Jesús es ungido en Betania (Marcos 14:1-11)
Pocos pasajes nos presentan un contraste tan fuerte entre el amor y el odio hacia Jesús como este. Los líderes judíos, ayudados por Judas, buscaban la forma de dar muerte a Jesús, mientras que una mujer le ungía entregando un costoso perfume en un acto de devoción que ha llegado hasta nuestros días como un ejemplo de la verdadera adoración al Señor.