor.
g) Quitó de la entrada de la casa del Señor los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol... quemó en el fuego los carros del sol (2 R 23:11). Estas estatuas equinas con carros se usaban en desfiles religiosos.
Los adoradores del sol creían que este astro hacía su recorrido en el cielo en un carro tirado por caballos blancos. Me inclino a la opinión de Donald T. Moore de que se trataba de estatuas. Otros creen que eran caballos reales.
h) Destruyó el altar que había en Betel y el lugar alto que había hecho Jeroboam (2 R 23:15).
i) Mató sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que estaban allí, y sobre ellos quemó huesos humanos. Al hacer esto el lugar quedaba contaminado (Nm 19:16).
j) Eliminó a los que invocaban a los muertos y a los espiritistas (2 R 23:24).
Insistimos en esta enumeración tan larga que la Escritura nos presenta porque cada detalle es importante.
Lamentablemente, no solo la nación del norte había caído en la idolatría sino que en el mismo templo de Dios se habían puesto caballos y carros para el sol y el árbol ritual de Asera. El santo templo de Dios estaba cubierto de hermosas figuras que no por eso dejaban de ser inmundas. Dios no las había mandado.
Aquí no se discute el valor estético o artístico de esos ídolos, sino que se plantea que los mismos estaban en absoluta violación de la voluntad de Dios. Las estatuas de Asera eran hermosas, los carros eran espectaculares pero tenían que ser destruidos por el fuego.
¡Qué advertencia nos da el apóstol Pablo!: "Así que, amados, ya que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda impureza de cuerpo y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios" (2 Co 7:1). Este capítulo nos advierte del peligro de la introducción de elementos falsos y ajenos a la voluntad de Dios en la iglesia local.
La destrucción del altar en Betel es un hecho muy significativo. En franca oposición a la voluntad divina, este altar había sido, por casi 400 años, el principal centro de adoración fuera de Jerusalén. Josías lo "contamina" con los huesos humanos para que nunca jamás alguien lo utilice como lugar de adoración. Es muy interesante que en una tumba estuvieran los restos de dos profetas: El de Betel, y el de Judá que fue engañado y que lo mató un león (1 R 13:1-31). Lo inverosímil es que ese profeta de Judá anunció 326 años antes que ese altar iba a ser destruido por un descendiente de la casa de David que se llamaría Josías. Esta es una de las muy pocas personas en las Escrituras a quienes se les ha dado un nombre antes de nacer: el Señor Jesucristo (Mt 1:21), Juan el Bautista (Lc 1:13), Ismael (Gn 16:11) e Isaac (Gn 17:19).
En nuestra sociedad actual no echamos a los niños en el fuego de Moloc, pero todas las ciudades están llenas de perversos que los abusan (pedofilia).
Oramos para que el Señor nos dé un deseo firme en nuestro corazón de serle fieles aun sabiendo que esto tiene un costo.
Usted y yo no podemos limpiar al país como lo hizo el rey Josías. Pero sí tenemos la responsabilidad de mantener nuestro hogar sin los ídolos falsos e inicuos de Hollywood y medios similares que nos atacan por medio de la televisión y otros medios electrónicos.

El líder que hay en mí

Una de las áreas más difíciles en nuestra vida tiene que ver con apartarnos de todo lo que la Biblia condena. Josías lo hizo a pesar de que tuvo sin duda una fuerte oposición.
Esta es una de las reformas más profundas que vive Israel. En este joven rey hay un ardor sincero y devoción a la causa del Señor. ¿Qué es lo que lo mueve y de dónde saca fuerzas para hacer una revolución espiritual tan grande? Sin duda que de la meditación en "el Libro de la Ley". Una convicción profunda acerca de la santidad de Dios ha impactado a este joven monarca.

Temas para el estudio en grupo

Josías, ejemplo de fidelidad al Señor.
La importancia de seguir las instrucciones de la Biblia.
El peligro constante de introducción de elementos ajenos a las Escrituras en la iglesia local.
Dios puede utilizar grandemente a un joven que le es fiel.

Preguntas para reflexionar

1. ¿Cuáles cosas hizo específicamente Josías para combatir la idolatría?
2. ¿En qué consistió el pacto que hizo Josías con el Señor?
3. ¿De quién era el sepulcro que Josías vio, y cuál era el significado de esto?
4. ¿Por qué Josías manda ejecutar a los sacerdotes paganos?
5. ¿Cómo se relaciona lo que hizo Josías purificando el templo con las palabras del apóstol Pablo: "Limpiémonos de toda impureza de cuerpo y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios" (2 Co 7:1)?

Comentarios

Perú
  Ramón Cuicapuza Hilario  (Perú)  (18/11/2020)
Gracias hermano por la enseñanzas, es muy importante conocer la reforma que implantó el joven Rey Josias, para poner en práctica también en los tiempos actuales. Muchos nos hemos apartado de las enseñanzas sanas del señor para oír filosofías humanas. Ahora en estos tiempos necesitamos una restauración total en nuestras congregaciones. Dios le bendiga.
Copyright © 2001-2024 (https://www.escuelabiblica.com). Todos los derechos reservados
CONDICIONES DE USO