Estudios bíblicos por series

Serie:  Hombres y mujeres de fe

Rut: Cuando el emigrante vuelve con la manos vacías (Rut 1:1-22)

A muchos creyentes les gusta la historia de Rut por la fidelidad, sumisión, lealtad y amor que en ella encontramos. Pero no hemos de olvidar que todo esto surgió en medio de grandes dificultades...

Nehemías: Con la pala en una mano y la espada en la otra (Nehemías 4:1-23)

La obra de Dios siempre es atacada por enemigos. Esto lo sabía muy bien Nehemías, quien durante la reconstrucción de la muralla de Jerusalén tuvo que soportar calumnias, falsas acusaciones y ataques diversos. Pero él se mantuvo firme en su fe en Dios; trabajando y orando sin cesar. ¡Un excelente ejemplo para todos nosotros!

Nehemías: ¡Esta noche te van a matar! (Nehemías 6:1-19)

Cuando el creyente está involucrado en servir al Señor, siempre surge la oposición a nuestro alrededor. Nehemías lo sabía muy bien. Los enemigos de la obra del Señor intentaron atemorizarle, le acusaron falsamente y buscaron la forma de que abandonara la obra que hacía. Pero en todo esto Nehemías se mantuvo firme porque confiaba en el Señor.

Rahab: Del fango al oro (Josué 2:1-24)

La historia de Rahab la ramera nos recuerda que es posible dejar el vicio y el mal para empezar de nuevo, pero para ello es necesario tener una fe real en el Dios vivo. Rahab la tuvo, y a partir de ahí se integró en el pueblo de Dios, llegando a ser la mujer de uno de sus príncipes. ¡Hay tantos detalles en esta historia que nos recuerdan lo que Dios ha hecho también con nosotros...!

Josué: Jericó, la batalla que no se peleó (Josué 6:1-27)

Jericó fue la primera ciudad que el pueblo de Israel se encontró al entrar en la tierra prometida. Su conquista era determinante para la nación y también para Josué. Y aunque era una ciudad que se estimaba como inexpugnable, ni siquiera fue necesaria una acción militar, porque Dios mismo se encargó de darles la victoria. Este fue el comienzo de muchas otras victorias...

Saúl desobedece y es desechado (1 Samuel 15:1-35)

Saúl estaba más preocupado por su reputación ante los hombres que ante Dios, razón por la que sólo le obedecía en parte... y desde la perspectiva de Dios, una obediencia parcial o incompleta es considerada como desobediencia.

Gedeón: Sueños, cántaros y trompetas (Jueces 7:1-25)

Gedeón, con un pequeño contingente de hombres desarmados, pero con fe en el Señor, obtuvieron una victoria que parecería imposible de alcanzar. Aquí está la gran lección para el hombre de hoy. Cuando el Señor nos quiere utilizar, si confiamos en él de todo corazón, hará portentos con nosotros.